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Mundo

3 de Febrero de 2015

Las mujeres kurdas que detuvieron el avance del Estado Islámico en Siria

Se estima que el 40% de las brigadas de Protección del Pueblo son mujeres, punto de radical diferencia con la brutalidad que muestra con ellas el Estado Islámico. Esta semana lograron expulsar de un enclave en la frontera sirio-turca al grupo extremista, en un hito que podría marcar el comienzo del fin de su avance en medio oriente.

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Tormenta Electrica en Region de Los Lagos

El lunes de la semana pasada las fuerzas kurdas expulsaron completamente del interior de la cuidad siria de Kobani a los combatientes del Estado Islámico (EI), en una importante victoria de los grupos que luchan para detener el avance del yihadismo extremo en Oriente Medio.

Los extremistas entonces se replegaron en dirección al este y al sur de la localidad fronteriza con Turquía, hasta hoy que más de una decena de pueblos de la periferia del enclave fueron recuperados por las milicias de las kurdas Unidades de Protección del Pueblo (YPG).

En la batalla jugaron un rol destacado miles de mujeres, hecho que se verifica por la simple razón de que según estimaciones son el 40% de las YPG, organización de carácter laico y fuertemente defensora de los derechos de las mujeres, punto de radical diferencia con la brutalidad que muestra con ellas el Estado Islámico.

Sin entrenamiento militar previo, a partir del año 2012 muchas dejaron sus hogares para agruparse en las Unidades Femeninas de Protección del YPG, la que actualmente tiene unas 10 mil miembros.

A su mando está la comandante Narin Afrin, una mujer de 40 años cuyo nombre real es Mayssa Abdo. En octubre del año pasado publicó un artículo que fue traducido por el New York Times, en el que dio cuenta de la resistencia en Kobani.

“Los que estamos en la línea de combate sabemos del tratamiento del Estado Islámico a las mujeres. Esperamos que mujeres en el mundo entero nos ayuden, porque luchamos por los derechos de todas. No esperamos que se unan a nuestra lucha (aunque estaríamos orgullosos si alguna lo hiciera). Pero les pedimos promover nuestro caso, levantar conciencia de nuestra situación y presionar a sus gobiernos para que nos ayuden”, escribió en la ocasión.

En su relato, contó cómo pese a la diferencia en cuanto a material bélico, a punta de voluntad podían hacerle frene a los radicales del Estado Islámico, quienes se horrorizan al ver a un supuesto ser inferior luchando contra ellos.

“Cuando ven a una mujer con un arma de fuego, sienten tanto miedo que comienzan a temblar. Se retratan a sí mismos como chicos rudos para el mundo, pero cuando nos ven con nuestras armas, se escapan”, relató Diren, otra mujer que integra la milicia femenina kurda, según consiga La República.

Kobani es uno de los tres principales enclaves kurdos de Siria, junto a Afrín, en Alepo, y Al Yazira, en la provincia de Al Hasaka. Allí gobierna el Comité Supremo Kurdo, instancia que al comienzo de la Guerra Civil Siria agrupó a los principales grupos de la minoría étnica más grande en el Oriente Medio sin estado: son entre 55 y 60 millones de personas, un 45% de los cuales vive en Turquía, un 25% en Irán, otro 25% en Iraq y un 5% en Siria.

Desde el triunfo en Kobani, cuya ofensiva comenzó el 16 de septiembre, las y los kurdos han seguido progresando sobre el terreno frente a los radicales, mientras que la coalición internacional, liderada por EEUU, ha continuado bombardeando en paralelo posiciones del EI en la zona.

“Hay choques intensos en el pueblo de Shiran (sureste), de donde los seguidores del EI están tratando de escapar, ya que las fuerzas kurdas han lanzado un ataque desde distintos lados” de la población, confirmó hoy el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.

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