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Nacional

25 de Noviembre de 2015

Estas son las canciones con las que torturaba Pinochet

Un artículo publicado por The Huffington Post cuando se cumplieron 40 años del Golpe de Estado reveló que para torturar a sus víctimas el tirano tenía una especie de lo que hoy se conoce como playlist. El fallecido Beatle George Harrison y el español Julio Iglesias eran sus preferidos. En aquella oportunidad, ese medio dijo que a modo de humor negro el hecho se conoció como la “banda sonora de la tortura”.

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Cuando el pinochetismo más duro se cita en el fundo Los Boldos para homenajear la figura del Dictador a propósito de los 100 años de su natalicio, es oportuno recordar algunos pasajes de la oscura vida de Augusto Pinochet mientras ejerció el poder en Chile.

Por ejemplo, un artículo publicado por The Huffington Post cuando se cumplieron 40 años del Golpe de Estado reveló que para torturar a sus víctimas el tirano tenía una especie de lo que hoy se conoce como playlist.

El fallecido Beatle George Harrison y el español Julio Iglesias eran sus preferidos.

En aquella oportunidad,  The Huffington Post dijo que a modo de humor negro el hecho se conoció como la “banda sonora de la tortura”.

Temas de la banda sonora de la afamada cinta de Stanley Kubrick “La naranja mecánica” también formaban parte de esta lista negra.

Las canciones se ponían de forma reiterada, hasta diez veces al día, dijeron tiempo atrás víctimas de estas vejaciones.

La profesora de la universidad de Manchester, Katia Chornik, recogió estos hechos en un estudio “Los sonidos de la memoria: cautividad política y musical en el Chile de Augusto Pinochet”.

“La música servía por regla general para insuflar ánimo a los presos y motivarles para que se sintieran unidos, pero el estado logró revertir la situación y usar la música como una herramienta muy útil para aturdir y hacer sufrir a los detenidos. Las canciones de artistas como Julio Iglesias, George Harrison y la banda sonora de La Naranja Mecánica sonaban en los altavoces a gran volumen y de forma constante para saturar las mentes de los presos, lo que provocaba daños físicos y psicológicos de gran envergadura”, dijo Chornik al diario británico The Daily Mirror.

 

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