Secciones

Más en The Clinic

The Clinic Newsletters
cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad

Nacional

14 de Marzo de 2016

Este es el epitafio que Julita Astaburuaga siempre quiso en su tumba

En otros pasajes de la entrevista otorgada a Revista Caras (y que hoy reflota dicho medio con motivo de la muerte de la socialité), Julita se abrió y confesó en ese entonces que "a pesar de ser una persona alegre, me tortura mucho la idea de la muerte. Eso me impide ser feliz. Entro al salón de mi departamento, veo tantas cosas y me digo, para qué si me voy a morir. Estoy todo el tiempo pensando en ella, mañana, tarde y noche, es casi obsesivo".

Por

julia-astaburuagabien-a1

A través del matinal Buenos Días A Todos, hoy la socialité Mary Rose McGill anunció y confirmó la muerte de su amiga cercana Julita Astaburuaga a los 96 años producto de un cáncer de páncreas.

Por esta razón es que hoy la revista Caras publicó de manera especial un archivo con una entrevista a fondo a Julita. Fue tal la profundidad que adquirió esa conversación que incluso la socialité reveló lo que le gustaría que dijera el epitafio en su tumba el día en que muriera.

En esa línea Astaburuaga confesó que siempre quiso que este mensaje dijera lo siguiente: “Ha sido una vida tan intensa, tan maravillosa. Podría ser ¡Que viva el champagne!”.

Al ser consultada por cómo han sido sus 96 años, Julita contestó que no se siente más sabia, “pero sí más consciente de todo lo que les sucede a los seres humanos en la vida. Uno siempre aprende, he visto muchas cosas pasar pero he sido siempre de la misma forma, tratando de no hacer daño a nadie y acogiendo a todo el mundo”.

En otros pasajes de la entrevista con Caras, Julita se abrió y confesó en ese entonces que “a pesar de ser una persona alegre, me tortura mucho la idea de la muerte. Eso me impide ser feliz. Entro al salón de mi departamento, veo tantas cosas y me digo, para qué si me voy a morir. Estoy todo el tiempo pensando en ella, mañana, tarde y noche, es casi obsesivo. Después lo borro, me olvido de eso, pero me nace nuevamente. Estoy segura que es la vejez, porque yo no tengo un motivo para ser infeliz. He sido más feliz que desgraciada, no me puedo quejar. Hoy soy autosuficiente y hago todo yo, pero en algún momento me puede pasar algo y la independencia es sagrada para mí. Lo último que se me ocurre es pedir ayuda.

Revisa la entrevista completa de Caras pinchando acá.

Lucía Gallo Da Costa, la heredera de Julita Astaburuaga: “Nací con el don de gente” – The Clinic Online

Notas relacionadas