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Opinión

3 de Noviembre de 2016

Columna: Víctima por ser mujer, mapuche, y privada de libertad

*Por Macarena Albornoz Lorenza Cayuhán es una mujer que dio a luz hace unos días. Lorenza Cayuhán es una mujer perteneciente al pueblo Mapuche. Lorenza Cayuhán es una mujer privada de libertad. Lorenza Cayuhán “es una más” de las víctimas del brazo represor del Estado de Chile que violenta y vulnera derechos fundamentales día a […]

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19 Octubre 2016/CONCEPCION Comunera mapuche Lorenza Cayuhan, quien habria sido engrillada antes y durante el momento del parto de su hija, por personal de gendarmeria. En la fotografia Lorenza desde su habitacion FOTO:JUAN GONZALEZ/AGENCIAUNO

*Por Macarena Albornoz

Lorenza Cayuhán es una mujer que dio a luz hace unos días. Lorenza Cayuhán es una mujer perteneciente al pueblo Mapuche. Lorenza Cayuhán es una mujer privada de libertad. Lorenza Cayuhán “es una más” de las víctimas del brazo represor del Estado de Chile que violenta y vulnera derechos fundamentales día a día. Lorenza Cayuhán ya es madre, pero una madre violentada que fue torturada al dar a luz: engrillada.

El hecho de ser mujer, de pertenecer al pueblo mapuche, y de estar privada de libertad, le significaron, a Lorenza Cayuhán, ser castigada el día de su parto. Nada justifica la violencia ejercida en su contra. Según el Colegio Médico la situación pudo ser distinta, su presidente señaló “Fuera de toda la degradación humana, evidentemente que fue un riesgo”. Es decir, a Lorenza no solo se le sometió a tortura, sino que se puso en riesgo su vida y la de su hija.

Lorenza Cayuhán no debe ser olvidada. Lorenza fue sometida a un trato infrahumano, no tolerable en una sociedad democrática. Lorenza Cayuhán representa a muchas mujeres que han sufrido este igual trato. A miembros de ONG Leasur se les ha relatado que innumerables mujeres han sido obligadas a parir engrilladas.

La violencia ejercida contra las mujeres ocurre de forma cotidiana, y se manifiesta de diferentes formas. En los trabajos al recibir menos salarios, en las isapres al tener que desembolsar más dinero, en la vía pública al tener miedo de transitar por la noche y de sufrir una agresión sexual, en los hogares al temor de ser agredidas por parejas machistas.

La violencia en las cárceles adquiere ribetes inimaginables, las formas de tortura son cada vez más ingeniosas. En los allanamientos se hacen registros corporales vaginales, sin guantes ni por personal médico, en las celdas solitarias se les aplica gas pimienta también en las vaginas como una forma de castigo adicional, y se les infantiliza en el trato diario hasta tal punto que no se les permite decidir si pueden tener un parto de forma digna. Cualquier persona que hace el ejercicio de imaginarse un parto sabe que una mujer que va a parir no tiene movilidad como para fugarse por lo que no se justifican los grilletes.

El caso de Lorenza Cayuhán, y todas las mujeres a las que representa, son un fiel reflejo del abandono estatal de la situación de las personas privadas de libertad, que se agravan si la persona es mujer y perteneciente al pueblo mapuche. Es de esperar que se investiguen los hechos, se juzgue a las personas responsables, y se otorgue una correcta reparación a Lorenza. Desde ONG Leasur instamos a que el Estado de Chile designe el mecanismo nacional de prevención contra la tortura, y se tome en serio su rol de garante, no solo por la vía de intentar mejorar el reglamento de establecimientos penitenciarios, que se ha trabajado a puertas cerradas en el Ministerio de Justicia sin oír a miembros de la sociedad civil, sino a través de la dictación de una ley de ejecución penal y de jueces de ejecución con locación al interior de las prisiones.

*Codirectora de Depto. de DDHH, ONG Leasur.

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