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Entrevistas

11 de Junio de 2023

Alihuen Antileo, único representante indígena en el Consejo Constitucional: “No estábamos considerados en esta fiesta de cumpleaños”

Anihuen Antileo y escaño reservado en el Consejo Constitucional

Alihuen Antileo es el único escaño reservado del nuevo proceso para cambiar la Constitución. En entrevista con The Clinic, cree que es necesario adecuar los ritmos y avanzar atendiendo el nuevo escenario político, donde la mayoría es de derecha. El reconocimiento constitucional, los derechos colectivos y la participación electoral indígena son algunas de sus banderas. Califica como "genocidio electoral" la situación de los otros pueblos, los que quedaron fuera de lo que llama "la fiesta familiar del Estado”.

Por Constanza Pérez

Con 160.870 votos logró el único escaño reservado en el Consejo Constitucional. Alihuen Antileo, hijo de Segundo y Viola, mapuche y chilena, nació en Temuco en el invierno de 1964. Luego de unos años viviendo entre La Araucanía y la capital, partió al exilio a Suiza junto a su madre y su hermana.

Su carrera universitaria tuvo algunos saltos, estudiando primero en Europa, luego ingresando a Historia en la Universidad de Chile, cuando retornó en 1986, y licenciándose de Ciencias Jurídicas en la Universidad de la República en 2014. La vida profesional la ha dedicado a investigar asuntos indígenas, llegando a ser académico y director del programa de pueblos originarios de la Universidad Arcis.

Desde chico estuvo ligado a la política, con un padre que también fue dirigente mapuche. Alihuen, militante de las Juventudes Comunistas cuando volvió a Chile, ingresó al Frente Patriótico Manuel Rodríguez en el momento más álgido del enfrentamiento entre el movimiento y la dictadura. Un “combatiente anti fascista”, se definió en una entrevista realizada en 2018 para el CIIR y The Clinic (ver aquí). Años más tarde, fue vocero y fundador de la Coordinadora Arauco Malleco (CAM), de la que tomó distancia posteriormente. Hoy, es vocero de la Plataforma Política Mapuche (PPM) y consejero constitucional, luego de haber postulado también en el proceso anterior.

Ante de comenzar la entrevista, Antileo advierte: “Yo no doy entrevistas de carácter personal, solo respecto de temas constitucionales y del consejo”.

¿Cómo visualiza este nuevo proceso constitucional, tras el fracaso del proceso anterior y con un nuevo proceso donde la derecha es mayoría?

-Efectivamente es muy diferente del primer proceso, donde había una importante presencia social, un plebiscito de entrada que había señalado claramente el deseo de una nueva Constitución y donde, en la elección de los convencionales constituyentes, había una amplia fuerza por los cambios de la Constitución.

Hoy hay un escenario donde no hay movilización, donde hubo un rechazo, una derrota electoral importante. Por otra parte, el acuerdo que se logró en el parlamento dejó muy disminuidas las opciones de los sectores independientes e indígenas, y eso explica por qué pasamos de 17 escaños reservados a tener solo un representante.

-¿Cómo piensa disputar el espacio? ¿Tiene visualizado con qué fuerzas se pueden encontrar acuerdos en ciertos puntos?

-Con las comunidades y organizaciones que apoyaron y levantaron esta candidatura, se estableció un criterio previo respecto de las propuestas o de las demandas que buscan consagrarse en la propuesta de nueva Constitución, las que se presentarán a todos los sectores presentes en este nuevo Consejo Constitucional.

Sin embargo, hay otro antecedente. Las fuerzas que apoyaron social y electoralmente al actual gobierno, mayoritariamente llamaron a aprobar la primera propuesta, donde habían 50 artículos que beneficiaban a los pueblos indígenas. Por lo tanto, es natural que ese sea el primer arco de relaciones y confianzas, ya que estuvieron dispuestos a apoyar nuestras demandas.

Desde el punto de vista práctico administrativo hay un aspecto que nosotros no visualizamos, y es que existe un funcionamiento interno del Consejo Constitucional que no da cuenta de la particularidad de los pueblos indígenas, pensado en la dinámica que tienen los partidos políticos, donde se constituyen bancadas, las que a su vez integran las comisiones. Por lo tanto, si usted no está incorporado en una bancada solo puede votar, pero no puede hacer uso de la palabra, por lo que acepté la invitación de Revolución Democrática para integrarme a su bancada.

-En esa bancada también está Kinturay Melin, consejera de La Araucanía, y Julio Ñanco, consejero de Aysén…

-Así es. La hermana Melin y el hermano Ñanco tienen también un conocimiento respecto de lo derechos de los pueblos indígenas y podemos coordinarnos de mejor manera.

-Usted manifestó que Chile, al parecer, no estaba preparado para, por ejemplo, la plurinacionalidad. ¿Qué tan fuerte es el impacto que ustedes quieren generar o las propuestas para posicionar en este nuevo proceso?

-Es una constatación de los resultados electorales, aunque también hubo otros aspectos sin una relación directa con la propuesta constitucional, como la crisis económica, el desempleo, la inflación, el retiro de los fondos de pensiones, el clima de inseguridad, la ola migratoria. Todos esos aspectos tienen relación directa con la propuesta.

Creo que la sociedad chilena todavía no está madura para propuestas tan avanzadas, independientemente de que yo las comparta, como la plurinacionalidad. Los resultados electorales arrojaron otros resultados y, por lo tanto, hay que adecuar los ritmos. Sin perder la perspectiva de consagrar mayores derechos para los pueblos indígenas en el largo plazo, hay que atender al criterio objetivo de realidad y de coyuntura que actualmente estamos viviendo.

Para este segundo, ya quedó establecido en los límites de la comisión de expertos que la nación chilena es una sola, de carácter indivisible y que los pueblos indígenas forman parte de la nación chilena, por lo que la plurinacionalidad no es posible. En este escenario, los principales puntos que buscamos posicionar son los que planteamos durante la campaña: el reconocimiento constitucional, que quedó felizmente consagrado en el anteproyecto; algunos derechos colectivos, como los derechos educativos y lingüísticos, y también la participación de los pueblos indígenas de instancias de elección popular, y de distinción política en materias que nos afecten directamente.

La representación en la Convención

-Ustedes son el único pueblo indígena que tiene representación, ¿han tenido conversaciones con los otros pueblos para ser una especie de “voceros” suyos en el Consejo?

-Sí, eso se dio en la etapa de campaña electoral. Conversamos con miembros de organizaciones aymaras, likan antai, changos. En primera instancia, ellos tenían una desafección bastante importante respecto de este proceso, ya que numéricamente no podían visualizar siquiera tener un escaño, porque se nos pedía tener 190.000 votos, aproximadamente, entonces algunas organizaciones optaron por apoyar una de las dos candidaturas mapuche. A mí me corresponde representarlos de manera oficiosa.

-¿Cómo se relacionará con la mayoría del consejo que es republicana, la derecha más conservadora que ha tenido Chile en las últimas décadas?

-Los próximos días tendré que presentar los argumentos culturales, sociales, políticos y jurídicos que me permitan generar un diálogo directo con estas sensibilidades que tuvieron un importante apoyo electoral de parte de la ciudadanía. Ya hay una base, un piso sobre el cuál conversar.

Ahora, por cierto que hay preocupación, porque son sectores que tradicionalmente han tenido una posición más limitada respecto a los derechos de los pueblos indígenas. Pero nosotros venimos con disposición a trabajar. Ante la eventualidad de que nuestras propuestas sean rechazadas, nos corresponderá comunicar al mayor número de organizaciones y pueblos indígenas, qué sectores rechazaron y por qué rechazaron, para que tengan estos antecedentes en una futura relación con los conglomerados políticos, que cada cierto tiempo concurren a los territorios a solicitar el voto.

-Sus principales demandas van ligadas al tema indígena, pero también le tocará votar en otras temáticas como medio ambiente, derechos sociales, temas económicos. ¿Qué otros temas son importantes de posicionar?

-Todas las temáticas son importantes, porque nosotros también formamos parte del conjunto del país, y también atenderemos a los criterios que nos planteen las distintas bancadas.

A nosotros también nos afecta como pueblos indígenas, ya que somos parte de los sectores con menores ingresos, con peores condiciones de salud, educación, vivienda. Por lo tanto, en la medida que se avance en esos derechos, nuestros pueblos serán afectados positivamente. Hay un objetivo general que ayudará a englobar y direccionar los esfuerzos, que es el Estado social y democrático de derecho, que representa un avance significativo respecto del Estado de subsidiariedad que actualmente rige la Constitución.

“La correlación de fuerzas cambiaron sustancialmente en el país”

-Luego de recibir el anteproyecto, ¿qué tantos avances progresistas habrán después de tener la cancha más o menos rayada?

-Está establecido que Chile se organiza como un Estado social de derecho; también hay aspectos importantes a considerar sobre la descentralización del país, lo que beneficia a las grandes mayorías, con la descentralización territorial, administrativa, pero también económica y tributaria.

El hecho que se también se consagren derechos medioambientales, que se considere el cambio climático o que haya un objetivo de legar a las futuras generaciones un medio ambiente y una naturaleza con un esfuerzo de Estado, también representa un avance. Dicho eso, no hay dudas que esto, comparado con la primera propuesta de la convención, puede parecer muy modesto, pero hay que entender que el cuadro político y la correlación de fuerzas cambiaron sustancialmente en el país. Tenemos que atenernos con un criterio de realidad y pragmatismo a avanzar de acuerdo con el nuevo escenario político en que nos encontramos.

-Tuvo que ingresar a una bancada, porque estaba todo pensado bajo una lógica que no los consideraba, también que se les pidió un mínimo de votos, a diferencia de los otros candidatos. Viendo estas lógicas, ¿está con algún sentimiento de discriminación al empezar este proceso?

-Desde el punto de vista institucional, político, que es lo que nos parece relevante en este tipo de análisis, objetivamente había un sesgo discriminatorio hacia los pueblos indígenas, y también hacia los sectores independientes. Hay que recordar que en la primera convención tuvieron una importante participación, y en esta oportunidad se suprimieron las listas de independientes.

En el caso nuestro, hubo claramente una discriminación institucional, y en el caso de los otros pueblos, como el pueblo chango, el likan antai, rapa nui, kawéskar, diaguita, quechua y otros, nosotros lo denominamos un genocidio electoral; los dejaron fuera, como que no existían.

Esto fue como las barreras de entrada que hubo hace ya un siglo en Chile, con un padrón electoral donde se requería tener cierta renta o bienes materiales para poder votar. Ahora nos impusieron esa barrera, vulnerando expresamente el principio de igualdad ante la ley y el Convenio 169 de la OIT, que señala que se debe promover la participación de los pueblos indígenas.

Por ejemplo, la votación más alta del convencional indígena fueron 15 mil votos, de la machi Francisca Linconao. Lo que nos pedían ahora representaba 13 veces más que eso. ¿En qué elección se le pide a los otros candidatos que postulen y tengan 13 veces más votos que la persona que más votos obtuvo en la elección anterior? Eso se hizo con nosotros, y hay varios consejeros que obtuvieron su cupo con 25 o 30 mil votos, lo que no nos parece mal, pero el Peñi Julio Marileo tuvo 145 mil votos y quedó fuera. Claramente hay un aspecto de discriminación institucional, pensado y regulado de esa manera.

Desde el punto de vista personal, en general no veo un trato discriminatorio respecto de mi persona. Al contrario, siento que hay un trato bastante cordial y respetuoso, como con cualquier persona. Teniendo en cuenta que nos constituimos hace un día, eso sí. Tendremos que ver lo que viene más adelante.

Lo que es realmente preocupante, es que producto de esta composición que hay en el consejo actual, los resultados políticos y normativos sí discriminen a todos los pueblos. Eso sí es serio y el riesgo que se corre en este momento. Nosotros no estábamos considerados en esta fiesta de cumpleaños, en esta fiesta familiar del Estado de Chile. Por eso somos el número 51. Nadie nos esperaba y tuvieron que hacer un espacio en la mesa.

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