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22 de Diciembre de 2016La entrevista a Bachelet en el diario El Mundo: “Creo que estamos instalando las bases para un país más justo”
"Creo que hay muchas personas que en privado podrían estar de acuerdo con las reformas, pero que quieren generar un coste político al Gobierno y por lo tanto nos acusan de improvisaciones y errores que no son tales, pero sí logran instalar las dudas en la mirada de los ciudadanos. También es cierto que hay sectores que todavía no logran aquilatar que Chile ha cambiado, que el mundo ha cambiado".
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De fenómenos mundiales -tales como la inmigración, el Brexit, y la irrupción de Donald Trump en Estados Unidos-, y del devenir del país, sobre todo por las reformas estructurales, habló la Presidenta Michelle Bachelet en una entrevista que concedió al diario El Mundo de España.
“También acá han surgido movimientos de personas que no se sienten representadas por las fuerzas políticas tradicionales y creo que se explica porque los partidos no se han logrado ‘aggiornar’ [actualizar] a los nuevos acontecimientos. En cuanto al ‘Brexit’, demuestra el malestar de personas que han sido marginadas, muchas de ellas con menor educación, que quedaron sin empleo por un sinfín de razones, no solo por el libre comercio o la globalización, y que finalmente sienten que el ‘establishment’ no se la juega por ellos. En ese clima de descontento, cuando además la gente percibe lejanas a las instituciones, siempre está el riesgo de crecimiento del populismo o incluso más allá, de la extrema derecha, que apelan a los sentimientos, a lo emocional. Entonces surge la pregunta: ¿cómo se puede votar por una persona que dice esto que acabo de escuchar? En el caso del ‘Brexit’, se dijo que todo era culpa de la Unión Europea y que, cuando el Reino Unido saliera de la UE, volvería a ser lo que siempre fue. O un lema como “voy a hacer América grande otra vez”. Se dirigen al sentimiento de la gente que quisiera volver a un pasado que fue mejor para ellos y eso es completamente emocional, no es racional”, opina la Jefa de Estado.
Lo contrario a ese aislamiento es la apertura de las fronteras para las personas que, desde distintos confines, arriban a un terruño con expectativas de una vida mejor. Al respecto, afirma que “Chile es un país muy abierto. Estamos recibiendo una media de 2.000 ciudadanos haitianos al mes, también colombianos o dominicanos, y, si estas personas consiguen un contrato de trabajo, logran un permiso de residencia y se pueden quedar. Es cierto que en algunos lugares han surgido sentimientos contrarios a la inmigración, pero en otros, como las escuelas, se produce la integración”.
Las reformas
La segunda administración de Bachelet ha estado marcada por el sello de las reformas, desde las tributaria hasta la de la educación. Dice que todas éstas “buscan avanzar hacia un país más moderno, más inclusivo, más solidario”.
Por ejemplo, cita que “en 2016, más de 125.000 estudiantes han cursado sus estudios universitarios de manera gratuita; hemos puesto en marcha dos universidades públicas, en las regiones de O’Higgins y Aysén, que impartirán clase a partir de marzo; y desde 2015 todos los alumnos que cursan séptimo básico en las escuelas públicas reciben un notebook con acceso a internet. Hoy día los jóvenes con menos recursos van a las escuelas públicas, que durante años han carecido de recursos, con infraestructuras y equipamientos en deterioro. Hemos trabajado con mucha fuerza la mejora de estos centros y de las condiciones laborales de los profesores, que a partir del próximo curso tendrán mejores salarios y más tiempo para preparar sus clases y para capacitarse”.
Sobre las críticas de la derecha, responde que “creo que hay muchas personas que en privado podrían estar de acuerdo con las reformas, pero que quieren generar un coste político al Gobierno y por lo tanto nos acusan de improvisaciones y errores que no son tales, pero sí logran instalar las dudas en la mirada de los ciudadanos. También es cierto que hay sectores que todavía no logran aquilatar que Chile ha cambiado, que el mundo ha cambiado”.
Para cerrar, sostiene que “estamos instalando las bases para un país más justo. Si hay reconocimiento de ello, no lo sé. Pero yo no opté a la Presidencia de la República para tener estatuas o calles con mi nombre, sino para hacer lo que tenemos que hacer. Y, si por ejemplo con la reforma educacional logramos que dentro de algunos años todos los niños chilenos tengan una educación de calidad y que la educación además juegue el papel de abrir oportunidades, con eso seré feliz”.