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19 de Enero de 2017Presentan denuncia en Fiscalía Oriente contra exembajador Patricio Hales por abuso sexual, acoso laboral, maltrato y amenazas
Un escrito coordinado por la Fundación “Para la confianza” de José Murillo y respaldado por el abogado Juan Pablo Hermosilla, fue presentado esta jornada en la Fiscalía Oriente. La denuncia, firmada por cinco personas, es en contra del exdiputado PPD y otrora embajador de Chile en Francia, Patricio Hales, a quien una excolaboradora le imputa una serie de hechos de carácter delictual. Hales ya había sido acusado de acoso por una trabajadora de la embajada, sin embargo, el sumario de Cancillería lo exculpó. Consultado por esta nueva imputación, Hales aseveró que esperará tener claro el detalle de las acusaciones y dijo que “no conocía nada de esto”.
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Durante esta mañana, y con el respaldo de la Fundación “Para la confianza” de José Murillo y el abogado Juan Pablo Hermosilla, se presentó una denuncia en la Fiscalía Oriente contra el exdiputado y exembajador Patricio Hales. Los antecedentes fueron, en paralelo, remitidos al partido político.
Según relató Murillo a The Clinic Online, se trata de una acusación por supuesto abuso sexual, acoso laboral y maltrato presentado por una mujer que trabajó bajo las órdenes de Hales cuando éste se desempeñaba como diputado. El escrito contiene el testimonio de cinco personas, entre ellos familiares de Hales, que dan credibilidad a las acusaciones sobre el comportamiento y el carácter del dirigente político. Se estaría, apunta, ante un caso de “abuso sexual contra mayor de 18 años, con el agravante de que se está frente a una serie de situaciones abusivas por parte de una figura con representación pública. Por lo mismo, los hechos fueron puestos en conocimiento del comité de ética del PPD.
Murillo precisa que la imputación se da en el marco de una sociedad que “está cuestionando el abuso de poder contra personas más vulnerables. Acá hay una relación de subordinación laboral de una persona que siendo mayor de edad sufre abuso sexual, maltrato laboral y sicológico y que se mantiene en silencio por la situación de poder de Hales”.
“Nosotros como fundación nos hicimos parte sobre todo por el tema de género que quedemos relevar. Hay un discurso en Chile que no corresponde con acciones. Los políticos dicen que respetan, pero en la práctica son despectivos y abusivos”, asegura Murillo.
-Nos parece aún más grave cuando hay involucrados en estas conductas personas que tienen poder, en este caso político.
-Entre los testigos, ¿hay familiares de Hales?
-Firman cinco personas y sí, hay cercanos a él.
EL CASO DE LA EMBAJADA
El 18 de abril de 2016, mediante la resolución 1042, la Cancillería designó al embajador de Chile en Noruega, José Miguel Cruz, como fiscal especial para investigar la denuncia de acoso laboral de una extrabajadora doméstica de la embajada, la mesoterapeuta Carolina Consmelli, en contra del entonces diplomático chileno en Francia.
En septiembre del año pasado, la indagatoria concluyó y, según explicó Hales en su minuto, a través de una declaración pública, “en la sentencia sólo se me aplicó una censura por no haber controlado personalmente los procedimientos administrativos en relación con las horas extraordinarias de la misma persona y no haber aplicado disposiciones reglamentarias en forma adecuada”.
“Esta sentencia ratifica que eran falsas las acusaciones formuladas en mi contra y que encontraron tanto eco en algunos medios de comunicación en una especie de condena anticipada”, dijo en aquella oportunidad.
En el procedimiento, sin embargo, Cosmelli reafirmó que Hales -quien fue diputado por Independencia y Recoleta durante cuatro períodos seguidos, entre 1998 y 2014 y que había sido designado embajador en Francia en marzo de 2014-, tuvo comportamientos impropios.
Relató que por una larga amistad con María de los Ángeles Swinburn, esposa de Hales, partió a París como asistente personal y que al poco tiempo de estar ahí, Hales comenzó a pedir “cosas exageradas respecto de sus cosas personales”, entre ellos, cocinar alimentos de cierta manera, la entrega rigurosa de sus remedios (aun en días libres) o el cuidado y orden específico de su ropa. Si no cumplía, Cosmelli asegura que Hales se descontrolaba.
La mujer plantea que la situación empeoró cuando sufrió acoso sexual: Hales habría intentado abrazarla por la fuerza y la habría invitado a ver juntos “una película pornográfica”. “No había nadie en la casa ese día, ya que era fin de semana, y la mujer del embajador estaba en Chile”, se lee en la declaración de Cosmelli citada por La Tercera.
En el proceso declararon, además de funcionarios de la embajada, dos hijastras de Hales, I.GH.S (42) y E.GH.S (32). Una de ellas, según consigna El Mostrador, asegura haber sido testigo “en innumerables ocasiones de sus cambios de humor repentinos, y su enojo e ira desbordada por detalles menores. Si un cuchillo estaba mal puesto en la mesa, si no encontraba el descorchador cuando quería abrir el vino, si una camisa estaba mal planchada, podía ir gritando fuerte a la cocina preguntando dónde estaba, cómo era posible, retando y gritándole a quien supuestamente tuviera la culpa”.
En otro párrafo se lee que es posible ver “a las empleadas de la casa tiritando de miedo, incluso llorando por cómo este señor las trataba. A veces no las maltrataba con gritos, sino humillándolas y riéndose en su cara… Desgraciadamente los malos tratos, gritos, asimetrías extremas de poder, eran bastante comunes en esa casa, por lo que no podría recordarlas y enumerarlas todas”.
Consultado por la denuncia, Hales se limitó a señalar: “Me voy a informar de los detalles, no conocía nada de esto”.