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Poder

29 de Abril de 2017

Desafiante discurso de Goic en junta nacional de la falange: “La Nueva Mayoría sin la Democracia Cristiana no existe”

"No hay posibilidad que esta coalición se autodenomine de centroizquierda si no estamos nosotros. Así de claro. No es a nosotros a quienes se nos ha desfondado el barco por la izquierda y yo le exijo al resto de los partidos que si vamos a construir un proyecto en conjunto dejen de lado la política del matonaje", dijo la presidenta y abanderada de la DC en la Junta Nacional donde afirmó que su candidatura no es "un saludo a la bandera".

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Antes de que la DC resolviera su disyuntiva presidencial, la senadora y abanderada de la falange, Carolina Goic, profirió un discurso donde acusó matonaje y amenazas de sus socios y reiteró que va hasta el final. Que lo suyo no es testimonial, ni menos un saludo a la bandera, porque sin su partido no hay coalición de centro-izquierda. Acá el texto completo recogido de Bío-Bío.

“Queridas y queridos camaradas, Al igual que hace poco más de un mes, nos encontramos reunidos en este espacio para, en conjunto, tomar decisiones que trascienden a nuestro propio partido. Estamos quizás, en uno de los momentos más importantes que como colectividad nos ha tocado enfrentar. Los ojos del país están puestos sobre nosotros.

El devenir político de los últimos meses nos ha puesto en un escenario donde las disyuntivas planteadas contraponen las convicciones a los cálculos. “Un debate que ha sido profuso en titulares de prensa, donde nos hemos enredado y nos hemos vuelto a alejar de la gente”.

Las decisiones de nuestros socios de coalición han modificado el escenario original para el cual ya habíamos adoptado definiciones, enfrentándonos a una realidad distinta ante la cual no podemos quedarnos impávidos, carentes de opinión, arrastrados por la marea.

En estas últimas semanas algunos han querido acorralar a nuestro partido, nos han amenazado, nos han dado ultimátum, nos han faltado el respeto, si hasta han dicho que nos falta cariño. Han dicho por ejemplo que esta candidatura es un saludo a la bandera para negociar cupos y cargos. Han dejado entrever que debemos someternos al resto porque marcamos poco en las encuestas, como si la política fuera un concurso de popularidad y no una actividad de ideas y principios, de construcción de propuestas de país, como bien dijo el ex Presidente Lagos, quien recibió un trato injusto frente a un aporte destacable, que valoramos profundamente, de instalar una discusión programática, dialogada y sustentada técnicamente, que proyecta al país en una mirada larga.

También han dicho que estamos amenazando la continuidad de la Nueva Mayoría, pero ahí yo creo que ha faltado un paso previo, la necesaria autocrítica respecto a nuestra situación actual, la precariedad en la que se sostiene nuestro acuerdo. Porque cuando la Democracia Cristiana defiende un punto es porque quiere generar una ruptura, no así cuando otros dejan caer proyectos emblemáticos de gobierno, o buscan pactar por fuera con quienes han sido de nuestros principales detractores. Digámoslo con claridad a nuestro partido se le mide con una vara distinta que al resto de los partidos de la coalición. En circunstancias que hemos sido de leales y lo seguiremos siendo.

Pero que nadie se confunda, nosotros ya reiteramos en nuestra junta anterior que nuestro espacio político está en la centro izquierda, yo soy de las que valora y defiende el entendimiento entre la social democracia y el humanismo cristiano, el eje histórico, sobre el cual he hecho política durante toda mi vida y que tanto progreso ha entregado a nuestro país. De hecho, lo he señalado en forma consecuente-. y a mí me gustaría más que un acuerdo político programático con fecha de vencimiento que seamos capaces de liderar una verdadera coalición de centro izquierda, que se comporta como tal, que acuerda sus lineamientos programáticos, que es capaz de llegar a un acuerdo parlamentario para garantizar mayorías en el Congreso y que procesa sus diferencias y genera acuerdos que garantizan cambios con gobernabilidad.

Y lo más importante sin duda es el debate de ideas, porque si algo ha faltado en estos últimos meses han sido las ideas. Nos hemos vuelto a entrampar en una discusión por los mecanismos carente de contenidos, vacía de propuestas, dando un lamentable espectáculo y donde la gente legítimamente puede preguntarse por qué darnos su apoyo, cuando pareciera que lo único que nos convoca en definitiva es el poder por el poder. No es eso lo que queremos para la Democracia Cristiana. No estamos aquí por los cargos.

A lo mejor la crisis política que estamos viviendo es terreno fértil para populismos y demagogia y sean las ideas las que ya no marcan en las encuestas- quiero creer que no es así. Quiero creer que en este salón somos mayoría los que aun creemos en los proyectos ambiciosos, transformadores, convocantes, de mayorías. Y también quiero pensar que somos mayoría los que aún creemos en nuestro partido. Camaradas, yo me niego al reduccionismo de rebajar la política a la discusión por unos cargos, a defender la zona de confort que representa un puesto de trabajo. La Dc que yo quiero no está para esa discusión. La DC que yo quiero es una en la que el pueblo de Chile se puede reconocer, un partido en la que chilenos y chilenas ven una luz de esperanza. La DC comunitaria y transformadora, la de la Reforma Agraria, la de la Revolución en Libertad, la de Frei Montalva, de Aylwin, de Tomic, de María Rozas, esa es la DC que yo quiero.

Por qué tenemos que aceptar camaradas que nos intenten acorralar. Es que no tenemos acaso la fuerza necesaria para levantarnos y defender con orgullo nuestra mirada. Es que tenemos miedo y estamos paralizados ante aquellos que se sienten ganadores antes de que parta la carrera. Cuidado, la soberbia no es buena consejera y espero que nuestros socios lo entiendan desde ahora, porque nadie tiene el triunfo asegurado. La Nueva Mayoría sin la Democracia Cristiana no existe. No hay posibilidad que esta coalición se autodenomine de centroizquierda si no estamos nosotros. Así de claro. No es a nosotros a quienes se nos ha desfondado el barco por la izquierda y yo le exijo al resto de los partidos que si vamos a construir un proyecto en conjunto dejen de lado la política del matonaje. No es así como se construye coaliciçon. No es así como se construye unidad, no es así como se construye futuro sobre bases más sólidas.

Hace pocos días recordamos a Patricio Aylwin a un año de su fallecimiento y fue inevitable no hacer referencia a mis palabras el día de su funeral cuando, con humildad y en nombre del partido, pedí perdón por los errores que habíamos cometido en el pasado.

Pero hoy estamos aquí no para hablar del pasado, no para mirar hacia atrás. Estamos aquí para hacernos cargo del presente, de aquellas cosas que dependen de nosotros a partir de ahora, donde ya no hay excusas que justifiquen que no actuemos a tiempo.

Camaradas, no podemos volver a pedir perdón. Y es por eso que quiero reafirmar nuestro compromiso con recuperar el estándar ético que tiene que guiar el comportamiento de todos los militantes democratacristianos, sobretodo para quienes aspiran a tener un cargo de representación popular.

Nadie, ínsito, nadie de este partido que haya incurrido en hechos que ameriten una condena judicial o que sean reprochables desde el punto de vista ético, podrá ser candidato o candidata de este partido. En este punto camaradas yo quiero pedirles a cada uno de ustedes, que han sido elegidos por las bases democráticamente, que conforman la instancia máxima de este partido, que sean ustedes garantes del cumplimiento de este estándar ético, esa es la mejor manera de honrar la memoria y el ejemplo que nos dejó don ‘Patricio Aylwin Azócar.

Fue en este mismo salón, hace poco más de un mes, cuando en un acto unitario y fraterno, me honraron al proclamarme como candidata presidencial de nuestro partido.  Había camaradas de todo Chile y se sentía en el ambiente un espíritu de triunfo, un orgullo renovado de ser democratacristiano.

Y desde ese mismo día camaradas yo me puse a la tarea de ser candidata, así estuve en Coquimbo, Atacama, Antofagasta, la Legua, recorriendo territorios, hemos estado generando propuestas y convocando a la gente a nuestro proyecto. Y hemos hecho cosas; hemos estado en La Pintana y en Ñuñoa apoyando a nuestros deportistas, hemos acompañado a la hermana Caterine Mayer en la Fundación Cristo Vive para conocer su labor social y rescatar su propuesta de formación profesional de oficios; hemos denunciado a las empresas sanitarias por los cortes de agua que afectan a las comunas más populares. Hace pocos días presentamos una propuesta para apoyar a los medios de comunicación regionales y comunales como un puntal de la descentralización y planteamos el fin de la integración vertical en las isapres. .. en fin, hemos estado tratando de hacer campaña. Pero ustedes no se han enterado

Pero una y otra vez nos hemos visto obligados a hablar sobre los mecanismos, que si primaria o primera vuelta, como si esos fueran los temas que le interesan a los chilenos. Una y otra vez nos hemos vuelto a enfrentar a través de los medios soportando no solo los ataques de nuestros socios de coalición, sino que también hemos caído en la trampa de enfrentarnos entre nosotros mismos. Cuando me plantearon ser candidata, el mismo día que señale que estaba disponible dije que me gustaría ir a primarias, y fui muy clara, señale también las condiciones que hemos compartido, marco programático, acuerdo parlamentario y acuerdo de comportamiento político interno.

Y esas condiciones no se han dado, no han sido parte del debate. Reafirmo mi convicción de ir a primera vuelta. 

Y esto no es un acto mesiánico de mi parte como algunos han sostenido, ni una búsqueda ciega por el poder, es el resultado de una reflexión desapasionada donde siempre he puesto y voy a poner por delante el bien superior del partido, porque nadie es más grande que el partido. Afuera hay muchos chilenos y chilenas que están esperando oír nuestra voz. Aquellos chilenos y chilenas que han dejado de sentirse representados en una postura de centro político que quiere cambios, pero que los quiere de manera gradual y responsable, en un clima político estable que recupere lag gobernabilidad y se aleje del slogan fácil y rupturista que plantea cambios radicales, pero que nunca explica cómo realizarlos en un clima de crecimiento y paz social. A esa gente camaradas que dejó de ir a votar no podemos dejarlos nuevamente sin una opción que los represente.

Nosotros no estamos aquí para ser comparsa de las ideas de otros mirando desde la vereda del frente. Yo me niego a entregar otra vez un cheque en blanco más todavía en la indefinición política y me niego también a dejar el camino libre a una derecha recargada que promete más de lo mismo y que nos quiere arrastrar hacia una sociedad individualista carente de toda solidaridad y espíritu comunitario.

Camaradas, un partido que se arrodilla no puede aspirar liderar nada, menos puede negociar algo. Estamos en una encrucijada histórica donde lo que decidamos hoy aquí no solo marcará el futuro de nuestro partido, sino que además influirá en los destinos de Chile.

Yo estoy convencida que la gente nos dará su apoyo en la medida en que nos vean unidos, defendiendo con convicción nuestros principios y luchando por sus sueños. 

Esta no es la tesis del camino propio como algunos han tratado de instalar, nada más alejado de la realidad. No estamos por el camino propio, nosotros estamos dispuestos a formar parte de un conglomerado de centro izquierda pero no a cualquier precio, no bajo amenazas y no con cualquier programa. La DC tiene propuestas y las vamos a defender. 

También hay quienes han señalado que lo más probable es que yo, por ahí por agosto, voy a bajar nuestra candidatura. Quienes han planteado esa posibilidad no me conocen, no conocen a los demócratas cristianos.

Yo no asumí este desafío para hacer un saludo a la bandera, no asumí este desafío para defender cupos o cargos, yo estoy aquí para dar mi alma entera en esta carrera que no es mía, sino que de todos nosotros, de la Democracia Cristiana. Por eso camaradas, hoy aquí mirándolos a los ojos quiero pedirles su apoyo, sobre nuestros hombros descansan las ilusiones de muchas familias, el malestar de aquellos que prefirieron quedarse en sus casas en vez de ir a votar, de aquellos que quieren volver a confiar. Los que no quieren ni retroexcavadoras ni una nueva empresa de demolición que barra cada cuatro años las cosas buenas que hemos hecho, los que en vez de polarización quieren el encuentro, que aspiran a una sociedad sin abusos, más justa, y nos están mirando, nos están mirando atentamente, están esperando a ver si nosotros somos capaces de responder a sus expectativas.

Ustedes me escogieron para dirigir este partido, me pidieron encabezar la candidatura presidencial y lo hicieron en forma unánime, yo sé que no son tiempos fáciles, pero a los líderes no nos corresponde dejarnos pautear por las encuestas, nos corresponde ser capaces de cambiar el rumbo. Ahora, cuando el viento sopla, y pareciera que el barco corre el riesgo de perder la ruta, es cuando más firme tenemos que tener el timón, porque lo tenemos en nuestras manos, los ojos están puestos sobre nosotros y estoy segura de que seremos capaces en la discusión que vamos a tener hoy día, de estar ala altura de lo que la historia nos demanda. El debate de hoy día no es la modalidad de votación, yo no voy a permitir, creo que en el fondo ni siquiera es el mecanismo, es sobre lo que la democracia cristiana compromete a nuestro país. El debate no es entre izquierda o derecha, el verdadero debate es entre pasado y futuro y yo camaradas apuesto por el futuro y los invito a que salgamos de aquí con la convicción de que podemos hacerlo. Que nosotros estamos llamados a liderar el futuro de nuestro país.

Les hago este llamado en el marco de una invitación a la unidad de la centroizquierda, pero en una coalición distinta más unitaria, más eficiente que logra construir un acuerdo parlamentario y expresar su diversidad como una fortaleza, una coalición con bases sólidas, que es capaz de construir mayorías. Eso requiere una democracia cristiana fortalecida, que renace desde su identidad, en un acuerdo que hace de nuestras diferencias una fortaleza, que no hace de los mecanismos camisas de fuerza.

Camaradas quizás muchos sientan que estamos decidiendo sobre lo seguro y el riesgo. Que escogemos? El camino de Frei, que nos dijo ‘el día en que nos den a escoger entre la libertad y el pan, escogemos la libertad para seguir luchando por el pan’. 

Yo no quiero un partido atrincherado, pidiendo permiso para existir, no quiero un partido populista que siga a un caudillo, quiero un partido grande, de vanguardia. Yo quiero un partido grande de muchos y muchas líderes, con voluntad de ganar, que esa sea la voluntad, la convicción que decida el destino de esta junta y selle el destino de la democracia cristiana.

Muchas Gracias”.

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