Columna: Bien truchos los salmones

Por Sebastian Kohan Esquenazi

Dicen que decía un poeta que Chile no es un país sino una geografía. Dentro de la geografía poética del mundo eso es muy cierto, sin embargo, dentro de la geografía política todo es, lamentablemente, muy diferente. Efectivamente, en esa franja angosta al costado del mar, hay un país que se encarga y se empecina en hacer pedazos su geografía. Y otra vez, en el cuento de nunca acabar, aparecen los desarrollistas creyendo que la única manera de generar desarrollo es destruir la naturaleza, hacer dinero fácil y seguir vendiendo el país de a pedacitos. Menos mal que dentro de este país todavía queda gente que cree que vale la pena respetar la naturaleza, la cultura, la historia, las costumbres, los ecosistemas y las personas. Personas que creen en el respeto y la paz entre los seres humanos y tienen la valentía de levantar la voz, a riesgo de que se enojen los de arriba. Si en este país hubieran más salientes, los de arriba no la tendrían tan fácil. Si no hubiera tanto miedo a expresarse por riesgo a no caerle bien a los jefes, otro gallo cantaría. Pero no, ahí siguen algunos, viviendo en silencio, dejando que la hipocresía se apodere de sus vidas.

La historia es fácil. Hace unos días fue despedido de su cargo el Director del Museo Antropológico Martín Gusinde de Puerto Williams, Alberto Serrano Fillol, por manifestarse en contra de la instalación de salmoneras en la isla.

Además de fungir como director del museo y ser un ciudadano más de la isla, es autor, a la par del realizador audiovisual Cristóbal Azócar, del premiado documental Tánana. Estar listo para zarpar, acerca de la historia y el espíritu del pueblo yagán. Aquí el link de la película, liberado, para que lo disfruten).

TÁNANA – Estar listo para zarpar from Tecleo Producciones on Vimeo.

Años de experiencia que lo legitiman para hablar del tema que ahora nos concierne. Vamos a dejar que nos cuente él mismo de qué se trata todo esto. Entrevista y documental, todo por el mismo precio.

Alberto, cuéntanos qué fue lo que pasó.
Bueno, fui despedido de golpe y arbitrariamente de mis funciones. Para esto se argumenta que participé en marchas y manifestaciones que alteran el orden público. Sin embargo algo así no existe en esta localidad, Puerto Williams es
muy pequeño y las manifestaciones son algo totalmente pacifico y tranquilo, familiares de hecho. Participé además
en estas manifestaciones siempre fuera de los horarios de mis deberes laborales, haciendo uso de mis derechos ciudadanos legítimos. La súbita instalación de salmoneras nos ha hecho movilizarnos a muchas personas aquí en la isla, lo cual motivó el inicio de una persecución política para varias personas, que en estos momentos significa mi
despido.

¿Cómo es eso, como ha sido esa persecución?
En esta persecución, liderada por el ahora ex gobernador -pues él fue sacado ya de la isla- ellos generaron un reclamo contra mi persona a nivel central en nuestro servicio, el Servicio Nacional del Patrimonio del cual depende el Museo. Eso dio pie para que revisaran los antecedentes, los que fueron desestimados, tal como lo acreditan documentos oficiales del servicio. De hecho, ni siquiera correspondió levantar un sumario ni nada.

Sin embargo, después de que se establece eso, un mes y medio después, de golpe, me llega esta notificación de que estoy siendo despedido del servicio y destituido de mi trabajo como Director del Museo Antropológico Martin Gusinde. La verdad es que no entendí nada, quedamos totalmente sorprendidos por la arbitrariedad.

Lamentablemente todo se produce en momentos en que la isla está movilizada y en alerta para tratar de impedir que se instalen las empresas salmoneras, que son una amenazada comprobada, una industria dañina y destructiva, no solo
del medio ambiente sino también de las comunidades locales entre las cuales se instala. Basta solo con darse una vuelta por Chiloé para verlo. Y, por lo tanto, mi postura les incomoda porque, además de mi postura personal que he
manifestado públicamente, mi rol como Director del Museo es justamente el resguardo y conservación del patrimonio cultural y natural del archipiélago, esa es la razón de ser de la institución que dirijo y del servicio para el cual trabajo, por lo tanto sería absurdo que yo me mantuviera indiferente a lo que está ocurriendo. Es una amenaza muy grande para la cultura yagán, para el patrimonio del archipiélago y el medio ambiente. Además en un territorio que esta declarado Área de Desarrollo Indígena por el Estado Chileno y Reserva Mundial de la Biósfera por la UNESCO.

¿Cómo se produce la llegada de las salmoneras hasta aquí?
Esto es un proceso largo que quienes vivimos aquí por años, hemos visto como se ha ido avanzando en las gestiones para su instalación. No se ha respetado la voluntad ciudadana y se les ha renovado las concesiones a las empresas sin haberse instalado a producir dentro de los plazos que duran sus concesiones.

En esta isla no somos muchos habitantes, por lo que hemos podido apreciar y experimentar lo irregular de estos procesos.

¿Como qué cosas?
Como el año 2009, cuando participamos en proceso de consulta ciudadana para el establecimiento de los usos del borde costero, para la zonificación del borde costero. En ese proceso la ciudadanía votó que no quería acuicultura en el archipiélago, sin embargo, tras ese resultado, decidieron dejar nulo y sin efecto todo el proceso que se había realizado, e instalaron a la acuicultura como una actividad preferente, supuestamente avalada por la ciudadanía.

Bien trucho el asunto…
Así es. Tampoco está claro como obtuvieron su resolución de calificación ambiental. Y lo que no entendemos es porqué, si ya tenían las concesiones otorgadas el año 2004, porque ahora este año 2019, llegan de golpe a la isla.

¿Y que daños producen las salmoneras?
Respecto a la amenaza que representa la industria salmonera creo que no hace falta explayarse tanto porque son daños que ya están sumamente comprobados, sobretodo por el desastre ecológico y social que dejan y del cual el archipiélago de Chiloé sobre todo, ha sido el principal damnificado. En lo que a mi concierne es una tremenda amenaza para el patrimonio arqueológico, pues aquí en el archipiélago estos sitios se concentran en el borde costero, fruto del habitar por más de 6000 años de las poblaciones canoeras y el pueblo yagán. También es una amenaza para la base cultural y la estructura social del pueblo, el cual es muy pequeño y arriesga convertirse en un enclave centrado en la salmonicultura. Y para que hablar del riesgo para la pesca artesanal de centolla y centollón, que es parte constitutiva de la identidad local y una labor que de alguna manera ha permitido la duración en el tiempo de la tradición navegante del pueblo yagán, que ha sido privado de la navegación ancestral.

Las familias actuales del pueblo yagán se encuentran en pleno proceso de revitalización cultural, han logrado sobrevivir a la masacre que implicó la instalación del proceso colonizador aquí en el territorio y actualmente están revirtiendo esa situación, y justo ahora llega esta industria que ha demostrado ampliamente su irresponsabilidad con las comunidades y los ecosistemas. Por eso es que la comunidad yagán se manifiesta totalmente en contra de la llegada de esta industria.

¿Y ahora tienen la visita de los reyes de Noruega?
Efectivamente ahora tenemos la visita oficial de los reyes, justamente del país al cual corresponden los capitales de la empresa Nova Austral, la que se está instalando en nuestros mares.

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Una vergüenza, la verdad. Demasiadas truchadas por parte de los salmoneros. Demasiada liviandad para destruir ecosistemas y vidas humanas. Demasiada facilidad para causar daños irreversibles por unas monedas. Demasiado surrealista que aun existan reyes y que algunos sean noruegos y vengan de visita, sonrientes y rozagantes, disque para conocer el sur y haciendo lobby encubierto. Reyes noruegos haciéndose los suecos. Demasiado silencio de la
UNESCO, que no se entiende para qué declara tantas reservas y tantos patrimonios de la humanidad, si cuando se unen los truchos, los salmones y las pirañas, miran para otro lado silbando bajito.