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Coronavirus

22 de Abril de 2020

Maternidad en medio de la pandemia: Los recién nacidos en la era del coronavirus

Imagen de referencia. Foto: Pixabay

Si bien la mayoría de los estudios científicos más recientes se han enfocado en buscar cómo afecta el Covid-19 a los recién nacidos, poco se sabe de sus progenitoras. The Clinic conversó con algunas madres que relatan los dolores que trae dar a luz en tiempos de coronavirus y cómo han aprendido a prescindir de abuelas y parejas por las normativas que obligan a mantener la distancia social. Por otro lado, los expertos llaman a no descuidar las necesidades afectivas tras el parto, no sólo del bebé, sino también de la mamá.

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Baltazar nació una semana antes de que se decretara el ingreso a la Fase 4 del coronavirus en Chile. Desde ese día, la comediante Alison Mandel prácticamente sólo comparte fotos con su hijo recién nacido en Instagram, recorriendo distintas locaciones de su casa en cuarentena: la pieza, el living y el patio.

“No fue un embarazo fácil, incluso antes de que se gestara. Tuve seis de los nueve meses en reposo, y tampoco está siendo tan fácil ahora por la pandemia”, relata en conversación con The Clinic. En dicha red social ha revelado detalles de sus primeros pasos en la maternidad: Tardó cinco años en embarazarse, su parto tuvo complicaciones y la cesárea le dejó heridas que aún le provocan malestar. Y todo esto en un contexto de pandemia mundial por el Covid-19. “Luego me viene la depresión post parto, tengo la convicción que vamos a morir y luego como chocolatitos para que pase el mal pensamiento. Y así unas 10 veces al día”, cuenta.

El fin de semana publicó una imagen sonriendo mientras amamantaba a Baltazar. En ella relataba el camino de la lactancia: “Yo leí, me asesoré, entendí perfecto lo del acople, vi videos, y aún así fue muy terrible y sin duda el peor dolor que he sentido en mi vida. Pasé noches llorando y sudando de dolor mientras tenía que amamantar igual, me puse las cremas caras y las baratas, puse las pechugas al sol, me saqué leche y se la di en mamadera y el dolor era una cosa horrenda. Y de pronto la cosa empezó a fluir”.

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Para Alison, el proceso de apego entre madre e hijo no ha tenido problemas. “Estamos aquí, encerrados los dos, todos los días, las 24 horas juntos”, dice. Sin embargo, subraya que “lo triste ha sido que mi familia no ha podido ser tan partícipe. Uno lo que más anhela es tener a su mamá cerca en estas situaciones, si uno tiene la suerte de tener una buena mamá, que es mi caso”. 

Estos días ha mantenido contacto diario con sus familiares y amigos a través de videollamadas. Varias de sus seguidoras le han dejado consejos y relatos de su propia experiencia en Instagram. “No me imagino la angustia que deben sentir las mujeres que están embarazadas que tienen que ir ahora a parir a una clínica. Debe ser mil veces más terrible”.

EL EMBARAZO

Karina Núñez (31) está a punto de cumplir las 37 semanas de embarazo de su segundo hijo, Amaro. Vive en la comuna de La Granja con su pareja, Claudio Álamos (36), y su otra hija, Antonella (7). Le quedan seis meses para cumplir su libertad condicional y está cumpliendo el prenatal que le concedieron en la fábrica de galletas “Las Condenadas”, que ofrece reinserción laboral a personas que estuvieron privadas de libertad.      

Ella confiesa que “de repente me siento sola. A Claudio le ha costado encontrar trabajo, porque tiene antecedentes, igual que yo. Aunque ahora está trabajando con mi tío en una botillería. Mi mamá se fue a vivir a Maipú. A mi hija la tuve que mandar donde mi hermana, porque no me han pagado mi licencia. El Compin se ha demorado demasiado. Pedí licencia en marzo y estamos súper mal de plata”.

Al igual que en el caso de Antonella, se ha atendido todo su embarazo en el Hospital Padre Hurtado de dicha comuna. Sin embargo, ha sentido la diferencia entre ambos procesos. “El primero fue más lindo. Me cuidaban más, se preocupaban de todo. Me controlaba el mismo doctor, que sabía mi historial médico, todo. Me sentí acompañada en todo momento. Ahora no. Cuando voy, no sé quién me va a atender. Me atiende cualquiera que esté de turno. Ya no es como antes”, dice.

Imagen de referencia. Foto: Pixabay

Claudio reconoce que a veces ve que “Karina se estresa. Ha estado nerviosa, un poco inquieta. Quiere que puro nazca el niño y que nazca sanito”. Además, cuenta que ha debido lidiar con la tristeza de la muerte de su abuela hace un par de días, quien fue “una persona que me crió de chico, era como mi mamá. Ayer fuimos al funeral. Ella era un apoyo mío”. 

“A mí se me ha complicado mucho. Pensábamos que íbamos a recibir algún bono, pero nada. En todo caso, no lo necesitamos. Yo trabajo, lo poco y nada que uno gana es para sobrevivir. Mi suegra también nos ayuda. Sin embargo, hay que comprarle las cosas al niño y tampoco puedo despreocupar a la niña, a la Karina y las cosas de la casa. Ahí estamos luchando por salir adelante. Esperamos que el Amaro sea la bendición de nuestro hogar”, señala.

NEONATOS VS CORONAVIRUS

A mediados de marzo, fueron publicados los dos primeros estudios sobre cómo afecta el Covid-19 a los recién nacidos. Las investigaciones provenientes de Wuhan, China, sometieron a análisis a un total de 13 mujeres embarazadas que dieron positivo por la enfermedad. 

Tras analizar muestras del cordón umbilical, el líquido amniótico, la leche materna y la garganta de los niños, concluyeron que no existe posibilidad de contagio vertical intrauterino. Todas las guaguas habían nacido libres del virus y sólo dos de ellas tenían erupciones cutáneas que desaparecieron a los pocos días, sin necesidad de ser tratadas. 

Sin embargo, casi un mes después, el Ministerio de Salud de Perú anunció el primer caso de un recién nacido con coronavirus. El parto fue por cesárea y, según las propias autoridades sanitarias, se realizó bajo “estrictas medidas de seguridad” en un hospital de la ciudad selvática de Moyobamba. Si bien se especula que el contagio se produjo a través de la placenta -lo que lo convertiría en el primer caso a nivel mundial- expertos consultados por el diario El Comercio explicaron que la única forma de saberlo es a través del test molecular. 

Por otro lado, en Chile aún se mantiene la duda sobre el contagio de una guagua que comenzó a presentar síntomas el mismo día que nació. Su madre dio a luz el pasado 8 de abril en la ciudad de Temuco, compartieron pieza con otras dos personas y, tras confirmarse el diagnóstico, los cuatro fueron enviados a cuarentena obligatoria. Hasta ahora se desconoce cómo contrajeron la enfermedad. 

“Estamos frente a una cascada de información”, advierte la matrona del Hospital San Borja Arriarán y académica de la U. Diego Portales, Patricia Duarte. En conversación con The Clinic, la especialista explica que, a través del trabajo conjunto de la Sociedades de Pediatría e Infectología, se “ha ido filtrando la información y nos han dado un poco más de certezas”.

Sin embargo, reconoce que ha empezado a “haber una serie de conjeturas, temores, miedos que no tienen fundamento, que no sabemos de dónde vienen, si tienen o no evidencia científica. Además, la evidencia científica que podemos tener hoy en día nace en enero y febrero, son relatos de hechos y cuentan la historia de cómo ha ido evolucionando un caso en algún lugar determinado. Por eso estamos con altura de miras, sabiendo que mañana vamos a saber un poquito más de lo que sabemos hoy día de la enfermedad”.

Más tajante es la visión del dr. Luis González, neonatólogo del Hospital Clínico de la U. de Chile. Apegado a las investigaciones científicas, subraya que “no hay evidencia de contagio durante el embarazo de la madre infectada al recién nacido” y considera “absolutamente descartada” la posibilidad de transmitir el virus a través de la leche materna. Incluso plantea que “estos niños pueden amamantarse directamente del pecho de su madre y ella sólo debe tomar los resguardos necesarios”, tales como lavado de manos y uso de mascarilla. 

LA MATERNIDAD 

Nicole Rivera (31) vive en Ñuñoa, es profesora de historia y su segunda hija, Rafaela, nació el pasado 3 de abril. Desde el lunes 16 de marzo, mientras estaba embarazada, comenzaron junto a su pareja una cuarentena voluntaria. El proceso sufrió varios cambios. Pese a que en la Clínica UC se fomenta el parto natural, junto a su pareja optaron por una cesárea planificada, debido al toque de queda y las restricciones.

Además, el doctor que la había atendido siempre y que incluso la asistió en el parto de su primera hija, Trinidad (4), ese día estaba sometido a cuarentena. “A mí me atendió alguien que no conocía. No tuve ningún problema ni nada, pero fue un trato muy impersonal. Nos conocimos el mismo día del parto. Fue complicado porque no había sido un embarazo muy sanito, estuve dos veces hospitalizada antes y de hecho me lo adelantaron, nació a las 39 semanas”, cuenta.

Nicole subraya que “ambos partos fueron súper distintos. En la clínica no podíamos recibir visitas, sólo Raúl, mi pareja, y nadie más. En el primer parto le sacaron fotos a mi hija, habían familiares. Acá no, estábamos solos. De hecho, actualmente, a la Rafita no la conoce nadie de mi familia”.

Yo he roto en llanto estos días. Estoy con todo lo que son las hormonas, con una recién nacida y mi otra hija encerradas, y pensar que no tienes para cuándo. Trato de no contaminarme mucho, meditar un poco cuando puedo, pero se hace difícil”, relata.

Imagen de referencia. Foto: Agencia UNO

Su madre, María Vega (67), concuerda: “Yo a ella la he visto muy nerviosa. Ha pasado muy mala noche con ella. La niña llora y llora. Se me ocurre que también está muy tensa por esta situación. Yo le digo que esté tranquila, que ya va a pasar. Pero ella se siente muy desesperada”.

María vive junto a su esposo de 73 años. Ambos son población de riesgo frente al Covid-19, por eso su régimen de cuarentena ha sido bien estricto. Ella tuvo un infarto, pero el caso de su pareja es el más complicado. Sufrió un paro respiratorio hace algunos años que lo dejó con secuelas. Además, es paciente de Alzheimer. “No sé qué vamos a hacer. Es desesperante estar así. Uno siempre como mamá quiere estar al lado de sus hijas y hacerle cariño a sus nietas. Abrazarlas, besarlas, y no he podido. A algunas les entra la depresión post parto. No le vaya a pasar eso a mi hija”, dice con la voz quebrada.

NO SON DÍAS PARA NACER

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), un bebé se considera un recién nacido durante los primeros 28 días de vida, pero al mismo tiempo recomienda que la lactancia permanezca como alimento exclusivo por al menos los seis meses. Durante todo ese período, el apego entre una madre y su guagua es clave.

El neonatólogo Luis González explica que durante este tiempo, los recién nacidos “tienen sólo necesidades relacionadas al contacto con su madre, que se dedican a su alimentación y cuidados generales. Por lo tanto, el confinamiento en términos generales no los afecta, ya que su mundo y su desarrollo psicológico funciona en torno a este pequeño espacio que genera la madre con su hijo”.

Por otro lado, la matrona Patricia Duarte define el apego como “un momento tan íntimo que es como tener una placenta que te acompaña, como si el cordón umbilical no se hubiera cortado en términos de provisionar amor”. No obstante, aclara que este concepto “no está solamente vinculado a la lactancia, sino que todos los procesos como el cuidado del niño, la protección y el afecto son actividades sensibilizantes de este vínculo”.

Imagen de referencia. Foto: Agencia EFE

Ella explica que en Chile, durante los últimos años, los servicios de maternidad avanzaron mucho en la idea de proteger la vinculación al momento de nacer, con prácticas tales como el acompañamiento a través de la pareja o una persona significativa, promover la lactancia precoz, prolongar los horarios de visita en caso de hospitalización de la guagua, mantener a la madre y al recién nacido en el mismo lugar, entre otras. Sin embargo, según la académica de la U. Diego Portales, todos estos avances han sufrido un retroceso con la pandemia. “Este escenario no es favorable para nacer”, advierte.

Subraya que “podríamos echar a perder algo que ha sido muy importante, como el apego, con algunas medidas muy estrictas. Se desarticula un movimiento tan íntimo, no solamente para el bebé, sino para la madre. Parece ser que el bebé es más plástico, se adapta a los cariños de otras personas. Por ejemplo, en neonatología se había maternizado mucho la práctica del acercamiento, del tocar, del hablar, del susurro, del ambiente seguro, de bajar los ruidos, de contener, de hacer mimos”.

Por esta razón, llama a poner especial atención en las madres en caso que estén contagiadas por Covid-19. “El sentimiento de culpa de ella, la sensación de abandono, la inseguridad materna puede generar estallidos de depresión. Son situaciones que se deben considerar, que no se deben desatender bajo ningún punto de vista”, concluye.

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