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Entrevista Canalla

15 de Enero de 2021

El último Cretton: “Me han preguntado si perderé las ganas”

Jean Philippe ha hecho noticias por todas partes. Está pleno, está feliz. Está enamorado. No tendrá más hijos, por su lado no hay más Crettones y no se arrepiente. Confiesa ser amarillo. Confiesa que tiene muchos estilos. Y al fin, después de año, volvió a componer.

Por

El martes, de pronto, este hombre volvió al arte. El artista, que ha copado portadas por estar enamorado de una figura indomable de la televisión o porque se operó drásticamente el órgano sexual, estuvo muy inspirado la tarde del 12 de enero. 

-Hice una canción- revela, musicalmente feliz. 

El bohemio sintió la inspiración, sin motivo alguno. Según parece estaba tendido, abstraído, y un rayo creativo lo fulminó. Entonces ahí Jean Philippe Cretton, el músico Crettino, el animador de músicos en CHV, el pololo de la Fiera, de la Negra, el infértil por voluntad propia, por filosofía, este chileno de 35 años con cara de progresista europeo, el propietario de los mejores ojos del mercado televisivo, ahí, paf, tras un año completo sin inspirarse, un año vacío, opaco, con la creatividad empañada, tomó la guitarra y lo hizo.

-¿Qué hizo?

-¡Música, compadre!

Y agrega:

-Terminó el bloqueo, amigo -informa iluminado.

Esa es una parte de la historia.

Una parte de su vida al fin se desbloqueó.

Otra parte de su vida se bloqueó para siempre.

Bloqueo

Hace unos días, ya es sabido, se hizo una vasectomía y se bloqueó el fluido viril. Fue noticia. Su falo, de cierta manera, fue una portada. Los medios dedicaron amplios reportajes al estado de su órgano. El artefacto del artista había dejado de ser fértil. 

-Se dijo tanta tontera -susurra.

-¿Qué dijeron?

-Algunos dijeron que me habían cortado el pene.

Al reportero se le escapa un fino aullido.

-¿Su pene está bien? -consulta con naturalidad.

-Sí, está bien.

-¿Dijeron más cosas?

-Me han preguntado si cambia la voz. Me han preguntado si perderé las ganas. Me han preguntado si me cortaron los testículos…

-Una locura. Los testículos no se cortan…

-¡Imposible!

-¿Por qué lo hizo? ¿Por qué no quiere traer más humanos al planeta?

-Me da lata empezar de nuevo.

-¿A qué se refiere con eso de “empezar de nuevo”? ¿Al acto de criar? ¿Al hecho de dormir mal, mudar pañales?

-He pensado en cosas más graves. Por ejemplo, el que me pudiera pasar algo a mí. Y, digamos, dejar a un ser a la deriva.

Jean Philippe tiene una hija que se llama Moana. Va a cumplir 7 años. El músico le informó, sin detalles, de la operación. Le explicó marginalmente, mientras comían, los efectos que va a generar la intervención: Moana no tendrá hermanas o hermanos con el apellido Cretton. Moana, que más encima no se parece en ningún rasgo a Jean Philippe, tuvo la siguiente reacción.

-Ah.

Y luego dijo:

-¿Me pasas la lechuga?

No vendrán más Cretton, piensa Jean Philippe, pero sí pueden venir más Igualt, el apellido de la madre, su ex, una diseñadora en edad reproductiva. Moana puede tener hermanas y hermanos. Lo que ocurre, simplemente, es que no tendrán la sangre de su papá.

-¿Duele?

-Qué.

-¿No dar hermanas o hermanos Cretton a tu hija?

-Esto es algo que yo venía pensando hace mucho tiempo. No es de ahora.

-¿Pamela Díaz influyó en su decisión?

-Nada.

-Hubo quienes dijeron que ella se lo propuso…

-Nada. Ella sólo supo al final mi decisión. No tuvo injerencia alguna. 

-¿Ustedes hablaron de tener hijos?

-En talla. Como no tengo un hijo hombre imaginábamos un Jean Philippe en chico. Pero, en verdad, ella ya tiene tres hijos. Y no. No estábamos pensando algo así. La Pamela no quería tener más hijos.

Dice que, en términos físicos, no duele. Son veinte minutos. Es un antes y un después. En tan corto el pabellón y tan larga la infertilidad. Tal vez, piensa Jean Philippe, ahí en la camilla, en la previa, puede venir un destello de titubeo, un micro arrepentimiento. Pero es una sensación fugaz. Todo pasa rápido, sin dolor, sin tantas vueltas. Asegura que, además, es un acto de apoyo a la pareja, para que evite el consumo de anticonceptivos. Proyecta que será una tendencia del futuro: hordas de jóvenes se bloquearán los conductos, en el futuro ocurrirán menos partos, se achicarán las familias. Seremos como los chinos.

-Muchas veces –afirma – los doctores reciben a jóvenes de 18 años que se quieren hacer la vasectomía y a los doctores se les produce una reflexión ética…

-Le parecerá extraño, Jean Philippe, pero en términos metafóricos… ¿qué tipo de relación tiene usted ahora con su órgano?

-Muy buena.

-¿Siente que su órgano se pudo haber enojado por lo que le hizo?

-Para nada. He notado que seguimos siendo amigos.

-Es, digamos, un alivio. Pensé que se podrían haber distanciados. Mal que mal usted permitió que lo acuchillaran.

-¡Pero él lo entendió!

-¡O usted cree que él lo entendió!

-No, no. Ha sido comprensivo. Él ha entendido el objetivo…

-Y justamente, Jean Philippe, pensando en su órgano: se tiende a pensar que una vasectomía es la puerta de entrada al sexo compulsivo, ¿cree que sea así?

-Noo. No creo. O sea, claro, hay una cosa de que uno se siente más libre… ¡Menos mal que estoy en pareja!

Ríe amenamente el artista.

El reportero lo mira con intensidad. Es bellísimo ese señor, piensa con hombría. Es un James Dean en horario prime. Un Kurt Cobain ajustado al sistema. Pero es el último Cretton.

-¿Sabía que las vasectomías pueden ser reversibles?

-Sí.

-¿Puede ser que en el futuro quiera desbloquearse los conductos?

-No, amigo.

-¿Es una respuesta definitiva?

-Si existe esa posibilidad, yo no la estoy considerando. 

Es definitivo: Jean Pihilippe Cretton no tendrá más descendencia. Moana Cretton será la gran heredera.

El desbloqueo

Lo cierto es que, al mismo tiempo, mientras un tubo concreto se cierra, aquel por el que circulan los espermios desorientados, otro tubo místico se abre. Se bloqueó el conducto de la fertilidad, pero se desbloqueó el tubo del arte. El tubo del ritmo, de lo imaginativo. Y, como vimos, Jean Philippe, quien al parecer es más un artista que un obsesivo de la fertilidad, este martes engendró una partitura.

-Puta, no sé, desde hace más de un año que no hacía una canción.

-¿Qué lo tenía bloqueado?

-Yo creo que todo influyó. Yo me separé en agosto del 2019. Vino el estallido social. Echaron a todo el equipo que trabajaba conmigo en televisión. Apareció el coronavirus. Todos quedamos hecho pelotas.

-¿Tomó la guitarra durante este periodo?

-Traté.

-¿Qué pasó?

-No podía. Me sentía sin talento. Esto nunca me había pasado, toco desde los 17 años.. Y más encima, yo pensaba…

-¿Qué?

-…puta… hay gente muriendo… ¡cómo voy a estar cantando si hay gente muriendo!

Esa tarde del martes se empecinó en obtener una melodía. Tomó el instrumento y pensó en el amor. Y al rato, en un trance, compuso una frase:

“Escuché un susurro que viene de otras tierras…”

Luego decidió que la canción sería en inglés. Debía ajustar la métrica a otro idioma.

-¿Por qué quiso hacer la canción en inglés?

-Creo que por huevear.

Y, paradojalmente, tras una mediática vasectomía, Jean Philippe Cretton grita:

-¡Pico!

-¿Cómo dice?

“-¿Está enamorado?
-Sí.
-¿Es el amor de su vida?
-Es muy probable”.

Es un momento de sorpresa. El reportero, truculento, imagina que Jean Philippe se ha arrepentido, que clama en símbolos por su falo. La angustia es gigantesca.  

-¡Pico!- insiste el músico, con la voz quebrada y al reportero se le parte el alma- ¡Quise hacer esta canción en inglés para probar cosas distintas! ¡Y pico! ¡Si gusta bien y si no bien también!

La paranoia se disuelve y, en fin, éste es el retorno de su poética. Es el retorno de Crettino, el hombre que fusiona tendencias. Es rock, es jazz, es música urbana. Una pizca de rap, un alocado punteo, una frase que brota desde el folk. Y es posible hallar la causa de su inspiración: señoras y señores, a Crettino lo impulsa el corazón. 

-Sí, eso me ha inspirado- se sonroja, como si el amor debilitara.

Su polola, por cualquier razón, todos los días sale en los diarios. Su polola dice que ella le dio el primer beso, que a veces se pone celosa con actrices que le arrojan signos sugerentes al músico. Pero, a fin de cuentas, han pasado todo el romance a las carcajadas.

-Soy pro amor- confiesa Jean Philippe.

-¿La ama?

-Sí.

-¿Está enamorado?

-Sí.

-¿Es el amor de su vida?

-Es muy probable.

-Incluso fueron elegidos como las parejas top de América…

-¡Ja,ja,ja! ¡Sí, Benjamín Vicuña debe estar de muerte!

-¿El amor lo ha cambiado, Jean Philippe?

-Creo que ahora soy un poco más abierto al exterior. Estuve encerrado mucho tiempo.

Y muestra el antebrazo derecho: allí está el tatuaje de El Ermitaño, esa carta del Tarot que siempre le sale. Pero Pamela Díaz lo trasladó al exterior. Y ambos salen a comer, salen a reírse, viajan. Y por momentos, tal cual asegura Jean Philippe, tienen conversaciones profundas. 

Una vez Pamela Díaz le dijo:

-¿Te digo algo?

-Qué- respondió Cretton.

-Tú no eres tan simpático como crees.

-¿No?

-A veces eres pesado.

Y, gracias a esa frase, Jean Philippe mejoró su forma de ser.

Y ahora el músico arremete:

-Oye, pero yo también soy un aporte en su vida. ¡Yo soy algo más que estos testículos dañados!

A ella le gusta el pastel de choclo, a él le gusta la comida thai. A ella le gusta el reggaetón, a él le gusta el jazz. A ella la apodan la Negra, a él lo deberían apodar El Blanco. Ella, dijeron, es Pocahontas, él es John Smith.

Una cosa, eso sí, los une fatalmente:

-Pasamos agarrándonos para el hueveo.

“Creo que lo ideal es que podamos establecer un camino de diálogo en la política. No hay que castigar el amarillismo”.

El amor en tecla irónica. El chiste como un motor excitante. La Negra y el Blanco siguen destinados a la risa. Y el Blanco se ha vuelto tan comunicativo al exterior, que ahora, por ejemplo, admite que también es amarillo.

-Soy amarillo- ahí lo dice.

-¿En qué sentido?

-Creo que lo ideal es que podamos establecer un camino de diálogo en la política. No hay que castigar el amarillismo.

Y añade, céntricamente:

-Mi límite para lado y lado son las dictaduras- enfatiza, pues él no avala los extremos de ninguna especie.

Es, oficialmente, un hombre de paz y amor. El Blanco que declara ser amarillo. El Blanco que ama a la Negra. El mino con cobertura de tatuajes. Es John Smith que se bloqueó un conducto. Es un prospecto de Cobain que desbloqueó la guitarra.

-¿Su belleza ha opacado su contenido?

-No.

-¿Cuál es su estilo?

-Mi sello es ser multifacético.

“Creo que ahora soy un poco más abierto al exterior. Estuve encerrado mucho tiempo”.

Fue rockero antes del estallido. Pero el 2020 no tocó nada en la guitarra. Se enamoró en la pandemia. Sigue en CHV un año más. Puede conducir cualquier programa de televisión. Puede tocar cualquier canción. La variedad de estilos es finalmente su estilo. Y así, tras analizar sus aristas, el reportero ya puede preguntar al fin:

-¿Entonces quién es usted, señor?

-Espero que un hombre bueno. Un tipo que no se ha cagado a nadie.

-¿Vendrán más canciones?

-Ahora sí… – y el artista alza los tatuajes, ríe, dice chao. Y declara estar en la plenitud. No tendrá más hijos. Pero este 12 de enero este hombre, a solas, dio a luz una canción. 

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