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Opinión

17 de Diciembre de 2021

Columna de Fernando Pairican: La cultura de la vida vs la cultura de la muerte en las elecciones, la disyuntiva para el pueblo mapuche

La imagen muestra a Fernando Pairican frente a un militar y a un mapuche Agencia Uno

Las elecciones presidenciales son fundamentales para el proceso constituyente y los derechos de los pueblos originarios. Kast no solo expresa la cultura de la muerte, sino también, refleja una contradicción en el mismo universo católica que dice representar. A la inversa, a temas complejos, Boric se atreve y se compromete a crear mecanismos de Estado, con tal de lograr avanzar en los derechos colectivos de los pueblos originarios y de ese modo lograr una paz con justicia social.

Fernando Pairican
Fernando Pairican
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Las elecciones presidenciales del próximo domingo no pueden abstraerse del proceso constituyente. De ganar Gabriel Boric, los derechos de los pueblos originarios en construcción hoy, en la Convención Constitucional, tendrán una mayor oportunidad de concretizarse si, a la inversa,  triunfar José Antonio Kast. Quien no dudará en comenzar una una etapa de asedio a los derechos colectivos de los pueblos originarios en la Convención Constitucional.

¿Qué promete José Antonio Kast? En su programa de gobierno, el máximo representante del Partido Republicano, asocia las reivindicaciones del pueblo mapuche a la inseguridad, delincuencia y terrorismo. “El Gobierno de Chile hoy no puede asegurar el Estado de Derecho a lo largo de su territorio. No lo puede asegurar en la Araucanía donde cientos de familias duermen por las noches sin saber si estarán vivos a la mañana siguiente, o a los camioneros si podrán llevar a salvo a sus destinos”.

Si bien lo planteado por el líder del Partido Republicanos no tiene coherencia ni consistencia con los datos de turismo de La Araucanía, como da cuenta “El Boletín Informativo del Servicio de Turismo”, el cual señala: “los Destinos Turísticos de la Región de La Araucanía presentaron un aumento en su actividad, destacando Araucanía Lacustre como la mayor expansión en ventas a precios constantes, con una variación interanual de 132,1%, mientras que la variación mensual fue de -0,5%. A su vez, Temuco y Alrededores presentó un aumento de 64,3% interanual, mientras que en relación al mes anterior su variación fue de 17,4%. El destino de Araucanía Andina en tanto, consignó un alza de 47,1% en comparación a igual mes del año 2020, con una variación mensual de 11,4%. En igual sentido, Costa Araucanía y Nahuelbuta presentaron aumentos en doce meses, equivalentes a 31,1% y 26,2% respectivamente”.

De ganar Gabriel Boric, los derechos de los pueblos originarios en construcción hoy, en la Convención Constitucional, tendrán una mayor oportunidad de concretizarse si, a la inversa,  triunfar José Antonio Kast. Quien no dudará en comenzar una una etapa de asedio a los derechos colectivos de los pueblos originarios en la Convención Constitucional.

Es contradictorio que por un lado se plantee un discurso entorno a la violencia y por otro la población opte por visitar una región que en la teoría de Kast estaría viviendo hechos de terrorismo. Es cierto que hay violencia, y la adhesión al candidato republicano puede ir acorde en su capacidad de sintonizar con un tema sensible para un sector de la población que es la inseguridad. No obstante, una cosa distinta es comprometerse, como lo señaló en su programa, que la paz será recuperada con la instrumentalización de las Fuerzas Armadas en la lucha contra lo que denomina “terrorismo”. Explícitamente señala en su programa: “lo repito ahora: en la Araucanía necesitamos la colaboración de los militares, apoyando las Fuerzas Policiales para terminar con estas pandillas terroristas”. Según el candidato presidencial, junto a las Fuerzas Armadas, “recuperaremos la Araucanía” y califica a los miembros del movimiento de “narcoterroristas”.

No solo los militares resolverán un tema que es esencialmente de naturaleza política, agrega el candidato que formara  un Comité de Seguridad Nacional que reemplace al Comité Político semanal en La Moneda para que aborde directamente la lucha contra el Terrorismo, Narcotráfico y la Delincuencia. Todo lo antes expuesto se encuentra escrito en lo que llama “atrévete a Vivir en Paz”. En algún sentido, Kast propone al pueblo mapuche una cultura de la muerte para resolver un tema que es, esencialmente de derechos colectivos.

Kast tuvo un respaldo importante en La Araucanía. Es importante volver a subrayar que la población mapuche de la región es de un 23,4%, el resto son no indígenas que luego  de la Ocupación de La Araucanía  han ido colonizando Wallmapu. No obstante, es importante reconocer que el discurso coercitivo del candidato Republicano ha logrado tener réditos electorales. En las comunas con mayor presencia de organizaciones rupturista a la Autodeterminación (Coordinadora Arauco Malleco, Resistencia Malleco y Aucan Weichan Mapu) como Cautín y Malleco, Kast obtuvo 106.857 votos en la primera vuelta, un 39% de las votaciones, mientras que en la segunda, 59.131, lo que representa el 49% del electorado. Gabriel Boric obtuvo un 18% y 13% respectivamente. Aunque Yasna Provoste, obtuvo la adhesión de un 12% y 13%, porcentaje que debería inclinarse a favor del candidato de Apruebo Dignidad en las próximas elecciones.

Es contradictorio que por un lado se plantee un discurso entorno a la violencia y por otro la población opte por visitar una región que en la teoría de Kast estaría viviendo hechos de terrorismo.

Al examinar las comunas donde el padrón electoral mapuche es alto, Saavedra (72%), Cholchol (70%), Galvarino (67%), Curarrehue (57%), Nueva Imperial (54%), Ercilla (52), Freire (50%), Teodoro Schimit (48%), observamos una adhesión a favor de Kast, teniendo en considerando que la participación general fue un 45%. Por su parte, los votos de la centro izquierda, alcanzaron en el caso de Boric entre un 13%  y 15%, incrementándose levemente en las ciudades a un 20%. Podríamos plantear, como hipótesis, que este porcentaje de votos, puede ser una respuesta al movimiento rupturista a la Autodeterminación y un llamado crítico a modificar la estrategia de acción ante el incremento de la violencia como instrumento. En estricto rigor, si tomamos el incendio de camiones de Lumaco de 1997, como el acto que dio inició el uso de la violencia política como instrumento, veinte años después, podría estar generando un contexto adverso para la conquista de los derechos colectivos. Esto último ha sido bien usado no solo por Kast, sino eventualmente por esta renovación de la derecha populista que ha logrado tener experiencia de gobierno en Estados Unidos y Brasil.

Gabriel Boric promete una cultura de la vida. En sintonía con el proceso constituyente y acorde con lo que han venido construyendo los y las convencionales de los pueblos originarios, se reconoce la Plurinacionalidad como un nuevo tipo de Estado, que asume la interculturalidad como un horizonte. Plantea un compromiso “con la autodeterminación, la integridad, la cultura y la lengua de todos los pueblos como un derecho, en un marco de respeto mutuo”. También se establece el reconocimiento a la autodeterminación como un derecho, que incluye las economías locales a definir libremente sus propias prioridades y formas de desarrollo. Este aspecto, seria acorde con las cosmovisiones de los pueblos originarios, con el propósito de reconocer y propiciar los derechos que “emanan de la plurinacionalidad, con la creación y fortalecimiento de instituciones públicas, reconociendo además el derecho que tienen, dentro del marco constitucional, a elegir sus autoridades y resolver sobre sus asuntos propios, fomentando el buen vivir”.

En algún sentido, Kast propone al pueblo mapuche una cultura de la muerte para resolver un tema que es, esencialmente de derechos colectivos.

El compromiso es generar un diálogo plurinacional con todos los pueblos originarios para acordar los términos de una restitución territorial que incluya las tierras antiguas y acceso a lo que denomina como bienes naturales. Se compromete al ejercicio del derecho a la autonomía, una restitución territorial establecidos en el derecho internacional. Significa, en base a las recomendaciones de la Comisión de Verdad Histórica y Nuevo Trato, en caso que lo amerite, la expropiación y respectivo indemnización. Hay un compromiso a implementar el Convenio 169 de la OIT en un acto de buena fe, a la luz de los estándares establecidos en la Declaración de los Derechos de Pueblos Indígenas de Naciones Unidades, incluido el reconocimiento de los derechos lingüísticos, el patrimonio cultural e intelectual.  A diferencia del programa de Kast, en sintonía con el proceso constituyente, en que vemos el liderazgos de las mujeres mapuche, Boric se compromete a reconocer los derechos de las niñas y mujeres indígenas.

En su programa se sostiene sustituir la Ley por Conductas Terroristas por una nueva normativa que resguarde la vida democrática de las amenazas organizadas reales contra la vida e integridad de las personas, y ajustadas a los estándares internacionales de derechos humanos, de manera de excluir su utilización como herramienta de persecución política. Asimismo, su compromiso, es la creación de una Comisión de Verdad y Esclarecimiento Histórico Intercultural que califique de víctimas a quienes han sufrido hechos de violencia, tanto indígenas como no indígenas a partir del retorno a la democracia. Esto último, es reconocer que, bajo la emergencia del movimiento autonomista, no indígenas como agricultores, parceleros y camioneros, también se han visto afectados por la ausencia de relaciones interculturales. El compromiso es una “reparación integral”.

Gabriel Boric promete una cultura de la vida. En sintonía con el proceso constituyente y acorde con lo que han venido construyendo los y las convencionales de los pueblos originarios, se reconoce la Plurinacionalidad como un nuevo tipo de Estado, que asume la interculturalidad como un horizonte.

Otro aspecto importante del programa de Boric, es la derogación del incentivo a la producción del monocultivo forestal. Las plantaciones de pino y eucaliptus, han sido las responsables del deterioro de la biodiversidad en los territorios mapuche, afectando la generación de agua y contribuyendo al cambio climático.  Boric se compromete ha regular las empresas forestales, complementar su producción con la siembra de especies nativas, orientada a restaurar los ecosistemas dañados por cincuenta años del monocultivo, de ese modo, recuperar los ecosistemas, permitiendo el desarrollo de un bienestar tanto para las comunidades urbanas y rurales. Asimismo, se compromete a hacer cumplir las normas establecidas en la “Ley de Espacios Costeros Marinos de Pueblos Originarios”, con la creación de un sistema de co-gestión con los pueblos originarios en las áreas naturales protegidas que incluyen las áreas marinas.

José Antonio Kast nos promete la cultura de la muerte para su gobierno y va en directa contradicción con lo planteado por el Papa Francisco en su exhortación apostólica denominada “Querida Amazonia”. Llama a respetar las identidades culturales en “un universo pluricultural” y encontrarse a través de un “encuentro intercultural”. Ello permitiría un sueño ecológico entorno a lo que denominó la Casa Común, en referencia al planeta Tierra. En este documento, señala la urgencia de revertir el continuo deterioro de la vida por la gestación de una ecología integral, según el papa Francisco, sería a través de un diálogo con el medio ambiente. Para ello, la generación de políticas adecuadas, permitirían regenerar los ecosistemas del planeta. En estricto rigor, lo denomina una plurinacionalidad interconectada y a través de ella se lograría un “buen vivir”.

Otro aspecto importante del programa de Boric, es la derogación del incentivo a la producción del monocultivo forestal.

Las elecciones presidenciales son fundamentales para el proceso constituyente y los derechos de los pueblos originarios. Kast no solo expresa la cultura de la muerte, sino también, refleja una contradicción en el mismo universo católica que dice representar. Asimismo, no considera validas las demanda del pueblo mapuche, inclusive, promete mayor coerción al mismo movimiento. Estrategia que solo ha incrementando la violencia. Sin embargo, ha logrado canalizar las críticas silenciosas al movimiento rupturista a la Autodeterminación, que a través del uso de la violencia política como instrumento, ha generado la adhesión a sectores que promete mayor seguridad. Algo parecido ha lo sucedido en Colchane, donde las elecciones a alcalde, el partido de Kast logra vencer con Javier García Choque, prometiendo controlar la migración.

A la inversa, a temas complejos, Boric se atreve y se compromete a crear mecanismos de Estado, con tal de lograr avanzar en los derechos colectivos de los pueblos originarios y de ese modo lograr una paz con justicia social. Boric reconoce la demanda y permite llegar a un acuerdo porque da cuenta de una apertura para un diálogo intercultural. La Convención Constitucional tiene una mayor posibilidad de lograr un resultado satisfactorio, para los pueblos originarios, con la presidencia del candidato de Apruebo Dignidad. Así lo da cuenta su programa de gobierno, y de igual forma, se demuestra en la actuación de los partidos del Frente Amplio, los cuales ha colaborado a favor de las demandas levantadas por los Escaños Reservados en la Convención. Como lo expresó el candidato en La Araucanía en octubre recién pasado: “Frente a las legítimas reivindicaciones del pueblo nación mapuche, diálogo, diálogo y más diálogo”. De eso se trata ser Presidente.

*Fernando Pairican es historiador, académico de Antropología en la UC e investigador de VIODEMOS.

También puedes leer: Columna de Cristina Ñancucheo y Fernando Pairican: El día en que la Plurinacionalidad, como una propuesta para una nueva democracia entre pueblos, se ha comenzado a discutir


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