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20 de Diciembre de 2021

Cristóbal Bellolio: “Parte importante del gobierno de Boric será de la Generación X, de eso no hay dudas”

En conversación con The Clinic, el académico habla del recambio político generacional en Chile y compara a Boric con el hijo pródigo. Asimismo, ahonda en lo que llama "la generación perdida" de políticos que no cree que llegarán a La Moneda.

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¿Por qué es importante el recambio en la política? ¿Por qué es un asunto especialmente urgente en Chile? ¿Qué alternativas de participación tienen las nuevas generaciones? Estas tres preguntas parecieran estar pintadas para las elecciones de este 2021 en Chile. Sin embargo, son tres cuestionamientos que se hizo el doctor en Filosofía Política de la University College LondonCristóbal Bellolio, en 2013, al escribir “Renovación y reemplazo” (Ariel).

Abogado, cientista político y académico de la Universidad Adolfo Ibañez, Bellolio construye un manifiesto para retirar a los viejos barones y coroneles de la primera línea y llamar a las nuevas generaciones a protagonizar el escenario político. Algo que, a simple vista, se cumplió en los comicios de este domingo 19 de diciembre.

Tras una contundente victoria de Gabriel Boric, Bellolio conversa con The Clinic sobre qué pasa con el recambio político generacional en Chile y qué se puede esperar del primer presidente Millenial del país. “Boric tiene la capacidad de reconectar ambos mundos: el de los hijos que se fueron de casa con sendas críticas, y el de los padres que perdonan todo en el ocaso de sus carreras”, sostiene.

-En “Renovación y reemplazo”, usted plantea que la negligencia de los partidos políticos de la transición en renovarse internamente motivaría a los más jóvenes a desafiarlos con partidos propios. ¿Es posible sostener que esto fue lo que pasó con la victoria de Gabriel Boric? ¿Por qué?

-La victoria de Gabriel Boric obedece a muchos factores, entre ellos el florecimiento político de una coalición (el Frente Amplio) que se conforma a partir de una especie de acuerdo ideológico-generacional en las movilizaciones estudiantiles del 2011 y 2012. Mi tesis entonces era que mientras la generación de la transición no entendiera la urgencia de renovar sus cuadros, sus hijos y nietos se organizarían en vehículos electorales propios y los desafiarían. Creo que se asemeja bastante a lo que ha pasado, al menos por el lado de la izquierda: se fueron de la casa de los papás, y también se fueron del barrio de los papás. En la derecha, en cambio, los hijos se van de los partidos de los papás, pero se quedan viviendo en el mismo barrio, es decir, se quedan en una coalición donde no mandan.

–De presidentes baby boomers estamos pasando a un presidente millennial, saltándonos la generación X. ¿Quiénes son los más afectados de la generación X? ¿Pueden incorporarse a este nuevo ciclo político de alguna manera? ¿Cómo?

-Parte importante del gobierno de Boric será de la Generación X, de eso no hay dudas. También terminaron siendo las caras visibles del gobierno de Piñera post estallido. Cuando decimos que es una generación perdida, nos referimos específicamente al hecho que de que no condujeron procesos políticos exitosos que culminaran con ellos en La Moneda. Pienso en Velasco, ME-O, Landerretche, Tohá, Lagos Weber, Harboe, Navarrete, Orrego, el propio Kast. Varios muy talentosos. No sé si estos nombres vayan a incorporarse de forma muy activa en el nuevo ciclo. Me da la impresión de que hubo un breve y casi imperceptible momento político entre 2009 -cuando se empezó a instalar la idea de la renovación política a propósito de MEO- y 2011, cuando aparecieron los Millennials en política, en el cual estos últimos jubilaron anticipadamente a sus hermanos mayores. Quizás el momento clave donde se jodió todo fue cuando la Concertación, en lugar de optar por Velasco que era la opción evidente, fue al baúl de los recursos a elegir entre Lagos, Insulza y Frei. Pero claro, este es un relato, y ahora los hechos coinciden con el relato. Pudo ser de otra forma. Creo que gran parte de la responsabilidad recae en la vieja guardia, que nunca soltó la teta y jamás auspició procesos activos de recambio.

En la derecha, los hijos se van de los partidos de los papás, pero se quedan viviendo en el mismo barrio, es decir, se quedan en una coalición donde no mandan.

–Boric llegará a La Moneda con 36 años recién cumplidos. ¿Qué podemos esperar de un liderazgo millenial? Durante la campaña, mucho se habló de su juventud como algo negativo, pero en otros países del mundo (nórdicos, Nueva Zelandia, Francia, entre otros), esto ha visto como algo positivo…

-No es negativo ni positivo en esencia. Tiene las cosas positivas y negativas de la juventud. La demanda por recambio generacional nunca fue, como erradamente leyeron algunos, un canto a la efebocracia, a las virtudes intrínsecas de una piel lozana. No tenía que ver con eso. Tenía que ver con que ya era evidente, después de 20 años de transición, que había una generación completa políticamente socializada en democracia cuya experiencia era desconocida en el discurso del establishment político. Tarde o temprano esa generación iba a producir a sus propios intérpretes, a sus propios cronistas, a sus propios liderazgos. No es bueno ni malo per se, es nomás.

Pienso en Velasco, ME-O, Landerretche, Tohá, Lagos Weber, Harboe, Navarrete, Orrego, el propio Kast. Varios muy talentosos. No sé si estos nombres vayan a incorporarse de forma muy activa en el nuevo ciclo.

-¿De qué manera esta juventud puede vincularse con las otras generaciones y demostrar su potencial? En las últimas semanas vimos cómo Boric se acercó a Bachelet y Lagos, por ejemplo. ¿Es posible que se una a otras generaciones? ¿Le conviene hacerlo?

-Boric tiene la capacidad de reconectar ambos mundos: el de los hijos que se fueron de casa con sendas críticas, y el de los padres que perdonan todo en el ocaso de sus carreras. Es como el hijo pródigo. Si los partidos de la centroizquierda hubieran hecho bien la pega de renovación interna, probablemente Boric habría entrado a Derecho de la Chile como miembro de la JS. A fin de cuentas, es un socialista libertario, empalma bien con esa tradición.  Pero no fue así. Ahora es el momento de recomponer.

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