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Política

24 de Junio de 2022

Con pasado en el bacheletismo: Tatiana Hernández, la jefa de la división que comanda las redes feministas en el gobierno

Con pasado en el bacheletismo: Tatiana Hernández, la jefa de la división que comanda las redes feministas en el gobierno

Con una larga trayectoria en el activismo feminista, Tatiana Hernández recibió el llamado de la ministra Antonia Orellana para volver a la capital desde Tirúa, donde estaba radicada realizando voluntariados con mujeres Lafkenche, a fin de liderar la División de Políticas de Igualdad del ministerio de la Mujer. Desde el llamado “corazón secreto” de la cartera -como lo califican en el ministerio-, Hernández coordina y diseña la implementación de la perspectiva de género a través de 14 "sectorialistas" quienes, a su vez, afinan el trabajo con las asesoras de género de cada ministerio.

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En los últimos días de Enero de este año, Tatiana Hernández (46) llevaba un año viviendo en Tirúa -Región del Biobío- realizando voluntariados con mujeres de comunidades Lafkenche, cuando recibió una llamada de la entonces recién nombrada ministra de la Mujer y Equidad de Género, Antonia Orellana.

Aunque ambas se habían visto pocas veces y su relación no pasaba de la mera cordialidad en círculos feministas, la ministra invitó a Hernández a retomar su vida en Santiago para integrarse a su equipo. ¿El objetivo? Encabezar la División de Políticas de Igualdad, el llamado “corazón secreto” del ministerio de la Mujer, según comentan fuentes consultadas para este artículo. 

“Esa división es la clave para la transversalización. Así que para mí era importante que fuera alguien que tuviera más experiencia en el sector público que yo y que conociera la estructura con la que se transversaliza”, comenta la ministra Orellana a The Clinic, en referencia al mandato del Presidente Gabriel Boric de extender el feminismo en el accionar del gobierno, y a la propia trayectoria de Hernández en el aparato público, la cual se remonta a la primera administración de la ex Presidenta Michelle Bachelet.

De acuerdo a su reglamento, la división está a cargo de “proponer a la ministra los contenidos y orientaciones de las políticas, planes y programas que están destinados a promover la equidad de género, la igualdad de derechos y de procurar la eliminación de toda forma de discriminación arbitraria contra de las mujeres”, dice un extracto de la normativa interna.

Para Gloria Fuentes, profesional de la división que comanda Tatiana Hernández, la relevancia del equipo y la razón por la que en él reside el “corazón secreto” del ministerio es que “acá están las políticas y se diseñan las acciones pensando cómo los servicios van a integrar la perspectiva de género. Estamos trabajando también los programas con todos los ministerios para instaurar compromiso de género en todos los servicios”.

“Lo que nosotras hacemos es generar un nuevo sentido común que nos permita a todos mirar las problemáticas y decir ‘¿qué puedo hacer yo acá?’”, agrega Tatiana Hernández sobre el mandato de transversalizar la perspectiva de género a todo el Estado.

“Y no es que la División de Políticas de Igualdad iluminadamente va a otros ministerios a decirles lo que tienen que hacer”, advierte Hernández. “Sino que cómo hacemos para ir generando un marco de referencia que permita a quienes nos toca hacer políticas públicas, mirar las problemáticas que enfrentan las mujeres y las disidencias sexo genéricas”, agrega sobre los alcances de su labor.

“Lo que nosotras hacemos es generar un nuevo sentido común que nos permita a todos mirar las problemáticas y decir ‘¿qué puedo hacer yo acá?’”, asegura Tatiana Hernández.

“La mirada es distinta sobre cómo se pueden abordar todas las opresiones que viven las mujeres en lo cotidiano y que los servicios estamos obligados a incorporarlos en las políticas públicas”, profundiza Gloria Fuentes sobre el cambio de paradigma que el mandato feminista de esta administración ha incorporado como uno de sus relatos identitarios.

Un cambio de perspectiva que provocó el trance que en las últimas horas tuvo al gobierno en el centro de las críticas, luego que trascendiera una resolución exenta de Marzo de este año donde se renombró el cargo de Primera Dama, dependiente de Presidencia, a “Gabinete Irina Karamanos”. 

Decisión ampliamente cuestionada por personalizar el cargo y ampliar su rango de acción a otras carteras, lo que forzó a La Moneda a echar pie atrás, volver a definir el cargo con el impersonal Coordinadora Sociocultural de la Presidencia de la República y reducir sus competencias a través de las fundaciones que tiene a su cargo. 

Vínculo con la ministra Orellana: campaña a la Convención y un encuentro en “La Moneda Chica”

Si bien Orellana y Hernández se conocían lejanamente a través del activismo feminista, la candidatura de la ministra para la Convención Constitucional acercó sus caminos.

Esto, ya que la actual jefa de la División de Políticas de Igualdad instó al grupo “Mujeres de Plaza Ñuñoa”, del cual formaba parte activa, para que respaldaran la candidatura de Orellana.

“Para mí era muy importante apoyarla. Recuerdo que hablé con mis compañeras del grupo y les dije que ella tenía que ser la candidata, que tenía todo para que la apoyáramos”, asegura Hernández a The Clinic.

Para el momento de la elección de constituyentes, realizada en Mayo del 2021, Hernández ya se encontraba viviendo en Tirúa, pero volvió a Santiago por unos días motivada para votar por la actual titular del ministerio de la Mujer. Pese a ello, Orellana no resultó electa para integrar el órgano constituyente. 

El segundo encuentro entre ambas fue durante los frenéticos días que siguieron al triunfo del Presidente Gabriel Boric en las elecciones del 19 de Diciembre en la entonces llamada “Moneda Chica”, nombre por el que se conoció al centro de operaciones del Mandatario electo y su equipo antes de asumir el 11 de Marzo.

Allí, convocada por el sello feminista del actual gobierno, Hernández visitó a Orellana antes de que fuera nombrada ministra. En la cita, le manifestó las preocupaciones que tenían las organizaciones que ella integraba respecto a los desafíos que suponía un gobierno que levantaba las banderas del feminismo.

Cara a cara con ex ministra Schmidt: “No se olvide de los derechos de las mujeres”

Socióloga de la Universidad de Chile, Tatiana Hernández se acercó al movimiento feminista en el Instituto de la Mujer, luego de egresar de la Casa de Bello en el 2001.

Después, se desempeñó asesorando a empresas en materias de violencia hacia las mujeres. En esa lógica fue que postuló al Servicio Nacional de la Mujer al inicio de la primera administración de Michelle Bachelet, para fundar el programa Buenas Prácticas Laborales junto a Gloria Fuentes.

Se mantuvo en el Servicio hasta que el ex Presidente Sebastián Piñera llegó a La Moneda por primera vez en el 2010. Ahí, luego que la entonces titular del Sernameg, Carolina Schmidt, reestructurara el organismo, Hernández se acercó y la increpó públicamente. “No se olvide de los derechos de las mujeres”, le dijo.

“En menos de dos semanas ya tenían desarmado el Servicio. Era la ingenuidad de creer que habíamos avanzado tanto y darse cuenta de que la institucionalidad era tan frágil que se podía cambiar con una resolución. Caer en cuenta de eso fue duro”, recuerda Hernández, quien alcanzó a estar un año en la primera administración de Piñera.

Tras la segunda llegada de Michelle Bachelet a La Moneda, Hernández le escribió a la entonces ministra de la Mujer, Claudia Pascual, para manifestarle su voluntad de volver a trabajar en el servicio público. Entonces, integró el equipo de la subdirectora del Sernameg, Bernarda Pérez. En tanto, con la creación del ministerio el 2016, Pérez pasó a ser subsecretaria y Hernández su asesora especializada en género.

Sin embargo, Piñera volvió por segunda vez a La Moneda el 2017 y Hernández se dedicó a asesorar a empresas en materias de igualdad de género, al activismo feminista y a ser la encargada de metodología y contenidos del Observatorio de Género y Equidad, junto a su mentora e histórica feminista, Teresa Valdés, quien destaca de la actual jefa de la División de Políticas de Igualdad su “feminismo elaborado, de coherencia”.

“Admiro mucho su mirada del trabajo, de lo personal. Siempre está enfocada en la persona, en la empatía, en el reconocimiento del otro como un igual, que es de los aportes más importantes del feminismo”, asegura Valdés, para quien la brecha generacional entre Hernández y las actuales autoridades de gobierno guarda una diferencia central.

“Nadie es feminista porque se declaró feminista. Las feministas estamos constantemente en revisión de nuestras prácticas, y uno podría mirar como un signo de interrogación a las feministas del gobierno, en la medida de estar haciendo esta reflexión crítica, porque esta generación más joven no tiene como la Tati esa impronta”, comenta Valdés a este medio. 

Una mirada “panorámica” en el aparato público 

Actualmente, Hernández maneja un equipo de catorce personas en la División de Políticas de Igualdad del ministerio de la Mujer. Sus subalternas en la organización son conocidas como “sectorialistas” y cada una tiene dos o tres ministerios a su cargo. De esta forma, ellas coordinan el trabajo de las veinte y cuatro asesoras de género en cada cartera.

“Tatiana tiene toda la mirada panorámica de lo que pasa en el Estado”, comenta Gloria Fuentes, quien está encargada de coordinar a las asesoras de género de las carteras de Trabajo, Minería y Energía.

Así, Fuentes ahonda en la labor de las asesoras de género en el Ejecutivo, con cierto énfasis en despejar caricaturas. “No es que nosotras seamos la policía, sino que vamos orientando. Los servicios nos preguntan, pero no es que nosotras tengamos una fiscalización de cómo lo van haciendo las distintas campañas”, asegura Fuentes, quien ejemplifica mencionando el uso del lenguaje inclusivo como una temática que han impulsado para las campañas de políticas públicas desde la División de Políticas de Igualdad.

“Cada asesora de género diseña programas, políticas públicas y acciones que buscan hacer transformaciones y transversalizar la perspectiva de género. Esos diseños se orientan desde la idea de que no sean programas circunscritos en pequeños apartados, sino que tiñan toda la política de las carteras a las que representamos”, ilustra la asesora de género del ministerio de Educación, Camila Arenas, quien afirma: “El ministerio de la Mujer no es un lugar al que uno vaya a pedir permiso”.

En el contexto de la coordinación de todos los ministerios, Arenas afirma que el trabajo de Hernández es “de claridad política feminista, de trabajo en equipo, un trabajo abierto y dialogante. La Tatiana, además, es muy cooperadora desde asuntos teóricos hasta metodológicos. Tiene un sello de seriedad y de impecabilidad política feminista muy significativo”.

“No es que nosotras seamos la policía, sino que vamos orientando. Los servicios nos preguntan, pero no es que nosotras tengamos una fiscalización de cómo lo van haciendo las distintas campañas”, afirma Gloria Fuentes.

En tanto, Gloria Fuentes caracteriza el perfil de Hernández con un dominio estratégico de la burocracia. “No es una tecnócrata, sino una persona que tiene el conocimiento de las organizaciones feministas. A veces, en el Estado nos perdemos con eso”, reconoce.

Así, entre los ejemplos que menciona Hernández de políticas, acciones y programas que han emanado de este esquema de trabajo, se encuentran dos mesas paralelas de trabajo que se están realizando en  el ministerio de Transporte para poner fin al acoso sexual y a la violencia de género en el transporte público; el proyecto de Ley Sayén que busca que las mujeres y personas gestantes privadas de libertad, embarazadas o que tengan hijos menores de tres años, puedan cumplir su condena de forma alternativa a la cárcel; y la diversificación del acceso a la vivienda, lo cual “favorece el acceso cercano a las redes de apoyo en materias de cuidado, mercado laboral y mayor seguridad”, afirma la socióloga.

En este contexto, Hernández también se ancla de un evento contingente para exponer la influencia de la perspectiva de género en las decisiones del Ejecutivo. “La definición de Ventanas no es casual. Eso ocurre en un gobierno feminista donde la vida está en el centro”, asegura.

En tanto, para la ministra Orellana, el trabajo que realiza Hernández tiene dos enfoques. “Uno es que no trabajemos para generar un indicador. Lo que está liderando Tatiana es que las metas de transversalización tengan que ver con transformaciones en el día a día de las mujeres, por pequeñas que sean”.

“El segundo, es dejar metas establecidas al menos hasta el 2030. La idea es dejar una progresividad clara que sobrepase a este gobierno, que deje una institucionalidad que pueda avanzar en metas que no son de gobierno, sino que son de Estado”, finaliza la ministra, poniendo como ejemplo el Plan de Igualdad en el Estado, según señala la titular de Mujer y Equidad de Género, actualmente en proceso de actualización.

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