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Cine & Series

15 de Julio de 2022

Chilenos nominados al Emmy: 4 curiosidades que pasaron en rodaje del documental “Chilean Patagonia”, que narró Barack Obama

Créditos: Christiaan Muñoz-Salas / Netflix

Pumas, guanacos, cóndores, leopardos marinos y raros insectos son algunas especies de la fauna patagónica que muestra la reconocida película disponible en Netflix. Conversamos con los responsables de "Chilean Patagonia" y nos contaron algunos extraños sucesos que pasaron durante su grabación.

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Este martes 12 de julio se dio a conocer la lista de nominados a los Premios Emmy 2022 que reconoce a las mejores producciones hechas para televisión del mundo. Y dentro de este selecto grupo están dos cineastas chilenos, a cargo de «Chilean Patagonia», uno de los capítulos de la serie documental de Netflix «Our Great National Parks».

Christiaan Muñoz-Salas e Ignacio Walker filmaron la mayoría de los 54 minutos que tiene el documental, donde recorrieron el territorio nacional -desde Islas Diego Ramírez hasta el Parque Nacional Conguillío- revelando diferentes dinámicas de la fauna que habita en nuestro país.

De esta forma, en el registro se pueden observar desde pumas, guanacos y focas leopardos, hasta el monito del monte o insectos como el ciervo volante de la selva Valdiviana. Todo narrado por el expresidente de Estados Unidos, Barack Obama.

Para esto, los chilenos viajaron más de 4 meses durante el 2020 -en plena pandemia- por el sur de Chile, junto a todo el equipo de producción y científicos expertos en cada especie. El resultado es una película que acerca la fauna chilena a todo el mundo, con imágenes de una nítidez increíble captadas con la última teconología cinemaográfica.

The Clinic conversó con Muñoz-Salas y René Araneda, uno de los directores del capítulo, quiénes revelaron inéditas curiosidades que les ocurrieron durante el rodaje.

Christiaan Muñoz-Salas. Foto: Marcelo Mascareño
Ignacio Walker. Foto: Marcelo Mascareño

Cuidar cachorros de puma

Una de las primeras secuencias que se observa en el documental, corresponde a un grupo de pumas que vive en el Parque Nacional Torres del Paine, en la región de Magallanes. Lugar donde estuvieron grabando por más de un mes. «Es un trabajo diario. Tienes que salir apenas sale el sol -o antes- a recorrer el parque a buscar estos pumas», dice Muñoz-Salas.

La historia de una madre con sus cachorros, relega la importancia de mantener su hábitat protegido, para que puedan llevar su vida salvaje en tranquilidad y cazando su comida -principalmente guanacos silvestres- sin problemas.

Las tomas muestran la dinámica de la puma hembra muy de cerca, además de sus pequeños que la siguen y aprenden. Individuos que los realizadores conocían desde el 2017, cuando los vieron por primera vez.

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«Ya conocemos cómo y por qué lugares se mueve, y como reacciona ante las cámaras. Sabemos que a ella no le molesta, entonces podemos seguirla incluso por horas sin molestarla y a ella no le va a importar», sostiene el cineasta.

Revela que la puma madre «de repente se acerca a ti y está ahí sin ningún problema. Se puede sentar, te mira, e incluso te puede dejar los cachorros si quiere ir a cazar (…). Los deja sabiendo que hay una persona y ellos saben que tienen que quedarse».

Los realizadores nunca tocan a los animales. Pueden acercarse a metros, pero está estrictamente prohibido tocar a la fauna salvaje.

Un cóndor aprendiendo a volar

René Araneda cuenta que viajó cinco o seis veces a un valle escondido de la Patagonia para encontrar un nido de cóndores que fuera factible de filmar. «Todos estaban muy altos», dice. Pero después que un amigo suyo -Francisco Croxatto- encontrara uno que estaba a unos 25 metros de altura, partieron.

De esta forma, lograron captar una imagen diferente a la usual, del cóndor comiendo carroña en un pastizal seco o en unas rocas. «Anidan en lugares super inaccesibles, y en este caso estaba lleno de verde alrededor. Parecía Costa Rica, verde con acantilado», dice Araneda.

Christiaan Muñoz-Salas camuflado y capturando al joven cóndor. Foto: Marcelo Mascareño

Por eso, cuenta Muñoz-Salas que tuvo que «aprender a escalar y a moverme con cuerda». Junto a un equipo tuvo que adquirir habilidades para poder subir a las murallas vestido camuflado y con equipos que pesan entre 12 y 15 kilos.

La secuencia relata el aprendizaje de un joven cóndor a volar, y el desafío era registrar todo este proceso. Tuvieron suerte. El cóndor solo voló el último día de filmación, antes de que emprendieran viaje a otra locación.

Captura de Netflix

Nueve horas flotando en el mar austral

Otros animales que filmaron para el documental fueron los albatros y pingüinos, que se reproducen en las islas Diego Ramírez, al sur del Cabo de Hornos, en el extremo austral de nuestro país.

Navegaron cinco días para arribar, y a pesar de que tenían todos los permisos, faltó un trámite para desembarcar por motivos sanitarios: en las islas sólo habían unos pocos marinos que cuidaban del faro y había riesgo de llevar Covid-19. «Estuvimos esperando nueve horas en en el bote para que nos dejaran bajar», cuenta Muñoz-Salas.

Equipo de filmación. Foto: Raimundo Aedo
Colonia de albatros en Islas Diego Ramírez. Foto: Raimundo Aedo

Una embarcación que no era muy cómoda además, porque tenía un sistema especializado antivolcamiento y solo algunos camarotes que el equipo de filmación se tuvo que turnar. Sin embargo, lograron su acometido, y es la primera vez que se muestran imágenes terrestres de este territorio inhóspito, dice Araneda.

Los islotes son roqueríos donde chocan con fuerza las gigantescas olas del mar, características de esa zona. Muñoz-Salas considera que «es el lugar más espectacular que he estado en mi vida. Es muy salvaje y muy pristino».

Islas Diego Ramírez capturadas por un drone. Foto: Raimundo Aedo

Un desconocido canto del leopardo marino

La Laguna San Rafael es muy famosa por la clásica foto que hacen todos los turistas del gigante glaciar que está colindante. Sin embargo, muchos pasan por alto a los leopardos marinos que habitan en el lugar. Un sector importantísimo donde muchos ejemplares llegan para reproducirse.

Leopardo marino sobre un iceberg de la Laguna San Rafael. Foto: Nicolás Fernández

En ese contexto, Araneda cuenta que asistió antes del rodaje con Emma Brennan, directora del capítulo, y escucharon un particular sonido que emitía un leopardo macho. El “canto” se puede escuchar en el documental, y los camarógrafos estuvieron por días grabando, mientras el animal no cesaba en el ruido para atraer a una hembra que deambualaba por el lugar.

La particularidad, es que haber registrado ese momento podría significar incluso, un descubrimiento científico.

«Nadie ha hecho una investigación sobre las focas leopardo de Laguna San Rafael. Puede que sea diferente a las vocalizaciones de las de la Antártica, como un dialecto de un lugar específico. Lo que existe de vocalización está todo basado en otros lugares, eso lo hace muy distinto y es muy inusual», explica Araneda.

Pleno rodaje en Laguna San Rafael. Foto: Daniel Torres

Bonus track

Han pasado ya tres días desde que Walker y Muñoz-Salas -junto con todo el equipo de producción- fueron nominados a los Premios Emmy, quizás uno de los reconocimientos más importantes de su vida.

Sin embargo, Ignacio Walker aún no se entera. Según nos revelaron, se encuentra actualmente grabando en Islas Galápagos, sin señal alguna, por lo que es probable que la excelente noticia sobre su documental de la Patagonia aún no llegue a sus oídos.

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