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22 de Julio de 2022

Análisis a la otra frase clave de Boric que causó sorpresa: ¿Un cambio de gabinete tras el plebiscito?

Tras el anuncio del “Plan B” del Presidente Boric en caso de que gane el Rechazo, otra declaración del mandatario, un día antes, pasó completamente desapercibida: la promesa de que evaluaría un eventual cambio de gabinete sólo después del plebiscito del 4 de septiembre. Ahora que el propio jefe de Estado entregó un plazo para mover las fichas del tablero político, surgen una serie de preguntas. Aquí, cuatro analistas políticos consultados por The Clinic comparten sus reflexiones sobre esta materia.

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Esta semana, una frase en particular marcó profundamente la pauta noticiosa. El pasado viernes 15 de julio, en entrevista con Chilevisión, el Presidente Gabriel Boric aseguró que, de ganar el Rechazo, Chile debiese emprender un nuevo proceso constituyente, abriendo un nuevo escenario ad-portas de la elección del 4 de septiembre. Sin embargo, un día antes, el mandatario entregó otra señal clave, que pasó más bien desapercibida en los medios de comunicación: aseguró que, sólo tras el plebiscito, evaluaría un cambio de gabinete en su gobierno.

“Los cambios en el equipo son justamente para mejorar nuestro desempeño. No lo estoy evaluando por ahora”, dijo el Presidente Gabriel Boric el jueves 14 de julio, luego de participar en la Asamblea General de la Asociación Chilena de Municipalidades (ACHM), en la Región de Valparaíso. Acto seguido, le puso fecha a esa discusión: “(La) tendremos posterior al plebiscito”.

Horas antes, la ministra vocera de Gobierno, Camila Vallejo, apuntaba prácticamente a lo mismo, en entrevista con Radio Pudahuel. “Cuando (el Presidente) lo estime conveniente (el cambio de gabinete) será. Y por el momento señaló después del plebiscito, pero es algo que él tiene que definir”, afirmó la portavoz de La Moneda, en referencia a los lineamientos que el mandatario ha comunicado en reuniones a puertas cerradas con su equipo de trabajo.

Las palabras de ambas autoridades marcan un giro con respecto a la comunicación que venía emanando del Ejecutivo con respecto al tema. De hecho, la misma Camila Vallejo había descartado, a fines de junio, un cambio de gabinete ante las críticas provenientes de algunos sectores del oficialismo. Boric, por su parte, también había descartado una eventual renovación de nombres en los ministerios el 1 de julio, tras asegurar que “no se puede dejar que la ansiedad por la encuesta semanal guíe el actuar del gobierno”.

Ahora que el propio jefe de Estado entregó un plazo para mover las fichas del tablero político, el panorama parece haber cambiado, y surgen una serie de preguntas: ¿Qué señal entrega Boric al colocar una fecha -clave, por lo demás- para revisar su gabinete? ¿Depende del resultado del plebiscito? ¿Y cuáles son las carteras más probables a ser afectas a un cambio de mando? Aquí, cuatro analistas políticos consultados por The Clinic comparten sus reflexiones sobre estas y otras interrogantes.

La señal del mandatario

“La señal que da el Presidente Boric es que con este gabinete es posible ganar el plebiscito, sin perjuicio que las encuestas estén indicando precisamente lo contrario”, comienza Mauricio Morales, doctor en Ciencia Política y profesor titular de la Universidad de Talca sede Santiago. “

“Lo ideal, desde el punto de vista estratégico, es que el Presidente hubiese hecho un cambio de gabinete muy significativo, constituyendo así como un gabinete en campaña. Por cierto, resguardando todas las medidas asociadas a la no intervención, pero un gabinete mucho más robusto, con el fin de enfrentar estos últimos 50 días de campaña previa al plebiscito”, opina el académico.

“Ya anunció que no lo va a hacer, que probablemente lo haga después del plebiscito. Pero me parece que no es la decisión estratégica correcta, considerando las condiciones en las que se encuentra la opción Apruebo en las distintas encuestas de opinión, en que, en el mejor de los casos, tiene una distancia de ocho a diez puntos por debajo del Rechazo”, agrega Morales.

Para cerrar, el cientista político plantea que “si le hacemos caso a las encuestas, cada vez que el Presidente interviene o genera un punto político, como fue su cuenta pública y su cadena nacional, la aprobación presidencial sube, y el Apruebo también. Entonces, está de cajón que debiese hacer un punto político nuevamente, antes del plebiscito, con un cambio de gabinete, con el fin de generar ese golpe comunicacional. No lo va a hacer, pero lo debió haber hecho. Y si no lo va a hacer, bueno, cree que con este gabinete puede ganar”.

Por su parte, el sociólogo y analista político Axel Callís, director de la agencia de sondeos Tú Influyes, considera que “cuando un presidente habla de eso es porque, primero, el tema está rondado. O sea, esa es la primera constatación. Un presidente que no habla, y si está todo bien, no dice que después del plebiscito va a pensar en un cambio de gabinete”. Porque, para Callís, “la respuesta normal es, siempre, en un régimen presidencial, decir: ‘Yo siempre estoy evaluando a mis ministros’. Esa es la respuesta clásica. O ‘siempre lo ministros son sujetos de evaluación constantes’. Pero acá le puso fecha. Le puso un deadline”.

En esa línea, considera que “lo que yo creo que (Boric) pretende es despejar y darle tranquilidad a sus ministros y a sus partidos para que, por lo menos de aquí al 4 de septiembre, desarrollen sus actividades con normalidad, lo cual implica que está haciendo una apuesta en varios sentidos. Si tiene descartado hacer un cambio de gabinete, es porque intuye que un cambio de gabinete no podría mover la aguja en el plebiscito, cosa que yo estoy en desacuerdo”.

Esto principalmente porque, según el sociólogo, “un cambio de gabinete, más que un golpe comunicacional, es un reseteo donde uno puede recomenzar una relación distinta con la opinión pública, dependiendo de los ministros que traigas y de los que salen”.

Fijándose en este último punto, Callís acentúa que “los cambios de gabinete valen no por la palabra. Valen por los que llegan y por los que se van. Lo cualitativo. Cuando Michelle Bachelet puso al Peta Fernández, a nadie le importó que fuera ministro del Interior. Pero cuando saco a Peñailillo, y puso a Burgos, obviamente que importó, porque fue un giro copernicano. Si es un cambio de gabinete donde va a mover a tres personas, y va a enrocar y hacer un ajuste ministerial, no tiene sentido. Esa cuestión la puede hacer cuando quiera”.

“Dos elementos se desprenden de las palabras del Presidente Boric”, dice, en tanto, el analista político Tomás Duval. “El primero es que ha habido una intencionalidad de provocar un cambio de gabinete por ciertas fuerzas políticas, con el fin de mover el tablero para la campaña del plebiscito, teniendo como objetivo el resultado del 4 de septiembre. Diría que esa es la primera señal. En el fondo, el presidente le cierra la puerta a esa posibilidad antes del plebiscito”.

“En segundo lugar, coloca una cuestión bien compleja, porque dice ‘bueno, aquí cualquier cambio de gabinete va a ser posterior al resultado del plebiscito’. Por lo tanto, coloca a los ministros en un plano de evaluación completo dependiendo incluso del resultado del plebiscito, que puede marcar una nueva agenda política y, por lo tanto, desde esa perspectiva, el presidente dice que será ahí donde se ajustarán los distintos esquemas de gobierno para llevar a cabo lo que la ciudadanía manifieste en el plebiscito de septiembre”, agrega Duval.

En cambio, Rodrigo Espinoza, doctor en Ciencia Política y coordinador académico Escuela de Ciencia Política UDP, plantea que “básicamente, el Presidente Gabriel Boric dio una señal de hacer un cambio de gabinete post plebiscito para intentar particularmente desvincular la gestión gubernamental de la tendencia que estamos viendo en las encuestas, donde la aprobación gubernamental está en niveles bastante similares a los que se encuentra hoy la opción Apruebo”.

Por lo mismo, dice Espinoza, “el gobierno, en un acto de separar las aguas, pone las expectativas del cambio de gabinete post 4 de septiembre, por el simple hecho de intentar separar estos carriles. Pero de todas maneras, esta idea de un gobierno por el Apruebo ya está instalada desde el minuto uno en que llegaron a La Moneda, así que me parece un desafío bastante difícil, el lograr hacer esa separación”.

“Creo que sin dudas un cambio de gabinete ayudaría a mejorar las posibilidades de que gane el opción Apruebo en el plebiscito. De hecho, en principal flanco de críticas del oficialismo ha sido el desempeño de la ministra Izkia Siches”, añade, citando un nombre específico del Ejecutivo.

La relación entre el cambio de gabinete y el plebiscito

Según Mauricio Morales, el cambio de gabinete post plebiscito es algo que debiese ocurrir “sí o sí”, pero matiza con que esta probabilidad depende, en cierta medida, del resultado del plebiscito. “Porque el resultado va a marcar lo que se venga de aquí en adelante. Pero es mucho más probable que ese cambio se produzca en caso de que gane el Rechazo. Y en caso de que gane el Apruebo, uno diría que, bueno, no hay razones para efectuar un cambio de gabinete, porque si todas las encuestas venían señalando que el Apruebo iba a perder y termina ganando, entonces este gabinete está haciendo muy bien su trabajo, porque logró sacar adelante una opción política que se encontraba muy atrás en las encuestas de opinión”, señala.

“Claro, si es que llega a ganar el Rechazo, se justifica, porque hay que dar un golpe de timón y establecer una nueva estrategia de gobierno de aquí en adelante, porque va a ser el presidente el que va a tener que dirigir la nueva etapa del proceso constitucional. Pero si llega a ganar el Apruebo, no hay ninguna razón para que el presidente cambie su equipo. Todo lo contrario, el equipo se va a fortalecer, se va a unir más, y se va a envalentonar”, comenta el experto.

“Creo que hay que hacer un cambio de gabinete independiente del resultado del plebiscito”, dice Callís. “Porque tiene que ver con la agenda legislativa del gobierno, y tiene que ver con el grado de aprobación del gobierno. En el caso del Rechazo o el Apruebo, va a necesitar una carrocería más potente que la que tiene ahora”, opina.

Para Duval, el eventual cambio de gabinete se encuentra ante un escenario abierto, que no necesariamente depende del resultado dele plebiscito. “Si ganase el Apruebo, a lo mejor hay que hacer ajustes importantes porque se requiere un proceso de implementación de la nueva Constitución. Por el contrario, si gana el Rechazo, ahí hay un escenario crítico distinto, donde quizás (Boric) va a tener que buscar, de acuerdo a ese resultado, un gabinete y una fórmula política que acompañe a ese posible nuevo gabinete”, dice.

“Creo, sin duda alguna, que la permanencia del gabinete actual, el original, como está, perjudica las opciones del Apruebo, y al mismo tiempo, un cambio, sobre todo en Interior, generaría un revulsivo. No es necesario sacar del todo a la ministra Siches de La Moneda, si no que más bien cambiarla: hacer un enroque de piezas. Eso podría surtir un efecto rápido, a medida que se va acercando la fecha de la línea de meta, que es el 4 de septiembre”, sostiene Rodrigo Espinoza.

Los posibles cambios de cartera

A la hora de aventurarse a mencionar posibles carteras que se verían afectas a un cambio, las encuestas de opinión son un insumo importante. Eso sí, Tomás Duval hace la salvedad de que “las encuestas tienen su valor cuando muestran una tendencia. Cuando dos, tres o cuatro encuestas tú ves que hay ciertas áreas del gobierno que no están adecuadamente funcionando, o son mal evaluadas. Eso te está señalando algo. Sería muy impropio el decir que por una encuesta, alguien se va a cambiar”.

De acuerdo con la encuesta Cadem difundida el 27 de junio, los ministros mejor evaluados son el de Hacienda, Mario Marcel (61% de aprobación), seguido por Marco Antonio Ávila, el titular de Educación (57%). En cambio, los con peor desempeño son el ministro Secretario General de la Presidencia, Giorgio Jackson (43%) y la ministra de Interior, Izkia Siches (34%).

“Definida una estrategia política con una opción o con la otra tras el plebiscito, Boric va a tener que quizás introducir cambios en ciertas carteras que sean esenciales en esa estrategia. Evidentemente hay evaluaciones ministeriales que no han sido del todo buenas. El Ministerio del Interior ha sufrido, y sigue sufriendo, problemas importantes. Quizás en su propia conducción. Pero eso no quiere decir que sea la cartera o la única posible (de ser afecta a un cambio)”, dice Duval.

“Los principales cambios podrían ocurrir en Interior y en Salud. En particular, creo que la ministra Siches podría irse a ese ministerio, a Salud, que es donde se sentiría mucho más cómoda, por su formación profesional, por su trayectoria, estando a la cabeza del Colegio Médico con altos niveles de popularidad en su minuto”, opina, en tanto, Rodrigo Espinoza.

“Al mismo tiempo, es bastante probable que alguien de la ex Concertación, principalmente del mundo socialista, asuma Interior. Sobre todo pensando en un gesto para conceder espacio a los partidos tradicionales, y en aras de dar señales pensando también en la agenda legislativa donde el gobierno va a requerir apoyo también de los partidos de la ex Concertación. Por eso mismo, el subsecretario Monsalve tal vez no sería una mala carta, en aras de lograr dichos objetivos”, añade el académico de la UDP.

“Pero creo que, por ahora, por más que se haya hablado, dudo que el ministro Jackson salga del gabinete. Pese a que las relaciones Ejecutivo-Legislativo están un tanto dañadas por la estrategia comunicacional y algunas frases del ministro Jackson, como por ejemplo el señalar que el programa del gobierno, digamos que en buena parte de este, no se iba a materializar si ganaba el Rechazo. Esas estrategias, además de la ausencia de etapas pre legislativas, ha tensionado un poco las relaciones, pero como es bien sabido, el ministro Jackson cuenta con la total confianza del Presidente Boric, así que es difícil que salga”, cierra Espinoza.

En pos de “generar un golpe comunicacional”, Mauricio Morales sostiene que los cambios debiesen ser “fundamentalmente dos: Interior y Segpres, por lo bajo”.

“Interior por todos los problemas que ya conocemos de la ministra. La ministra no se ha podido acomodar plenamente al cargo. El que está llevando la agenda es fundamentalmente el subsecretario de Interior. Está muy expuesta comunicacionalmente a cometer errores, está más ausente de la agenda pública, en circunstancias de que el presidente la necesita mucho más presente, a sabiendas de lo que sucede en el país en términos de delincuencia y de ausencia del estado de derecho en parte de la Macrozona Sur”, comenta Morales. “Es una candidata a salir, y probablemente va a ocupar el cargo de ministra de Salud, que es su hábitat más natural”.

“El otro cargo es el Segpres”, explica el doctor en Ciencia Política. “El PS ya se ha cansado de comunicarle al Presidente de la República sobre los problemas que tiene con su ministro Segpres. Eso está generando un ambiente muy tenso dentro de la coalición de gobierno. De hecho, se lo hicieron saber al presidente en la última reunión que tuvieron en Cerro Castillo.

“El presidente seguramente se va a resistir hasta el final, porque el Segpres no es solamente parte de su coalición de gobierno; fue su jefe de campaña; y es una persona muy estrecha al presidente, al igual que la ministra del Interior. El presidente da la sensación de que valora muchísimo los vínculos personales, y está dispuesto a tolerar los errores políticos de estos dos ministros que, si es que salieran, significaría un cambio muy significativo del gabinete”, resume Morales.

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