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18 de Septiembre de 2022

La Grandiosa Bertita: La fondera más popular de Chile

Siempre que llega este mes del año caracterizado por la cueca, el pipeño, las empanadas, los volatines -y mucho más- también se viene a la mente colectiva de los chilenos las fondas, espacio tradicional para compartir todas las costumbres que parecen aflorar espontáneamente durante septiembre. Para la tercera entrega de la serie "Lo que nos hace dieciocheros", hablamos con Berta Brito, quien debe ser sin duda, la fondera más reconocida del país: “el 18 es una fiesta de todo Chile, de toda persona”, dice.

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Siempre que se pregunta por las fondas, hay que recurrir a ella. La encontramos en su carpa a las 16:30 horas del miércoles 14 de septiembre, minutos después de que los periodistas se marcharan por algunas horas del Parque O’Higgins para volver por la noche a cubrir el baile de la alcaldesa Irací Hassler y el presidente Gabriel Boric. A sus 75 años, Berta Brito está sentada en una de las sillas rojas de su fonda, pero eso no significa que esté en descanso. Siempre hay alguien que se le acerca para preguntarle qué hacer, y ella, da las indicaciones necesarias.

– ¿Aquí todo el día es pa’llá, pa’cá?

– Me siento a ratos, me paro, me siento, me paro.

– Y eso ¿Cuándo empieza más o menos? ¿El ajetreo?

– Yo llevo un mes aquí.

-¿Y usted en qué momento se relaja?

– Como tú viste po’, yo a veces me aguanto todo el día hacer pipí, porque una cosa, la otra, que no me falte esto, que no falte esto otro, estar pendiente de todo, y mi hijo con otro niño -que es como familiar- me van trayendo las cosas po’, porque yo tengo que estar aquí. Yo me quedo a dormir, tengo mi penthouse.

– ¿Un mes ya que se instaló y empezó a ver todo lo que hay que hacer?

– Sí po’, como es grande. Me gusta, soy bien cuadra’, me gusta todo así ordenado. Ahora no se puede tener anticucho a brazas, sino que a la parrilla, al horno, con gas, así todo como tú vez. –

Fue una de las polémicas de este año. Se prohibió el carbón en las fondas, pero Bertita se lo tomó con calma. “No, yo no me enojó porque yo respeto, porque realmente los terrenos eran caros, son caros. Entonces yo soy de una onda, todos saben, llevo 64 años en fondas, y llevo en mi ADN las fondas, por mi madre, esta fonda tendría que tener como 80 y tantos años, yo llevo 64 con ella”, dice.

Coincidencia o no, Bertita nació entre zapateos, chicha y asados, un 19 de septiembre de 1946. “Mi mamá cantaba, tocaba guitarra, como era la gente antigua po’, ellos mismos se hacían su propia orquesta, si antiguamente eran puras ramas, no eran estas carpas, eran varas y ramas de eucalipto”, explica. El ambiente dieciochero siempre fue lo suyo.

Antes de llegar al Parque O’Higgins, en 1979, “La Grandiosa de Ñuñoa” se ubicaba en la comuna del mismo nombre, lugar donde guarda recuerdos de la colaboración entre fonderos, que hoy se ha perdido. “Estábamos en Ñuñoa, ‘Camas Separadas’ se llamaba una fonda y el dueño le puso tanta rama de eucalipto, tan grueso, que se le cayó la fonda del puro peso, un día antes. Entre todos los fonderos le paramos la fonda. Ahí sí que éramos fonderos unidos, éramos como 50, y todos tirábamos pa’ todos, entre todos le paramos la fonda al amigo”, relata.

Tras la reanudación de las fondas tras la pandemia, las cosas no han estado sencillas. A un día de la inauguración oficial, todavía no tenía luz. Tuvo que desembolsar de su bolsillo para contar con este servicio para traer la carne y preparar todo. Acusa mala intensión en esto.

Bertita nació entre zapateos, chicha y asados, un 19 de septiembre de 1946.

“La alcaldesa me dijo: ‘¿Cómo está?’, yo le dije ‘Bien po’, pero mal a la vez, porque no tengo luz po’. No tenemos cómo recibir mis productos’. La alcaldesa me puso una cara la pobrecita, que me dio pena… Ella es tan sencilla, es tan linda como persona, yo hablo como persona, no voy a hablar como política, porque yo no soy política”.

Polémica también causó el anuncio de Fonderos Unidos del Parque O’Higgins, cuando anunciaron que este año, debido a los precios, no se instalarían. Aunque Bertita jamás puso en duda su presencia, incluso ofreció comprar 10 de los terrenos que estaban disponibles ante la ausencia de sus compañeros. Tras dos años de pandemia, era imposible perder la posibilidad de volver en gloria y majestad al Parque O’Higgins, lugar en la que ha sido fonda oficial tantas veces.

– ¿Qué se siente que todos los 18, cuando se acercan las fiestas patrias, estén tantas personas diciendo: “Bertita, Bertita, Bertita”?

– Hoy día yo estaba así contenta po’, me acordé cómo era antes porque estaba lleno de cámaras, lleno de prensa, hablada, escrita, radio. Esto estaba lleno, lleno, lleno, y todos me llamaban, todos me preguntaban una cosa, todos lo mismo: los precios, los precios, los precios. Si usted me lo pregunta, 6.000 los anticuchos.

– ¿La decisión de no subir los precios a qué se debe?

-Él sale a buscar carne barata, donde encuentre más barato para yo poder ajustarme a lo que yo estoy diciendo en la tele.

Bertita apunta a su hijo Patricio Villaroel, futuro heredero de la fonda. “Yo tomé la fonda como a los 14 años. Me vine al Parque O’Higgins después del 73, porque ahí gritaban ‘y va a caer, y va a caer’. El Pato tiene 42 años, y pa’ esa fecha él debiera haber tenido unos 3 añitos, 4 añitos, no tenía más”, explica Bertita. “Todo esto va a quedar para ti cuando yo no esté, pero no te olvides que yo me voy a morir a los 100 años”, comenta que le dijo. “Va a ser “El Grandioso Patito”, dice.

Así, Berta Brito puede volver a hacer lo que más le gusta, en la celebración de los 150 años de fondas en el Parque O’higgins, y con la seguridad de que el legado que heredó de su madre, será continuado por uno de sus hijos.

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