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Entrevistas

18 de Noviembre de 2022

Tomás de Rementería, diputado PS: “En las reuniones políticas, el tema constituyente está muy atrás en la lista”

De Rementería afirma que "en las reuniones políticas, el tema constitucional está muy atrás en la lista".

El subjefe de la bancada PS reconoce con un dejo de angustia que el interés por habilitar un nuevo Proceso Constituyente, decae tanto en la opinión pública como en el mundo político. “La ciudadanía está en otra, preocupada de los temas de seguridad y de temas económicos“, afirma. En este sentido, el parlamentario sugiere: “Hay que leer lo que está diciendo la sociedad chilena, que hoy día no está tan enamorada de un órgano 100% electo”, agregó en entrevista con The Clinic, abriéndose a la posibilidad de incorporar expertos en un eventual órgano redactor de una nueva Constitución.

Por Emmanuel Ganora y Joaquín Abud

El calendario se acerca inexorablemente hacia fines de noviembre con todo lo que ello implica. A la vuelta de la esquina, asoman Navidad, Año Nuevo y el inicio de las vacaciones estivales y, sin embargo, no hay acuerdo entre el oficialismo y la oposición para habilitar un nuevo Proceso Constituyente, tras el contundente triunfo del Rechazo en el Plebiscito de Salida del pasado 04 de Septiembre. 

El nudo principal en las negociaciones radicadas en el Congreso, se remite a la composición del órgano redactor de una nueva Carta Fundamental. En síntesis, Chile Vamos insiste en que los miembros de una convención tenga un porcentaje de expertos designados, mientras que el oficialismo insisten en que esta instancia debe ser 100% electa. Asimismo, también hay divergencia respecto del número de constituyentes: la derecha defiende que sean 50 miembros, a la vez que las fuerzas de gobierno sólo estarían disponibible a un umbral mínimo de 78 integrantes. 

En el transcurso de esta jornada, 18 de noviembre, los interlocutores de ambos bandos volverán a reunirse para ver si hacen cuadrar el círculo. Hay un consenso transversal: si no hay acuerdo este mes, el proceso entra en una nebulosa de incierto destino. 

Por eso, el subjefe de bancada del Partido Socialista, diputado Tomás De Rementería, dice que hay que destrabar de alguna forma las tratativas. Con un dejo de angustia, el legislador -también abogado, máster en derecho constitucional- advierte en esta entrevista que el interés de la ciudadanía por este tema va a la baja, por lo que es perentorio llegar a puerto con las negociaciones, sin descartar la posibilidad de que en el órgano constituyente participen expertos designados. 

-Estamos cerca de que el mes de noviembre termine y las encuestas registran un creciente desinterés sobre el tema constitucional. ¿Vamos a tener nueva Constitución o ya fue?

Hay un mandato que hay que cumplir, pero también tiene que entenderse que los momentos constituyentes, como su nombre lo dice, son momentos de los momentos, no son eternos; se disuelven con el tiempo y la contingencia. Y ahora estamos terminando el mes de noviembre, donde hemos estado con la discusión de la presidencia de la Cámara y de presupuesto.

La ciudadanía está en otra, preocupada de los temas de seguridad y de temas económicos. Probablemente en la segunda semana de diciembre, ya empiezan las preocupaciones por los regalos de Navidad y en un escenario de contracción económica. Y en el verano, sabemos que hay una pausa donde la gente no piensa mucho en esto porque está pensando en temas vacacionales. 

-¿Y si demora el acuerdo?

-Si no se llega a un acuerdo rápido, esto se puede disolver, lo que sería muy grave para la sociedad chilena que necesita una nueva Constitución. También sería una gran derrota para nosotros como izquierda, que muchas veces, por buscar lo perfecto que es enemigo de lo óptimo, preferimos perder la batalla. 

Vamos a tener la responsabilidad histórica de que no vamos a enterrar la Constitución de Pinochet, que era el objetivo inicial de todo esto desde siempre.

¿Y cómo se destraban estas negociaciones que se han extendido por tanto tiempo donde, incluso, parece que decae el ánimo de los propios interlocutores?

-Tenemos que dejar de enamorarnos de nuestras ideas y sentarnos a conversar con la derecha tradicional, la UDI, RN y Evópoli, y decirles ‘oye, lleguemos a un acuerdo rápido. Saquemos esto, busquemos la forma de que haya un texto constitucional que sea aprobado por los chilenos. Esto, porque también no tenemos que dejar de visualizar esto: si vuelve a perderse un Plebiscito de Salida, sería dramático no sólo para la izquierda, no sólo para el Gobierno, sino que para toda la clase política que busca una nueva Constitución.

-A su juicio, ¿en qué está pensando actualmente la ciudadanía?
-Hay que leer lo que está diciendo la sociedad chilena, que hoy día no está tan enamorada de un órgano 100% electo, no está tan enamorada de una convención con demasiados miembros, no está tan enamorada de este Poder Constituyente ilimitado del que tanto nos hablaban en la primera Convención.

Tenemos que hacer una revisión de la forma en que estamos negociando y en la forma que se ha expresado esto por muchos actores políticos en el espacio público y en los medios, porque alejan y dan la sensación de que se disuelve este acuerdo. Es grave que la ciudadanía piense que el acuerdo se está disolviendo porque, en el fondo, el tema deja de ser relevante.

Hoy día vemos que la mayoría de los medios ni siquiera está presente. Incluso en los pasillos políticos ya se habla menos de Constitución.

-¿Ha podido registrar ese desinterés en su círculo?

-Cuando empezó la negociación era un tema. Todos sabíamos los días que se juntaban, todos iban a darse una vuelta al ex Congreso, y hace algunos días veíamos que en la televisión se hablaba de esto en los programas políticos. 

Pero hoy día en las reuniones políticas, el tema constituyente es un tema que está muy atrás en la lista. Estamos discutiendo las reformas del gobierno, la de pensiones que nos ha tomado la agenda, además de la reforma tributaria.

Hemos tenido el tema de seguridad y la contingencia se ha comido un poco el momento constituyente, incluso dentro del ambiente político. No podemos dejar que esto quede totalmente en la indiferencia, porque tampoco podemos tener un Proceso Constituyente que sea totalmente de espaldas a la ciudadanía y que nadie tenga interés en él, donde ni siquiera la clase política está interesada en lo que está pasando ahí.

-¿No será que el momento constituyente ya pasó?

-No sé si soy excesivamente complaciente, pero creo que todavía la gente quiere una nueva Constitución. Tal vez es nuestro tema prioritario, pero no es el tema de discusión como lo fue antes. 

Todavía es un momento constituyente que podemos aprovechar, pero también creo que estamos con un cronómetro encima que dice que este momento constituyente se va apagando. Lo que va quedando de momento constituyente termina este mes. 

-¿Y si no?

-O sea, si pasa ya de diciembre, esta cuestión queda para marzo. No le pondría una fecha, pero tenemos que sacarlo antes de Navidad porque, si no, se va a ir diluyendo. Generalmente, el verano es un espacio perdido para la discusión política de cara a la ciudadanía, la gente se preocupa de otras cosas. 

No creo que haya un plazo perentorio, pero cada día, que esto deje de ser tema, la parte que está al otro lado sentada en la mesa negociadora, tendrá cada vez menos incentivo de ceder algo.

-Entonces, ¿en este minuto la derecha tiene la sartén por el mango?

No sé. Ellos siempre han querido mantener la Constitución de Pinochet, en esto no me pierdo. Sí tuvieron un cierto ánimo reformista, utilitario digamos, para poder ganar el Plebiscito de Salida, pero tampoco los veo internamente tan convencidos de hacer una nueva Constitución. 

En cambio, nosotros sí tenemos el convencimiento claro. Es una pelea de hace años el enterrar la Constitución de Pinochet y construir un nuevo texto constitucional que refleje el nuevo momento político que necesita Chile y establecer ciertos derechos sociales.

-Hace algunas semanas entrevistamos al secretario general de su partido, Camilo Escalona. En ese entonces, él cifraba las posibilidades de una nueva Constitución en un 50 a 50.

–Estoy un poco más esperanzado que Camilo, incluso en este momento. Hay una teoría de que el salto evolutivo se da cuando uno está al borde del precipicio. Entonces, si no se acaba el precipicio, algunos van a reaccionar y de ambas partes van a saber ceder para establecer un acuerdo que, en el fondo, lleve a ese objetivo principal que es enterrar la Constitución del dictador.

Convención: “Hay bastantes mecanismos para elegir expertos de manera indirecta”

Las negociaciones se podrían destrabar, por ejemplo, con que el órgano redactor de la nueva Constitución no sea 100% electo, y que tenga un componente expertos. ¿Estás disponible a eso?

-Siempre he dicho que para mí no es un dogma de fe que sea 100% electa. Puede ser perfectamente democrático que sea una parte electa directamente por los ciudadanos, y otra parte electa indirectamente, ya sea por el Congreso Pleno o por un colegio electoral. 

Hay bastantes mecanismos para elegir expertos de manera indirecta. Esto no puede convertirse en un dogma y ser un mantra que se repite sin analizar el fondo de la cuestión, que es tener una constituyente que sea eficaz y oportuna en hacer su trabajo.

¿Y qué porcentaje debería ser para convencionales electos y expertos?

-Siempre digo 80/20 o 70/30, lo que me parece razonable. Ahí podemos abrirlo, pero entre más tiempo pase, la oposición va a pedir un porcentaje más grande no electo. Tenemos que superar el dogma y abrirnos a cerrar una cifra que sea alta en porcentaje electo, pero hay que finiquitar este problema sobre la composición de la convención rápidamente. 

Fijando la cantidad de miembros y el porcentaje de cómo se van a elegir estos miembros, cerramos un poco el conflicto.

¿Con Plebiscito de Entrada?

-También es revolucionario decir que tal vez podría no haber Plebiscito, yo no me cierro a eso. Pero un Plebiscito de Entrada me parece totalmente innecesario. Alarga los tiempos y genera una tensión innecesaria sobre el proceso con una nueva campaña.

“Estamos con un cronómetro encima que dice que este momento constituyente se va apagando. Lo que va quedando de momento constituyente termina este mes”.

También vemos que la gente ya está aburrida de ir a votar, tanto así que creo que es mejor pasar directamente a la elección de la convención.

-Si se eligen los convencionales en estos meses. ¿Qué riesgo ve que una nueva Carta Fundamental sea escrita en los términos de la derecha, considerando que el “péndulo”, al menos, ya no estaría tan cargado a la izquierda?

El momento electoral para nosotros no es el mejor. El Gobierno ha mejorado en su última semana, pero tampoco es el mejor momento de nuestras ideas. Tenemos que pensar bien cómo le planteamos a la ciudadanía un mensaje que sea de mayorías, no el mensaje que nos dejó la Convención, que no era de mayorías. 

Además, un consejo a la derecha; si llegan a ganar esta Convención, que no cometan el mismo error que cometimos nosotros, porque quién va a terminar pagando va a ser Chile. Hay una Constitución que se pasó como se pasaron en algunos aspectos en nuestro sector.

Después del cónclave, ¿qué ha cambiado en el oficialismo?

-Ha sido una muy buena semana para el gobierno. El cónclave fue una muy buena actividad, muy sincera, donde nos afiatamos. El Presidente nos mandó a establecer una alianza de gobierno y eso se ha dado. Hemos tenido muy buena relación las bancadas en el Congreso, nos vimos muy afiatados en la votación de la presidencia de la Cámara como de la votación presupuestaria que se está desarrollando. 

Hay que superar la idea de Apruebo Dignidad y el Socialismo Democrático, y pensar esto como una gran alianza de gobierno.

-¿De una sola coalición?

-Sí, han dicho una sola alianza dos coaliciones. Si a alguien le favorece decir esto está bien, pero que la alianza esté por sobre cada coalición.

Es curioso que se haya establecido, recién ahora, la idea de una “alianza de gobierno”. ¿Qué había antes entonces?

-Era complicado de entender. En el primer cónclave el Presidente nos llamó a una coalición única, pero la idea probablemente no cuajó, tal vez por la individualidad de la historia de cada uno de estos grupos.

Algo que hablaron varios ministros y que trascendió la prensa, es que las discusiones del pasado día no tienen mucho sentido. Eso dejémoslo a la academia, a los think tanks, a los columnistas, pero los que estamos haciendo política, preocupémonos de cómo sacamos adelante este gobierno, Esto significa que a los chilenos le haga sentido que nosotros gobernemos.

-¿Qué implica el “sentido de gobernar”?

-Lo primero que significa es que tengan plata para comprar pan y que no tengan miedo de salir a la calle por si les peguen un balazo, también de que les lleguen mejores pensiones. Eso tiene que ser el objetivo de todos acá, independiente de la coalición de donde vengamos. Acá hay una tarea mayor que es otorgar la oportunidad a este gobierno de concretar la mejor parte posible del programa. 

Sobre una eventual Convención: “Para mí no es un dogma de fe que sea 100% electa. Puede ser perfectamente democrático que sea una parte electa directamente por los ciudadanos, y otra parte electa indirectamente, ya sea por el Congreso Pleno o por un colegio electoral”.

Y digo la mejor parte posible del programa, porque ya sabemos que los programas nunca se cumplen por completo y tenemos que aprender que si bien son una guía y son objetivos, no podemos andar discutiendo cada vez que cuando empezamos a aplicar los programas. También hay realidades que cambian. En eso no tenemos que enamorarnos de nuestras ideas, sino tener la realidad siempre de frente.

¿Hay que hacer ciertas renuncias en el programa?

-No lo he analizado, pero tenemos que entender que las prioridades muchas veces cambian. Gobernar es priorizar y, en ese sentido, teníamos prioridades que hoy día cambiaron por la crisis de seguridad, por la crisis económica provocada por efecto del extranjero, y también porque no se pueden dar todas las batallas a la vez.

La tramitación del presupuesto fue bien intensa en la Cámara. ¿Qué evaluación tiene de la conducción que la está dando el diputado Vlado Mirosevic a la corporación?

-La derecha trató de torpedear el acuerdo administrativo desde el primer momento, y ahora han tenido una actitud totalmente falto de respeto con la presidencia de Vlado Mirosevic. No respetan las palabras, se dirigen directamente al ministro de Hacienda y no por el presidente. Han señalado la amenaza de censura constantemente.

Obviamente es súper fácil no respetar el reglamento, hacer desorden y después decir que el Presidente es el responsable. Acá hubo una discusión recién grande. La ciudadanía nos indica que estemos en nuestros lugares de trabajo. Si se paran a pasear o a dar notas de prensa mientras se está votando, es probable que no puedan llegar a votar. Y si no llegan no es culpa del presidente, es culpa del que no está en su puesto al momento de votar.

-¿Y si esa tensión sigue?

-Es super fácil emporcar la discusión para después echarle la culpa al Presidente de su conducción. El presidente ha sabido explicar el reglamento y tiene que seguir haciendo el trabajo que está haciendo. Y si la derecha no quiere respetarlo, se les aplicará el reglamento, sanciones disciplinarias, o sino pasarlos a la Comisión de Ética.


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