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Entrevistas

26 de Noviembre de 2022

Jorge Sharp, Transformar Chile: “El programa de gobierno se ha ido descafeinando”

Jorge Sharp Agencia UNO

El alcalde de Valparaíso, Jorge Sharp, junto a otras autoridades y actores políticos, iniciaron el proceso para conformar su propio partido bajo el nombre de Transformar Chile. En conversación con The Clinic, asegura que “no somos ni pretendemos ser la Lista del Pueblo”. En este sentido, agrega: “La izquierda chilena renunció a la idea del cambio de modelo”.

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La trayectoria política del alcalde de Valparaíso, Jorge Sharp, siempre ha estado ligada a la izquierda en Chile. Sin embargo, desde que dejó las filas del Frente Amplio -al dejar la militancia en Convergencia Social tras el Estallido Social del 2019-, se ha movido como un independiente dentro de este amplio espectro político.

En la actualidad se encuentra en una nueva senda para conformar un partido político junto a otras autoridades locales -alcaldes y concejales- y también ex miembros de la Convención Constitucional, principalmente de lo que fue la fugaz Lista del Pueblo.

En esta entrevista, asegura que su nueva colectividad es “instrumental”, tomando distancia de la ex Lista del Pueblo. Además, es crítico con el gobierno del Presidente Gabriel Boric, asegurando que su programa de gobierno “se ha descafeinado”.

-¿Transformar Chile es una continuación de la Lista del Pueblo?

-La decisión de inscribir el partido es instrumental. El partido es una herramienta legal para tener competitividad electoral en el sistema político. En estricto rigor, no somos ni pretendemos ser la continuidad, de la Lista del Pueblo u otras experiencias existentes. 

Nuestra irrupción parte de un diagnóstico crítico respecto a la situación política que vive el país y que guarda relación con la necesidad de conformar una fuerza política nacional que se proponga la superación del actual modelo de desarrollo neoliberal. 

Es decir, dejar atrás la sociedad del abuso que tenemos hoy y avanzar hacia un lugar donde el bienestar, el buen vivir y la justicia social sean bienes de acceso para todos y todas.

-Eso es muy similar a lo que planteaba la Lista del Pueblo…

-Somos una fuerza política nacional en formación. La Lista del Pueblo no era eso, era una propuesta electoral en el marco de una elección puntual que era la Convención Constitucional. 

Nosotros optamos por un camino distinto: la conformación de un movimiento político nacional que tenga la capacidad de construir desde la capacidad movilizadora, desde la fuerza, desde la capacidad creadora de los actores protagonistas de la transformación en Chile: los territorios, los movimientos sociales, el mundo feminista y los pueblos originarios. 

Ante el cierre del sistema político, estas fuerzas requerimos un espacio de articulación precisamente para proponerle al país una mirada sobre la superación del modelo de desarrollo económico.

-O sea, se diferencian en un tema estructural, de organizarse en partido, pero los objetivos políticos son similares.

-Nuestro principal objetivo como Transformar Chile tiene que ver con superar el sistema político actual. Eso significa abrirle paso a todas las fuerzas sociales, territoriales y populares que aparecieron durante la Revuelta que habían luchado por más de veinte años por la Educación, por No Más AFP, por los territorios. 

En este gran campo de actorías hay mucha dispersión, desconfianza y una visión muy localista respecto de las tareas políticas. Al final, de lo que se trata es de articular todas estas capacidades en torno a un nuevo proyecto de país.

-Excuse, pero esa era la línea política de la Lista del Pueblo. Además, en Transformar Chile hay ex miembros de ese movimiento.

-Sí, estamos claros, pero Transformar Chile es una fuerza que se estructura y se ha ido conformando a partir de distintos mundos. El mundo municipal está muy presente, con alcaldes y alcaldesas, concejales y concejalas. Hay representantes de pueblos originarios, ex convencionales y muchos independientes también.

Posición en la política de Chile: “No nos interesa reclamar el lugar de la izquierda”

-Transformar Chile busca impulsar transformaciones, valga la redundancia. ¿No es ese el mismo camino que han recorrido otras fuerzas que, cuando llegan al poder, se moderan?

-Es importante asumir que no puedes leer el momento que vive la sociedad chilena a partir de los códigos del Siglo XX. Esta idea de ser gobierno u oposición, derecha, izquierda o centro, me parece que son categorías abstractas y vacías que dividen a la gente; no le hace sentido, por ejemplo, a la gente que votó Rechazo. 

Por lo tanto, el lugar que reclamamos nosotros como Transformar Chile no es el lugar de la izquierda. De hecho, la izquierda chilena renunció a la idea del cambio de modelo. Lo que nosotros reclamamos es el lugar de la transformación. Ese lugar se define en función de objetivos que tienen que ver con las urgencias que la sociedad chilena demanda.

-¿Transformar Chile no está en la izquierda entonces?

-¿Qué significa ser de izquierda hoy en día?

-Se lo pregunto de vuelta: ¿qué significa ser de izquierda para usted?

-Ser de izquierda puede significar cualquier cosa: hay gente que cree que la Concertación es de izquierda. Hay gente que cree que Heraldo Muñoz es de izquierda. La izquierda chilena está en una crisis estratégica gigantesca de la que no se ha podido levantar desde los años 70. 

Por eso no nos interesa a nosotros reclamar el lugar de la izquierda ni tampoco rendir cuentas respecto de la izquierda chilena. Evidentemente hay mucho que recoger de la tradición revolucionaria, pero me parece que la sociedad del Siglo XXI es completamente distinta.

-¿Qué significa no querer reclamar el espacio de la izquierda entonces? ¿Que no es de izquierda ni de derecha, así como el PDG?

-Nuestro análisis de lo que ha sucedido en Chile parte de una dinámica distinta. Lo que ha sucedido es que se ha ido construyendo una élite económica y política que ha mercantilizado todos los aspectos de nuestra vida. Dentro de esa élite existe lo que la gente entiende como izquierda. 

Lo que existió durante treinta años fue un partido transversal que empujó, profundizó y perfeccionó el modelo de Pinochet. Si queremos lograr que la derrota del Plebiscito sea breve, hay que hacer las cosas de forma distinta. No nos podemos mirar el ombligo ni podemos construir en el campo de los convencidos. Tenemos que construir el campo de los no convencidos que son los que rechazaron el 04 de septiembre.

-Pero en su partido en formación son todos rostros del Apruebo. ¿Cómo van a ir a buscar a los del Rechazo, por ejemplo?

-¿Por qué rechazó la gente? Es difícil tener una respuesta única: rechazó a la clase política en su conjunto, al rol de los constituyentes, al gobierno, a la Constitución. Nadie podría tener una certeza al respecto. Lo que sí sabemos es lo que están pensando más de cuatro millones de chilenos que votaron Apruebo. 

La propuesta de Nueva Constitución, que fue rechazada, era un camino para salir de la crisis que vive el país. El Rechazo no es ningún camino, es seguir exactamente en el mismo lugar y seguir profundizando la crisis. Entonces, es poco plausible pensar, por ejemplo, que el derecho a la vivienda no pueda ser reconocido. 

Claramente, la tarea que tenemos, porque vemos que esas ideas tienen potencial, es convertir esa propuesta en una propuesta de mayoría.

-Es decir, ¿para usted la propuesta de la Convención era buena, pero insuficiente?

-Claro, no era una propuesta a mi juicio suficiente. Pero, además, el problema que tuvo en el Plebiscito fue que las oligarquías chilenas ejercieron todo su poder económico, financiero y mediático para apoyar la opción Rechazo. 

No sólo instalan un conjunto de noticias falsas, no sólo empujaron campañas de desprestigio a determinados convencionales, sino que fueron mucho más efectivos en disputar el sentido común y eso es lo que nos tiene que preocupar.

-¿Quienes conforman hoy en día este grupo que va por las transformaciones, que es al sector que apuntan como colectividad?

-Los territorios son un espacio donde hace muchos años existen experiencias, propuestas de formas de vida y maneras de resolver lo común, que debe ser articulada en toda una fuerza nacional. En Transformar Chile pensamos que nuestra posibilidad está puesta en los territorios.

-¿Qué son los territorios? Puede sonar como un concepto vago…

-Como dice David Harvey, es un espacio físico social, un lugar donde se producen y reproducen un conjunto de relaciones sociales y donde existen actorías que empujan esas distintas relaciones. Ahí hay colectivos, dirigentes, juntas de vecinos, clubes deportivos, movimientos juveniles, etcétera. Ahí hay una capacidad para la transformación.

-Este gobierno también surgió con la idea de transformar, de combatir el modelo neoliberal y todo lo que usted menciona. ¿Cuál es su evaluación sobre cómo se ha llevado a cabo la agenda de gobierno?

-El programa de gobierno se ha ido descafeinando, aquello que estaba fuera del programa ha terminado siendo tomado y empujado. El mejor ejemplo de ello es el TPP-11. Falta una convocatoria más clara hacia la sociedad; si Gabriel Boric hoy día es Presidente es gracias a la sociedad chilena que se movilizó. 

La sociedad chilena, frente a la avanzada fáctica de la derecha sobre el gobierno, no debiese ser espectadora. Debe estar atenta, pendiente, vigilante, debiese ser convocada por el gobierno a empujar una agenda de cambio. Pero hoy día esa convocatoria no existe.

-¿Qué fuerzas son opositoras a las transformaciones que ustedes plantean?

-La derecha económica y política en Chile está transitando un camino que no sólo la pone en el lado de oposición a las transformaciones, sino que lo que busca es la parálisis del país, es profundizar la crisis. Lo que ha pasado estos últimos días es muestra de aquello. La derecha paralizó la posibilidad de resolver la crisis jugándosela por el Rechazo, paralizando el proceso legislativo censurando trece comisiones, paraliza las carreteras con los camioneros. 

No solamente están opinando y oponiéndose a las transformaciones, sino que están jugando con esta hipótesis. El problema con el gobierno en ese punto es que no toman nota de esto. El gobierno no toma nota del escenario en que le toca actuar.

-¿Qué debería hacer el gobierno, pensando en que no tiene los voto en el Congreso?

-Pero hay un país inmenso más allá del Congreso Nacional.

-¿Hay que incitar, entonces, a que la gente se movilice contra la derecha?

-Las leyes no son el único camino para los cambios y para hacer política en Chile. Son muy importantes, pero hay una agenda de cambios inmediatos que tienen que ver con los dolores de los chilenos que podrían implementarse sin la necesidad del proceso legislativo. La inversión pública a pequeña escala hoy día en Chile está paralizada. 

Para construir un consultorio, un pavimento o construir un edificio de servicio público, puede tomar dos años y eso depende del ministerio de Desarrollo Social: esa inversión pública genera bienestar en el territorio. Me rebelo total y completamente a la idea de que la política se reduce a lo que sucede en el Congreso: qué mejor ejemplo que lo que hicieron los camioneros esta semana.

-¿Lo que está tratando de decir es que el gobierno debe movilizar a la gente para que hagan manifestaciones similares a las de los camioneros?

-Hay que convocar a la sociedad a participar en sus organizaciones sociales de base, en las juntas de vecinos, en los clubes deportivos. Hay que convocar a través de una política comunicacional ofensiva, explicar lo que está sucediendo en Chile. 

La gente no es tonta, debiese haber una política comunicacional, acompañada de un despliegue territorial que le permita a la gente conversar, dialogar e informar de lo que está sucediendo, y eso no se está haciendo. 

Hay como una especie de buenismo donde no se puede decir nada políticamente incorrecto porque puede molestarle a alguien. ¡Pero si paralizaron el país por tres días, no puedes responder con una flor! Tienes que responder señalando con claridad quiénes son los responsables y llamando a no votar más por esa gente. 

Hoy día hay una disputa brutal por el sentido común y nos está ganando la derecha. 

-Más allá de lo que plantea, el análisis electoral de los expertos sostiene que el triunfo de Boric en segunda vuelta fue la moderación, no la ofensiva que usted sugiere.

-¿Qué es la moderación?

-Un ejemplo breve: pasar de “refundar” a “reformar” Carabineros. Ambos sabemos a qué nos referimos con moderación.

-Moderarse es no decir las cosas por su nombre. La semana en que Boric dijo que las AFP eran un negocio, fue la semana en que más subió en las encuestas. ¿Moderarse significa no decir la verdad? Me parece que esos conceptos hay que entrar a revisarlos. 

Gabriel Boric en segunda vuelta ganó, entre otras cosas, sin duda por su propuesta y por el tipo de liderazgo que le proponía al país. No le quiero quitar ningún mérito, pero ganó porque se movilizó la ciudadanía en torno a impedir el triunfo de la ultraderecha.

-Y lo hizo convocando a la centro izquierda. Hasta la DC lo apoyó.

-Hubiese sido bien impresentable que la DC y la centroizquierda hayan votado por el fascista, no les quedaba otra. Tampoco tienen un gran peso electoral en Chile. Quienes tienen un peso electoral mayor en Chile, revisando el 2021, fueron los independientes.


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