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La Ruta

9 de Marzo de 2023

La ruta del completo: tres recomendaciones para comer la más transversal de nuestras preparaciones

Nadie en Chile se resiste a este pan largo que alberga a una salchicha -ojalá bien doradita- cubierta por una combinación de ingredientes que funciona mejor que muchas cosas en el país.

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Llega el mes de marzo y su característico ritmo frenético, que en estos momentos nos sorprende y abruma, pero que en realidad será nuestro hábitat natural hasta -a lo menos- fin de año. Así las cosas, no queda otra que apurar la marcha y trabajar, estudiar, hacerse cargo de la casa, cuidar a los niños, juntarse con los amigos y todo lo que venga.

Por lo mismo, nuestro día a día suele tornarse algo acelerado y uno de los ítems de la vida que suelen verse resentidos es el de la alimentación. Se sale de casa sin desayunar, se almuerza apurado o se va uno por el alambre. Y para enmendar estos errores nada mejor que un completo. A la pasada. Sentado, instalado en una barra o simplemente de pie. Como sea, un completo siempre viene bien. Muy bien.

Otra virtud del completo tiene que ver con que se trata, probablemente, de la más transversal de nuestras preparaciones. Porque todo el mundo come completos. El proletario y el empresario. El ejecutivo y la dueña de casa. Los estudiantes y los jubilados. En cualquier barrio de la capital -y del país- hay algún lugar para comerse un completo.

Todo esto repercute en que el nivel de nuestros completos es bastante decente. En otras palabras, es posible encontrar buenos completos en cualquier parte y sin demasiado esfuerzo. Y por otro lado, tampoco es difícil -ni caro- prepararlos en casa, así que en nuestras cocinas privadas también los encontramos marcando presencia.

Tal vez su mayor dificultad está en su montaje (algo en lo que los maestros sangucheros se lucen) y sobre todo en su ingesta. De hecho, la norma no escrita indica que una vez tomado el completo, éste no vuelve al plato y se debe comer de una. Por esta razón es que antes de tomarlo y engullirlo es mandatorio aliñarlo con nuestras salsas predilectas. Porque claro, una vez que lo tenemos en nuestra mano, no hay vuelta atrás. ¿Se puede comer un completo con cuchillo y tenedor? De poder se puede, pero es simplemente impresentable.

Dentro de las muchas pérdidas que debemos lamentar, a propósito de la pandemia del Covid, los santiaguinos tenemos una extra. Esto, porque tras los largos meses de confinamiento de la comuna de Santiago el clásico Póker de calle San Antonio, donde se vendían los mejores completos de la ciudad -y tal vez del país- nunca más abrió. De hecho, en sus dependencias ahora funciona una óptica.

Ante tan triste panorama, a muchos viudos no nos ha quedado otra que salir a buscar un nuevo completo para poner en primer lugar. Y ojo que no es fácil, porque como ya lo dije, completos buenos hay en muchas partes. Pero buenos de verdad, sobresalientes, solo en algunos selectos boliches.

Así, buscando y buscando, con mucho ensayo y error, puedo atreverme a recomendar como el mejor completo de la capital al de la fuente de soda Munich, esa de Vicuña Mackenna con Santa Isabel. En estricto rigor, en este lugar lo que manda es el italiano ($4.000). Con un pan esponjoso y más bien grande, alberga muy bien la salchicha más una buena cantidad de tomate en cubos, palta molida al tenedor (con nada más que palta) y una verdadera tapa de mayonesa preparada en el local. Saladita y espesa. En resumen, una verdadera obra de arte.

Ahora, una opción más económica pero muy apetitosa de completo se puede encontrar en Súper Soda, un local al paso ubicado en el número 90 del Paseo Ahumada, donde alguna vez funcionó una sucursal del Prosit. Acá su completo ($2.790) salva a cientos de oficinistas, trabajadores y estudiantes día a día con una salchicha de poderosas dimensiones que incluso sale del pan por sus puntas.

Con una buena cantidad de chucrut, salsa americana, tomate y una muy rica mayonesa; lo cierto es que es una preparación sabrosa y reconfortante, ideal para seguir adelante con un duro día de trabajo. Además, con una relación precio-calidad excelente y que ya poco se ve en Santiago.

¿Un competo más para cerrar esta ruta? Entonces hay que moverse hacia el sector oriente de la capital para llegar al Quick Lunch Alemán, ubicado justo en la esquina de Apoquindo con Escandinavia y donde se puede terminar la jornada laboral de gran manera, disfrutando de un dinámico ($5.290), que de seguro no te dejará indiferente. Con un pan esponjoso pero resistente, una salchicha suave, tomate bien picado, chucrut, salsa americana y palta molida más la correspondiente dosis de mayonesa para tapar todo. Un verdadero pencazo de sabor que pide a gritos un schop. La gloria misma.

Ahí está la ruta del completo, la mía, pero no se puede dejar de mencionar otros lugares emblemáticos donde preparan muy buenos completos. Sergio’s, Tío Manolo, Elkika Ilmenau, El Portal y los kioscos del Fernández Concha en general, además de los carritos de Talca. Es que en una ciudad y un país con tan pocas cosas transversales, se agradece el buen nivel de nuestros completos, de todos los completos presentes en los hoy tan famosos territorios. Somos, al final, un país de completos.

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