La historia tras el crecimiento del Partido Republicano: exmilitantes UDI, base juvenil y la oposición más fuerte al Presidente Boric

Cinco escaños. Esa era, según el jefe de campaña del Partido Republicano, Martín Arrau, la expectativa que tenían para la elección del pasado 7 de mayo. El resultado total fue de 23 escaños, con 3.470.855 votos, convirtiéndose en la primera mayoría para la redacción de la nueva Constitución.

Martín Arrau asegura que la clave estuvo en que “sabíamos que iba a ser una campaña con muy poco interés. Por lo tanto, teníamos que simplificar y unificar el mensaje lo más posible. Ni siquiera lo enfocamos en Republicanos, sino que sólo en ‘Re’, así de corto era el interés de la gente”.

A este desinterés, agrega, “se sumaban candidatos desconocidos, entonces no podíamos poner el foco ahí, no había que hacer campaña por candidatos, sino unificar el mensaje, todos con las mismas gráficas y las mismas actividades”.

El triunfo del domingo pasado le significó al Partido Republicano pasar de obtener el 10% de los votos en la elección de diputados de 2021 a un 35%. Pero también, dicen ellos, derivó en un eventual problema: “Vamos a tener a 23 personas con cerca de cinco años de inhabilidad electoral”, cuenta el exconvencional.

Un ejemplo de ello es la consejera por la Región de Los Lagos, Beatriz Hevia -primera mayoría nacional-, quien, según Arrau, “era una candidata que tenía proyección para postularse a diputada, pero que aceptó ir como consejera”.

Hevia cuenta con las características del perfil de la mayoría de los consejeros electos del Partido Republicano: es joven -tiene 30 años y el promedio de edad de los electos es de 44 años- y se inició en política trabajando con Chile Vamos, como asesora de la Subsecretaría de Economía en el segundo gobierno de Sebastián Piñera.

Según dijo Javier Macaya, presidente de la UDI, en Tolerancia cero el pasado domingo, “el 90% de los electos de Republicanos vienen de la UDI”.

Eso se extiende a buena parte de la colectividad. De hecho, el Partido Republicano tiene entre sus principales líderes a exmilitantes de partidos de Chile Vamos: José Antonio Kast (UDI), Rojo Edwards (RN), Arturo Squella (UDI) y Javier Leturia Mermod (UDI). Todos ellos son claves en la estructura orgánica del partido, principalmente por su experiencia política.

Martín Arrau, exmilitante UDI -fue electo en la Convención por ese partido- dice que “si miras la declaración de principios de la UDI y Republicanos, son bien parecidas, pero la diferencia está en el énfasis o importancia que se le da a los principios, si es que se pueden transar o no, por ejemplo”. 

Captando militantes de Chile Vamos y en la radio

“La historia del Partido Republicano es la historia de una Pyme exitosa”. Así define el diputado Luis Sánchez a la tienda que ayudó a fundar.

Resulta que, antes de ser partido, José Antonio Kast formó el Movimiento Acción Republicana. “Esto partió de una cosa chiquitita, una oficina en Santiago donde cabíamos como máximo cinco personas”, cuenta el diputado Sánchez.

Paralelamente, con la ayuda del senador Rojo Edwards, se formó Ideas Republicanas, centro de estudios que tenía la misión de darle contenido al movimiento. Hoy en día, este centro de estudios es liderado por Cristián Valenzuela, la principal mano derecha de Kast.

Desde antes de eso, en su salida de la UDI, Kast arrastró a varios militantes del partido fundado por Jaime Guzmán. Sánchez cuenta que es uno de ellos: “Conocí a José Antonio cuando estaba en la directiva nacional de la Juventud UDI. Él era diputado y apoyaba un proyecto de trabajos voluntarios en su distrito. Ahí también estaba Juan Irarrázabal (actual diputado republicano). Entonces, cuando él toma la decisión de irse de la UDI, yo seguí su camino, porque lo sentía a él como el liderazgo más potente”.

Desde esa época, José Antonio Kast siempre tuvo la intención de formar su propio movimiento político. El año anterior, hizo una gira por todos los recorridos del Transantiago: “La idea era conversar con la gente, conocer sus quejas. Siempre el foco ha sido preocuparse de las urgencias sociales, hoy esas urgencias son la inseguridad, la inmigración y la economía. Como partido logramos ver eso desde un principio y eso se refleja en el triunfo del domingo”.

Para esa época, un desafío de José Antonio Kast era lograr presencia mediática. Fue entonces que conoció al ahora diputado Gonzalo de la Carrera, quien dejó su militancia en el Partido Republicano.

Según cuenta el diputado “al principio del gobierno de Piñera yo militaba en Evópoli. Pero Felipe Kast prefería ir al programa del Checho (Sergio Hirane) en Radio Agricultura, lo que era raro, porque era militante de mi partido. Ahí empecé a invitar a José Antonio e hicimos una gran amistad, porque lo divertido era que le estábamos ganando en rating al programa del Checho”.

Desde esa época, dice De la Carrera, “él me empezó a invitar a reuniones de Acción Republicana. En esa época la discusión era sobre si hacer un partido político o no”. 

Si bien hoy no milita en la colectividad, Gonzalo de la Carrera dice que “yo le abrí la puerta a la mayoría de los que hoy son diputados para que empezaran a darse a conocer y también al ahora consejero Antonio Barchiesi”.

Además de esto, el diputado cuenta que “más adelante nos juntábamos todos los días para definir estrategias, en la casa de Javier Leturia, para conseguir las firmas, que costó mucho. Y nos fuimos fijando objetivos de a poco para que José Antonio Kast pudiera ser candidato a Presidente, porque para eso teníamos que estar constituidos en todas las regiones”.

Un Partido Republicano opositor del Gobierno y el proceso constitucional

En un principio, el Partido Republicano se constituyó en las regiones de O’Higgins, el Maule y Ñuble, con lo que se convirtió en partido el 23 de enero. Luego, en septiembre de ese año, se constituyeron en las regiones de Coquimbo, Valparaíso, Biobío, La Araucanía, Los Lagos y la Metropolitana. Por ende, el principal desafío estuvo en constituirse en las regiones del norte del país y las del extremo sur.

A la fecha, cuentan con 21.149 militantes -superan a Evópoli- y sus regiones más fuertes son -en orden- la Metropolitana, Valparaíso, Biobío, Maule, Araucanía, Los Lagos, O’Higgins, Coquimbo y Ñuble.

En La Araucanía, la mayor dificultad fue quitarle espacio a Chile Vamos. Para eso, Kast recurrió a dirigentes de la zona. Una de ellas fue la actual diputada Gloria Naveillán, quien era militante UDI y dirigenta de APRA.

“Yo lo conocí cuando él invitó a una víctima de violencia en La Araucanía a la Cámara para una interpelación al ministro del Interior de esa época. Desde ahí nos empezamos a acercar y tuvimos algunas reuniones para empezar a ayudar en la recolección de firmas para constituir el partido en La Araucanía”, cuenta la diputada.

En esa época, Naveillán decidió salirse de la UDI: “Creo que Republicanos tiene muchos exmilitantes de la UDI porque vimos una posibilidad de hacer política de otra forma, con más opiniones y participación”.

De todos modos, Naveillán dejó su militancia cuando anunció su voto a favor del sexto retiro de las AFP: “Ahí, fueron muy infantiles conmigo, porque me castigaron con cosas como no dejarme almorzar con ellos. Y después del triunfo del Rechazo renuncié al partido, antes de eso había que mostrar unidad”.

En buena parte, el éxodo de militantes de Chile Vamos hasta el Partido Republicano fue clave para el triunfo del domingo pasado, en cuanto fueron quitándole electorado.

A eso se suma una apelación a la juventud. “Hay muchos jóvenes que tienen rebeldía y les gusta que se digan las cosas como se piensan. Nosotros decimos lo que pensamos, más allá de las consecuencias”, explica Martín Arrau sobre la estrategia.

José Francisco Lagos, director ejecutivo del Instituto Res Pública, apunta a que “el Partido Republicano logró identificarse de mejor manera con una oposición tanto del gobierno como del proceso constitucional“.

En esa postura, añade Lagos, “no solamente logra captar adherentes de la UDI, sino que también de otras personas dentro de Chile Vamos. El éxodo de personas de la UDI hacia Republicanos probablemente se da en un contexto de similitud en el ámbito de los principios, y las decisiones contingentes que han diferenciado a los grupos, hace que pasarse de un partido al otro no sea ‘costoso’ doctrinalmente sino que solo en el campo práctico”.