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Opinión

21 de Mayo de 2023

Columna de Frank Sauerbaum: Constitución para todos

"Es efectivo que lo que ha ocurrido en los últimos meses es una derrota cultural de un amplio sector de la izquierda chilena que quiso desconocer nuestra historia, pero ello no debe desviarnos de nuestra misión principal que es construir una Constitución que represente a los chilenos", escribe el diputado y jefe de la bancada de RN.

Por Frank Sauerbaum

Las últimas elecciones de consejeros constitucionales plasmaron la fisonomía que tendrá el mapa del poder al interior del nuevo órgano Constituyente.  En este nuevo esquema de poder irrumpió con fuerza el Partido Republicano que, junto con los partidos de centro derecha agrupados en Chile Vamos, cuentan con la mayoría suficientes para redactar una Constitución. Así, pareciera, en principio, que lo único que limita a esta mayoría son las bases institucionales que están dispuestas en la actual Carta Fundamental y que fueron acordadas en el marco del acuerdo político que dio viabilidad a esta segunda oportunidad.

Pero la historia accidentada de la Convención Constituyente y los errores que llevaron a un rotundo rechazo en septiembre pasado, son una alerta de lo que no puede volver a ocurrir en esto que hemos denominado una segunda oportunidad.  En efecto,  resulta evidente que la borrachera de la extinta Convención y su ánimo refundacional terminaron por destruir toda posibilidad de adhesión social.  La obsesión por parte de los partidos que componen Apruebo Dignidad, y a la que se vio arrastrada el socialismo democrático, en orden a imponer una visión de la sociedad a los chilenos, fue un rotundo fracaso. 

Se abordó la misión de elaborar una nueva Constitución sin vocación de mayorías o integración, lo que no puede sino terminar en un fracaso, particularmente si tenemos a la vista  que una Constitución es un acuerdo de convivencia política por el cual todos los sectores de la nación definen los lineamentos mínimos de la vida en sociedad.  Se trata de una tarea que debe ser abordada minimalista en la extensión del texto, pero amplia en cuanto a su base o adhesión social, condición mínima y fundamental para su eficacia.

De ahí que, con la responsabilidad de llevar a buen puerto y de cumplir la palabra empeñada en orden a una nueva y buena constitución, como Chile Vamos, y en particular como Renovación Nacional, asumimos esta tarea con un vocación de diálogo, de manera que los sueños y los anhelos de una gran mayoría de los chilenos se encuentra plasmada en la nueva Carta Fundamental.

Los errores que cometieron el socialismo y los demás partidos democráticos que dieron viabilidad a retorno a la democracia, en cuanto a dejarse llevar por el afán de imponer un modelo de sociedad, deben servir de lección a nuestro partido.

El éxito de una nueva Constitución para Renovación Nacional no está solo en que su contenido incorpore los principios y valores que defendemos como partido, sino además en dar a Chile un marco de convivencia social que tenga proyección por los próximos 50 años.

No tenemos que asumir esta tarea desde la perspectiva de un país que se impone sobre otro en una guerra. Es efectivo que lo que ha ocurrido en los últimos meses es una derrota cultural de un amplio sector de la izquierda chilena que quiso desconocer nuestra historia, pero ello no debe desviarnos de nuestra misión principal que es construir una Constitución que represente a los chilenos y que sea aprobada en el plebiscito de salida.

Es cierto que lo anterior puede redundar en meras manifestaciones de voluntad si el Partido Republicano no aborda esta tarea con la misma convicción y disposición, pero tenemos confianza que comprenden la importancia de su rol, y como el fracaso de la consigna, lo es también el propio.

* Frank Sauerbaum, Diputado y jefe de bancada de Renovación Nacional.

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