Basura orgánica en el Río Mapocho: el proyecto que convertirá miles de kilos de ramas y troncos en compost

La reciente emergencia meteorológica en la zona centro-sur del país, que causó estragos en distintas ciudades, también puso sobre la mesa la discusión en torno al lugar donde van a parar los desechos de la capital. Un ejemplo elocuente fueron las 880 toneladas de basura en el río Mapocho, que produjo el colapso de la Ruta 68, donde está ubicado el puente Mapocho.

Sin embargo, del total de desechos, aún se pueden rescatar miles de kilos de basura orgánica, que estará destinada al compost. Esto forma parte de un proyecto conjunto entre las empresas VíasChile, a cargo de la mantención de las autopistas, y la fundación Vuelta Verde.

“En cuanto fuimos alertados sobre el colapso del puente Mapocho, inmediatamente comenzó un arduo trabajo de retiro de escombros, donde encontramos desde sillones hasta neumáticos y electrodomésticos“, detalló María Pía Tejos, gerente de relaciones institucionales y sostenibilidad de Vías Chile, en diálogo con LUN.

La ejecutiva añadió que “fue una labor que se extendió por 60 horas y que convocó la presencia de más de 50 personas, además de maquinaria especializada entre camiones tolva, retroexcavadoras y hasta una grúa”.

El proyecto para producir compost

La basura orgánica que fue hallada en las labores de despeje del río Mapocho consta de ramas, troncos y otros restos vegetales que fueron arrastrados durante el sistema frontal. Se calcula más de cinco mil kilos de estos recursos.

“En esta ocasión, y de la mano de una mirada mucho más sustentable, decidimos llevar a cabo una iniciativa pionera en la recuperación de escombros y que consiste en el reciclaje de todas las maderas y troncos que logramos acopiar tras las inundaciones“, explicó Tejos.

Y continuó: “Estos, en vez de ir a parar a un vertedero, han sido separados y trasladados a una planta de reciclaje para la elaboración de compost”.

Sin embargo, pese a los beneficios de esta economía circular, la producción de compost es de largo aliento. “Mediante un proceso 100% natural que implica nitrógeno, carbono, oxígeno y agua, vamos a convertir todas las ramas, maderas y troncos que se recuperaron desde el puente Mapocho en compost o tierra de hoja, como también se le conoce”, indicó Bárbara Lewin, fundadora de Vuelta Verde, al mismo matutino.

Agregó que “tampoco es un proceso fácil, ya que requiere chipear y picar todos los restos seleccionados y al menos el transcurso de un año hasta conseguir el abono esperado“.