Expresidente Piñera insiste en sus dichos sobre “golpe de Estado no tradicional” pero aclara que “no tenía nada que ver con los golpes habituales”

Han pasado siete días desde que el expresidente, Sebastián Piñera, acuñó el término “golpe de Estado no tradicional“. En Argentina, el exmandatario cedió una entrevista a una radio del país en la que señaló la idea, haciendo alusión al estallido social ocurrido durante su gobierno en octubre del 2019.

Pese a los múltiples reparos sobre sus palabras desde el oficialismo -incluyendo al Presidente Boric-, el exmandatario reiteró su punto este viernes.

En entrevista con el diario ABC de España, Piñera explicó que el uso de su término provino porque lo ocurrido “no tenía nada que ver con los golpes habituales en América Latina. Fracasó, pero el objetivo era derrocar al presidente y debilitar las bases de la democracia”.

Además, reiteró sus críticas a parte de los partidos que actuaban como oposición y que hoy son Gobierno. Piñera los acusó de no tener una posición clara sobre “la condena de la violencia”. “Muy por el contrario, fue ambigua, la toleró, la apoyó, la justificó e, incluso, buscó formas de derrocar a un presidente que había sido elegido democráticamente“, continuó.

“Hubo una reacción social legítima. Pero, también una actitud ambigua ante la violencia y la democracia”, reflexionó el exmandatario con el medio español. A eso sumó que existió una posibilidad de que la casa de Gobierno fuese atacada: “Hubo un riesgo inminente de que tomaran el Palacio de La Moneda, que era el objetivo que persiguieron permanentemente durante esos días”.

“Estamos en guerra” y Boric

Piñera también se refirió a la frase que dijo a pocas horas desde el comienzo de la revuelta. El expresidente precisó que era contra “la violencia criminal” y no en contra de los ciudadanos del país, como se le criticó en esa oportunidad.

Por otro lado, Piñera nuevamente tuvo palabras para el mandato de Boric. “El país va por mal camino, malas ideas, mala gestión, malos resultados, porque no estamos haciendo frente a los grandes problemas que tiene Chile”, dijo. Apuntó que su análisis se sostiene en “la falta de una misión compartida”, los “graves problemas de seguridad interna” y el “estancamiento económico”.