Columna de Camilo Escalona (PS) | Consejo Constitucional: Un escenario incierto

El escenario post elección del Consejo Constitucional puso a la derecha ultraconservadora, agrupada en el Partido Republicano, cuyos mentores se sienten herederos de Pinochet, como actor político principal de la redacción de la nueva Constitución. Este es un hecho inédito en la política chilena que no hay que eludir sino que encarar en toda su trascendencia y gravedad.

En efecto, los contenidos constitucionales aprobados por la mayoría ultraconservadora indican un retroceso, claramente reaccionario, de los derechos de la mujer y de su condición en el devenir de la sociedad chilena. En el ámbito de los derechos reproductivos la amenaza es de una regresión autoritaria similar al sórdido clima de censura y coacción de los peores años de la dictadura militar.

Asimismo, los derechos de los trabajadores están puestos en tela de juicio. Se trata de la reedición extrema del Plan Laboral de 1981. Ya no se habla de la consolidación y ampliación de tales derechos sino que de un dramático esfuerzo de defensa de los avances logrados en el periodo de la transición democrática.

La idea del Estado social y democrático de derechos está socavada en sus cimientos, porque los ultraconservadores de hoy superan la obsesión ultra mercantilista de la segunda mitad de los años 70, en el tiempo en que la dictadura de Pinochet entregó la conducción del Estado a los llamados Chicago Boys, la secta tecnocrática ultraliberal que amparada en la etapa más dura de la represión, impuso una regresión ultraconservadora que barrió con las conquistas sociales de un siglo de lucha del movimiento popular.

En el Consejo Constitucional el esfuerzo de los y las representantes de izquierda que son minoría ha sido ejemplar, digno de aplausos y reconocimiento. Sin embargo, falta vitalidad en la respuesta de las fuerzas democráticas, no se nota la voluntad y el tesón necesarios para frenar este tremendo retroceso histórico. Por el contrario, el fanático dogmatismo de la ultraderecha se ha ido imponiendo por la vía de un populismo desatado, sin frenos ni pudor. La enorme preponderancia conservadora en los medios acentuó el impulso dogmático de los autodenominados “republicanos”.

Ante ello, hay quienes ven la solución en arreglos que suavicen los filos más agudos y totalitarios del texto impuesto por los ultraconservadores, pero el tono de capitulación en que mediáticamente se presentan esas eventuales concesiones no ha hecho más que aumentar la soberbia de la ultraderecha y la capitulación de la derecha tradicional frente a su arrogancia. 

Aún es tiempo de resistir esta arremetida del fascismo civil. Las fuerzas democráticas chilenas deben salir del ensimismamiento y la desunión que las inmoviliza y bregar para que no se produzca la entronización de una Constitución retrógrada y antidemocrática. 

Hay un tema esencial. Lo que pase ahora no da lo mismo frente al futuro de Chile. Los derechos de la mujer y de los trabajadores son fundamentales y están por encima de cualquier cálculo de corto plazo. La diferencia en los proyectos de país es primordial. Si las formaciones políticas llegan a parecer ser lo mismo, sin principios ni valores esenciales que las distingan, en ese caso, los republicanos tendrán la partida prácticamente ganada.

Hay que reponerse. Aún es tiempo!!!

Camilo Escalona, secretario general del Partido Socialista.