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Entrevistas

3 de Noviembre de 2023

Dr. Luis Pizarro, director ejecutivo de la DNDi y premio Princesa de Asturias por cooperación internacional: “Son las personas las que son desatendidas”

Dr. Luis Pizarro, enfermedades desatendidas Foto: DNDi

Se fue de Chile en el año 1992. El tiempo lo ha usado en ayudar a las personas más vulnerables y pobres. Dice que las personas son desatendidas por su ubicación geográfica y, simplemente, porque no nacieron en un país desarrollado o del primer mundo. En esta entrevista con The Clinic, el Dr. Luis Pizarro nos cuenta de la noble labor que hace la Iniciativa de Medicamentos para Enfermedades Desatendidas (DNDi) para ayudar a los más necesitados. Compartió con la actriz Meryl Streep y captó la atención de la princesa Leonor en los Premios Princesa de Asturias. Su discurso: marcado por experiencias vividas.

Por

Estuvo cerca de la actriz Meryl Streep y del destacado escritor japonés Haruki Murakami. Al momento de tener esta entrevista, dice que él no ganó el premio Princesa de Asturias -reconocimiento español que reconoce la labor científica, cultural, social, etc-, en la categoría de cooperación internacional, sino que lo hizo la organización de la cual es su director ejecutivo: Iniciativa de Medicamentos para Enfermedades Desatendidas (DNDi).

El punto del reconocimiento es importante aclararlo. De hecho, una gran cantidad de medios dicen que él ganó, pero afirma que debe dejarlo bien en claro porque la DNDi está compuesta por otros médicos como él. Hombres que hacen un gran aporte al mundo y que se preocupan de las personas más pobres y vulnerables.

El es el Dr. Luis Pizarro (50). Viene de Ovalle, Región de Coquimbo, y cuenta que dejó nuestro país en el año 92. Como dato, me dice que cuando emigró nunca había escuchado hablar del “mal de Chagas” -enfermedad que se transmite por la picadura de la vinchuca y que puede llegar a provocar insuficiencia cardíaca-. En esos años, el “mal de Chagas” no era del todo conocido en nuestro país.

Se sincera conmigo. Me dice que ha recibido varias propuestas de entrevistas, pero que cuando vio la de The Clinic la aceptó altiro, porque siempre le ha gustado el medio.

En esta conversación, el Dr. Pizarro le cuenta a The Clinic cómo fue recibir el premio Princesa de Asturias, los desafíos que tenemos como sociedad, el rol de la DNDi en un mundo que cada vez se ve menos empático y cómo fueron esos minutos de discurso, ya que antes de él habló Meryl Streep y lanzó un potente llamado a que la sociedad “tiene que escuchar”.

—Para partir y aquellos que no saben, ¿cómo nos podría definir una enfermedad que está desatendida?

–No es que no te quiera responder, pero es verdad que siempre me gusta decir que, más que la enfermedad, son las personas las que son desatendidas y me parece que es súper importante empezar por ahí. El hecho de que las personas hoy día no representen un mercado interesante no es la ‘zanahoria’, digamos, que mueve la industria farmacéutica tradicional. Lo que hace de ellas ser personas desatendidas es porque son pobres y viven en regiones alejadas, esa es la primera razón por la cual son desatendidas. Entonces, las enfermedades que las afectan a ellas pasan a ser enfermedades desatendidas.

La segunda cosa, no es solo la industria de los países. Somos nosotros también. Sería muy fácil echarle la culpa a un puro actor. Somos nosotros mismos y son nuestros gobiernos que también muchas veces no le dan la suficiente atención a estas enfermedades.

—El cambio climático y la migración son problemas que tenemos que enfrentar como sociedad. Ahora, considerando estos factores, ¿cómo afectan la expansión de enfermedades desatendidas? Se lo pregunto particularmente por el caso de África, donde se sabe que muchas veces las farmacéuticas no quieren invertir.

–Yo viví dos años en Níger, en el principio de los años 2000. Níger era un país que en aquella época tenía 8 millones de habitantes. Hoy, son casi 20 millones de personas, es decir, una mujer tiene en promedio casi 8 hijos durante su vida, es la tasa de natalidad más alta en el mundo. Imagínate todos los niños, y el promedio de edad de ese país es muy bajo. A medida que el cambio climático ha ido subiendo, poder plantar, tener cosecha y tener alimentos se ha vuelto cada vez más difícil. Entonces, los problemas de malnutrición son enormes.

Cuando viví en Níger, en el verano hacían 45° y en el invierno hacían 35°. Hoy día son países en los cuales se puede subir a 50° fácilmente y ya tu organismo a 50° no funciona. Imagínate un hospital, o ni siquiera un hospital, un centro de salud cuando hacen 50° y que el refrigerador se te destruya. Entonces, ya el cambio climático está llevando a esos países a situaciones invivibles. Y si mucha gente se va, la llaman migración climática, porque simplemente no se puede vivir en esos países. Sinceramente, quizás, Níger es un país que va a desaparecer, porque no va a poder vivir la gente en un país así en un momento dado. Entonces, si ya era difícil preocuparse de una enfermedad en aquella época, con toda esta situación se vuelve ya una cosa catastrófica.

También está el problema de la biodiversidad. Estuve en la República Democrática del Congo hace unos meses y la cantidad de bosques que han destruido hace que las especies de animales vayan concentrándose. Esto, podría explicar que epidemias, como el Ébola, van a pasar de los murciélagos al humano de manera más fácil.

—¿Usted cree que todavía hay una mirada “primer mundista” de los hechos y situaciones qué ocurren? Se lo pregunto y le pongo de ejemplo la pandemia del Covid: afectó a todo el mundo y logramos sacar una vacuna en tiempo récord. Sin embargo, no ocurre lo mismo cuando los países del primer mundo no son afectados. Sabemos que el VIH sigue siendo la peor pandemia de la humanidad y no está desde hace poco en algunos países…

–Tú tienes toda la razón. Hoy día la ciencia tiene suficientes conocimientos para poder desarrollar remedios o vacunas contra muchas enfermedades. Y como tú dijiste, el hecho de que hayan enfermedades que se conocen del siglo XV y que hasta el día de hoy todavía no hayamos sacado un tratamiento, es una injusticia mundial y para mí es algo que nos debería dar vergüenza a todos.

Con respecto al VIH, si tú le das a la mamá el tratamiento, no lo transmite más. La mayoría de los niños que están infectados con VIH están en África. Ellos a veces necesitan medicamentos con un rico gusto y nosotros trabajamos en desarrollar un tratamiento para el SIDA pediátrico, porque en verdad a los niños nadie los estaba pescando. Para los adultos está lleno (tratamientos) y como tenemos VIH en Chile, Estados Unidos y Europa, entonces ahí sí hay un incentivo mayor, pero faltaba que trabajáramos para los niños.

La importancia de estar en el territorio: cuando las diferencias culturales no son tomadas en cuenta

—Le quiero preguntar por algo que me dejó reflexionando. Usted dijo que en algunas partes de África las personas no tomaban pastillas de color blanco, sino que confiaban en las que eran de color negro. Como director ejecutivo de la DNDi, le pregunto: ¿Cuál es la importancia de ver las enfermedades desatendidas estando en el territorio y conociendo la realidad de las personas? Digo, no es lo mismo ver un hecho desde otro lugar, estando, por ejemplo, en Estados Unidos.

–No, te lo agradezco, porque esa es una súper buena pregunta. Me gusta insistir diciendo que lo que nosotros hacemos siempre empieza con el paciente y termina con el medicamento para el paciente. Cuando digo empieza, quiere decir que el paciente es el que sabe mejor lo que le hace falta. Si a ti te duele algo mañana, por ejemplo, hay que venir a verte a ti y preguntarte.

Los colegas en África me decían que hoy día un africano ve una pastilla negra y dice ‘bueno, esta es para nosotros porque es negra’. Además, está todo este concepto del “black power” y dicen que la pastilla blanca es para los blancos. Imagínate tú, desarrollaste tu remedio, pasaste 10 años, gastaste millones, hiciste todo y llegas con la pastilla blanca y tienes 3/4 de las personas que no se la toman porque dicen ‘ah, no, esa es para los blancos, no nos interesa’.

Entonces, esa necesidad desde el inicio de sentarte a escuchar al paciente, preguntarle qué quiere y qué prefiere, es absolutamente esencial.

Premios Princesa de Asturias: compartir con Meryl Streep, emitir un potente mensaje y captar la atención de una joven princesa

“Simplemente son demasiado pobres para que sus enfermedades sean de interés en este lado del mundo”. Esa fue una de las frases que dijo el Dr. Luis Pizarro en su discurso, donde expuso ante varios asistentes y autoridades españolas. Además, también contó algunas experiencias que ha tenido por el trabajo que viene realizando con la DNDi.

—Ganaron un premio Princesa de Asturias, por cooperación internacional, no es un reconocimiento menor. ¿Cómo fue recibir ese galardón? Por lo que vi, la princesa Leonor estuvo muy atenta a su discurso…

–Bueno, primero que nada, el premio se lo ganó la organización que tengo la suerte de dirigir, se lo dieron a nuestra iniciativa que se llama DNDi y este 2023 cumple 20 años. Para mí era súper importante insistir en esto, porque han habido miles de personas que han dado su vida, así que es un premio que tuve la suerte de poder recibirlo representando a la organización.

Desde el punto de vista del evento, en sí era interesante también, porque España juega un rol con Iberoamérica. Por ejemplo, la enfermedad del “mal de Chagas” está en España y en Iberoamérica, entonces hay que tratar de crear una cooperación Iberoamericana. Para nosotros también era una manera de decirle al rey (Felipe VI) ‘vamos y pongámosle más empeño para tener una cooperación iberoamericana que sea más fuerte’.

—Estuvo en el mismo lugar que la actriz Meryl Streep y el destacado escritor japonés Haruki Murakami. ¿Cómo fue aquella experiencia? La tocó subir al escenario después de que Meryl diera su discurso, donde ella hizo un llamado a que la sociedad “tiene que escuchar”.

–Murakami fue interesante porque él es bien reservado. Bueno, es un gran escritor evidentemente, pero los japoneses también se han preocupado harto de estas enfermedades (desatendidas). He visto a japoneses que hablan español porque han vivido en América Latina y Murakami había estado en América Latina también, así que tuvimos una conversación interesante acerca de cómo Japón trabaja con América Latina y el rol de las universidades.

Meryl Streep es súper comprometida con todo lo que es derechos de la mujer y los tema alrededor de género, pero también con algunas causas humanitarias. Y mira, con nosotros fue muy abierta y muy simpática. Me vino a preguntar qué hacemos y cómo nos podía ayudar. Así que bueno, veremos si después se acuerda de nosotros y nos da una mano para seguir haciendo ruido, para que estas enfermedades sean menos desatendidas.

Desafíos a futuros y rol de las nuevas generaciones

Las enfermedades desatendidas son un problema para nuestra sociedad. Es nuestra obligación hacer un cambio cultural y, como dijo la misma Meryl Streep, de escuchar a los demás. Y la empatía… Palabra que cada vez está menos presente.

—¿Cuáles son los objetivos o metas que tiene como director ejecutivo de la DNDi? ¿Qué le gustaría lograr con la organización mientras esté bajo su liderazgo?

–Hoy día tenemos la posibilidad de que enfermedades, como la enfermedad del sueño que conté en el discurso, podemos ir hacia la eliminación de esta. Hemos desarrollado un tratamiento que es 100% eficaz, fácil de tomar y seguro. Si nos ponemos las pilas dentro algunos años, deberíamos poder eliminar esta enfermedad.

En segundo lugar, hay que tratar de entender esto del cambio climático y que hay que intentar de ir más rápido. En enfermedades como el dengue, para mí es incomprensible que el día de hoy, con los miles de muertos que hay, no tengamos un remedio y no haya una investigación seria al respecto. Entonces, ese también es un desafío.

Y tercero, es contribuir a que cuando haya un próxima pandemia, bueno, no ocurra lo que pasó con el Covid y que la comunidad internacional esta vez tenga mecanismos que permitan a todo el mundo, y no solo a los más ricos, tener acceso a las vacunas y a los remedios. Eso aquí lo peleamos bastante con todos los otros colegas. No podemos permitir que caigamos en los mismos errores y estemos lamentándonos con la próxima pandemia, donde sean siempre los mismos que se benefician de las vacunas y remedios. Eso no puede ser posible.

—Si pudiera entregarle un mensaje a los médicos o a los futuros estudiantes del área de salud, que quieren aportar o hacer un cambio con respecto a las enfermedades desatendidas, ¿qué les diría?

Los estudios de medicina te pueden llevar a muchos lados, es decir, que tú puedes ser un médico en un hospital que se ocupa de la infecciones, puedes trabajar en un laboratorio haciendo diagnósticos y puedes hacer salud pública como yo. Hay lugar para todos. Todos podemos contribuir de una manera. Con la empatía, estoy totalmente de acuerdo que hay que tener ganas de escuchar al otro. Hay que ser muy humilde, porque uno no se las sabe todas y aprende todo el tiempo con esto. Va eso de saber escuchar.

Cada uno encontrará su camino, pero en todo caso hay muchos caminos que te pueden llevar a esto.

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