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Entrevistas

25 de Noviembre de 2023

Juan Carlos Muñoz, ministro de Transportes y Telecomunicaciones: “Sin el Transantiago no tendríamos el Metro que tenemos hoy”

Juan Carlos Muñoz Fotos: Felipe Figueroa

Bueno para la bicicleta y los dulces, en su casa solo se consume el pan de masa madre que él mismo amasa. Aquí, una conversación con el secretario de Estado que trató de ir por varios lados, aunque -obviamente- el transporte público de Santiago se apareció recurrentemente. "Esta es mi segunda pega en la vida", dice el ministro Muñoz.

Por

Tras veinticinco años en la academia, Juan Carlos Muñoz (53) dio el salto al mundo público cuando el Presidente Gabriel Boric lo nombró ministro de Transportes y Telecomunicaciones en marzo del año pasado. Fanático de la bicicleta y la locomoción colectiva, es esta la combinación que más usa para desplazarse por la ciudad. También es fanático del club de fútbol Palestino y, de hecho, tras finalizar esta entrevista se quejó porque no se tocó ese tema.

-¿Se vino en bicicleta a trabajar hoy?

No, hoy tuve que salir de la casa en auto porque tenía que estar temprano en el aeropuerto para viajar a Temuco. Pero anduve en tren, porque abrimos la estación en Padre Las Casas.

-¿Pero por lo general usa un mix de formas de moverse por la ciudad?

Trato de usar la bicicleta como primera alternativa, pero no siempre se puede. Cuando tengo garantías de que mi bicicleta va a volver a ir a casa, la uso, porque no quiero que se quede acá mucho tiempo.

-No me diga que hace la trampa de venirse en bicicleta y que en la tarde se la suban. Conozco a varios que hace esa.

¡No, nunca! De hecho me gusta subir en bicicleta (vive en La Reina). Además, lo bueno de que me toque irme de vuelta a la casa en bicicleta, es que me permite llegar un poco transpirado a la casa y no transpirado a la pega, que es como más fome. Y ando bien, me gusta. Por ejemplo, el sábado pasado, que tuvimos una actividad en Pedro de Valdivia Norte, fui y volví en bicicleta.

-Uno gasta calorías en la bicicleta, lo que permite comer un poco más.

Más que eso, la bicicleta te permite botar energía y hacer un poquito de ejercicio. Y además es bueno tener esos espacios durante la semana en que puedo moverme en la ciudad a un ritmo un poco más lento y observar. Además, me permite promover también uno de los modos de transporte que me interesa promover, que es de los no motorizados.

-Hay ciertas voces que se quejan por el protagonismo e incluso inversión en infraestuctura que se le da a la bicicleta cuando -dicen- es un modo de transporte más bien marginal en Santiago. ¿Cómo lo ve usted?

Lamentablemente, en Chile todavía no tenemos una agencia que mida bien los viajes en bicicleta. Y cuando uno no mide, las cosas se pueden invisibilizar con mucha facilidad. Yo creo que para nadie es un misterio que en los últimos veinte años lo que hemos visto es un aumento en los desplazamientos en bicicleta. La verdad que es claro que hay más viajes en bicicleta y yo espero que sigan creciendo en la medida que les vayamos poniendo buena infraestructura. Mi mirada es la del vaso medio lleno: hay más viajes, más infraestructura y quiero que siga así.

-¿Este uso de la bicicleta en los desplazamientos es algo que se ve en toda la ciudad o solo en la zona oriente? Porque también surjen críticas al respecto.

Fíjate que aunque tenemos pocos análisis de conteo, los que tenemos nos muestran, por ejemplo, que la comuna que más hace viajes en bicicleta es Renca. Lo que te habla que otras comunas fuera de la zona oriente también se observó un crecimiento importante de los viajes en bicicleta. Y eso es lo que queremos promover, que la calidad de infraestructura para la bicicleta también sea buena en todas las comunas y no solamente dependiendo del ingreso de la gente que ahí habita.

-¿El principal enemigo de los ciclistas en Santiago serían los autos, la falta de infraestructura, la contaminación…?

Faltan varias cosas. Una es la falta de infraestructura, que existan alternativas de desplazamiento con infraestructura protegida y segregada que dé ciertas garantías de seguridad. Yo creo que eso es un elemento importante para la gente. Otro aspecto importante es que los vehículos que vayan por esa infraestructura lo hagan a una velocidad razonable y compatible con la ciclovía, un problema que se da cuando suben motocicletas y otros vehículos a la ciclovía.

Juan Carlos Muñoz

En cuanto a la contaminación, la verdad es que si nos focalizamos solo en Santiago, es un tema que hemos ido ganando de a poco, porque cuando uno mira la cantidad de eventos de días en los cuales estuvimos con alerta o emergencia ambiental durante la última década, vemos que es algo que hemos ido reduciendo. Y esto también puede ser una de las razones por las cuales la gente se ha ido animado a usar la bicicleta.

Regiones

-Hablamos de mejoras en infraestructura para la bicicleta en Santiago, ya hablaremos de los avances del transporte público pero… ¿Qué pasa en regiones? Uno llega a La Serena, Los Ángeles o Punta Arenas y ve tacos y colectivos. Da la impresión que acá las cosas en algún momento se solucionarán, ¿pero qué pasará en el resto del país?

Cuando el Presidente Boric me designó y me anunció al país dijo: “Yo le he pedido que haga un esfuerzo especial por mejorar el sistema de transporte público en regiones. La brecha es muy grande y muy visible para todos los que vivimos en regiones y hay mucho por hacer”. Entonces, para nosotros esto ha sido un tema permanente y yo lo tengo clarísimo. Por supuesto, siempre tenemos que hacer que el sistema de transporte público de Santiago mejore. Pero en regiones el problema está mucho más distribuido y es menos visible para los que vivimos acá.

Por eso, por ejemplo, es tan importante haber estado en Temuco hoy y haber presentado una estación de tren para Padre Las Casas. También hay que entender que esto no es un copy-paste de Santiago, que las condiciones geográficas, las condiciones de cantidad de habitantes, hacen que la situación y la realidad sea distinta en cada ciudad y hay que buscar el mejor esquema de transporte público para cada uno.

Ahora, los taxis colectivos, que fue el origen de la pregunta, la idea es que puedan ser parte de ese esquema. O sea, no se trata de reemplazarlos, muy por el contrario, se trata de cómo se puede construir un sistema de transporte público con los taxis colectivos como parte de, por ejemplo, la alimentación del sistema.

-¿Está muy desregulado el transporte en regiones?

El sistema es bien desregulado, efectivamente, y parte de lo primero que hacemos nosotros cuando entramos a una ciudad es tratar de vencer eso y proponer un sistema de regulación en que la autoridad pueda definir cuáles son los servicios que se ofrecen en términos de bus, de trazados de los servicios, qué frecuencias se exigen y que un operador sepa que no nos da lo mismo y por lo tanto recibe, a lo mejor, un menor subsidio si es que la frecuencia y horarios que se dan no son lo que los usuarios necesitan. Y para todo esto,  se necesita mayor regulación.

Cambio de vida de Juan Carlos Muñoz

-A propósito de cuando lo nombra el presidente, usted venía de muchos años en la academia.

Esta es mi segunda pega en la vida.

-Pero por ahí leí una entrevista a su mamá (Ximena Abogabir) en la que decía que usted siempre había querido ser ministro.

¿Eso dijo ella? O sea, yo siempre he encontrado que la oportunidad de poder servir al país en un rol como este, es algo muy atractivo y de las cosas lindas que te pueden pasar en la vida.

-Debe ser duro el paso desde la academia al ministerio.

No es fluido, no es fácil. Es un salto grande y ha requerido un aprendizaje importante, por ejemplo, en materia comunicacional. La cantidad de horas que yo paso frente a las cámaras comunicando lo que este maravilloso ministerio hace es un tiempo importante y relevante. Y eso exige prepararse. Por supuesto que los veinticinco años de profe te ayudan.

-Pero en la universidad uno está un poco más protegido de los palos, de la discusión, de las críticas. ¿No?

Es que la labor académica es un poquito un negocio de una sola persona. O sea, en el fondo tú eres tú, tú investigas tu investigación, tus clases, y tú vas viendo si es que quieres tomar algún rol de dirección. Pero efectivamente es un rol un poquito más, bastante más solitario, sobre todo en términos de dirigir equipos que lo que te toca en un ministerio, eso es evidente.

Debate urbano

-¿Hay más discusión pública hoy en torno al transporte y al ciudad en general? Uno ve hasta algunas peleas en redes sociales.

Los temas de transporte y telecomunicaciones tienen la gracia, en general, de que hay acuerdos bastante transversales que tienden a superar incluso las diferencias políticas. O sea, en telecomunicaciones todos vamos a querer un 5G, una fibra óptica nacional. En materia de transporte, la mayoría estamos de acuerdo en que tenemos que avanzar hacia un transporte más sustentable, que bienvenidos los buses eléctricos, que ojalá podamos extender el Metro y que por supuesto que tenemos que subsidiar el transporte público rural.

Ministro de Transporte

Donde sí hay alguna diferencia es, por ejemplo, cuando uno se mete en el tema de la ciudad. De cómo se desarrolla ésta y cómo interactúa, por ejemplo, con el sistema de transportes. Hay quienes te van a decir que está ok una ciudad que se expande, incluso con cualquier tipo de densidad. Y van a haber otras personas que te van a decir: “Mira, yo creo que debiéramos tener un sistema de una ciudad que ojalá sea un poquito más compacta, que permita el transporte público en forma más efectiva y que no dependa tan fuertemente del automóvil”.

-Por ahí uno lee quejas tras anuncios como los de nuevos corredores de buses o incluso los buses de dos pisos. Como que siempre viene una olita.

En los temas de transporte hay siempre discusión. Por ejemplo, en el tema de los buses de dos pisos, hay gente que los criticó. Nosotros pensamos que estos buses tienen varias bondades. Primero que nada, hay que poner esto en contexto: son diez buses de dos pisos en un universo de seis mil. ¡Diez! Y lo que dijimos fue que creemos que es interesante tenerlos.

Primero, como un ícono de los Juegos Panamericanos y Parapanamericanos, un legado. Y después, buscándoles un servicio que ojalá se adecúe a un bus de dos pisos, que tiene muchos más asientos que los buses regulares. O sea, para que te hagas una idea, un bus de dos pisos tiene más de setenta asientos y un  bus normal de doce metros, puede tener quizás 20 o 25.

Entonces, ¿dónde te puede servir un bus de dos pisos? Por ejemplo, para distancias largas, donde ir sentado hace una buena diferencia. Ahora, otro tema en el que hay discrepancias es en la infraestructura para los buses. Hay gente que dice que no hay que dar infraestructura a los buses, yo creo que sí es importante.

Creo que los buses tienen que tener un servicio que permita que puedan andar más rápido de lo que andarían si circulan en medio del taco. Porque un bus que va en medio del taco… la verdad es que todas las personas que van arriba del bus dirían: “¿Cuándo me compro un auto para salir de acá?”. Si queremos fomentar el transporte público, tenemos que crear vías preferentes.

-Parece que esa la clave para incentivar el uso del transporte público. Que funcione bien, que sea rápido. Porque si no la gente apenas tiene la oportunidad se compra un auto y te dice “yo ya anduve en micro”.

Yo creo que el transporte público ha ido mejorando mucho en comparación con lo que teníamos antes. Y eso se nota. Nunca los usuarios le habían dado una calificación tan alta al transporte público como se la dan hoy. Yo lo uso todos los días, cada vez que puedo, y sé exactamente a qué hora voy a llegar acá (su oficina) y lo hago en un tiempo razonable. Hay veces que ocurren cosas que preferiría que no ocurrieran, por lo que tomo nota y trato de mejorarlas. Entonces mi invitación a esas personas que dicen “yo ya anduve en micro” es a que usen nuevamente el transporte público, porque hoy es bastante, bastante mejor que lo que ellos mismos pueden haber experimentado hace unos diez años.

¿La evasión sigue siendo el principal problema del transporte de superficie en Santiago?

Es probablemente el principal desafío que tenemos en materia de transporte público en Santiago y estamos determinados a hacer todo lo que esté en nuestras posibilidades por bajarla, porque es algo que yo creo que nos hace mucho mal como país, o como ciudad al menos. Por eso estamos trabajando duro en las medidas que tenemos: zonas pagas, fiscalización, incentivo también para los operadores de los buses de cerrar la puerta trasera cuando corresponde, ir trabajando en que los nuevos buses vengan con cabina para proteger al conductor.

En fin, todas las medidas que podamos para ir reduciendo una evasión que es difícil. Estamos hablando del orden de un millón de validaciones asociadas a los distintos componentes que pueden encadenar un viaje en el sistema, dichas etapas pueden componerse de transacciones en metro, bus y Efe Central, razón por la cual su impacto dependerá de la composición de cada uno de los viajes en cuanto a sus transacciones, entre otras variables.

-Pero más allá del problema de la evasión, está claro ya que un sistema como este necesita tener una espalda estatal fuerte. ¿No?

Si, y eso es importante que se entienda así. Una ciudad que no tiene un buen transporte público, sobre todo una ciudad de esta cantidad de habitantes, es una ciudad destinada a un desastre de tráfico. Tienes que tener un transporte público potente y bueno. Y la verdad es que eso no se logra financiar solo con las tarifas, menos en un país con los ingresos per cápita que tenemos acá en Chile.

-Por otro lado, también está claro que el Metro es inigualable y que hay que seguir con las nuevas líneas.

Lo que estamos haciendo es seguir expandiendo el Metro en dos elementos. El de llevar modernidad a distintos puntos de la ciudad, pero también tenemos que entender el Metro como un elemento que va definiendo la evolución de la ciudad. Tú, donde pones metro debes ser capaz de poder cambiar el uso de suelo, poder generar mayor densidad. O sea, si estás llegando con Metro ahora a Quilicura, a lo mejor eso significa que todo el sector en torno a Quilicura debiera cambiar y probablemente permitir vivienda social de calidad, tal vez edificios; de modo de poder lograr que más personas puedan acceder a un viaje de alto estándar y que te comunica rápidamente con el centro de la ciudad. Así el metro se transforma no solamente en una buena noticia para el usuario, sino que al mismo tiempo un elemento que construye una ciudad más sustentable.

-Pero en este momento no pasa eso.

No, y eso es parte de lo que tenemos que hacer, avanzar hacia un esquema en que el metro sea capaz de captar parte de las preocupaciones que genera.

Recuerdos del Transantiago

-¿Qué relación tuvo con el Transantiago?

En 2003 y 2004 colaboré con el ministro Javier Etcheberry como asesor del Transantiago por veintes horas a la semana, porque yo estaba contratado en la Universidad Católica. Durante esos dos años participé en el diseño y en la concepción de cómo podría ser un sistema integrado al transporte público para Santiago, de buses y metro, con pago con tarjeta. Después cambiaron al ministro por otro tema y ahí se acabó mi asesoría.

Juan Carlos Muñoz

-Por ahí lo han puesto como “Padre del Transantiago”. ¿Un poco exagerado?

A mí me parece, ¿no?

-Al final sólo quedó la BIP.

Muchas cosas quedaron. Quedó el fortalecimiento del Metro, sin el Transantiago no tendríamos el Metro que tenemos hoy, porque llevaría mucho menos pasajeros. Además, sin la integración tarifaria que trajo el Transantiago, la red de Metro sería mucho más chica de lo que tenemos hoy.

Con las manos en la masa

-Lo vi con un pan casero tomando desayuno en un matinal. ¿Es cierto que usted lo había llevado?

Sí, es que yo hago mi pan.

-¿Por algún tema de salud?

No, porque me gusta. Además que me parece que es una forma muy bonita de regalar también, de transmitirle a la gente que uno quiere entregarle algo que uno hizo.

-Entonces, en su casa se come el pan que usted mismo hace.

El que se come en casa y el que comen varios de mis amigos cuando les regalo.

-Es todo un trabajo eso.

La verdad es que en mi casa, yo no soy el más cocinero, yo me dedico más bien a los residuos, por lo que estoy a cargo del compostaje y el reciclaje. Pero también estoy a cargo de ayudar en la cocina. Y mi señora una vez me dijo que creía que yo lo haría súper bien haciendo pan y me regaló un curso. Me tomó un tiempo hacerlo tan bien como lo hicieron ese día en la clase, pero ahora hago cinco masas de un viaje y las dejo en el refrigerador y durante la semana voy sacando para la casa y también para llevarle a mis amigos para los cumpleaños o, en ese caso, para el matinal.

-¿Con masa madre?

Sí, tengo mi frasquito con masa madre que la voy alimentando. Es muy simple, si yo puedo cualquiera puede.

-También me dijeron que es bueno para los dulces.

Muy bueno para los dulces, sí.

-Entiendo que tiene una receta de su abuela.

Hago distintas cosas, pero también está esa receta que es con queso fresco cortado en láminas gruesas, se lleva al sartén con mantequilla y un cerro de azúcar encima, todo esto empieza a mezclarse con el suero que va soltando el queso y se forma una suerte de manjar y el queso queda bien chicloso. El resultado es maravilloso. El postre se llama Quesillo Frito Dulce y la verdad es que es bien poco saludable.

-Después andamos en bici.

Exacto, después andamos en bici.

-¿De dónde es esta receta?

De Curicó, este era un postre del campo en Curicó. La  receta es de mi abuela Muñoz Frías en realidad. Mi abuela Pochita, ella era mi persona favorita.

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