La historia de Rita Anderson, la mujer cubana que inspiró a Bob Marley, el ícono del reggae

Poco antes de mudarse a Delaware para vivir junto a su madre, a mediados de los ’60, Bob Marley conoció a Rita Anderson. La mujer, nacida en Cuba el 25 de julio de 1946, formaba parte del trío The Soulettes y en el marco de una gira, conoció al jamaiquino.

En 1966 se casaron y Anderson se convirtió al movimiento rastafari y comenzó a hacer coros en el grupo de Marley, The Wailers. Tuvieron cuatro hijos y, cuando la fama del cantante comenzó a crecer, se separaron y él se trasladó a una mansión en Kingston, Jamaica.

Rita Anderson ―cuyo nombre real es Alpharita Constantia Anderson― creció en Jamaica junto a sus padres. Pero al momento de su separación, comenzó a vivir con una tía, en el humilde barrio de Trenchtown, en Kingston.

“Los Anderson eran una familia musical”, contó en su autobiografía No Woman No Cry. My life with Bob Marley (No woman No cry. Mi vida con Bob Marley). Por ello, cuando quien la acogía se dio cuenta de su gusto por la música, la convenció de participar en un concurso de talentos, que terminó ganando.

La audición en que Rita conoció a Bob Marley

A los 18 años, Rita Marley tuvo a Sharon, su primera hija. Sin embargo, su entorno le pidió dejar a su padre. En ese contexto, sin estudios y buscando trabajo como enfermera, fue a probar suerte a una audición junto a su primo y una amiga.

En ese lugar, conoció a un grupo de jóvenes que integraban la naciente banda The Wailers. “¿Tenía alguna idea de que en unos pocos meses este Robbie Marley, el guitarrista tímido, se convertiría en el amor de mi vida? ¿Sospechaba que se transformaría en una fuerza mayor, mundialmente famoso, un ícono de la historia musical?”, cuestionó en su autobiografía.

La respuesta fue tajante: “No”. Su tía la esperaba en su casa para amamantar a su hija Sharon. Además, quería ocultar que tenía una hija, pues “que una adolescente no casada tuviese un hijo era visto como vergonzoso”.

Pero, mientras ensayaban, Bob Marley le preguntó por qué no les había contado. Anderson se sorprendió: “Su interés en mi bebé me hizo sentir orgullosa”, dijo en su libro. Tras ello comenzó su relación. Al poco tiempo se casaron, el cantante adoptó a Sharon, y tuvieron otros tres hijos: Cedella, David Ziggy y Stephen.

“Bob no sería Bob sin Rita”

En conversación con BBC Mundo, el director de la Unidad de Investigación de Música Negra en la Universidad de Westminster, en Londres, Mykaell Riley, sostuvo que “durante años, ella fue su fortaleza, su confidente. Cuando Marley se sentía triste, ella estaba con él”.

“Pero también, en su transición desde el campo jamaiquino, el gueto, hasta convertirse en una persona reconocida en su país, esa relación fue lo que lo mantuvo hacia adelante. Aunque se complicó a lo largo de los años, fue muy importante para la personalidad de Bob Marley e incluso para una parte de su música y sus letras”, agregó el académico.

Según Riley, “ella también entendió la complejidad de Marley en un momento en que dentro de él surgía el desafío de responder: ¿quién eres? ¿eres músico? ¿el mesías en términos de música? ¿un líder para el pueblo, casi como un líder político? Ella estuvo allí como una figura constante”.

Cedella, la hija de ambos, afirmó que “así como se convirtieron en compañeros de vida, también lo fueron en la visión de su música y en la creencia de que detrás de esa música había un propósito mayor”.

“Cuando él trabajaba en nuevas canciones, le tocaba sus ideas (a Rita) y, a veces, escribían juntos”, añadió.

Un momento clave del vínculo entre ambos artistas ocurrió en diciembre de 1976, cuando compartían escenario en Jamaica. Tanto Bob como Rita fueron baleados en medio de un concierto y terminaron hospitalizados. Él, recibió impactos en su pecho y en su brazo. Ella, en su cabeza.

A los pocos días, fueron dados de alta. Ziggy, el hijo de ambos, recordando el momento, afirmó a The Guardian en 2022 que “Bob no sería Bob sin Rita”.

Este jueves llegó a los cines chilenos la película Bob Marley: la leyenda, dirigida por Reinaldo Marcus Green. En el papel de Bob estuvo Kingsley Ben-Adir y en el de Rita, Lashana Lynch. La cinta, de 104 minutos, aborda la vida pública del cantante y su éxito en la música.