La historia detrás del boom veraniego de la Quebrada de Macul

Son las 11:30 de la mañana, y a pesar de que el calor bordeaba los 30°C, decenas de personas entran al Parque Nacional Quebrada de Macul. Algunos visitantes van preparados para el trekking, con bastones y zapatos de senderismo, listos para gozar los más de diez miradores del cerro. Otros, en familia, están preparados para capear el calor: llevan trajes de baño y en sus manos traen coolers para refrescarse. 

Al avanzar, los visitantes se encuentran con los guardaparques, quienes anotan la cantidad de personas que entran. En ese día de semana, esperan 700 veraneantes. Pero saben que en esta temporada de verano, la cifra crece significativamente: la experiencia ha mostrado que llegan a haber cerca de 1.400 personas durante el fin de semana. 

En redes sociales, varios vídeos se han viralizado mostrando la masiva cantidad de personas que están yendo al parque. En los registros, la entrada del sitio se ve colapsada en autos y filas. Según comentarios de TikTok, es una situación sin precedentes: “Antes era muy piolita, siempre vacío”, comenta uno de los usuarios. 

Las redes sociales, precisamente, han sido un vehículo para promocionar el lugar y que más gente concurra el parque. Por ejemplo, en TikTok son innumerables los vídeos con el hashtag #quebradademacul. Así ocurrió en el caso de Marcelo, quien encontró el lugar por recomendación de una familiar suya: “Mi hermana vino por unas publicidades que vio en TikTok. Y ella nos motivó”.

Sin embargo, en los últimos años, la cantidad de personas yendo al parque han aumentado durante enero han aumentado. Desde 2020, hubo 22.152 visitantes, los cuales bajaron a 11.954 personas en 2021 debido a la pandemia. Luego, una vez levantadas la mayoría de las restricciones, el año 2022 hubo 19.877 visitantes, y en en 2023 las cifras aumentaron hasta llegar a las 25.190 personas.

Sin embargo, para Poldi Furlan, encargado de terreno y fundador del parque natural, este es un panorama que se repite todos los años. Especialmente, en invierno y verano. “Todos tienen la costumbre de llegar a la misma hora. Si bien el parque abre a las 8.30, llega gente a todas horas. Entonces, irremediablemente, se nos forman filas”, explica Furlán. 

Además, cuenta que cada vez que alguien ingresa al lugar, se le debe describir una lista de instrucciones de seguridad. Por ejemplo, la prohibición de encender fuego y de llevar mascotas. “Eso ralentiza el acceso, sobre todo los días sábado y domingos que es cuando todos quieren salir a pasear”, detalla el experto. “Si a eso le sumas que este es el único parque gratuito en la precordillera de Santiago, hace que mucha gente que no tiene los recursos para ir a otros lados, vengan a este lugar”.

Carolina Leitao, alcaldesa de Peñalolén, indica la importancia del lugar para el sector: “Somos orgullosos de tener el Parque Natural Quebrada de Macul en nuestra comuna, que permite reencontrarse y disfrutar de la naturaleza, de su bosque esclerófilo, senderos y numerosas especies de flora y fauna”. Para ello, la alcaldesa enfatiza en los recursos que han invertido en el lugar para tener “guardaparques, acceso controlado, mantención y orientación a los visitantes”. Por eso, invita a los vecinos de la comuna y de lugares aledaños a “visitarlo, conocerlo y cuidarlo, no dejando desechos, y respetar las medidas de seguridad”.

Balazos y el llanto de un niño como motivación

Han pasado 19 años desde que Poldi Furlán se le ocurrió la idea de crear un parque nacional en la Quebrada de Macul. Todo comenzó cuando su hijo, que en ese entonces era un niño de ocho años, llegó llorando después de ir a bañarse al río con su vecino y la madre de él. Al preguntar el por qué de su tristeza, el chico le contó que uno de los dueños del terreno los ahuyentó del lugar a disparos -que por suerte no los alcanzaron-, y tuvieron que arrancar.

“A partir de ahí nace la motivación de generar un parque que conservara la naturaleza y garantizara el uso público. Y que nunca más a un niño en Chile le pasara lo que le pasó a mi hijo”, dice Furlán. Además, cuenta que en ese tiempo, la quebrada cada vez se hacía más inaccesible. “El 2003 se aprobó un proyecto que cerraba totalmente la entrada a la Quebrada de Macul. Acceso que el 90% de los peñalolenses consideran parte de su patrimonio, parte del patio de su casa. Un lugar donde se criaron, jugaron y acamparon. En ese tiempo, eso se perdía”.

Así, comenzó un trabajo con la junta de vecinos de la zona y el alcalde de Peñalolén, que en ese entonces era Claudio Orrego, para consagrar el lugar como parque nacional. “Uno de los dueños accedió a entregar parte importante de la Quebrada de Macul, que es una cuenca que tiene 2500 hectáreas. Y así se desarrolló el proyecto”, finaliza Furlán.