Secciones

Más en The Clinic

The Clinic Newsletters
cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad

Opinión

19 de Febrero de 2024

Columna de Cristián Briones | True Detective: The Night Country, una disputa espiritual

Columna de Cristián Briones | True Detective: The Night Country, una disputa espiritual

La marca de True Detective estaba en el suelo, olvidada para todo excepto para decir que la primera temporada era la mejor. En Night Country, la directora Issa López decide ocupar códigos y personajes arquetípicos del policial para armar lo que el noir fue en su origen: historias de crimen y misterio.

Por Cristián Briones

“Escoger creer, es como bajarse de la vereda a la calle. En la superficie, el mundo sigue siendo el mismo, pero te pueden atropellar en cualquier momento. Eso es la magia.”

Así explicaba John Constantine lo que significaba creer en la magia, a un joven Tim Hunter (el Harry Potter original) en la miniserie ‘The Books Of Magic’ de Neil Gaiman. Y, probablemente, sea la mejor forma de definir el derrotero tomado por la guionista y directora Issa López para ‘True Detective: The Night Country’.

Con esos términos se puede encauzar la relación entre las personajes protagonistas de la serie. Evangeline Navarro, un debut en nivel de fuerza de la naturaleza de la ex-boxeadora reconvertida a actriz Kali Reis, y Liz Danvers, el auténtico cimiento sobre el cual se construyó esta serie: Jodie Foster.

Foster, vio la posibilidad de reflejar las dinámicas de la exitosísima primera temporada creada por Nic Pizzolato en el trabajo que le propuso la directora mexicana. Su Liz Danvers es el arquetipo clásico de un protagonista del noir: distanciada de su familia, con un hecho traumático del pasado, huraña, relegada a trabajos debajo de su talento como investigadora, etc.

Ella camina por la vereda mirando el mundo desde la racionalidad más pura del método científico: “Has las preguntas correctas”. Mientras que Navarro camina por la calle de su propia historia -una enraizada en un lugar tan alejado de todo- donde los bordes son más delgados: “Es Ennis, muchacho. En la larga noche, hasta los muertos se aburren.”

¿Cómo llegamos desde Louisiana, asesinos seriales y complots de aristocracias rancias y encubridoras hasta Alaska y sus fantasmas? ¿De Matthew Mcconaughey y Woody Harrelson a Jodie Foster y Kali Reis? ¿De las insinuaciones místicas del 2014 a los espectros en el hielo del 2024?

Primero, por los fracasos. Luego, gracias a la fluidez de los géneros audiovisuales. Y finalmente, resultado del talento para narrar y la pachorra para atreverse a empujar las historias.

La primera temporada de True Detective fue un éxito en todas sus dimensiones. Un neo-noir en TV que definió bastante las aspiraciones de un género demasiado inquieto. Un Mcconaughey que se había lanzado a la reinvención actoral, daba vida a un personaje muy poco común en el noir: alguien que se acompaña de la metafísica, de la fé, de creer en algo más grande, más allá de su comprensión.

Algo bastante ajeno a las convenciones, porque en su núcleo más férreo, el noir es existencialista. Sus frases míticas son el fracaso de la especie humana, de la sociedad como tal, algo que incluso el neo noir supo adoptar en su corazón.

Olvídalo Jake, es Chinatown” o “Las ganancias son el único principio” están en las claves de un constructo audiovisual que fue definido por la crítica más que por sus propias leyes de origen de thrillers policiales o dramas criminales. Un género particularmente conservador, de hombres podridos que ven la decadencia en la urbe y la enfrentan con códigos morales añejos, a sabiendas de que no triunfarán jamás. El mundo seguirá adelante, ellos no.

No hay esperanza en el noir. Pero si la hubo en esa True Detective. Así decidía cerrar, apreciando algo más grande en lo que valía la pena poner las energías. Tal atrevimiento de Nic Pizzolato, su creador, resonó en la audiencia y la crítica. “El tiempo es un círculo plano” quedó en el imaginario del género tanto o más que la aparición de Alexandra Daddario.

Y, luego, vendría el fracaso. Con la segunda temporada, Pizzolato decide moverse a un aspecto más complejo del noir, ese que maneja gente oscura como James Ellroy, “en ese lugar en dónde la vida es más barata”. Y su caída fue estrepitosa.

Más allá que los cultores del policial veamos una serie de momento altísimos: Colin Farrell y su tremendo Ray Velcoro, las complejidades del personaje de Taylor Kitsch, el enfrentamiento imposible contra la corrupción. Y, bastante más, el portazo que recibió fue estruendoso. La cohesión narrativa que le dio la dirección de Cary Joji Fukunaga a la primera temporada, se pierde entre un lote de eficientes, pero poco iluminados realizadores de TV. Y la audiencia decidió castigarla con uno de los más potentes y terribles ataques que puede recibir una secuela de un producto que cuadró a todo el mundo: “no es igual que la primera”. True Detective no se repondría de eso. Tampoco sus realizadores.

La tercera temporada estaba asignada a ser dirigida completa por el excelente Jeremy Saulnier, pero las diferencias creativas con Pizzolato terminan por alejarlo. Y a pesar de la participación de Mahershala Ali en la cresta de la ola, un Stephen Dorff listo para su regreso, el refuerzo narrativo de que ahora no era dos tiempos en los que transcurre la historia si no que tres, y la idea mística que ronda todo el relato, la temporada termina por ser un pálido intento de volver a meter el proverbial relámpago en la botella como sí lo fue la primera.

Consigue un recibimiento tibio y se pierde en la vorágine televisiva. El 24 de febrero del 2019, se emite el último episodio de True Detective. Nic Pizzolato ya había aprovechado el impulso para irse al cine. Adapta su novela Galveston para Mélanie Laurent y escribe remakes para Antoine Fuqua. Fukunaga por su parte, logra estirar el renombre para terminar reemplazando a Danny Boyle en la última 007. El éxito singular de la True Detective original, no había logrado rozarse en ninguna dimensión.

Hasta que casi 5 años después, True Detective volvería. La guionista y directora mexicana Issa López llega desde un registro de terror espectral con crítica social (la magnífica ‘Vuelven’ del 2017) y presenta un proyecto de policial sobrenatural a HBO. La frase de “Esto podría ser una True Detective” se desliza, Jodie Foster se suma y cuando nadie lo esperaba, ‘The Night Country’ se convierte en la True Detective más vista de la historia.

Algunos podrán decir que esto se debe a la marca y no a la calidad del registro. Y podrían tener razón, de no ser porque la marca estaba en el suelo, olvidada para todo excepto para decir que la primera era la mejor. López decide ocupar códigos y personajes arquetípicos del policial para armar lo que el noir fue en su origen: historias de crimen y misterio.

Que hayan fantasmas y conexiones con otro mundo es el condimento que sazona una obra con puntos altos y otros menos, pero que acaba de darle una sacudida a un género que resiste a dejar de reinventarse una y otra vez en la TV. Desde ese punto de quiebre que fue la danesa Forbrydelsen, en cuyo remake (The Killing) también trabajara Pizzolato.

López hace lo que ella sabe: aterrar. Pero lo hace con un escenario que desarrolla en todos sus detalles. Y aunque no todos los recursos del terror terminen por cuajar, son lo suficientemente inquietantes e intrigantes para hacer que la serie haga a las audiencias volver por más y a la crítica intentar escudriñar si no se está frente al mismo fenómeno que fue la primera: un atrevimiento que funciona, en un género que nunca ha terminado por definirse a sí mismo.

True Detective: The Night Country es la historia de un misterio. Un grupo de científicos desaparece de una instalación de investigación en Alaska. Es la historia de un crimen, ocurrido hace largo tiempo y que conecta con el caso que recién se nos presenta. La historia de un policial clásico: personajes dañados por el intento de sobrevivir en una sociedad e intentar mantener un código añejo que es más grande que ellas mismas.

Es una historia de terror sobrenatural. Son fantasmas los que aportan pistas, son apariciones que apuntan con el dedo y que parecen querer llevarse a alguien más con ellos. Un drama de familias fracturadas por la pérdida. Es la historia de una sociedad que se devora a sí misma. Es lo que fue el noir antes de tener la etiqueta: un drama policial, un thriller criminal.

El apartado espectral -el terror sobrenatural– es la forma que usa López para hacer más significativo un relato que tenga peso en sus formas más clásicas. El noir intenta volver a darle forma a un mundo que la va perdiendo por la avaricia y el egoísmo. Son protagonistas superficialmente cínicos que van infectando con su amargura al resto de los personajes, pero a la vez también les impregnan con esos códigos de justicia que aparecen tan olvidados.

Danvers apela a algo más que sólo resolver el caso. Desde su vereda de la racionalidad más absoluta, pretende encauzar a sus hijos: una hija adoptiva que es el último recuerdo de una familia alguna vez feliz, y su discípulo policial, un agente al que va llevando de a poco -tan voluntaria como inadvertidamente- al necesario despeñadero al que debe caer un protagonista de un noir.

Las conversaciones entre Peter Prior (el solidísimo Finn Bennett) y Leah Danvers (Isabella LaBlanc) son las conversaciones de dos hermanos sobre una madre a la que sienten perdida. John Hawkes se convierte en un punto de convergencia impactante, sobre todo considerando su destino.

Pero por sobre todo, Jodie Foster encarna a un personaje que busca hacer bien su trabajo, porque es lo único que la mantiene viva y de paso, mantener el orden en una localidad que tiene su propia historia de fondo. Ennis subsiste gracias a la minería, con todo el impacto ecológico que ello supone al pueblo y fue una activista la víctima de ese crimen no resuelto que atormenta a Navarro, a quien desfigura la ira por no haber solucionado el caso de Annie Kowtok.

Las visiones la llevan a un mundo del pasado y lo espiritual la confunde. Su carga familiar la hace estar perdida, sin un nombre que la conecte con su origen, y adoleciendo lo mismo que su gente, porque el progreso ha avasallado todo. Evangeline está en la figurativa calle y ese es un lugar más peligroso. Y la clave de su personaje.

La forma en que Issa López construyó True Detective: The Night Country pareciera bastante más sencilla de lo que en realidad es. La atención a los detalles que van armando el proceso investigativo. La forma en que los caracteres de fondo están instalados en el escenario de Ennis. El peso de las desdichas diarias de cada uno de ellos.

Todo va develándose como el camino de los créditos iniciales. Si no se apunta la luz en la dirección correcta, entonces nunca tendremos la información necesaria. Y López sabe guiarnos por ahí. Hay trampas, si, varias. La conclusión dejará a quienes la celebren y quienes la desprecien. A los que van a agradecer más el viaje y quienes deberán volver a recorrer porque el destino les parecerá justo algo que no debiera ser.

Como alguien que tuvo la oportunidad de repetirla, hago hincapié en la atención al detalle. Es un ejercicio demasiado valioso en el policial y que se ha ido perdiendo con los años. La clave casi siempre fue algo que pasamos por alto, pero que no debíamos adivinar. No es ese el juego narrativo de un noir. El real peso de uno que funciona está en lo que le pasa a los personajes y lo que nos dicen con ello. Si siguen siendo los mismos que eran al empezar la historia. En cuánto los cambió el caso. Qué descubrieron de sí mismos. Dónde los llevó Issa López.

La larga noche terminó. ¿Sigue Liz en la vereda de la racionalidad? ¿Evangeline en la peligrosa calle? ¿Salió el sol sobre nuestras protagonistas tal como lo hizo sobre el poblado de Ennis? ¿Conseguirá el éxito de ‘True Detective: The Night Country’ darle un nuevo impulso a una serie que en la práctica, ya no existía? ¿Podrá sobrevivir a la “guerra cultural” en la que cayó sin saberlo y que tiene a una vocal parte en redes sociales levantando dedos acusadores y escudriñando cada detalle para “desenmascararla”?¿Volverá a existir True Detective con ese atrevimiento que le dió un carácter único?

Supongo que lo sabremos muy pronto.

Temas relevantes

#HBO#Series#True detective

Notas relacionadas

Deja tu comentario