Santiago y Las Condes: las consecuencias de cambiar el nombre de una calle para los vecinos que viven en ellas

Son las 19:30 de la tarde en IV Centenario, Las Condes. Los autos que pasan por la avenida son menos que hace media hora y, en su lugar, vecinos comienzan a salir a pasear a sus perros. A la altura de calle Monroe, dos adultos mayores caminan. Uno le dice al otro: “Acá después se va a llamar Sebastián Piñera” y el otro le responde: “Es lo mismo, un nombre más, un nombre menos, ¡qué importa!”.

Ambos hablaban sobre el cambio de nombre de IV Centenario al de Expresidente Sebastián Piñera Echeñique. Una iniciativa que, tras una consulta ciudadana, fue aprobada por un 60,67%. Esta modificación fue impulsada por la alcaldesa de Las Condes, Daniela Peñaloza (UDI) a modo de dar reconocimiento al fallecido exmandatario.

Pese a que obtuvo más del 50% de la aprobación, en el post de la alcaldesa muchos desaprobaban la decisión. Apuntan a que “es engorroso” o “innecesario”. Situación similar a la que existe entre parte de los vecinos de Santiago, quienes aún están disconformes con el cambio de nombre de varias de sus calles.

En detalle, en agosto de 2023, el consejo municipal de Santiago aprobó el cambio de nombre de ocho calles, dos plazoletas y el puente Loreto, como parte de los homenajes por los 50 años del golpe de Estado. Vecinos alegan que no les preguntaron y que el municipio tampoco les informó. 

Ahora, a seis meses del cambio, residentes comentan que aún los delivery o Uber se pierden o no saben como llegar. Y algunos locatarios de ese sector de Santiago comentan que han visto una baja en la clientela.

Las Condes y el cambio de IV Centenario 

Alfonso (62) camina lento hacia su hogar por IV Centenario. Va vestido con camisa cuadrillé y lleva un bolso: viene de su trabajo. Él es uno de los muchos vecinos que viven en la avenida, y dice no estar de acuerdo con el cambio de nombre. “Es algo forzado desde el municipio, si fuese una idea nacida de los vecinos, bien. Pero esto fue muy presionado, en mi opinión”, dice mientras mira a los alrededores.

Al rato después, por la misma avenida, pasa un grupo de amigos que también se dirigen a sus casas. Ellos no son residentes de Las Condes, pero opinan sobre lo que conlleva este cambio. “Tendrán que cambiarle el nombre a todas estas señaléticas y quizás qué más”, comenta Luis (32). Jocelyn (25) añade: “Si los vecinos decidieron eso, bien, pero hay otras prioridades, como la seguridad”.

Desde la Municipalidad de Las Condes señalan que son 83 las señaléticas que serán modificadas. No obstante, el cambio de nombre de la calle aún no es oficial , ya que necesita la ratificación del Consejo Municipal y del Consejo de la Sociedad Civil (COSOC).

Sobre esto, el municipio agrega que aún no existe una fecha definida para la votación, ya que el concejo se encuentra en receso hasta marzo.

Ante vecinos y locatarios que comentan tener incertidumbre por el cambio, la municipalidad señala que no es necesario que los vecinos hagan tramitaciones o pagos: el mismo municipio se contactará con las instituciones correspondientes. Algo usual cuando se modifica el nombre de una calle.

En caso de negocios, la municipalidad oficiará al Servicio de Impuestos Internos para “hacer un cambio masivo, a efectos de cambios en boletas, facturas y/o publicidad que emita el locatario o locataria”. Y respecto a las cuentas de servicios básicos, las empresas correspondientes modificarán los datos de la boleta.

Ante este tipo de tramitaciones, Gloria (56), vecina desde hace seis años de IV Centenario, dice no estar preocupada. “Vivimos en un país civilizado, de esas cosas no hay que preocuparse, el municipio se ocupará”, comenta.

El caso de Santiago: 11 cambios por los 50 años

“Nos enteramos el mismo día”, dice Fernando (39) sobre el cambio de nombre de la calle donde trabaja, mientras mira hacia la calle, moviendo la cabeza en señal de desaprobación. Él atiende un pequeño negocio ubicado justo en la esquina de Teatinos con Littré Quiroga Carvajal, excalle Rosas.

Fernando relata que se había enterado del cambio de nombre de algunas calles cercanas a Barrio Yungay, pero nunca imaginó que él y la comunidad de locales del sector estarían involucrados. “Hablé con negocios y tampoco tenían información. Y desde que cambió no he recibido ningún comentario positivo”, asevera.

El cambio fue sólo al tramo de una cuadra de la calle Rosas, entre Teatinos y Morandé. Y se suma a otros siete tramos, dos plazoletas y un puente cuyos nombres también fueron modificados como conmemoración de los 50 años del golpe de Estado. 

Los principales alegatos de los vecinos de la comuna de Santiago se centran en que no estaban informados y que no les gustó que no hubiese consulta ciudadana para preguntarles si estaban de acuerdo con el cambio. La iniciativa fue aprobada en agosto de 2023 por nueve votos a favor y dos en contra en el Consejo Municipal.

Menos clientes y falta de información

Trasladándose hacia el poniente, hasta llegar a calle Jécar Antonio Neghme Cristi, el ambiente es encuentra tranquilo. Casi no hay transeúntes a las 19:30. Llegando a Moneda se ubica la Marisquería Tongoy, donde se encuentra Ling (50), propietaria del lugar.

Asegura que desde que se reemplazó General Bulnes por Jécar, la clientela ha bajado. “Se pierden tratando de llegar, por eso no me gustó el cambio”, dice. Una afirmación que comparte Juan (72), técnico y chofer de Clan Dent, un negocio de insumos dentales. Ellos están ubicados en Jaime Castillo Velasco, otra calle que cambió de nombre y colinda con Jécar.

“Nos hemos ido acostumbrando. Al principio se perdía la gente, pero ahora llegan igual, los estudiantes antiguos de odontología les dan la picá a los nuevos”, comenta. Juan reconoce que tuvieron que reimprimir las boletas por el cambio de dirección.

Desde el Servicio de Impuestos Internos señalan que desde la entrada en vigencia de las boletas electrónicas obligatorias en 2021, las boletas papel no son válidas. Además, indican que tras el cambio de nombre de calles, el SII inició el catastro de los contribuyentes potencialmente involucrados. Una vez detectadas las propiedades, se reemplazaron en los registros.