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Entrevistas

1 de Marzo de 2024

Marco González, hermano de Jorge González, y querella contra exmánagers y Miguel Tapia: “El principal daño está en el valor y significado de la palabra amistad”

El periodista Emiliano Aguayo conversa con Marco González, hermano menor y mánager del ex líder de Los Prisioneros, sobre la querella que presentó Jorge González contra dos ex mánagers -Carlos Fonseca y Alfonso Carbone- y el exbaterista de Los Prisioneros, Miguel Tapia. En la acción judicial acusa haber sido engañado para firmar una serie de documentos que se utilizaron para levantar sociedades comerciales y explotar el catálogo de la mítica banda sin su consentimiento ni entregarle ganancias. "Jorge dio todas las opciones que pudo y tuvo a su alcance, incluso anteponiendo su propia indignación por lo que le habían hecho y en lo que lo habían metido, sin su conocimiento y consentimiento. Los tribunales siempre serán la última instancia", señala.

Por Emiliano Aguayo

En enero de este año Jorge González conversó con The Clinic, en su departamento de San Miguel, sobre el fallecimiento de Carlos Fonseca y el empuje de Miguel Tapia para que el disco Corazones fuera un éxito. En esa oportunidad, habló muy bien de ellos. Allí, no mencionó lo que en la primera semana de febrero estalló: la querella que realizó contra dos ex mánagers y el ex baterista de Los Prisioneros.

Y si bien la demanda, interpuesta el día 7 de febrero en el Séptimo Juzgado de Garantía de Santiago, ha sido ampliamente difundida por diferentes plataformas y medios de comunicación, incluso con declaraciones del propio abogado de González, Giorgio Marino, esta vez su hermano, Marco González, ahonda sobre los alcances del escrito, como uno de los protagonistas del círculo más cercano del cantante, quien por estos días prefiere no referirse públicamente al hecho.

Entre llamados telefónicos y correos electrónicos concretamos esta conversación con quien desde la niñez ha compartido pasiones, aventuras y trabajo con el compositor. Marco González es su hermano menor y quien desde hace varios años se desempeña como su representante, pero quien también, en estas cerca de cinco décadas, lo ha acompañado como fotógrafo, diseñador, audiovisualista y hasta músico invitado. Además, es fundador, junto a Jorge González, del sello y editora Avenida la Novena, desde donde han publicado libros y álbumes que rescatan la obra inédita del autor de Tren al sur.

Eres hermano menor de Jorge González y también su representante desde hace varios años. ¿Cómo es ser ser su hermano y trabajar con él? ¿Cuáles son las satisfacciones, pero también lo más difícil?

-Las satisfacciones siempre estarán ligadas al plano emocional, las que siempre superarán, por lejos, los momentos ingratos, que a la vez siempre han sido producto de factores externos, que tienen que ver más con asuntos materiales.

Construir una relación de amistad y hermandad con Jorge siempre me resultó fácil y fluida, tal vez porque nos llevamos por un año y presenciamos similares vivencias desde pequeños, como juegos, música, aventuras, puntos de vista, vida. Seguramente, por todas estas cosas, llevar la administración de su imagen, obra y legado es algo que se me hace natural.

Ahora bien, más allá de esa filosofía de cómo hacerlo y cómo llevarlo, siempre debe primar esa sintonía con sus deseos y voluntades, saber complementar y proyectar ese sentido.

Es una responsabilidad.

-La obra musical de Jorge se volvió rápidamente fundamental en el ADN cultural y popular chileno, traspasó las fronteras y se anidó, de manera similar, en la cultura de esos otros países vecinos, transformándose en algo que va más allá de una moda pasajera. Se hizo parte de algo más profundo, un fenómeno cultural, social y popular que generó una identidad colectiva.

Teniendo todo esto en cuenta, hay que saber conectar y complementar a esos principios llevando y proyectando su imagen y obra con el máximo respeto y compromiso.

¿En qué momento de desgaste se llega a una demanda contra un exintegrante de la banda y dos exmánagers, sabiendo que uno de ellos, Carlos Fonseca, ya no está? ¿Dio Jorge González opciones de hacerlo “a lo amigo”, antes de llegar a tribunales?

-Claro que sí, Jorge dio todas las opciones que pudo y tuvo a su alcance, incluso anteponiendo su propia indignación por lo que le habían hecho y en lo que lo habían metido, sin su conocimiento y consentimiento. Los tribunales siempre serán la última instancia.

Para nadie es agradable llegar a la etapa de hacer público un capítulo que, por el bien de la imagen de los afectados, siempre debió resolverse de buena lid, en un corto plazo y en el marco de lo privado. Pero cuando las señales desde la contraparte no solo son elusivas, sino que altamente contraproducentes y antagónicas, no te queda otro camino que la justicia.

Jorge González habló con The Clinic en enero y no mencionó esta demanda. ¿Aún no quería hacer público algo que podía resolverse en privado?

-Es algo que prefieres llevar con mucha prudencia y reserva. Esta es una situación que, desde que la descubrimos, en todo sentido se volvió desgastante. Haces el máximo esfuerzo para que los que perpetraron este ilícito lo resuelvan y reparen rápidamente. Antepones tus propias rabias e indignación por buscar esa solución, pues han burlado a tu hermano. Incluso, en un momento, llegas a ponerte en los zapatos de las familias de esas personas, de cómo se afectarán mediáticamente si se llega a saber lo que hicieron, de la vergüenza y escarnio al que se verán expuestos pública y gratuitamente, etcétera. En paralelo, tienes que subirle el ánimo a tu hermano, que es el principal dañado y afectado en todo esto. Y trabajar en la solución.

Jorge González se ha recuperado bastante de su ACV, pero sigue siendo algo grave, que lo ha alejado de la música activa. ¿Este es otro efecto negativo a su estado de ánimo?

-Es un efecto perverso y altamente negativo, es un golpe a las confianzas. Jorge confía en sus amigos, los quiere y se preocupa de ellos como hermano mayor.

Es una pérdida no sólo en lo económico administrativo…

-Es un daño que no solo merma su patrimonio. El principal daño está en lo emocional, en las confianzas, en el valor y significado de la palabra amistad y en el valor y honor que encierra la palabra de un amigo.

-Cuándo hablas de amigo, si bien Alfonso Carbone (aunque en la querella aparece su nombre como Alfonzo, con Z) lo era con Jorge González, también está Miguel Tapia, pues es la amistad nacida hace décadas y que conocemos todos.

-No, todo esto no debe entenderse como un ataque único y directo a Miguel. Esta crítica va más hacia Alfonso, a quién mi hermano veía como un buen amigo. Además, Miguel no fue quien viajó a Quillota a sacarle las firmas a Jorge e ingresó dos documentos falsos en la notaría. Acá hay que poner acento a quién o quiénes les servía constituir una sociedad por acciones y la respuesta está en quienes se erigieron en su administración y gerencia y quién, dentro de esta, fue relegado al estatus de pasivo (Jorge), con el agravante que mi hermano desconocía absolutamente la creación de la sociedad, porque nunca se le había hecho saber de su existencia, ni mucho menos la idea de constituirla e incluirlo a él y su patrimonio en ella.

En la misma línea, el titular más efectivo es “Jorge González demanda a Miguel Tapia”, pero la parte más delicada del escrito judicial es el uso doloso de las firmas de Jorge González en Quillota, por ejemplo, con la que se habría creado una sociedad que él no estaba enterado. Y esta firma es obtenida y usada, según la querella, por Alfonso Carbone.

-Jorge, aparte de ser coprotagonista, es la víctima en toda esta trama. Sin duda, el titular más efectivo y efectista es ese que dices, o esos otros clichés tipo: “Otro quiebre en Los Prisioneros”, “El drama de Los Prisioneros”, “La demanda que cierra la posibilidad de reunión en Los Prisioneros”, etcétera.

Seguramente, como titular, califican mucho más de esa forma, porque las comunicaciones son negocios privados, no servicios públicos ni sociales, mucho menos culturales. Pero, en base a los hechos, que son los que cuentan en todo esto, si tuviésemos que calificar los niveles de implicancias en cada uno de los involucrados, es posible afirmar que quienes tuvieron mayor participación y la más activa, fueron Alfonso Carbone y Carlos Fonseca, protagonistas que algunos medios simplemente casi ni los nombran y hasta califican e identifican como “ex mánagers” o “ejecutivos”.

Ahora bien, está claro que, por razones obvias, a causa de su penoso fallecimiento, Carlos Fonseca no aparece como querellado, pero lamentablemente en los hechos sí existen pruebas razonables que apuntan a su responsabilidad e implicancias.

De Igual manera, en lo que se refiere a esos titulares y el daño y preocupación que puedan generar en la familia de Miguel, sobre todo en sus hijos y hermanos, a quienes Jorge siempre recuerda con mucho cariño y respeto, creo que es necesario aclarar que este no es un ataque a “Miguel, compañero de curso” o a “Miguel, compañero de ese maravilloso proyecto que forjaron juntos llamado Los Prisioneros”. Esto ha sido la última opción que quedó para resolver un problema grave en el que se abusó de la confianza, nobleza y honorabilidad de Jorge. Problema que no solo involucra a Miguel, sino que también a los ex mánagers Alfonso Carbone y Carlos Fonseca.

Tampoco se puede afirmar que este penoso hecho lapide toda posibilidad de ver a dos artistas, tan importantes, queridos y connotados como ellos, sentados a una mesa privada rememorando gloriosos pasajes de aventuras en común. Seguimos confiando en la palabra de Miguel, en cuanto al compromiso de resolver este conflicto con la mayor celeridad.

En el documento, Carbone le habría indicado a Miguel que él actuaba como representante de Jorge González, cuando ya se había cerrado esa figura y tú eras el encargado de llevar esa administración. Por otro lado, cuando Jorge le pregunta al mismo Carbone si el documento que iba a firmar lo habías revisado tú, él le habría dicho que sí. ¿Es una mala comedia de equivocaciones o una clara forma de engaño?

-No hay ninguna comedia aquí, ni tampoco errores. Esto fue un vil y premeditado engaño a Jorge. Alfonso Carbone nunca me contactó. Ni antes, ni durante, ni después. Tampoco lo hizo su abogado, que redacta los documentos que aparecen en la Notaría de Santiago, ni Carlos Fonseca, quien no solo figura como Administrador junto a Carbone, sino que también ostenta el cargo de Gerente General dentro de la Sociedad. Estas personas tampoco crearon un e-mail formal donde incluyeran a Jorge y a mí para abordar un tema tan delicado y relevante como la creación de una nueva sociedad, donde Jorge y su patrimonio serían parte constituyente y aportante. Hay que considerar que toda esta maniobra se lleva a cabo el año en que Jorge no vivía en Santiago, 2019.  

-¿Es Carbone quien viaja y saca esas firmas?

-Él, junto a su abogado, son los que viajan a Quillota el viernes 19 de julio, para que Jorge le firme unos documentos, los que, en su temática y cronología, no guardan relación con los documentos que aparecen legalizados en Santiago esa misma semana: uno y dos días atrás. La disolución de Los Cuatro Luchos Limitada es del miércoles 17 y la constitución de San Miguel SpA es del jueves 18.

Además, según la querella, Carbone ya no era mánager de Jorge González.

-Él ya había sido revocado formalmente, por escritura pública, en noviembre de 2017. En este punto creo sano salirse del estereotipo que los artistas son desordenados y poco profesionales en su administración, así como también pensar que los “administradores” o “ejecutivos” son altamente honorables, correctos y profesionales en su proceder.

A veces, o muchas veces, un artista es más ordenado, técnico y ético que un “ejecutivo”. Acá tampoco se puede insinuar o instaurar la idea que Jorge un día se levanta con ganas de que yo le lleve sus cosas y otro día las lleve Carbone. Eso no es así. Aquí hubo una revocación formal a las funciones de Alfonso el año 2017, y desde ese periodo en adelante lo que no pudo concretar por la puerta lo intentó hacer, con artimañas, por la ventana y sin tener la potestad legal para hacerlo.

-La constitución de una sociedad es validada por un notario que indica que los participantes han firmado ante sí y Jorge González había firmado un documento en Quillota días después. ¿Sientes que esta demanda puede dejar un precedente de revisar la forma de autorizar documentos desde una notaría, por ejemplo?

-La función de un notario público es la de ministro de fe ante la ley. Cuando ese ministro de fe no cumple a cabalidad esa labor, estamos ante un caso de abandono de funciones y deberes. Cuando un notario da fe que algo ocurrió ante él, sabiendo que no es así, no solo comete una falsificación, sino que traiciona la confianza que el Estado le ha otorgado. Ojalá este caso sirva para que eso ayude también al sistema. Igualmente, pienso que es responsabilidad del periodismo de investigación tomar esto con seriedad. Es decir, los medios de comunicación, en lo que debiera ser algo como su agenda social, debieran poner interés, atención y acento en ese proceder.

Entonces, Jorge González firma el 19 de julio en Quillota, pero el documento notarial afirma que lo hizo en Santiago el 17 y 18.

-Cronológicamente, es imposible que los documentos ingresados y legalizados en Santiago el miércoles 17 y jueves 18 los hubiera firmado Jorge, ya que él recién firma en Quillota el viernes 19. Por lo demás, los documentos que Jorge firma en su domicilio de Quillota corresponden a otras materias. La Licencia de Fabricación que Jorge otorga como copropietario de los fonogramas y autor y compositor de las obras incluidas en esos fonogramas y una Autorización para que Alfonso Carbone cobre un saldo pendiente, por una negociación que también realiza a mis espaldas, con la productora PAROX S.A, por unas licencias autorales de Jorge para la serie Los Prisioneros, producida por Movistar Perú.

En la querella no se habla de montos a repartir, sí de acciones de cada uno en las sociedades. ¿Cuánto patrimonio económico significan las canciones de Jorge González?

-No se trata sólo del patrimonio de Jorge, también parte del patrimonio cultural de nuestro país. Ahora, en lo tangible -si se puede graficar de esa manera: letra y partitura-, el patrimonio de Jorge se divide entre su obra como autor/compositor, que sería la letra y la música de todas esas canciones que conocemos de su etapa en Los Prisioneros (excepto 4), más todas esas canciones que conocemos de su etapa como solista. Algo así como un total de 280 obras.

Luego viene su obra como productor artístico e intérprete, la que está enlazada con su patrimonio como productor fonográfico y/o copropietario y/o propietario de un material inédito o editado de manera independiente, cuya propiedad traducida en porcentajes varía de un 25% a un 100%, según el fonograma y el periodo en que este fonograma se produjo y de los cuales, según cada caso, se constituyeron acuerdos y/o sociedades, como fue el caso, por ejemplo, de la producción del álbum “La voz de los ‘80” o el caso de los álbumes y videogramas que se produjeron bajo la sociedad Los Cuatro Luchos Limitada. Por otro lado, en lo artístico, queda claro que un patrimonio como el de Jorge es invaluable.

Acá, señalan, Jorge González perdía patrimonio concreto.

-Lo que se traspasa a la nueva sociedad San Miguel es lo que se produce y edita en Los Cuatro Luchos, más un extenso material videográfico inédito al que Jorge, como copropietario en esa Sociedad Los Cuatro Luchos, nunca tuvo acceso, ya que Carlos Fonseca se lo apropió como único custodio, negándole copia de dicho material a mi hermano.

Si bien es cierto que el porcentaje societario traspasado es respetado, lo que está en entredicho es la gravedad de haberlo hecho arbitrariamente a espaldas de Jorge, sin su conocimiento, consentimiento y voluntad. Y que, de ahí en más, quienes realizaron esa maniobra, administren ese patrimonio a su antojo, generando y suscribiendo acuerdos que en lo sustancial mermen y atenten contra los intereses artísticos, editoriales, patrimoniales, administrativos y económicos de Jorge.

Para aclarar: Jorge González participó de manera formal de Producciones Artísticas Los Cuatro Luchos Limitada, constituida para la vuelta del grupo en 2001 y de la que primero renuncia Claudio Narea y luego se disuelve definitivamente en 2016. Pero, luego se ve integrando la sociedad San Miguel SpA, a la que nunca fue convocado, sino que se habría usado dolosamente su firma para constituirla. La querella presenta un comunicado de prensa de 2019, que indicaba que la web “Planeta Prisionero es liderado por Jorge González, Miguel Tapia, Carlos Fonseca (mánager histórico) y Alfonso Carbone (mánager actual), quienes hemos formado una sociedad llamada San Miguel para llevar adelante este proyecto”.

-Ese comunicado de prensa es la clave para entender cómo Carlos Fonseca y Alfonso Carbone se presentan ante los medios de comunicación, junto a Jorge y Miguel, con la nueva Sociedad. Lo de Carlos en el comunicado es más apegado a la lógica de la historia, por lo tanto, nadie desde la prensa podría cuestionar esa información (“mánager histórico de Los Prisioneros”), sumado que para la prensa no existían antecedentes concretos de algún conflicto o quiebre que hubiesen fracturado severamente la relación entre Jorge y Carlos Fonseca, por lo tanto, a los periodistas no les hace ruido esta nueva alianza de 2019.

Por un lado, Carbone es presentado ahí como mánager, que ya no lo era, y por el otro, ¿Jorge González no tenía una buena relación administrativa con Fonseca esos días?

-Jorge, desde el 2006, había roto relaciones con Carlos Fonseca, por su administración en Los Cuatro Luchos, lo que desencadenó que en mayo de ese año tomara la decisión de romper con ese pacto societario, revocando esa sociedad (el año 2016 se solicita el término de giro de la sociedad ante el S.I.I.). Entonces, para los que conocíamos la historia desde la trastienda, la idea de una nueva sociedad en 2019, donde estuviera Jorge y Carlos Fonseca, era algo imposible de concretarse desde el lado de Jorge. En el caso de Alfonso, él va un poco más lejos en sus pergaminos, ya que en el comunicado se presenta explícitamente como su mánager, cosa que era mentira, pues había sido revocado legalmente el 2017.

Ahora bien, ¿cuál era la lectura que dos artistas hicieran una sociedad con dos mánagers? En el subtexto, ¿qué entendía el receptor con el mensaje? Que el mánager de Jorge naturalmente administraría los intereses de Jorge y que el mánager histórico administraría los intereses de Miguel, aparte de hacerse cargo de la gerencia general de la nueva sociedad.

Todo esto se concreta en la web de difusión llamada Planeta Prisionero.

-La página web pasaba a ser la prueba irrefutable que todo estaba en regla, ya que en ella se anunciaban los productos y se presentaban videos inéditos de Los Prisioneros, para así ratificar el concepto que San Miguel SpA eran Jorge, Miguel, Carlos y Alfonso, cuatro amigos que confiaban tanto entre ellos que habían decidido crear una sociedad para publicar los fonogramas que se promocionarían desde ese portal web. Lo cierto es que desde ese 7 de noviembre en adelante (día en que aparece el comunicado), Jorge encara a Alfonso por todo lo que se explicitaba en su contenido: la sociedad, aparecer como mánager de Jorge, la injerencia de Carlos Fonseca, la página web misma, el merchandising, etcétera.

¿Cuál fue la respuesta de Carbone?

-Desde ahí en adelante Alfonso empezó a mentirle a Jorge descaradamente.

El comunicado llega al diario La Tercera el 7 de noviembre. Un amigo que hacía la práctica en ese medio me lo reenvía y yo a Jorge, entonces gracias a ese dato pudimos constatar qué decía en lo global la información y quién lo había enviado al diario.

Por otro lado, San Miguel SpA firma con Altafonte por derechos de obra de Los Prisioneros, convenio del que tampoco Jorge González se habría enterado ni le llegaron utilidades de un contrato por USD 80.000.

-El contrato con Altafonte lo suscriben Carlos Fonseca y Alfonso Carbone, quienes firman como representantes legales de la cuestionada San Miguel SpA. Ellos negocian el anticipo de regalías y reciben el pago de USD 80.000 más USD 10.000, que quedan en Altafonte como saldo a favor para la promoción y marketing digital de los fonogramas. A la vez, en este acuerdo aprovechan de incluir arbitrariamente el fonograma “La voz de los ‘80”, álbum que es copropiedad entre: Fusión, 40%; Jorge González, 30%; Miguel Tapia, 15% y Claudio Narea otro 15%, y que no es parte de los activos que se traspasan a San Miguel SpA desde los Cuatro Luchos Limitada. Por lo tanto, a la Sociedad San Miguel no le correspondía incluir y negociar ese álbum en aquel contrato.

San Miguel SpA, ese mismo año, cierra otro contrato con Al Abordaje Muchachos para la publicación de material musical, sociedad representada por Felipe Domínguez y formada por dos personas jurídicas: Al Por Mayor Media SpA y AGC Música SpA, donde “el único socio (…) es justamente Alfonso Carbone”. Carbone habría estado en el lado que recibía el 30% y el otro que recibía el 70%.

-Conflictos de intereses, operación y maniobra que enmarca en su máxima expresión los intereses del querellado Alfonso Carbone. El constituir San Miguel SpA a fuerza de mentiras y engaños, era el puntapié inicial a una escalada de largo aliento. Al Abordaje Muchachos SpA, al suscribir un contrato de fabricación y distribución con San Miguel SpA, abría los fuegos mediáticos con una serie de fonogramas de Los Prisioneros, incluido “La voz de los ‘80”, hecho que, como punta de lanza, era la carta de presentación para otros nuevos acuerdos de fabricación y distribución con otros artistas connotados que al ver este suceso, ir nada menos que con Los Prisioneros, confiarían su material fonográfico a esta flamante empresa que, al parecer, a ojo de espectador confiado, estaba haciendo las cosas con máxima seriedad y profesionalismo. ¿Qué dice la trastienda de cómo realmente se forjaron los cimientos de San Miguel SpA? ¿Cómo, de esos cimientos, vas haciendo y enlazando nuevos negocios de similares características? ¿A esto se le podría llamar con orgullo know how? 

En el caso de Altafonte, podríamos entender que ahora se puedan estar desayunando con esta historia, pero, ¿Al Abordaje Muchachos podría salir con ese discurso? ¿Podrían aparecer con un comunicado, desmarcándose de todo? ¿Decir que desconocían que San Miguel SpA no contaba con los permisos para licenciarles el álbum “La voz de los ‘80”, por ejemplo? ¿Podrían decir que desconocían cómo se había forjado la Sociedad San Miguel SpA?

Entiendo que estos documentos son lo que ustedes han logrado reunir, pero ¿es posible que existan otros contratos “firmados” por Jorge y que no sepan y donde aparezca Carbone como su representante, en fechas en que ya no tenía esa potestad?

-Seguramente, dentro de la investigación, se podrá establecer y/o determinar si existen otros nuevos documentos que se hayan celebrado o constituido en similar situación. De lo que arroje este caso y cómo lo aborden los medios de comunicación, con seriedad y no como una telenovela, se podrá crear conciencia de muchos temas que transitan por lo técnico, lo legal, moral, ético y patrimonial, además de comunicacional, obvio.

Y, claro, es de esperar que de existir otros casos de artistas creadores y/o productores fonográficos afectados en una materia similar, exista en ellos una ventana de solución y justicia. Nosotros, por nuestra cuenta, después de todo lo ocurrido, constituimos con mi hermano la editora Avenida La Novena, con el fin de salvaguardar su catálogo autoral y fonográfico. Ya nos protegimos al respecto.

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