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16 de Marzo de 2024

Veredas tomadas por motos y “bicis mosquito” de delivery: el peligro para los peatones y cómo los municipios buscan atajar un problema que crece

Fotos: The Clinic

El tránsito de motos de delivery sobre las veredas de los barrios comerciales en distintas comunas -como Providencia, Las Condes y Santiago- no solo ha generado molestias para los peatones, sino que también accidentes y robos. Pese al aumento de las fiscalizaciones llevadas a cabo por las municipalidades, estas infracciones persisten. Expertos coinciden en que la responsabilidad recae en las empresas de locales de comida rápida y apps como Uber o Rappi: "La normativa debería estar primordialmente centrada en fiscalizar a las empresas, y que ellas se hagan cargo de sus trabajadores", explica Camila Balbontin, presidenta de la Sociedad Chilena de Ingeniería de Transporte.

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A mediados del año pasado, una vecina de la calle Rosales aprovechaba la tarde para pasear a su perro sobre una vereda del Barrio Lastarria. De repente, una moto de delivery que avanzaba por su misma vereda la atropelló desde la espalda. Perdió varias piezas dentales por el impacto. 

Otro vecino, del mismo barrio, acabó con fracturas en sus pies al ser arrollado por un motociclista, el cual también se abría paso por las atiborradas aceras del sector comercial.

También otro vecino del sector, una noche, caminaba por el mismo barrio, hablando por teléfono, cuando un motoristas con mochila Rappi le quitó el aparato en plena vereda y aceleró para concretar el robo.

Héctor Vergara, presidente de la Junta de Vecinos del Barrio Lastarria, afirma que esto se ha vuelto un problema recurrente en las intersecciones de la Alameda y a las afueras de las tiendas en calle Merced. “La calidad de vida de los peatones empeoró por este problema”, comenta.

Para los vecinos del Barrio Lastarria, es cotidiano toparse con motos de delivery estacionadas o circulando frente a los locales donde recogen sus pedidos. Algo explícitamente prohibido por las leyes del tránsito -en específico, en el Artículo 159-. Pero este barrio es solo un ejemplo entre muchos lugares afectados; dentro de los sectores comerciales de Santiago, Providencia y Las Condes, la normalización de la problemática es evidente.

¿Cómo están fiscalizando las municipalidades?

Álvaro Miranda, Director de la Escuela de Transporte y Tránsito UTEM, considera que la fiscalización “es exigua en función del enorme crecimiento del parque de motos que existe hoy (…) Carabineros está desbordado por el incremento de la delincuencia y seguridad pública, por ello estos aspectos normativos pasan a ser secundarios”.

“En general, lo que hemos podido comprobar en las permanentes fiscalizaciones que realizamos, es que la mayor cantidad de infracciones (cometidas por motos delivery) es por estacionar sin respetar la Ley de Tránsito”, explican desde la Dirección de Tránsito y Transporte de la Municipalidad de Santiago, cuyo director es César Valarezo.

Durante 2023, en Santiago Centro se hicieron más de 34.600 fiscalizaciones a motos, se cursaron 9.270 infracciones y se retiraron 1.800 motos de circulación. Este año, además, ya se han cursado 1.632 infracciones a motos.

En las calles comerciales de Santiago, las filas de motos y “bicis mosquito” –cuya circulación está prohibida en Chile-, de empresas como Rappi o Uber Eats, se han vuelto habitual, siempre sobre las veredas. Tal es el caso de la calle Pío Nono en Barrio Bellavista, donde se ubican un McDonalds, un Subway y varios restaurantes.

La comuna de Providencia, que también colinda con el barrio, se ha visto enfrentada a este problema. De hecho, este miércoles, la alcaldesa Evelyn Matthei anunció en un punto de prensa que la comuna ha aumentando sus esfuerzos de fiscalización.

Según datos compartidos por la Municipalidad de Providencia, el año pasado se han sacado de circulación 24 motos. Este 2024, la cifra aumentó un 225%, retirando 178 de estos vehículos. Las infracciones, en tanto, pasaron de 47 durante el 2023, a 240 en lo que va corrido de 2024. 

Otro lugar conocido por ser un punto de atracción para los motociclistas de delivery, es la rotonda Atenas de Las Condes, en la que orbitan varios restaurantes y cafeterías. Algunos de estos locales, en particular los que no pertenecen a cadenas, no cuentan con estacionamientos adecuados para los repartidores.

“En lo específico, sólo la Dirección de Tránsito, durante el año 2023, cursó 451 infracciones cometidas por conductores de motocicletas en el área territorial de la comuna”, explican desde la Municipalidad de Las Condes. Más específicamente, durante el 2023, la municipalidad cursó 105 infracciones por motos circulando en las veredas.

Vínculo con motochorros

Héctor Vergara admite que el temor a ser asaltado ha aumentado en los vecinos desde que se ha normalizado el tránsito de las motos sobre los espacios peatonales: “Cada vez que alguien ve una moto pasar por la vereda, los transeúntes inmediatamente se ponen en alerta, porque puede venir el asalto desde atrás; buscan las fórmulas para que no les arrebaten el celular de las manos”.

“Cuando un motochorro detecta a su víctima, la sigue sigilosamente, aunque esto signifique conducir por la vereda. Al más mínimo descuido, le arrebatan el teléfono de las manos y huyen a toda velocidad. A veces utilizan guantes de látex, para lograr una mejor adherencia con el objeto robado”, describe el director de Seguridad Ciudadana de Providencia, Francisco Díaz-Valdés, sobre el modus operandi de los robos por sorpresa cometidos por motociclistas. 

“Otro aspecto que ha sido identificado guarda relación con los modelos de motocicletas que se usan para este tipo de robo por sorpresa, donde destacan las enduro modelo XR 190, marca Yamaha y Honda, y el modelo Pulsar de AKT”, añade Díaz-Valdés.

Esta modalidad de robo se ha popularizado en los últimos años al interior de la Región Metropolitana. Muchos de estos delitos son perpetrados por delincuentes que utilizan las indumentarias de empresas de delivery como fachada

En particular, desde la Municipalidad de Providencia, indican que detuvieron a 35 motochorros durante 2023, y cuatro en lo que va de este año. Por su parte, la Municipalidad de Las Condes, durante el 2023, contabilizó 135 robos protagonizados por victimarios que se transportaban en motos.

“En términos de planificación urbana no hay ningún problema con los delivery y el aumento que hemos visto en los últimos años con el e-commerce. El problema es que las cosas no se están haciendo bien”, explica Camila Balbontin, presidenta de la Sociedad Chilena de Ingeniería de Transporte. Para la ingeniera, una de las bases de este problema es que “las empresas de delivery no están regularizando para nada a sus trabajadores y su impacto social”.

“A los locatarios y clientes les interesa que el producto llegue lo más rápido posible. No son responsables de lo que ocurra en el trayecto. Las empresas de delivery deberían asegurar que sus socios actúen bajo la ley”, explica Rodrigo Fernández, ingeniero de la Universidad de Los Andes y miembro de la Sociedad Chilena de Ingeniería de Transporte.

Otro problema en el que coinciden ambos expertos, es que los trabajadores de delivery, al no estar contratados legalmente, quedan desprotegidos por las empresas. Así, estas no se libran de responsabilidades cuando infringen las leyes de tránsito; pero, además, los desentiende cuando sufren accidentes.

¿Dónde recaen la responsabilidades?

Cerca de las 23:00 horas, en pleno centro de Santiago, la calle Bandera se encuentra casi vacía y apenas iluminada por un Papa John’s abierto. En una esquina de la cuneta se reúne un grupo de diez repartidores, de distintas nacionalidades. Aprovechan su descanso para socializar, comer, y beber algunas cervezas. Todos tienen estacionadas arriba de la vereda sus “bicicletas mosquito”, modificadas por ellos mismos.

“Aquí uno trabaja de 12 a 13 horas diarias. Por eso el motor ayuda; no es lo mismo andar pedaleando”, comenta Luis, uno de los repartidores. Explica que, en caso de que le saquen una multa al estar con un vehículo no permitido, la empresa no responde por ellos. Tampoco si les roban o tienen un accidente en sus trayectos nocturnos.

“La responsabilidad recae en las empresa, y también en las personas que cometen infracciones, como conducir bicis mosquitos. Pero en términos de eficiencia y recursos, la normativa debería estar primordialmente centrada en fiscalizar a las empresas. Que ellas se hagan cargo de sus trabajadores”, explica Camila Balbontin.

Requeridos por The Clinic, Rappi y Uber Eats decidieron no participar en este reportaje.

Respecto a posibles soluciones, Álvaro Miranda considera que se debiese “incorporar en el Código del Trabajo de manera muy clara las responsabilidades y obligaciones de las empresas. De manera que no obliguen o inciten a los conductores a incumplir la Ley de Tránsito. Junto a eso, hay que mejorar el proceso de licencia de conducir clase C”.

“Dadas las condiciones, los locales comerciales se tendrían que hacer cargo. tener un espacio destinado para que se estacionen las personas. En el fondo, una ordenanza municipal en torno al tema. Por ahí va, a lo menos la solución”, considera el presidente de la Junta de Vecinos de Lastarria.

Franco Basso, doctor en transporte y académico de la Escuela de Ingeniería Industrial de la PUCV, considera que “es muy importante que los restaurantes comiencen a jugar un rol fiscalizador sobre este tipo de aplicaciones. De esta forma, proveer un entorno más seguro y disminuir la cantidad accidentes viales”.

Consultados Arcos Dorados -el franquiciado de McDonald’s en Chile-, sobre su política respecto al cumplimiento de las leyes de tránsito de sus repartidores de comida, prefirieron no referirse al tema.

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