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16 de Diciembre de 2023

Lanzas en motos bajo la fachada de Rappi y Uber Eats: cómo identificar a los “motochorros” y los lugares más peligrosos de Santiago

Repartidor

Las comunas de Estación Central, Santiago y Providencia son las que lidera los robos por sorpresa en la región Metropolitana en los tres últimos años. Cascos abatibles, la no utilización de guantes de motoristas y una velocidad de circular atípica son algunas de las señales a las que hay que estar atento al transitar con el celular en mano por las calles de la capital. “Para nosotros es una enorme preocupación que la marca se vea afectada con este problema”, dicen desde Rappi, y agregan: "Esto no es sólo por la imagen de la empresa, sino que también impacta en la confianza y reputación de cientos de repartidores que cumplen su labor con esfuerzo y de manera honrada".

Por Nicholas Townsend y Benjamín Puentes

Fernanda Ávila (22) caminaba hacia el concurrido metro Los Héroes desde la universidad. Al llegar a Vergara con Alameda, saca su teléfono y lo desbloquea para avisar en el trabajo que iba a llegar tarde. En cosa de segundos, y a plena luz del día, una moto la intercepta en la vereda y un sujeto le quita el celular. ‘‘Yo no entendía mucho lo que había pasado, miraba para todos lados’’, comenta sobre un robo que se ha vuelto habitual en Santiago: los motochorros.

Fue un movimiento rápido: alcanzó a ver una motocicleta conducida por un hombre con una mochila de Cornershop que tapaba la patente del vehículo. Ningún peatón intercedió. La joven recuerda: ​​”El tipo tenía que esperar que el semáforo diera verde para poder avanzar, ya que estaba en la vereda. Entonces, yo igual podría haber hecho algo, pero estaba helada. El resto de las personas vio el robo, pero, obviamente, nadie quiso actuar por el miedo”. 

Fernanda inmediatamente volvió a la universidad para bloquear los accesos. “Me lo sacó desbloqueado, primero me quedé ahí como helada, después atiné y me devolví a la U corriendo. Mis amigos estaban en clase y ellos me ayudaron a llamar al banco y ellos bloquearon las cuentas”, cuenta. 

Carolina Sepúlveda (26), a fines de junio, transitaba por el mismo lugar que Fernanda: calle Vergara en el centro de Santiago, a las cuatro de la tarde. En ese tiempo estaba buscando prácticas profesionales por lo que andaba atenta a los llamados telefónicos. La llaman y contesta. Teniendo el celular en mano, Carolina cuenta que “escuché que venía una moto súper cerca y afirmé el celular. Siento cómo el conductor me agarra la mano y la moví altiro, por lo que lo desestabilicé un poco. Como él estaba sentado, tenía ventaja en altura y le di un rodillazo en las costillas. Se alejó y aceleró para irse. Me fijé que tenía una mochila de Rappi”.

De esta forma logró zafar. “No sentí miedo ni nada. De hecho, más ganas tenía de sacarle la cresta para poder llamar a paz ciudadana o Carabineros, pero fue la adrenalina del momento”, agrega. 

Ariel Quinteros (35) corrió una suerte distinta. Caminaba por Dublé Almeyda, en Ñuñoa, hablando por videollamada con su padre. De pronto, ve cómo se acerca un sujeto con una mochila de Rappi al que no le dio mucha importancia. “La moto se sube a la vereda y se pone al lado mío, pero yo seguí caminando, después pasa de nuevo y me lo quita. Todo duró como veinte segundos, no hubo nada que pudiera hacer”. Inmediatamente, pensó: “Qué hago ahora, tengo todos los números en el teléfono, no puedo llamar a nadie”.

Sus experiencias los hacen parte de los 43.488 casos policiales relacionados a robo por sorpresa, tipificación de este delito, que registra la Subsecretario de Prevención del Delito en los años 2021, 2022 y los dos primeros trimestres de este 2023. La mayoría de estos han ocurrido en las comunas de Estación Central (2.919), Santiago (12.381) y Providencia (3.153).

Fue en 2021 cuando el equipo de seguridad de la municipalidad de Providencia empezó a registrar reportes y alertas de Sosafe. Estos señalaban que sujetos en motocicletas enduro realizaban la sustracción de teléfonos celulares de alta gama, en su mayoría iPhones. Por ello, empezaron a levantar imágenes y en contacto con las víctimas para entender de mejor manera este nuevo fenómeno delictual que se estaba generando.

Fue así como llegaron a un patrón: primero pasaba un auto con los vidrios polarizados marca Toyota. Luego, lo hace una moto con un bolso con el logo de una aplicación, que disminuye la velocidad para pasar cerca de la víctima. De tras de esta motocicleta aparece otro vehículo de dos ruedas, también con mochila de una plataforma de servicio de entrega, que finalmente realiza el robo.

La primera detención por este tipo de delito en la comuna de la alcaldesa Evelyn Matthei se realizó en el año 2021, tras el seguimiento de un automóvil. En total fueron cinco sujetos, todos extranjeros. En el vehículo fueron encontrados ocho celulares. Dos semanas después, en una fiscalización a seis sujetos en un Chevrolet modelo Seal, dos de ellos habían sido parte de la detención anterior. En el interior del automóvil, el que tenía encargo por robo vigente, había cascos de moto y teléfonos de alta gama. Ambos procedimientos llevaron a la elaboración de la hipótesis que esta forma de robar tenía estructura y forma.

Al año siguiente, según cuentan desde la Unidad de Análisis Delictual de Seguridad Providencia a The Clinic, los robos por sorpresa efectuados por motochorros se volvieron más frecuentes. Fue también en 2022 cuando la alcaldesa Evelyn Matthei se reunió con funcionarios de la PDI, Carabineros y la subsecretaría del Interior, para darle detalles de que estos robos por sorpresa eran el trabajo de una banda organizada a la que denominaron “Enjambre”. Esto, después de la detención de seis individuos, todos de nacionalidad venezolana provenientes de Zulia.

Tras años siguiendo a los perpetradores de este tipo de delito en la comuna, desde la Unidad de Análisis Delictual de Seguridad Providencia dan algunos detalles de cómo identificar a un motochorro. “En su gran mayoría anda con cascos abatibles. No utilizan guantes de motoristas, andan a mano pelada o con guantes de látex”, explica. Luego, agrega: “Andan a baja velocidad y muy atentos a su entorno. Siempre con mochilas de aplicaciones. En la gran mayoría son bolsos nuevos”.

La fachada Rappi de los motochorros

Entre los afectados directos por este tipo de delito también se encuentran las marcas que los delincuentes usan como fachada. Es el caso las empresas de servicio de entrega. “Para nosotros es una enorme preocupación que la marca se vea afectada con este problema”, afirman desde Rappi a The Clinic. “Aunque esto no es sólo por la imagen de la empresa, sino que también impacta en la confianza y reputación de cientos de repartidores que cumplen su labor con esfuerzo y de manera honrada, y por ende afecta su fuente de ingresos adicionales”, explican.

Por esta razón, han tomado medidas y están “trabajando activamente con las autoridades para avanzar en protocolos de intercambio de información, fiscalización y mejores prácticas de cara a esta problemática, defendiendo así una fuente de trabajo más que relevante para miles de personas”.

También aclaran que “una persona circulando con una mochila de Rappi no significa necesariamente que es un repartidor que utiliza nuestra aplicación”. “Esto es así no sólo porque hoy en día se pueden conseguir réplicas de las mochilas en el mercado, sino que también los repartidores no están obligados a tener la indumentaria con la marca de nuestra plataforma en caso de estar conectado y entregando pedidos, cumpliendo con las leyes vigentes”, plantean.

Por ello, están reforzando sus protocolos de seguridad y “desde mediados del año pasado todas las maletas y cascos que se entregan a los repartidores incluyen un código asociado al RUT de cada repartidor, esto se implementa con la idea de poder rastrear al dueño del elemento en caso de que sea utilizado en la comisión de un ilícito”.

“Actualmente, desde Rappi estamos trabajando en el desarrollo de una solución tecnológica que nos permita validar biométricamente la identidad de los repartidores registrados al momento de iniciar sesión en la app.  Además, ya contamos con distintas herramientas, filtros digitales y un equipo de agentes especializados en fraude, dedicado a monitorear, detectar y reportar cualquier hecho ilícito o infracción, aplicable al momento de inscripción a la plataforma y/o durante el uso de la misma”, agregan.

La empresa, este 2023, estableció un convenio con la municipalidad de Las Condes “tendiente a reforzar la seguridad y convivencia ciudadana a través de medidas concretas, como el intercambio de información, fiscalización en la vía pública, y aplicación de sanciones para repartidores en caso de incumplir con las leyes de la comuna, que pueden llegar hasta el bloqueo de la cuenta, dependiendo de la gravedad del caso”.

En el último tiempo, los motochorros han reemplazado los bolsos de plataformas de servicio de entrega por mochilas de camping de 60 litros. Además, hay otro detalle bien particular que llamó la atención del equipo de seguridad de la comuna: la manera en que los motoristas pasan los cambios, ya que lo hacen con el talón.

Los modelos de motocicletas y puntos críticos

A su vez, como resultado de su trabajo, han identificado una serie de modelos de motocicletas que se usan para este tipo de robo por sorpresa, destacando las enduro modelo XR 190, marca Yamaha y Honda, y el modelo Pulsar de AKT.

“Nosotros hemos logrado la detención de 81 sujetos, solamente en Providencia. 79 venezolano, un colombiano y un chileno”, cuentan desde Unidad de Análisis Delictual. A su vez, plantean que este trabajo ha hecho que no solo disminuyan los delitos de esta característica en la comuna, también ha tenido un impacto positivo en Ñuñoa y Las Condes. No así en Santiago, sector a donde se ha desplazado los robos usando las aplicaciones de fachada. En esta comuna, los motochorros operan en Santa Lucía, Merced, San Antoni, Monjitas, Portugal.

Entre los lugares a tener preocupación también destaca el eje de avenida Vicuña Mackenna, el que afecta a las comunas de Providencia, Santiago, Ñuñoa, San Joaquín, la Florida y Puente Alto. Otro es la zona oriente de Providencia y, uno que ya estaría controlados, el sector de la clínica Santa María.

Recomendaciones de ciberseguridad

El actuar delictual de los motochorros no se centra en el teléfono de alta gama y su reducción, sino que también buscan realizar transacciones con ellos. Por ello, es clave que el robo se realice cuando la persona lo esta usando. Esto permite que el equipo se mantenga abierto y no alcance a ser bloqueado con alguna clave de seguridad. Por ello, no es extraño que, tras el robo, los motochorros entreguen el celular al auto que los acompaña.

Ariel Quinteros tenía el teléfono desbloqueado al momento del robo. ‘‘No tenía manera de avisar a mis conocidos que no contestaran llamadas ni nada’’. Tuvo que acudir a la casa de una amiga para poder bloquear el teléfono. ‘‘Después de eso pude seguir el teléfono por varias horas en el mapa, hasta que desapareció en unos departamentos en Franklin’’. Finalmente, se resignó: ‘‘No hay mucho que hacer aparte de bloquear el teléfono, puse una constancia en una comisaría en Providencia, pero no hacen nada’’.

“En Chile, la mayoría de las personas no es consiente de los peligros y las consecuencias directas en nuestra vida que una vulneración a datos personales puede causar. Desde suplantación hasta uso de IA para menoscabar la imagen de una persona o utilizarlo para cometer ciberdelitos”, dice Cyntia Paéz, académica de Ingeniería en Ciberseguridad de la Facultad de Administración, Finanzas y Negocios de Universidad Sek.

“Hay pasos importantes que seguir antes, durante y después de un extravío o robo. Acciones preventivas: al adquirir un equipo móvil, anota el código SIM, será esencial para bloquear y proteger tu información sensible y datos personales”, recomienda. También señala la importancia de contratar un seguro contra robo o extravío y otro en caso de phishing o ciberestafas.

Entre la medidas más importantes a la hora de ser víctima de un robo resaltan el bloquear el dispositivo; activar las funciones de localización del dispositivo, como Find My iPhone en iOS o Find My Device en Android, para rastrear el teléfono; borrar remotamente para proteger tus datos personales y sensibles; cambiar las contraseñas de todas las aplicaciones y servicios vinculados al teléfono; avisar los contactos para prevenir la suplantación de identidad; y monitorear tus cuentas en línea para detectar actividad sospechosa y toma medidas si notas algo inusual. 

Fernanda Ávila, después del robo, inmediatamente cambió todas las contraseñas. ‘‘Tenía tres cuentas que tenían claves similares, entonces lo primero que hice fue cambiarlas’’. Además, en su teléfono tenía activada una billetera digital. ‘‘Si bien Apple Pay te pide desbloquear mediante reconocimiento facial, con tres toques puedes hacer un pago, es muy fácil el acceso’’, expone.

Además, la joven comenta que ‘‘yo soy bien olvidadiza con las contraseñas, entonces tenía un par de contraseñas en las notas de teléfono, pero están bloqueadas con el Face ID’’. Sin embargo, el delincuente intentó ingresar de todos modos a su cuenta de correo electrónico. ‘‘Me salió que se habían metido desde un teléfono Huawei a mi cuenta. Yo tengo un IPhone, así que ahí me di cuenta que se estaba intentando meter’’. 

‘‘Me llegó un reporte de iPhone de que el teléfono estaba en Independencia. Fui a dejar una denuncia, pero al final lo di por perdido, no más’’, sentencia.

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