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Opinión

17 de Marzo de 2024

Columna de Marco Moreno: Miedo, crisis de seguridad y campañas electorales

Agencia Uno

En su primera columna con The Clinic, el director Escuela de Gobierno y Comunicaciones de la Universidad Central, Marco Moreno, se refiere a los puntos que se tomarán el debate de las elecciones municipales. "El encuadre (o frame en comunicación política) de esta elección estará fuertemente influido por dos emociones que se consolidan como ejes de campaña: miedo e inseguridad", postula. Junto con esto, afirma que "En La Moneda saben que desde la oposición usarán este frame (miedo y crisis de seguridad) como eje de la campaña ya que la administración Boric carga con una mala evaluación ciudadanía en relación a su gestión en materia de seguridad". El columnista describe que "la actual crisis de seguridad será parte de la estrategia de comunicación electoral del oficialismo".

Por Marco Moreno

La llegada de marzo suele ser un mes complejo para buena parte de las familias chilenas. El retorno de manera masiva a las actividades laborales y educacionales es un factor de estrés para muchos. Lo será también para la política. Esta retoma su dinámica este año con una intensidad aún mayor, propia de la que conocemos como la faz agonal de la política o de lucha por el poder que se agudiza en los ciclos electorales.

En 7 meses más tendremos 4 elecciones simultáneas: gobernadores, alcaldes, concejales y consejeros regionales. Sin embargo, la dinámica electoral comienza en poco menos de 30 días, el próximo 10 de abril con el inicio del proceso de primarias (inscripción de pactos, candidaturas y realización de primarias para gobernadores y alcaldes donde se acuerde). Continúa en junio con la inscripción de candidatos. El 28 de agosto arranca formalmente la campaña electoral que culmina con las elecciones del 27 de octubre.

La segunda vuelta de gobernadores está prevista (donde corresponda) para el 24 de noviembre. Es decir, un cronograma electoral intenso para una ciudadanía que padece de fatiga electoral (después de dos intensos procesos plebiscitarios en 2022 y 2023) que deberá participar de manera obligatoria (resultado de la reposición del voto obligatorio) pero que se encuentra cada vez más desafectada de la política y sus instituciones.

Para enfrentar este clima de desafección y fatiga electoral los partidos deberán hacer esfuerzos para intentar llegar a una ciudadanía que en estos últimos años se ha ido despolitizando y donde la opinión pública (y especialmente la publicada) se ha desplazado desde la demanda de cambio a demanda de orden y seguridad. En este contexto, la política y las campañas continuaran sentimentalizándose. No podemos desconocer que las elecciones son cada vez más, plebiscitos emocionales.

El encuadre (o frame en comunicación política) de esta elección estará fuertemente influido por dos emociones que se consolidan como ejes de campaña: miedo e inseguridad. Chantal Mouffe, en su libro “El poder de los afectos en la política”, señala que «en política importan tanto los programas como la capacidad de despertar emociones comunes». Una de las emociones primarias y universales es el miedo.

Alcaldes y gobernadores en ejercicio, en especial de las oposiciones, han venido planteando con fuerza el par miedo/inseguridad al tiempo que han sido muy críticos de la gestión del gobierno en el manejo de la crisis de seguridad. Lo novedoso ha sido la crítica que desde esta semana vienen planteando figuras del oficialismo en relación con el tema.

El alcalde Tomas Vodanovic irrumpió esta semana solicitando a la ministra del Interior la intervención militar para frenar la delincuencia en Maipú. A este llamado se plegaron otras autoridades municipales de la RM como Emilia Ríos (RD) de Ñuñoa, Carolina Leitao (DC) Peñalolén, Christopher White (PS) San Bernardo, Felipe Muñoz (Ind.FA) Estación Central y Erika Martínez (CS) de San Miguel.

La gestión de la crisis de seguridad pública, uno de los aspectos peor evaluados de la administración Boric, se tomará la campaña. El tema se instaló en el centro de las preocupaciones de los ciudadanos y por tanto de los candidatos del oficialismo. En La Moneda saben que desde la oposición usarán este frame (miedo y crisis de seguridad) como eje de la campaña ya que la administración Boric carga con una mala evaluación ciudadanía en relación a su gestión en materia de seguridad. Esto posibilitará la construcción del “voto de castigo” por el que las oposiciones apostarán para esta campaña.

Desde esta perspectiva la arremetida de Vodanovic y sus pares hay que leerla como un intento de no ceder espacios en el control del poder territorial a sus competidores de oposición en este tema que preocupa de sobremanera a la ciudadanía.

En el oficialismo tienen claro que el par miedo/crisis de seguridad puede ser un factor de castigo electoral en las urnas. Por lo mismo que en La Moneda tienen claro que será difícil evitar el fuego amigo en la campaña por parte de sus candidatos a alcaldes en materia de seguridad especialmente en momentos en que Chile Vamos y Republicanos han endurecido su discurso en torno a la lucha contra la delincuencia cuestión que los electores comienzan a percibir con claridad.

Tratar de instalar que los candidatos del oficialismo tienen preocupación, toman posición y son empáticos en relación con la actual crisis de seguridad será parte de la estrategia de comunicación electoral del oficialismo. También se buscará trasladar la presión mediática para aprobar iniciativas en el Congreso (infraestructura crítica y reglas del uso de la fuerza) a las oposiciones.

Estos elementos parecen por ahora las claves para contrarrestar el peso que el miedo y la crisis de seguridad puedan jugar en la campaña. Resistir el efecto corrosivo de las dudas sobre el mañana que agudizan los miedos y hacen complejo el manejo de la crisis sin desfondarse será clave en el despeño en las próximas campañas electorales.

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