Opinión
25 de Agosto de 2024El Chupacabras que devora a Hermosilla
Como "El Chupacabras" denominan al software comprado por las policías para succionar información de los teléfonos móviles. Este ha operado en el Caso Hermosilla. El columnista Kike Mujica escribe sobre el abogado, y asegura que "olfatea el poder para cazarlo. Es encantador y seductor. 'Fuma bajo el agua', me dice un abogado de la plaza". Ex militante del PC, fue el abogado de la familia de José Miguel Parada luego de ser degollado por carabineros, en 1985. Trabajó en la Vicaría de la Solidaridad y pasó del PC a la UDI sin escalas, escribe Mujica.
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“El Chupacabra”. Así llaman, coloquialmente, al sofisticado software israelí que compraron las policías y la Fiscalía para succionar la información de los teléfonos móviles.
Sin ese software no estaríamos en lo que estamos.
“El Chupacabra” -Universal Forensic Extraction Device (UFED) es la marca formal- está devorando a Luis Hermosilla y se puede llevar como una ola a un sinfín de personajes políticos y de los negocios, cuyas conversaciones -y la de ellos sobre otros- están depositadas en ese iPhone 14 Max que hoy es conocido como “el radioactivo”.
“El Chupacabra”, dicen, registró más de 770 mil carillas transcritas de mensajes por WhatsApp de Hermosilla. El primero damnificado fue nada mas y nada menos que Sergio Muñoz, director de la PDI, que tuvo que dejar su cargo por el mensajeo de favores torcidos e información de contrabando. Con él fueron apenas 116 páginas de las 770.000 transcripciones.
“¿Recuerda el tenor de las conversaciones?”, le preguntaron a Hermosilla, el 21 de marzo pasado, los fiscales Francisco Lanas y Felipe Sepúlveda.
Hermosilla respondió: “Tengo más de mil contactos en mi teléfono, no tengo un recuerdo específico, pero no he borrado conversaciones, por lo que todo debe constar en él”.
Junten miedo.
Quién iba a creer que “El chupacabras” tendría en vilo al grupo de capitalistas criollos que les gusta competir con doping. Trampa.
Es hora de cruzar dedos e implorar que “Lucho” -a quien esta semana la Fiscalía motejó de “operador político con resultados económicos”- haya optado por “eliminar chat” en la nube.
Ecuménico
Los Hermosilla Osorio –él y su hermano Juan Pablo, quien lo defiende- son hijos de un connotado penalista, todo un personaje, Nurieldín, mejor conocido como “el Nuri”: eximio e influyente penalista, tótem de la vieja justicia, nerudiano, militante socialista primero y comunista después hasta los años 50, cuando renunció al partido.
Luis (1956) estudió en el Instituto Nacional y luego Derecho en la Universidad Católica. Imitó a su padre en varias cosas, partiendo por ingresar al PC, ser abogado y penalista. No con el ateísmo. “Mis hijos no quisieron seguir mis pasos en el ateísmo: Luis, por ejemplo, se bautizó y se casó por la Iglesia con una viuda”, contaba Nurieldín.
Se sabe poco de su pasado rojo. Trabajó en la Vicaría de la Solidaridad, órgano de la Iglesia Católica que defendía a los perseguidos por la dictadura. Era cercano a José Miguel Parada, quien estaba a cargo de los que después se conocieron como los “Archivos del Cardenal”. De hecho, cuando Parada fue degollado por carabineros, en 1985, Hermosilla ofició como abogado de su familia.
“Hermosilla exhibe su paso por el PC casi como una cuestión exótica, que le reditúa porque da cuenta de su amplitud de mundos. Pero nunca fue relevante en el partido”, dice un viejo comunista para quien Hermosilla es un innombrable.
Tampoco se conoce a ciencia cierta cuándo y cómo fue su conversión hacia la vereda del frente. Pasó del PC a la UDI sin escalas. Muchos explican que el baño de gremialismo en la UC lo marcó. Ahí se rodeó de personajes, entre muchos UDI, como Andrés Chadwick -otro converso, del Mapu eso sí, y que terminó siendo su socio y mejor amigo-, Juan Antonio Coloma y, sobre todo, Jaime Guzmán, que fue su profesor.
“La cercanía con el gremialismo le redituó amistades, contactos y, con ello, nuevos clientes”, me dice un abogado. Además, agrega que cruzar la vereda le costó el desprecio de su exmundo, el de izquierda.
En 1996 es su debut en sociedad en su nuevo barrio: tras cinco años del asesinato del senador y para sorpresa de todos, Hermosilla asumió como abogado de la familia Guzmán. Fue Andrés Chadwick el de la idea.
Pese a esto, Hermosilla siempre mantuvo redes transversales: un influyente que se precie de tal siempre es ecuménico. La buena información y la posibilidad de cruzar y reunir mundos distintos reditúa poder y, como réplica al terremoto, dinero.
El audio del siglo
Luis Hermosilla olfatea el poder para cazarlo. Es encantador y seductor. “Fuma bajo el agua”, me dice un abogado de la plaza. Para quienes lo conocen, es un dandy: casas millonarias, autos y trajes impecables, conquistador, asiduo al casino, viajero empedernido en primera clase y gastador insaciable. Vivía en el Sheraton cuando se separaba.
La radio Bío-Bío cuenta esta semana: “El expediente judicial también contiene otros pasajes de la relación Jalaff-Hermosilla. En 2019, por ejemplo, Hermosilla le agradeció a Antonio que le haya prestado su avión privado:
—Toñito!! Exquisito el avión!! Un espectáculo!
—Para ti, lo que quieras. Siempre.
—Gracias, te pasaste!! Toñito, mañana me voy en tu avión directo a Pucón —se lee decir a Hermosilla en el intercambio.
—Mucho mejor! —retrucó Antonio.
Los costos fijos de Hermosilla siempre fueron comentario dentro de sus cercanos, quienes no se impresionan por el nivel de deudas que se han exhibido en su formalización. “Sus finanzas eran una montaña rusa. Desde el 2012 ganó mucho”, agregan.
Es sabido que fue abogado, entre muchos, de Spiniak, Tocornal, Jorge Yarur, Iván Zamorano, del cura John O’ Reilly, Gonzalo Vial Concha, Tonka Tomicic, Andrés Chadwick y Miguel Crispi.
Hermosilla forma parte de un grupo de abogados mediáticos, con fama de penalistas rudos y ligazones en el Poder Judicial. Así lo han demostrado los audios. Resabios de la vieja justicia.
“¿Es buen abogado Hermosilla? A mi juicio, no. Si uno revisa los casos en que participó, tiene más derrotas que victorias”, me dice un destacado abogado.
“Lo que envidio es su desempeño escénico: convencía a los clientes de que él tenía información que nadie poseía, lo que le permitía prácticamente predecir el futuro”, me dice otro abogado.
“Su método era meterle miedo a sus clientes, para que así dependieran de él”, agregan.
Me confiesan que no son pocos los abogados que hoy miran con cierta satisfacción -alegría, si fuesen sinceros- la caída de Hermosilla.
Sus cercanos, que no son pocos, valoran su inteligencia, instinto y redes. “Solucionaba problemas”, dicen. “Es muy, pero muy astusto”, cuentan. Por aquí y por allá armaba trenzas y era insaciable a la hora de recabar datos, por más pequenos que fuesen. “Estaba bien informado siempre”.
Cazurro como él solo, le daba a sus clientes lo que necesitaban: membresía al Olimpo. Sobre todo, para los que poseían billetera, pero no influencia. Comercio de ínfulas.
Cito a CiperChile: “En ese contexto, para mostrar la familiaridad de Hermosilla con los Jalaff, Orellana expuso chats entre Álvaro Jalaff y el imputado. Las conversaciones datan del 26 de diciembre de 2016 y el episodio fue titulado por la fiscalía como “Cena con Sebastián Piñera”:
Jalaff: Por favor, llámame. Tema Piñera. Voy en 35 confirmados a la comida y muchos que quieren venir. Tengo que confirmar contigo muchas cosas. Es el martes 3, en la casa a las 8pm.
Hermosilla: Lo sé, me lo comentó ACH y me pidió que lo acompañara. SP está en llamas.
Hermosilla: Tenemos que planificar bien la puesta en escena. Tiene que ser todo el mérito para ti. Yo hablé con ACH para que haya un reconocimiento público para ti.
Jalaff: No es necesario. Lo importante es que haya un reconocimiento secreto con SP. Y que podamos trabajar juntos, eso me gustaría a mí.
Hermosilla: El reconocimiento es para la relación con tus pares, para que sepan de tu poder.
“Un consejero”, lo tildó la Fiscalía. “Más que un abogado, un socio”, me dicen.
Estas son las escuchas más explosivas de las últimas décadas, quizá sólo comparables a los audios del Piñeragate.
En la Fiscalía conocen el contenido completo de los chats. Lo que ha trascendido a la opinión pública es una parte de la información del móvil, que gota a gota ha desangrado a Hermosilla y a quienes aparecen salpicados de la radiación del iPhone más temido de Chile