El retroceso de las oficinas de género tras el triunfo de nuevos alcaldes: ¿Se está dando el efecto Trump en los municipios?
Un cuestionamiento proveniente del próximo alcalde de Santiago, Mario Desbordes, ha provocado que la lupa se pose por encima de las oficinas de género, mujeres e inclusión en las municipalidades, levantando la incógnita sobre si los nuevos alcaldes electos decidirán realizar algún movimiento profundo con ellas.
Por Jorge Palacios 30 de Noviembre de 2024Compartir
Era el primer día de marzo de 2022 cuando la Municipalidad de Santiago, liderada por la entonces alcaldesa Irací Hassler (PC), hizo un anuncio importante en materia de género en su comuna, en línea con la agenda feminista que impulsó en su candidatura un año antes. El anuncio no era trivial, puesto que se daba en el mes en el que se conmemora a las mujeres en el mundo: el 8 de marzo.
La notificación guardó relación con una determinación administrativa: el lanzamiento de la Subdirección de Igualdad de Género, Diversidad Sexual e Inclusión. La votación por su creación se había dado en el concejo municipal en enero de ese año, siendo aprobada por la mayoría de sus integrantes.
Su conformación era sencilla de entender. Ello, porque la subdirección constaba de la reunificación de oficinas con temáticas relacionadas. Y otra de sus finalidades, además, era aliviar a otra subdirección, la de Desarrollo Social.
La subdirección quedó compuesta de los departamentos de la Mujer e Igualdad de Género, de Diversidad Sexual y de Inclusión e Interculturalidad. Algunas de estas tuvieron sus oficinas respectivas, como la de Mujer e Igualdad de Género, de Migrantes, de Inclusión y de Pueblos Originarios.
“La nueva subdirección tiene un tremendo desafío: transversalizar la perspectiva de género en todo nuestro municipio, profundizando una perspectiva de derechos humanos para todos, todas y todes“, señaló Hassler en esa oportunidad, lo que se auguraba que sería una acción respaldada y reiterada en otros municipios —como lo fue en Valparaíso, con una Dirección de Género, Mujeres y Diversidades—.
Hoy, sin embargo, la situación cambió. Y uno de los dardos que lanzó el próximo alcalde de Santiago, Mario Desbordes (RN), fue justamente hacia la mencionada subdirección.
“Vamos a poner término al enorme gasto que hay en la oficina de la Igualdad, donde entiendo hay 100 personas haciendo estudios de género en en circunstancias que, en paralelo, no hay plata para hacer mamografías. Por lo tanto, eso se termina“, respondió Desbordes a La Tercera, al preguntársele sobre qué medida suspendería de su predecesora.
“Eso es una confusión de Desbordes. Existe la oficina de estudios y de capacitaciones en temas de género. En esa oficina trabaja sólo una persona”, dice a The Clinic la subdirectora de la unidad aludida, Rosario Olivares.
Doctora en Estudios Americanos, Olivares comenta que esa única persona que integra la oficina de estudios —que es mujer— se dedica a la generación de manuales, guías de trabajo y también a la capacitación. Esas capacitaciones, de hecho, cuenta que habrían sido realizadas a cerca de 6.000 personas.
Pero, cercanos a Desbordes, no obstante, señalan que lo mencionado por él responde a una denuncia pública de una exconcejala. Además, afirman haber pedido información mediante Transparencia, pero que no ha sido contestada. A ello suman que la información disponible en la web es confusa y escasa, y que a una semana de asumir, no hay mayor información entregada sobre la dotación del personal y los programas.
En todo caso, con la pérdida de terreno de algunos municipios de izquierda en las últimas elecciones municipales, se avizora que la agenda relativa a tópicos como el de dicha subdirección se desvanezcan, al menos, de las prioridades. Como dice el próximo alcalde de Santiago a este medio: “La subdirección se va a reformular y oportunamente se informará en detalle“.
¿El argumento de su determinación? “En la Corporación de Desarrollo de Santiago se nos informa que no se han pagado las imposiciones en varios meses. Es evidente que hay que evaluar todos los centros de costo, priorizando el gasto en aquellos lugares donde están las mayores urgencias de los vecinos”, señala.
El costo de la subdirección, comentan al interior de la misma, corresponde al 11% del presupuesto que dispone la Dirección de Desarrollo Comunitario (Dideco), la que se divide en siete subdirecciones. En La Florida, con cuatro funcionarios contratados a honorarios en la oficina de la mujer, el presupuesto es de $40.368.000. Tales gastos consisten únicamente en Recursos Humanos.
La discusión ocurre en los municipios nacionales cuando en el mundo, además, tras la victoria de Donald Trump en Estados Unidos, empresas multinacionales, como Walmart, comenzaron a echar pie atrás en sus propios departamentos internos de promoción de ideología de género, denominadas por algunos como correspondientes a la agenda woke.
¿Qué hace una oficina de la Mujer o Inclusión?
Con el tema en la agenda puesto por Desbordes, han surgido varias preguntas. Una de ellas es qué es lo que hace una oficina de la Mujer o de Género.
“La subdirección trabaja con todas las comunidades de manera interdisciplinar”, resume Rosario Olivares. Con 103 funcionarios actualmente, en el estreno que se hizo de la subdirección en 2022, Olivares fue quien afirmó que el espacio creado era “histórico”. ¿La razón? Porque abordaría “demandas que el movimiento feminista ha desplegado en las calles, pero también en las instituciones“.
De hecho, destaca un punto. La oficina de la Mujer en Santiago se creó antes de que existiera el Ministerio de la Mujer. Esta última institución se fundó en 2015. Y va más allá: la oficina de la Mujer también antecede la creación del Servicio Nacional de la Mujer y Equidad de Género (SernamEG).
En todo caso, hay comunas en donde las actividades relacionadas al apoyo a las mujeres o minorías no están alojadas en departamentos u oficinas. De hecho, hay casos en donde no existe un mayor tejido al interior del municipio, sino que constan únicamente de programas.
Tal es el ejemplo de Red Mujer, en Las Condes. El programa depende directamente de la Dirección de Desarrollo Comunitario. Es decir, sin intermediarios como oficinas o departamentos.
“Tiene por misión implementar y fortalecer los programas de la Municipalidad, poniendo especial atención en las necesidades de las mujeres. Nuestro objetivo es mejorar de manera integral y coordinada tu bienestar, apoyándote en tu desarrollo personal, empoderamiento y también en fomentar tu conexión con la comunidad”, dice la página web del municipio sobre el programa.
Otras comunas, en tanto, donde no existe una subdirección, pero sí hay oficinas, la situación no dista demasiado en las actividades. Ese último ítem, eso sí, depende de la definición que tome el líder del municipio junto con el jefe directo de la oficina o departamento.
Un director de desarrollo comunitario de un municipio de la zona sur de la Región Metropolitana profundiza. “La principal función de la sección de la Mujer es trabajar en organizaciones en materia de género. Principalmente en el rol de la mujer”, asegura. Ello se logra mediante la realización de talleres gestionados por externos.
En esos talleres, cuenta, se ha logrado un “alcance importante en la comunidad”. Además, afirman que han tenido un “crecimiento progresivo”, argumentado en que cada año más mujeres se organizan para participar.
Como ejemplo, cuenta que en los últimos días se realizaron actividades de piso pélvico para mujeres embarazadas y también talleres que conversan sobre la violencia contra la mujer. “No es sólo la violencia intrafamiliar (VIF), sino también otras, como la bancaria”, resume.
Sobre las oficinas de inclusión en tanto, dirigidas a diversidades sexuales, tiene una apreciación distinta.
“Lo que ha hecho esa oficina ha ido decayendo la atención espontánea al usuario. Es muy difícil que una persona que tiene problemas respecto de su orientación sexual vaya a la municipalidad a pedir ayuda. La mayoría de las veces acuden a otras instituciones”, reconoce.
El panorama en algunas comunas
Dentro de la semana que viene, el 6 de diciembre, se llevará a cabo el cambio de mando respectivo en los 345 municipios del país. Con ello, también se comienza a delinear y orientar la gestión municipal de los alcaldes entrantes, quienes, entre otras cosas, podrán decidir sobre si ampliar, disminuir, mantener, o cerrar oficinas de género o de inclusión, de acuerdo a los intereses principales de la autoridad comunal y de su equipo municipal.
En el caso de Concepción, Héctor Muñoz, militante del Partido Social-Cristiano, tomó una determinación con las oficinas de género creadas por la gestión saliente. A comienzos de noviembre, señaló a The Clinic que las mantendría, junto a la oficina de la Diversidad. “Se va a mantener. Tiene un presupuesto, por ejemplo, sobre los $40 millones y eso no se va a tocar”, constató.
Y dicha postura la mantuvo. Al menos así lo comentan en su equipo a este medio, quienes señalan que “no se cerrará ninguna oficina”. En lo mismo, sostienen que lo que les ha “inculcado” Muñoz es que “la ciudad es de todos y no pertenece ni a un partido político ni a una persona. Todos los que tienen presencia en la ciudad tienen que tener representación en la ciudad“.
Eso sí, tendrá un foco particular, en el que busca “justicia”: sumar presupuesto a la oficina de Asuntos Religiosos.
Con la determinación clara en el caso de Desbordes, donde habla de una reformulación de la subdirección, también se suma un comentario similar en otras comunas, como Melipilla, perdida por el Frente Amplio en manos de Paula Gárate (UDI).
Consultada sobre las oficinas de género e inclusión, la alcaldesa electa señaló a este medio que no ha conseguido información detallada de las oficinas municipales. Esa información esperan tenerla en los próximos días “para poder tomar las decisiones correctas. O que más se ajusten a las necesidades de la comuna“.
En todo caso, en el municipio, liderado aún por Lorena Olavarría (Frente Amplio), temen de las gestiones de Gárate. Ello porque, cuentan fuentes integrantes del municipio, Olavarría estrenó el Departamento de las Culturas y el Departamento de Mujeres, Diversidad y Derechos Humanos. La poca vida de esas reparticiones es lo que genera cautela al interior del cuerpo municipal.
En San Miguel también se dio la situación donde la UDI le arrebató una municipalidad al Frente Amplio. Allí Carol Bown se impuso a Érika Martínez, quitándole una casa municipal al partido recientemente unificado.
Al consultarle a Bown respecto a la continuidad de los programas sobre mujeres, la próxima alcaldesa y exconvencional fue escueta. Se remitió a decir que “una vez que asumamos evaluaremos esas cosas”.
En La Florida, aunque el alcalde electo Daniel Reyes (Ind.-UDI) —el alcalde más votado de oposición— no se ha referido directamente a las oficinas de género e inclusión, aunque sí ha dicho en otras oportunidades que sus prioridades están en la seguridad y la salud, distanciándose, en cierta medida, de las primeras.
César Mena (Ind.-Republicanos), alcalde electo en Tiltil, en tanto, tiene una impresión favorables sobre la oficina de la Mujer en su comuna. “Soy de la idea de que la oficina de la Mujer siga funcionando sin ningún problema. A lo mejor reorientar algunas cosas, pero disminuir los recursos jamás”, señala.
En Macul, comuna que pasará a liderar Eduardo Espinoza (Partido Republicano), comentan que no se harán modificaciones. De hecho, que primará el criterio de que lo que está funcionando, no será tocado.
Aunque también señalan un matiz: “Lo que se está haciendo y haciendo bien, mejorarlo y conservarlo. Lo que no está funcionando corresponde analizarlo y buscar algo que dé resultado, en todo ámbito“.
Un caso distinto y categórico se da en Valparaíso. Allí, la posta de Jorge Sharp la tomará Valentina Nieto (Frente Amplio). Y, en esa comuna, se inspiraron en la Subdirección de Igualdad en Santiago para abrir la Dirección de Género.
El equipo de próxima alcaldesa frenteamplista fue enfático: lo mantendrán. De hecho, dicha dirección fue una de las cosas que Nieto celebró —en redes sociales— de la gestión de Sharp.