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Felipe Figueroa / The Clinic

Entrevistas

27 de Mayo de 2025

Leonarda Villalobos, a fondo: “El hilo se está cortando por lo más delgado”

En esta entrevista Leonarda Villalobos habla de todo: de sus razones para grabar la reunión en la que participó junto a Luis Hermosilla y el empresario Daniel Sauer; de por qué cree que hay otros asesores y otros funcionarios de Impuestos Internos involucrados en ilegalidades; de su diagnóstico mental; y de los motivos que podrían explicar el nivel de compromiso que sentía con sus clientes. Después de haber estado ocho meses en prisión preventiva, reconoce por primera vez públicamente que realizó favores para una jefa del Servicio de Impuestos Internos de la zona oriente de Santiago. Aunque niega haberle entregado dinero o solicitado favores. También denuncia que la fiscalía la hizo declarar esposada durante seis horas, y asegura que la idea de crear una caja negra para pagar coimas fue de Luis Hermosilla.

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Si no fuera porque Leonarda Villalobos lo niega, no habría dudas de que su rol en el caso Hermosilla forma parte de un eslabón corrupto que se inicia hace más de 15 años, en Valparaíso. Es que las coincidencias son muchas.

Su padre era un fiscalizador del Servicio de Impuestos Internos (SII) que fue destituido en 2013 por “vulnerar gravemente el principio de probidad administrativa”. Un sumario acreditó que Osvaldo Villalobos le había cobrado varios millones a un empresario de Putaendo por dejar sin efecto liquidaciones tributarias. En ese entramado, afirma el sumario, también participó la madre de Leonarda: Luz Elena Mutter. Pero hay más.

Leonarda Villalobos dice que Alberto Sauer —el padre de Daniel y Ariel, los socios de Factop y la malograda corredora de bolsa STF— conocía a su padre, que eso le dijo él cuando en 2017 llegó a su oficina buscando una asesoría. Pura coincidencia, dice ella, quien niega un vínculo histórico.

12 años después de que su padre fuera destituido del SII, ella está acusada de pagar sobornos a funcionarios de ese servicio para beneficiar los intereses de empresarios a los que asesoraba.

La mujer que apretó el botón rojo que hizo estallar un caso de corrupción que ya ha arrastrado a dirigentes políticos, grandes empresarios, ministros de las cortes y a un par de funcionarios públicos de bajo rango, asegura que ella nunca quiso cometer un delito. Que lo que hizo fue por buena persona, para ayudar al resto.

El botón rojo lo apretó cuando en junio de 2023 grabó subrepticiamente una reunión en la que participó con Daniel Sauer y el abogado Luis Hermosilla. En esa reunión se habló de la creación de una caja negra para pagar coimas a funcionarios públicos e intentar detener la fiscalización sobre los negocios turbios de los Sauer, ya que si esa fiscalización avanzaba, se dice en el audio que fue revelado por Ciper, arrastraría a otros grupos empresariales y “a medio Chile”.

Leonarda Villalobos ha dicho ante el Ministerio Público, y en entrevistas con CHV y TVN, que no se arrepiente de haber grabado la reunión. Ahora, en conversación con The Clinic, agrega que su objetivo era resguardar los intereses de quienes habían perdido sus ahorros en la vorágine de la bicicleta financiera de Factop y STF.

También tiene una explicación personal para el grado de compromiso que asumió en defensa de los Sauer: había roto el vínculo con su familia nuclear, y para ella Alberto Sauer era como un padre. Dice que se siente traicionada. Llora dos veces al recordar esa traición.

La entrevista se realizó a lo largo de varias semanas, en reuniones en su casa en Peñalolén —donde cumple arresto domiciliario luego de estar por más de ocho meses en prisión preventiva, acusada de delitos tributarios, soborno y lavado de activos—, y también por mensajes de texto y llamadas telefónicas. 

Respondió lo que nunca se le había preguntado. Por ejemplo su relación con Barbarah Mishkin, la jefa del Departamento de Asistencia al Contribuyente de la Dirección Oriente del SII, a quien Villalobos reconoce haber ayudado en un reclamo ante una negligencia médica. 

No es baladí. Fue en la misma Dirección Oriente del SII donde a Daniel Sauer se le perdonaron siete liquidaciones tributarias por más de $3 mil millones. Según lo que dicen en el audio, ese perdonazo se habría producido luego del pago de más de $100 millones en sobornos. Pero ese episodio no ha podido ser despejado por la fiscalía, la que tampoco ha podido acreditar pagos a Barbarah Mishkin: en sus cuentas bancarias no hay rastros de depósitos desde el entorno de Leonarda Villalobos.

Ella dice que nunca le pagó. Ni por transferencia ni en sobres con dinero en efectivo. Asegura, varias veces, que los únicos funcionarios públicos a los que les realizó pagos son Patricio Mejías, un administrativo del SII, y Renato Robles, ejecutivo de la Tesorería General de la República.

Según Leonarda, habrían otros abogados que podrían haber realizado gestiones ante instituciones públicas en representación de los Sauer. Critica a la fiscalía, porque asegura que la indagatoria no ha sido profunda. También hace una denuncia: en su última declaración la tuvieron por más de seis horas esposada. 

A Leonarda Villalobos le preguntamos todo: ¿Por qué no aceptó entregar su versión antes de que se publicara el reportaje que reveló el audio con Sauer y Hermosilla? ¿Se coordinó con el abogado para solicitarle al empresario fondos para pagar coimas? ¿Recibió sobres con dinero en efectivo de parte de la familia Jalaff para realizar gestiones ante el SII? ¿Ella y Hermosilla querían en realidad sacarle plata a los Sauer? ¿Hizo gestiones en servicios públicos en nombre de la animadora de televisión Tonka Tomicic? ¿Participó en una campaña electoral de Karla Rubilar? ¿Por qué se entregó a la tarea de asesora tributaria con tanta intensidad? ¿Cómo explica sus acciones, las mismas que llevaron a Luis Hermosilla a motearla como una “psicópata bien orientada”?

Descalabro

Leonarda Villalobos parte la entrevista reconociendo un error. Dice que se arrepiente por no haber entregado su versión cuando la contacté en noviembre de 2023, antes de publicar el reportaje con los detalles del audio de la reunión entre ella, Sauer y Hermosilla.

“Me pediste que nos reuniéramos y yo no te respondí, porque soy bastante ordenada y disciplinada. Y le pregunté a quien debía preguntarle en ese minuto, malamente para mí. Y me dijo que no te respondiera”, asegura Villalobos de entrada.

—¿A quién le preguntaste? 

—A Luis Hermosilla. Y por eso no te respondí. Y ese fue el día de descalabro para mi vida. 

Descalabro: imputada por delitos tributarios, soborno y lavado de activos; portada en todos los medios del país; formalizada ante tribunales; ocho meses en prisión preventiva en una cárcel común; amenazada de muerte por sus compañeras de encierro; su marido despedido del trabajo.

Sobre las razones para grabar el audio, las versiones que Leonarda Villalobos ha entregado a la fiscalía y a la prensa, coinciden. Lo hizo para alertar a Rodrigo Topelberg, el otro socio importante en Factop.

“Yo hasta ese minuto creía que había dos personas inocentes en esta historia, una más que la otra, pero tenía dos personas inocentes. Una era Rodrigo Topelberg y el otro era Alberto Sauer”, dice Villalobos.

—Cuando tú grabas el audio y le entregas una copia a la esposa de Rodrigo Topelberg, cruzaste una línea. ¿Qué es lo que buscabas?

—Yo lo que quería con Rodrigo Topelberg era que se hiciera responsable de este descalabro que estaban armándole a las otras personas, eso era lo que yo quería. Yo no quería nada más. Con el paso del tiempo, yo supe después con lo que Rodrigo me dijo: “Me bota una negociación con Larraín Vial”. O sea, él ocupó este audio como instrumento y moneda de cambio.

—¿Dices que él estaba cobrando dinero por el audio? 

—Él me dice: “Me bota una negociación”. Cuando uno habla de negociación, habla de entregar y dar algo a cambio. No necesariamente dinero. ¿Qué negociación estaba haciendo él? No tengo idea, lo desconozco. Pero me llama la atención que negocie con algo que no era de él.

—¿Te quedaste con una copia del audio en tu celular?

—Sí. 

—¿Y eso no se lo mostraste a nadie más?

—No, nunca más, a nadie. Ni siquiera se lo mostré a mi marido, ni siquiera se lo mostré a mis hijos, ni siquiera se lo mostré a mis amigos y a mis abogados. A nadie, porque me daba vergüenza lo estúpida que había sido durante tantos años defendiendo a esta familia.

—Además de Topelberg y su esposa, ¿alguien más escuchó el audio? Que tú sepas con certeza. 

—No. 

—¿Hermosilla sabía de la existencia del audio antes del reportaje? 

—No. Yo nunca le conté que lo había grabado. 

—¿Y qué te dijo cuando tú conversaste con él, cuando te recomendó no hablar?

—Yo no le conté absolutamente nada. Yo solo llamé a Luis Hermosilla y le dije, Luis me está llamando un periodista de Ciper que se llama Nicolás Sepúlveda y me está diciendo que van a publicar un audio. 

—¿No le reconociste en ese momento que lo habías grabado? 

—No, no, no. No le reconocí que lo había grabado, no le reconocí nada. Luis Hermosilla me dice, no le contestes más el teléfono a nadie, no hables con nadie hasta que yo te diga algo. 

—¿Por qué le hacías caso? 

— No sé. Soy una mujer adulta que viene de otra generación…  o sea, trabajar con Luis Hermosilla para mí era… ¡Wow! Luis Hermosilla, o sea, el penalista más prestigiado, no solo de Santiago, sino que de Chile. Trabajar con él, aunque hubiese sido su ayudante, asistente lo que fuera, era un privilegio. Y si él me decía que no lo hiciera, yo le iba a hacer caso. 

Leonarda Villalobos, la generosa

En su primera declaración ante la fiscalía —a la que se presentó voluntariamente, sin sus abogados—, Leonarda Villalobos negó que existieran pagos a funcionarios públicos. Dijo que lo que se escuchaba en el audio era un bluf para lograr que Daniel Sauer pagara por los servicios que se le estaban prestando. Después el Ministerio Público comprobó transferencias bancarias a los funcionarios Patricio Mejías y Renato Robles.

Hasta el día de hoy, Leonarda Villalobos dice que esos pagos eran simbólicos. Sabe que se trata de un delito, pero insiste una y otra vez en que lo hizo para saltarse la fila. Que no hay mayor gravedad, ni este es un caso de sobornos suculentos a cambio de favores.

Durante los 18 meses que han corrido desde que la fiscalía comenzó a investigar, no se ha logrado acreditar que existieran pagos en efectivo. Tal y como insisten varias fuentes que lo comentan bajo condición de anonimato. Leonarda Villalobos lo niega.

Lo que ella no había dicho, hasta ahora, es que realizó favores a una segunda funcionaria del Servicio de Impuestos Internos. Y esta vez no se trata de un administrativo, sino de una jefa.

—¿Se realizaron pagos en efectivo a funcionarios del Servicio de Impuestos Internos?

—No, nunca, nunca, nunca. 

—¿Sólo las transferencias electrónicas que ya conocemos? 

—Sólo las dos transferencias a Patricio Mejías, que están viciadas porque ahí también existen transferencias para pagos de impuestos. Porque existen muchas transferencias para que él pagara el impuesto de otros contribuyentes. Son $13 millones. Pero para él como persona alcanza una suma de casi $2 millones. El resto es para pagar impuestos.

—¿Nunca se le pagó nada en efectivo a Patricio Mejías?

—No, nunca.

—¿Y a Renato Robles?

—Tampoco.

—¿Al único funcionario de Impuestos Internos al que se le hicieron pagos fue a Patricio Mejías?

—Al único.

—En la investigación se acreditó que le realizaste favores a Barbarah Mishkin, la jefa del Departamento de Asistencia al Contribuyente en la Dirección Regional Oriente del SII. ¿Cuál es tu vínculo con ella?

—No, no tengo vínculo con Barbarah Mishkin. Lo único que te puedo decir en relación a ella es que me comentó que una tía que era casi su madre estaba en un hospital, no recuerdo el hospital, pero le amputaron la pierna, le amputaron primero el pie, luego la pierna. Yo le ayudé por este malentendido de querer tratar de solucionar la vida ajena, le ayudé a hacer una carta hacia el director del hospital pidiéndole asistencia a su tía, porque la tuvieron hospitalizada durante semanas, incluso un mes, en el pasillo. Esa fue mi gestión y nada más.

—¿Y le pediste algún favor? 

—Nunca. 

—¿Para saltarte la fila?

— No, no, no. Nunca.

—Patricio Mejías tiene un rango bajo en el SII, pero Barbarah Mishkin no.

—Eso se puede contrarrestar en la misma carpeta investigativa. Hay un informe de Impuestos Internos donde Barbarah Mishkin ni siquiera aparece en las consultas de estas empresas (las de los Sauer y los Jalaff). 

A Barbarah Mishkin la fiscalía le levantó el secreto bancario, pero no halló nada irregular. También la citó a declarar, y la funcionaria dijo que Leonarda Villalobos le enviaba regalos, incluso a su casa. Pero también negó haber realizado algún tipo de trato espurio. Mishkin es funcionaria de carrera en el SII. En 2008 comenzó como fiscalizadora, y desde julio de 2022 ejerce como jefa de departamento.

“Los abogados de confianza de los Sauer eran Darío Calderón, Luis Hermosilla, por supuesto, Darío Cuadra, Óscar Gajardo y Franco Ortega”

— Hay una parte del audio que nunca se ha explicado. Cuando Daniel Sauer rememora la gestión que le hiciste para anular liquidaciones tributarias por más de $3 mil millones. Él dice que pagó $140 millones. $40 millones para ti y $100 millones para coimas.

— Siempre lo he dicho frente a quien me quiera escuchar. Se juntó una embustera, un fanfarrón y un neófito. Daniel Sauer, yo no lo quiero exculpar, estoy absolutamente lejana de ello, yo no quiero exculparlo. Yo creo que cada uno tiene que buscar sus culpas personales. Daniel Sauer, yo creo que no tenía idea de absolutamente nada. 

—¿Daniel Sauer creía que tú sí le habías pagado a funcionarios de Impuestos Internos?

—Yo no sé si lo creía o no lo creía. Yo estoy convencida de que una parte de la ciudadanía empresarial está más convencida de que las cosas se hacen de mala forma que siendo correctos. Entonces, ante ese escenario, yo creo que cuando yo decía ‘le tengo que pagar por los servicios a mis trabajadores o a las personas que conmigo trabajaban’, él se pudo haber pasado la película. Y yo ese día ni siquiera fui capaz de aclararle.

—Te lo pregunto de otra forma. Cuando en 2018 se anulan las liquidaciones tributarias, ¿tú le diste a entender a Sauer que en realidad parte de esos $140 millones habían ido a funcionarios públicos?

—Nunca, nunca. Nunca. 

—En el audio, poco después de que Sauer cuenta sobre estos pagos, dice “en los últimos años han salido chorros para allá”, refiriéndose a funcionarios del SII. ¿Por qué Sauer tenía ese convencimiento de que plata de él había ido a pagar sobornos? 

Yo no tengo idea. Yo he revisado los chats que están en la carpeta de la causa entre Ariel Sauer, Daniel Sauer y Rodrigo Topelberg. Y en esos chats hablan de varios tributaristas. O sea, es más, Rodrigo Topelberg les dice en un chat a Ariel y Daniel, ‘chiquillos tenemos un incendio que podríamos ver con los tributaristas que nos presentó, creo que Alvarito’. 

—¿Álvaro Jalaff? 

—Puede ser, pero yo no te puedo decir si sí o si no.  No nombran a esos tributaristas.

—Pareciera que tu sospecha es que desde otro grupo de asesores pueden haber salido pagos a funcionarios del SII. 

—No te lo puedo asegurar, pero claro.

—Lo insinúas en tu respuesta sobre el comentario de Daniel Sauer: “En los últimos años han salido chorros para allá”. 

—Es tan simple como revisar la carpeta investigativa y mirar el informe que hizo Impuesto Internos sobre quienes en los últimos años habían consultado por las empresas vinculadas a este audio. En el número 25 aparece Patricio Mejías, un funcionario de nivel administrativo. Es decir, hay otras 24 personas hacia arriba que no tienen ninguna vinculación conmigo, que no los conozco y que sí habían hecho actuaciones y consultas sobre estas empresas, yo ahí me pregunto: ¿Por qué? 

—¿Tienes sospechas fundadas de que hay otros funcionarios que tienen vínculos con este grupo?

—Sí, absolutamente. Y resulta que el hilo se está cortando por lo más delgado 

—¿Qué otros abogados de confianza tenían los Sauer y los Jalaff?

—Yo nunca tuve relación con los Jalaff, pero los abogados de confianza de los Sauer eran Darío Calderón, Luis Hermosilla, por supuesto, Darío Cuadra, Óscar Gajardo y Franco Ortega, que eran los abogados con los que ellos se vinculaban y trabajaban diariamente. Yo nunca les constituí una sociedad a los Sauer. Nunca. 

Esposada

—¿Cómo evalúas el trabajo de los fiscales de la causa?

—Yo no sé, no soy la llamada a evaluar el trabajo de la fiscalía ni de los fiscales. Pero sí creo que esta investigación no ha sido tan acuciosa como pudiese ser. Yo siempre he estado dispuesta a declarar y a colaborar con la investigación. Siempre que me han requerido, ahí he estado. Declaré 12 horas la primera vez, seis horas la segunda vez, nunca me escondí. 

—¿A tu juicio has colaborado en la causa?

—A mi juicio, a juicio de una jueza del cuarto juzgado de garantía y a juicio de la corte, sí he colaborado sustancialmente con la investigación.

—¿Cómo te han tratado los fiscales?

—Me han tratado.

—En una audiencia se dijo que te hicieron declarar esposada en una ocasión, ¿eso es cierto? 

—Sí, estuve más de seis horas declarando esposada en mi última declaración. Es un trato degradante, es un trato denigrante.

—¿Hay diferencias en el trato? No sé si alguien ve plausible que a Luis Hermosilla lo hagan declarar esposado durante seis horas.

—El hilo se corta por lo más delgado, dicen. Y hoy día me siento no solo el hilo más delgado, me siento, como alguien dijo, el pavo de la fiesta. Creo que me están tratando de una forma inhumana. Inhumana. Te vuelvo a insistir, desde el primer día yo les dije a los fiscales, si ustedes necesitan que yo esté aquí las 24 horas del día, yo estoy aquí las 24 horas del día. Yo necesito ayudarles. Puede ser por mi condición mental, no lo sé, dijeron que soy borderline.

—¿Y eres borderline? 

—No tengo idea, probablemente sí. 

—¿Tú no conocías ese diagnóstico antes?

—No, no lo conocía. Y probablemente sí y me hace sentido. Las personas borderline no le tienen miedo a sus impulsos, o sea, actúan impulsivamente. Y claro que actué impulsivamente. Si hoy día me hago una retrospección, o sea, jamás en la vida le hubiese enviado el audio a Yael Speisky. Nunca. Vuelvo a grabar, pero nunca se lo envío. Y probablemente lo que debería haber hecho es haber agarrado ese audio y haberme dado la vuelta y haber ido a la fiscalía.

Fuentes allegadas a la investigación dicen que tú cambias las versiones.

—Eso es falso. Eso es absolutamente falso. Esta causa es abierta. Esta causa está para que cualquier persona la pueda ver. Pueden descargar las 12 declaraciones que yo he hecho. Probablemente al principio declaraba de una forma muy desordenada. Pero desordenada no significa que cambie la versión. Yo desde el minuto uno hablé de cosas importantes y hoy día, después de 15 meses, esas cosas importantes de la primera declaración, están siendo investigadas.

—¿Cuál?

—Cómo una sociedad que tiene RUT, pero no iniciación de actividades, factura. 

—Fondo privado Estrella del Sur, ¿no? 

—Sí, Fondo privado Estrella del Sur. Hecho número cinco en la minuta de reformalización del día 13 de enero. 

—¿Para que eso ocurra tiene que haber alguien en Impuestos Internos que lo permita?

— Absolutamente. ¿Dónde está la investigación de por qué el Fondo Estrella del Sur tiene más de $12.000 millones facturados? ¿En cuántos días? En 78 días. Solo a empresas relacionadas con esta causa. 

Fue una idea de Hermosilla

—En el audio Hermosilla plantea la idea de crear una caja negra para pagarle a funcionarios públicos. ¿Cuál es el objetivo de Hermosilla al plantear eso? 

—No me puedo hacer cargo de los dichos de Hermosilla. 

—¿Lo conversó contigo antes? 

—No. 

—Porque tú no te muestras sorprendida cuando él lo plantea.

—Es que yo estaba en un estado de shock y eso quiero que de verdad se entienda, yo estaba en un estado de shock. Yo me dedicaba al tema tributario y veía que la empresa que tanto me había costado formar, que tanto me había costado que se hiciese una cartera de clientes… 

—Steuern. 

—Steuern… estaba involucrada en esto. Para mí era macabro. Macabro. Y más encima la empresa de mi marido también involucrada en esto, a tal nivel que yo llegué a decir, para que se asustaran, para que pudieran tomar conciencia de lo que estaba pasando, que había un ministro de Estado o un exministro de Estado siendo socio de esta empresa, cosa que es falsa. 

—Nicolás Eyzaguirre.

—Sí, cosa que es falsa, que es absolutamente falsa. 

—Tú y tu marido trabajaban en el Mineduc cuando Nicolás Eyzaguirre era ministro. 

—Yo entré a trabajar al Ministerio de Educación en otro gobierno. Pero te vuelvo a insistir, o sea, yo llegué en esa conversación a decir y a tratar de hacer cosas para que pudieran darse cuenta de lo que estaba pasando. ¿Y con qué me encuentro? Con que uno se ríe y dice, ‘jajaja, si está metido todo Chile, no nos va a pasar nada’ y el otro —porque me refiero a que Luis Hermosilla es fanfarrón—, porque el otro ni siquiera se había leído la carpeta.

—La carpeta del caso STF. 

—La carpeta del caso STF de la Comisión para el Mercado Financiero. Yo le digo, pero si hay facturas tuyas. Y me dice, pero ¿cómo? Y se da por sentado que habían facturas de la empresa de su padre, que yo te puedo asegurar que no existe ni una. Ni una. Entonces, claro que me daba rabia y claro que en esa situación digo, ¿cómo? ¿Y en qué estoy? 

—¿Tú no conversaste con Hermosilla antes de la reunión para pedirle plata a Sauer para supuestamente pagar sobornos?

—No.

—¿Esa no fue una idea tuya?

—No.

—¿Fue una idea de Hermosilla?

—Sí, claro. 

¿Quién es Pablo?

— Se ha especulado mucho con que lo que querían tú y Hermosilla era sacarle plata a los Sauer. 

—No eran capaces de pagarme ni siquiera mi sueldo. No eran capaces de haber juntado el dinero que habían comprometido a pagar para el aporte de capital para STF. Era imposible que juntaran ni 10 pesos. O sea, es más, yo fui tan estúpida que yo con mi dinero de mis clientes, a los cuales dejé botados, porque me dediqué en cuerpo y alma a tratar de que los Sauer, y Rodrigo Topelberg pudieran salir de este descalabro de la CMF, creyéndoles al principio, creyéndoles absolutamente todo, que ni siquiera pagaban los gastos comunes de donde estaban. Los pagué yo, con dinero mío, de mi trabajo. Entonces, ¿cómo yo iba a pedirles dinero?

—En el audio Hermosilla y tú le dicen a Sauer que le debían $15 millones a una persona. Da la impresión de que los dos sabían lo que estaban haciendo. 

—Efectivamente, había que pagarle a un abogado que había hecho la respuesta para que se levantara la suspensión de la corredora STF.

—¿Y ese abogado era? 

—Adrián Fuentes, que estaba cesante en esa época, porque hay que posicionarlo donde estaba, yo a él no lo conocía y no lo había visto nunca en mi vida 

—¿Quién lo contactó?

—Fui yo, yo fui la persona que ubicó, como yo no conocía la ley de mercado de valores yo no conocía cómo funcionaba la CMF, yo no conocía nada de eso yo lo que quería era que esto se hiciese bien. Yo había visto el recurso que había hecho Luis Hermosilla para solicitar la suspensión de la suspensión y me había parecido bastante básico, siendo que yo no era la abogada de Sanhattan ni la penalista tan bien pagada, ni tan bien valorada. 

—¿Dices eso porque a Luis Hermosilla le pagaban más que a ti? 

—Claro. 

—¿Cuánto le pagaban a él?

—Luis Hermosilla mandó un presupuesto a los Sauer de 5.000 UF por la representación de esta causa. 

—¿Y a ti? 

—Bastante menos. Bastante menos. Y nunca me pagaron. Yo creo que era como un tercio. 

—Además de hablar de ese supuesto pago por $15 millones, en el audio Hermosilla dice que “hay que cuidar a esta persona”, que era la misma que supuestamente le abría la puerta en Impuestos Internos. ¿A quién se estaba refiriendo?

—Yo he vuelto a escuchar el audio dos o tres veces más y creo que estábamos hablando de personas distintas. Yo estoy casi convencida de eso. O sea, yo estaba hablando de Adrián Fuentes, que se le debía. Ojo con eso. A él se le propuso que se le iban a pagar estos $15 millones por este trabajo. Adrián ni siquiera los cobró. 

—¿Y de quién estaba hablando Luis Hermosilla?

—No lo sé, pero creo que podríamos haber estado hablando de personas distintas. 

En el audio, cuando Hermosilla dice que “hay que cuidar” a esta persona, tú dices “igual que a Pablo” ¿Quién es Pablo? 

—No me acuerdo. De verdad que no me acuerdo. Pero puede haber sido como me refería a Adrián. Porque Luis Hermosilla sí conocía a Adrián Fuentes. Y creo que él le decía Pablo. Pero no te puedo… De verdad que no me acuerdo. De verdad que no me acuerdo. 

Decía que era mi padre

—Rebobinemos un poco. Tu origen es distinto al de Hermosilla y al de Sauer, pero da la impresión de que te esforzaste por pertenecer a ese mundo.

—Sí. 

— ¿Por qué? 

— Yo creo que cualquier persona que creció en un ambiente normal, yo crecí en un ambiente absolutamente normal, se ve embobada con este ambiente de grandes personas.

—¿En qué sentido grandes personas? 

— De grandes empresarios, a eso me refiero. De grandes abogados, etc. 

—¿El mundo del poder? 

—El mundo del poder, sí, claramente. Yo no quería pertenecer ahí por tener poder, yo estaba lejos de eso. Pero si creía que era interesante llegar al mundo donde se manejaban grandes clientes 

—¿Un asunto económico?

—Claro, vengo de una cultura social de la escasez, no de la abundancia. De repente me vi en este grupo, entre estas personas, donde el primero que llega a mi oficina es Alberto Sauer. 

—Has dicho que tenías una relación de confianza con Alberto Sauer. Que incluso él te consideraba como una hija, o que tú lo considerabas como un padre ¿Eso explica los esfuerzos que hiciste para agradarles a ellos? 

—Sí. Yo quería mucho a Alberto, yo le tenía mucho cariño y es lo que más me duele al día de hoy. Alberto decía que había conocido a mi papá. Yo no tengo una bola de cristal para saber si eso era efectivamente así.

—¿Cuándo conociste a Alberto Sauer tu papá ya había fallecido? 

— Sí, sí. Mi papá había fallecido hacía dos o tres años y yo no había tenido contacto con mi papá, ni con mi mamá, ni con mi hermana hacía mucho tiempo antes. 

—Estabas desvinculada de tu familia nuclear. 

—Absolutamente. Yo no tenía vinculación con ellos y yo extrañaba mucho a mi papá. Cuando han dicho en los medios que yo heredé los contactos en Impuestos Internos de mi papá… yo no heredé ningún contacto de mi papá, absolutamente ninguno. Se han dicho tantas cosas que llegan a ser irrisorias Y que a mí me afectan, me afectan bastante. Alberto se aprovechó, creo yo, de mi vulnerabilidad y de los afectos.

—¿Cómo conoces a Alberto Sauer? 

—Alberto Sauer llega un día a la oficina de Steuern con su asesor tributario de esa época, Juan Carlos Leos. Llegaron a mi oficina por un giro que le habían hecho. 

—¿Llegaron recomendados? 

—Yo la verdad que no lo sé. Llegan por un giro que le habían hecho de un automóvil Jaguar que tenía Alberto y que el SII le estaba pidiendo justificar. En esa reunión estaba yo, estaban dos abogados que trabajaban conmigo, un contador auditor que también trabajaba conmigo y le pedimos a Alberto Sauer que nos diera el RUT y la clave de Impuestos Internos para revisar en línea, junto a él, su situación tributaria. Y nos encontramos ahí con muchas empresas. 

—Eso lo has contado, mi pregunta es otra. ¿Por qué se generó esa confianza? Porque entiendo que ahí él te dice que conocía a tu papá. 

—Después de eso a mí me citó a su oficina que estaba en Cerro El Plomo, y me dice que se había contactado hace mucho tiempo atrás y que había conocido a mi papá y yo le dije ‘y usted conoce mi papá’, ‘sí’, me dice, ‘pero mi papá está muerto’.

—¿Esto en qué año fue? 

—Eso fue al inicio del año 2018, y marcó mi afecto por él. Su relato, lleno de tips sobre su amistad con mi papá yo no podía corroborarla, pero no solo me pareció cierta, si no sobre todo mágica. La relación que se forjó con una total confianza de mi parte explica que hasta el final pensé que Alberto no sabía lo que hacían sus hijos.

¿Que él dijera que conocía a tu padre y que llegara a tu oficina habría sido una coincidencia? 

—Sí. 

—Sorprendente. 

—Sí, sí, sí, absolutamente coincidencia. Sí es verdad que lo conoció. 

—¿Por qué te lo iba a inventar?

—A esta altura, yo desconfío de todos. O sea, una persona que es capaz de decirme que me quiere como hija y a la vez está siendo responsable de algo que todos conocían. Te lo dije, yo pensaba que Alberto también era inocente como Rodrigo Topelberg, pero hoy día revisando los WhatsApp me doy cuenta que no es así.

—¿Alberto Sauer sabía sobre las facturas o el uso de tus cheques?

—Todo. Estoy convencida que sabía todo. Nunca me cuido y a mí me da mucha pena eso, porque yo dudo que Alberto hubiese aceptado que sus dos hijas hubiesen estado un día en la cárcel. Es lo que más me apena.

—¿Por qué le creíste a una persona que según tú conociste hace pocos años y que te decía que te consideraba una hija?

—Probablemente por mi carencia afectiva, probablemente por mi carencia afectiva.

Te emociona hablar de esto, Leonarda. ¿Sigues sintiendo cariño y respeto por Alberto Sauer?

—Sí, me emociona, porque me encuentro muy estúpida, porque me encuentro muy tonta y me da rabia. Es como ser autoflagelante. Me da mucha rabia haber sido como fui. Mucha rabia. O sea, me da mucha rabia haber expuesto a mis hijos, a mi marido, a mi familia, por algo que yo casi me lo autoinventé. O sea, ese cariño no existe. En el mismo audio Daniel dice, es que con la Leo somos familia. Uno no le hace esto a la familia. No se lo hace. Y a mí me da mucha pena y me da mucha rabia conmigo. Porque le tenía un profundo afecto a Alberto. Profundo afecto. Por haber creído en Rodrigo Topelberg, que finalmente es un Judas. Un Judas. 

—Confundiste relaciones laborales con relaciones personales. 

—Absolutamente. Y mi familia son mis hijos, mi marido, mis amigos, que los cuento con los dedos de una mano, que además son los que me han defendido, que son los únicos que han creído puntualmente en mí. ¿Me equivoqué? Sí, me equivoqué. ¿Hice algo malo? Sí, hice algo malo. No debía haber confiado en la gente. Hoy en día no confío en nadie. Y por eso me emociona. Y me da mucha pena. 

“No asesoré a Jalaff”

La acusación por soborno de la fiscalía contra Álvaro Jalaff —uno de los fundadores de Grupo Patio— se apoya en que su exhombre de confianza declaró que le entregó un pago en efectivo a Leonarda Villalobos para que consiguiera información en el SII. Parte de esos pagos habrían llegado a Patricio Mejías, el funcionario de Impuestos Internos que recibía transferencia de Villalobos. Pero ella lo niega.

—Ante la fiscalía el señor Marcelo Medina (ex hombre de confianza de los Jalaff) declaró que recibió una instrucción para contactarte y entregarte un pago para que los ayudaras a levantar información. ¿Eso fue así? 

—No. Lo declaré también en la fiscalía en mi penúltima y última declaración. Existe un WhatsApp donde Daniel Sauer me dice que pase a buscar 10 pesos… 

—Se refiere a $10 millones.

—Sí, claro. Tenía que pasar a buscar eso donde Marcelo Medina, y creo que era la primera o la segunda vez que lo veía. A mi no me correspondía revisar si era o no era, si había o no había, no tengo idea. Yo estaba en la oficina de Luis Hermosilla porque algo estábamos contestando a la CMF, no recuerdo si era arriba o abajo de la oficina de Medina. Retiro esta cuestión y voy y se lo entrego a Daniel Sauer.

—¿En un sobre? 

—En un sobre.

—¿Y adentro había dinero?

—Supongo que había dinero, pero no te lo puedo asegurar porque yo no lo abrí, no lo abrieron en mi presencia, no lo llenaron en mi presencia, yo solo actué de estafeta.

—¿Y esa plata era para pagar algún servicio para Álvaro Jalaff?

—No, no.

—¿Asesoraste a Álvaro Jalaff?

—Nunca. Yo a Álvaro Jalaff lo conocí el 15 de enero del año 2023. Por primera vez, en la oficina de Luis Hermosilla. La segunda vez que lo vi fue el 23 o 24 de marzo del mismo año. 

—¿Cómo se explica que Patricio Mejías haya consultado en Impuestos Internos en 39 ocasiones los datos de sociedades de Álvaro Jalaff?

—A ver, Patricio Mejías consultó el día 20 de junio del año 2023 por Ensenada y Las Vegas, esas sociedades, nada más. Las treinta y tantas consultas que dice la fiscalía es por las cantidades de pestañas que uno va abriendo. Patricio Mejías las consultó porque yo se lo solicité. ¿Y por qué se las solicité? Porque previamente, a partir de lo que fui conociendo en el proceso de STF, aparecieron sociedades sospechosas en el registro de facturas. Y para mí eran desconocidas estas dos sociedades.

¿Descartas pagos de Álvaro Jalaff por hacer consulta en Impuestos Internos? 

—Absolutamente. 

¿Tú eres consciente que esta declaración tuya le quita harto peso a la acusación contra Álvaro Jalaff que está haciendo la fiscalía?

—Es que yo no me puedo hacer responsable ni tampoco puedo involucrar a terceras personas en algo para zafar, yo no lo voy a hacer nunca. Ni que Luis Hermosilla me pidió que hablara con Patricio Mejías para que hiciera algo, ni que Álvaro Jalaff me pidió que le pagara a Patricio Mejías para que hiciera algo, no puedo. Sería la persona más maldita de este planeta para hacer eso. Y te digo, o sea, yo lo podría hacer, porque claramente a mí no me afecta en nada. Si yo ya reconocí que le pagué a Patricio Mejías y le pagué a Renato Robles de la Tesorería. O sea, para mí es lo mismo. Pero yo no le puedo ir a culpar delitos a terceros que no los han hecho.

Mira, yo te voy a explicar por qué yo le transferí dinero a Patricio Mejías. Era un cabro de 27 años, que me contó que su señora había quedado embarazada y que había perdido una guagua. Que no le alcanzaba para terminar el mes. Que tenía un montón de deudas y que me pedía prestado dinero. Le dije, ¿sabís qué? Yo prefiero que tú trabajes en vez de que me pidas prestado.

—¿Tú sabías que eso era un delito?

—Es que no lo vi como delito. Porque si lo hubiese visto como delito, no le transfiero el dinero.

—No buscaste ocultarlo, dices tú.

—No. Y además, nada hacía en beneficio mío.

—Sí de tus clientes.

—Y tampoco de mis clientes. Si aquí no había ningún beneficio.

Gestiones para Tonka Tomicic


—¿Qué piensas hoy de Luis Hermosilla después de todo lo que hemos conocido? 

—Siento que lamentablemente no hizo buen uso de su… no ha hecho un buen uso o un buen manejo de su prestigio, me he sorprendido de muchas cosas que han salido.

—Hemos sabido que tenía relaciones con fiscales que al parecer eran impropias, con ministros de las cortes, con dirigentes políticos también, y que aparecía como un puente entre todos esos mundos.

—Me he sorprendido al igual que el resto de Chile.

—¿Cómo se explica que Patricio Mejías, el funcionario del SII al que le realizaste pagos, buscara información en los bases de datos de una sociedad de Tonka Tomicic, que tenía como abogado a Hermosilla?

—No, no, no, no, eso no es así. Eso no es así. El tema para mí es bastante puntual y explícito: Tonka Tomicic le debe dinero a una clienta mía, yo un día esperando a Luis Hermosilla en su oficina veo pasar a Tonka Tomicic y a Luis Hermosilla pasándola a dejar. Yo le digo que si acaso la conocía y me dice que sí que él era su abogado. Le digo, ¿cómo? Si yo tengo una causa contra ella y hay otra persona que es su abogado. Me dice, no, su abogado soy yo. Le digo, ah, qué bien. ¿Por qué no le decís que le pague a mi clienta, por favor? 

—La “Cuca”. 

—Sí. Y… me dice, ¿le debe? Le debe dinero y le comento que está este acuerdo del dinero que le debe Tonka Tomicic a la señora González. Me dice que no se preocupe que él lo va a hacer, después de eso me dice que Tonka Tomicic tenía que separar sus dineros de los que estaban en sociedad con su, no sé si marido o ex marido no tengo idea…

—El señor “Parived”, Marco Antonio López. 

—Marco Antonio López, y en eso me dice si acaso se puede… hay una sola sociedad que es de ella sola, y si se le puede hacer la iniciación de actividades, etcétera, y que yo le haga un presupuesto, yo le hice el presupuesto a petición de Luis Hermosilla, se lo mandó a Luis Hermosilla, y Luis Hermosilla me imagino que se lo debe haber mandado a ella. Yo me reuní una sola vez con ella, nada más, y lo que sí yo le pido a Patricio Mejías que le haga la recuperación de la clave en Impuestos Internos, y le haga la verificación de actividades. No hay nada más. Patricio Mejías no consultó por sociedades de Tonka Tomicic, y no podía haber hecho nada más. Solo hizo esta gestión con un poder notarial.

—¿Tú tenías ese poder notarial?

—Sí, claro. Y está acompañado en la causa. Pero quiero aclarar, o sea, yo tenía poder, yo tenía una carta poder de la señora Tomicic, que la tramitó Luis Hermosilla, etc. Entonces, aquí no hay ningún vicio de ilegalidad, solo es un saltar de la fila, en el fondo, como lo he tratado de explicar.

—¿Y ese servicio lo pagó Tomicic o Luis Hermosilla?

—La verdad es que no tengo idea. A mí me hicieron un depósito.

—¿Quién hizo el pago?

—A mí me mandaron el comprobante de pago. Yo desconozco si el comprobante de pago lo hizo Luis Hermosilla.

Campaña de Karla Rubilar y la cena con la contralora

La historia de Leonarda Villalobos está plagada de episodios donde participan personajes públicos con poder. Antes de que se relacionara con los Sauer, y antes de que figurara como militante del PPD en el comunal de La Reina, Villalobos trabajó con el entorno de Karla Rubilar en Conchalí. Es primera vez que se refiere a ese episodio, en el que terminó denunciada por amenazas por parte de un compañero de trabajo.

—Hay un episodio antiguo, relacionado con una campaña electoral de Karla Rubilar (RN) y la Municipalidad de Conchalí. Trabajaste en Conchalí cuando el esposo de Rubilar era alcalde y ella era candidata a diputada. 

—Ah, sí, pero era tan… A ver, vamos a contextualizar. Karla Rubilar estudió en el colegio de La Salle, igual que yo. Karla Rubilar es bastante más chica en edad que yo, pero ella, al igual que yo, conocíamos a uno de los hermanos de La Salle. Yo me había quedado sin trabajo, de una empresa privada, ING creo que era, ya ni me acuerdo. Porque esto es hace muchísimo tiempo atrás. Tipo 2009. Y el hermano Rodolfo me contactó con Karla Rubilar y le pasó mi currículum a Karla Rubilar para que me entrevistara. Yo ni siquiera sabía cómo llegar a Conchalí. Y llegué, me entrevistaron y me contrataron como directora de abastecimiento y logística.

—¿De la municipalidad?

—De la corporación. Corporación de Salud y Atención a Menores de Conchalí. Y efectivamente, en modo de agradecimiento, ayudé en alguna parte, en algún fin de semana a imprimir chapitas para la campaña de Rubilar. No tengo por qué desconocerlo.

—¿Eso era con recursos públicos?

—Yo no sé… eso era en la sede de Karla Rubilar. y con lo que ella…  yo nunca había hecho chapita… una máquina donde se hacen chapitas y estaban las cosas ahí entregadas, o sea yo no te puedo ni asegurar, ni no asegurar, que esto venía de recursos privados de ella como diputada o públicos.  De la corporación claramente no venían porque los debería haber comprado yo, cosa que nunca fue. 

—Ya, pero participaste en la campaña.

—Sí, claro. Pero ayudé, o sea, participar en una campaña es ayudar a hacer dos fines de semana de chapita. Sí, lo hice.

—¿Cuál fue el problema con este trabajador? Él dice que tú le mandabas anónimos con amenazas de muerte.

—Quedó tan en nada que ni siquiera me llamaron a declarar. O sea, era tan básica, era tan ridícula y absurda esa acusación que nunca jamás me llamaron ni siquiera a declarar.

—Más de una década después. La actual contralora, Dorothy Pérez, estuvo comiendo acá en tu casa.

—Yo a Dorothy Pérez la conocí en el Ministerio de Educación. La debo haber visto dos veces en el ministerio Y luego la volví a ver acá en mi casa. Ella se conoce hace muchos años con mi marido. Y como en toda casa, venían a comidas normales, habituales, donde no se trataba ni tocaba nada.

—En esa comida también estuvo Pepe Auth.

—Sí, sí, estuvo Pepe Auth. Y estuvo un compañero mío que fue general de ejército, que era el tercero en el ejército, Rubén Segura. Compañero de colegio, o sea, ¿de qué influencia me están hablando? Venía mucha gente cuando no éramos la lacra para la sociedad como somos hoy en día.

—¿Están más solos hoy día?

—Hoy día estamos con quienes tenemos que estar, creo yo. En esa comida también estuvo Sebastián Vergara, que es el subsecretario de Bienes Nacionales.

—Que despidió a tu marido cuando se conoció el audio.

—A mí me duele más que a Luis. Me duele mucho más a mí que a mi marido. Luis quería mucho al Seba, mucho. Lo trataba como a un hijo, lo cuidaba como a un hijo… y que Sebastián hubiese tomado la decisión de despedir a mi marido de su trabajo por algo que había hecho yo, y que mi marido desconocía. Me parece inaudito. 

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