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Poder

20 de Julio de 2010

Iglesia Metodista Pentecostal, un gran fundo

Por

Por Raúl Meza Lorca

La Iglesia Metodista Pentecostal es un gran fundo, ubicado en alguna parte de Chile. En 1909 el dueño del fundo (y de todas las tierras), que era una persona muy generosa; dejó en cuidado su fundo a un administrador, que igualmente era buena persona. Llegaron los inquilinos, hubo sub- administradores, y todo andaba bien.
Resulta que al morir el administrador, colocaron a otro y otros que se hicieron dueños del fundo, pensando que era suyo; los inquilinos cada vez menos podían tener libertad, y eran obligados a andar en sumisión hacia los administradores porque o si no los amenazaban con el dueño verdadero, de que los iba a expulsar del fundo. Mientras tanto el fundo crecía, con más inquilinos y con un sistema más hostil; sin embargo habían sub-administradores que eran buenas personas, pero eran la minoría de todo el fundo.
Y el dueño cada vez era olvidado por los administradores, pero muy querido por los inquilinos.
Los inquilinos sembraban y cosechaban en gran cantidad, y eran sumisos y callados; algunos alzaban la voz, y eran expulsados.
Y el verdadero dueño, que observaba de lejos en un alto cerro, se percató de que sus administradores se habían adueñado de sus tierras, y que se habían envanecido con sus planteamientos. Veía que los administradores habían forzado a los inquilinos, sin quererlo, a pagarle a los administradores fuertes porciones del sembrado; mientras que ellos solo les daban un mísero “vamos que se puede”, y los inquilinos seguían trabajando, pensando en sus mentes… “¿cuándo vendrá el verdadero dueño a ordenar todo y traer la paz a este fundo?”
Muchas veces el dueño mandaba mensajes a través de algunos inquilinos a la comunidad del fundo, para mejorar el fundo y a las personas; en menor medida mandaba mensajes a través de los administradores. Pero los administradores persistían en su idea de que eran dueños del fundo, y hablaban menos del dueño y más del administrador principal.
Los hijos de los inquilinos, que eran ya jóvenes, observaban todo el panorama y querían cambiar el sistema del patronato en el fundo; todos sin quererlo estaban pensando lo mismo, y tenían incluso estudios y planos para mejorar y hacer el sistema más equitativo para todos, pero los guardaban por mientras, hasta que ellos fueran grandes y pudieran alzar la voz. Aún están esperando… y resulta que fuera del fundo, habían muchas ciudades lindas y organizadas, con interacción social; y resulta que el dueño de las ciudades bellas es el mismo dueño del fundo.
Lo que pasaba es que el dueño dejó a los de afuera organizarse, y él les ayudaba igualmente para crear una ciudad fuerte; en el fundo pasaba que los administradores pensaban sólo en sí mismos y nunca se organizaban para crear una linda ciudad abierta a la comunidad, excepto algunos que eran ocurrentes, pero que al final eran vencidos por la mayoría. Creían los administradores que el fundo se mantuviese así por décadas, y estaría mejor.
Y los inquilinos se preguntan ¿cuándo los administradores serán como el dueño, que es tan buena persona?, mientras que otros inquilinos aceptan la situación del fundo, diciéndole “sí” a los administradores en todo.

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