Policía chino que tenía grave acusación pidió asilo en consulado gringo, se lo negaron y está desaparecido

El pasado 6 de febrero el famoso policía regional, Wang Lijun, temiendo por su vida, tocó a la puerta del consulado estadounidense en Chengdu. En minutos la legación americana se rodeó de fuerzas de seguridad chinas, tal y como cuenta el diario The New York Times.

Wang pidió asilo porque poseía información que podría costarle la vida. Les contó a los oficiales una historia de corrupción y asesinatos que implicaba a su jefe Bo Xilai, líder del partido comunista en el municipio de Chongqing, y a la mujer de este.

Wang permaneció en el consulado estadounidense esa noche hasta que un compañero del ministerio de seguridad pública en Pekín llegó hasta el consulado de Chengdu 36 horas más tarde, y le escoltó a través del cordón de seguridad hasta un lugar seguro, o tal vez, hacia un sitio de detención, pues no se tienen noticias de Wang desde entonces.

El gobierno estadounidense se desentendió, según publica el diario, denegó el asilo a Wang y lo dejó a merced de las autoridades chinas.

La petición de Wang no llegó en el momento oportuno. Justo una semana más tarde el vicepresidente chino, Xi Jinping, tenía prevista una visita a Washington, invitado por el vicepresidente Joe Biden. El asilo a Wang hubiese echado a perder la visita.

El desplante hubiese hecho peligrar las relaciones de China con la Casa Blanca, interesada en controlar las ambiciones de crecimiento chinas y conseguir el apoyo del gigante asiático en temas como la condena a los programas nucleares de Corea del Norte e Irán y al fin del baño de sangre en Siria.