Secciones

Más en The Clinic

The Clinic Newsletters
cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad

Nacional

9 de Diciembre de 2012

Carlos Peña critica la “cueca en pelotas” de la iglesia tras sanción a Cristian Precht

  El columnista de El Mercurio, Carlos Peña, desmenuzó esta semana la sanción canónica al sacerdote Cristián Precht. En su tradicional espacio del cuerpo de reportajes de El Mercurio, escribió: “Lo torcido de la actuación de Precht no se encuentra en modo alguno en la homosexualidad, sino en la manera abusiva de ejercerla. El problema […]

Por

 

El columnista de El Mercurio, Carlos Peña, desmenuzó esta semana la sanción canónica al sacerdote Cristián Precht. En su tradicional espacio del cuerpo de reportajes de El Mercurio, escribió:

“Lo torcido de la actuación de Precht no se encuentra en modo alguno en la homosexualidad, sino en la manera abusiva de ejercerla. El problema no es la modalidad de su deseo, sino la conducta que practicaba para satisfacerlo. Se reunían en él lo mejor y lo peor, el consuelo y el abuso, la tragedia y el thriller”, redactó.

Peña estima que la ayuda que prestó Precht en la Vicaría de la Solidaridad a las víctimas de violaciones de derechos humanos, como a los perseguidos por la dictadura de Pinochet, hacen de la sanción un ámbito aún más complejo y doloroso para la sociedad chilena, que veía en el cura a un ejemplo de virtud. Y reflexiona: “No es igual a Karadima ni al cura Tato ni al obispo Cox, ni a las sospechas sobre el cura O’Reilly (a propósito, ¿qué fue de él?). Todos estos casos no tienen mayor complejidad, carecen de hondura. Son un simple ejemplo de la banalidad de la picardía, o del mal”.

Según el académico Precht fue el “mejor rostro de la Iglesia en las últimas décadas”, y recordó la frase con que se le conoció “Caín, ¿dónde está tu hermano?”.

“Conductas como las de Precht (la máxima virtud acompañada de la transgresión) hay en todas partes. El caso de la Iglesia no es único. El problema es que la Iglesia presume de ser guía de todos los demás. ¿Cómo compatibilizar, entonces, el papel que reclama para sí con la conducta de algunos de sus miembros más relevantes?”, se preguntó Peña.

El razonamiento de Peña apuntó también a la postura que la iglesia ha tomado en asuntos públicos como el aborto, el divorcio, la muerte asistida, el matrimonio homosexual, entre otros puntos, criticando que sólo ve la paja en el ojo ajeno. Y que al mismo tiempo, junto con afectar la esfera pública de la sociedad chilena, no logra mirar hacia adentro respecto de la conductas de los curas que componen a esta institución moral.

“Ése es el asunto que el caso de Cristián Precht plantea al conjunto de la Iglesia Católica. Frente a las nubes de su propio comportamiento -en un caso tan impensado como el de Precht, pero que repite la conducta de innumerables otros-, la pregunta que la Iglesia debe responder es cómo ella, que parece incapaz de guiar a sus miembros, pretende, no obstante, guiar a todos los demás”.

 

Notas relacionadas