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Cultura

22 de Febrero de 2013

La CIA se toma la noche de los Oscar en Hollywood

Crítica de Sara Brito para Ideal.es No se trata únicamente de que desde los años veinte la Agencia Central de Inteligencia (CIA) haya intercedido junto al Pentágono en la cesión a Hollywood de material militar, desde buques de guerra a tanques y otras lindezas armamentísticas, para animar el reclutamiento y de paso mostrar el poderío […]

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Crítica de Sara Brito para Ideal.es

No se trata únicamente de que desde los años veinte la Agencia Central de Inteligencia (CIA) haya intercedido junto al Pentágono en la cesión a Hollywood de material militar, desde buques de guerra a tanques y otras lindezas armamentísticas, para animar el reclutamiento y de paso mostrar el poderío militar de EE UU, sino que las relaciones entre la fábrica de cine estadounidense y la CIA se han intensificado en los años posteriores al 11-S, en un intento de la agencia de mejorar su imagen deteriorada, gracias a su ineficacia en el 11-S, décadas de abusos y a la guerra sucia contra el terrorismo.

A pesar de la larga historia de relaciones entre la agencia y Hollywood, no fue hasta 1996 que la CIA estableció una división exclusivamente encargada de relacionarse con el mundo del cine. Inevitablemente, la agencia busca maquillaje y trascender aquellos años setenta de espíritu crítico desde el cine, con filmes icónicos como ‘Los 3 días del Condor’.

Más allá de títulos recientes más comerciales y mucho menos ambiguos e interesantes cinematográficamente, como “La prueba”, con Al Pacino, los Oscar vienen este año marcados por dos films que se ocupan de sendas misiones de la CIA: “Argo”, de Ben Affleck, que se ocupa del bizarro rescate de seis estadounidenses durante la toma de la embajada estadounidense en Teherán en 1979, y ‘Zero Dark Thirty’ (‘La noche más oscura’ en su título en España), de Kathryn Bigelow que realiza una radiografía, con ánimo documental, de los 10 años de investigación que acabaron con el mayor ‘éxito’ de la inteligencia exterior estadounidense en tiempos de Obama: el asesinato de Osama Bin Laden.

“Argo” es la tercera película de Ben Affleck como director, y la confirmación de que el actor tiene bastante más pulso tras la cámara que delante de ella, aunque en ‘Argo’ también se guarde el papel protagonista, al encarnar a Tony Mendez, el agente de la CIA que dio con el extravagante plan que acabó por rescatar a seis de los rehenes. La relación de la CIA con Hollywood fue en este caso a la inversa: el plan de rescate consistió en simular una producción de ciencia ficción de nombre ‘Argo’, para sacar a los seis rehenes de Teherán como si se tratara de un equipo de rodaje en busca de localizaciones en el lejano oriente.

La película, un thriller llevado con buen ritmo y generoso sentido del humor, se encumbra en su tramo final no sólo con un suspense y acción vibrantes, sino también con un patriotismo y heroísmo exacerbados, que parecen querer transmitir al público un mensaje tranquilizador: no importa lo desquiciados que parezcan los planes de la agencia, ellos velan por los americanos. Desde luego, con las tensiones actuales entre Irán y EE UU, la película, más allá de su eficiencia cinematográfica no deja de tener su dosis de eficaz propaganda, por mucho que esté producida por personalidades de perfil mediáticamente progresista como George Clooney.

Más complejo es el caso de ‘Zero Dark Thirty’, la polémica cinta dirigida por Kathryn Bigelow y con guión de Mark Boal, compañero también en su anterior incursión bélica, la oscarizada “The Hurt Locker”. Las conexiones de la pareja ejecutora de ‘Zero Dark Thirty’ con la CIA para fabricar un guion muy preciso sobre la investigación que llevó a la pista final del paradero de Bin Laden ha desatado la polémica, sobre todo en las filas republicanas, deseosas de armar un escándalo sobre las filtraciones del gobierno de Obama a la cinta.

Si bien la película ha levantado llagas en la agencia por las secuencias de torturas, que la CIA ha reconocido en parte bajo el eufemismo “técnicas mejoradas de interrogación”, no deja de ser cierto que la película las justifica como el único modo de obtener información valiosa para acabar con el villano. Pero, Bigelow no se muestra tan simple políticamente en su desenlace como Affleck, a pesar de que el personaje principal de la agente de la CIA, Maya, interpretado por Jessica Chastain, encarna a la perfección la paranoia estadounidense por capturar y matar al enemigo oculto. Desde luego, la última secuencia de ‘Zero Dark Thirty’, donde la agente Maya aparece sola y vacía de objetivos tras haber cumplido su misión, contrasta con la estampa heroica pintada por Affleck al final de ‘Argo’.

A medida que se acerca la noche del 24 de febrero, cuando se entregarán las codiciadas estatuillas, las posibilidades de ‘Argo’ de obtener premios de peso crecen, máxime cuando en los Bafta y en los Globos de Oro, entre muchos otros premios de la crítica estadounidense, ha continuado barriendo a adversarios contundentes como el Spielberg de ‘Lincoln’. Sea como sea, la noche de los Oscar tendrá a la oscura agencia de inteligencia americana sentada en el teatro Dolby de Hollywood.

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