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Poder

3 de Septiembre de 2013

Fundación Jaime Guzmán sobre Carlos Peña: “Pretende situar un imaginario de buenos y malos con afanes políticos”

En una carta al director publicada en El Mercurio, la Fundación Jaime Guzmán criticó al abogado y columnista del medio, Carlos Peña, por lo que califica como “su obsesión inquisidora” contra el fundador de gremialismo. “Una vez más Carlos Peña condena la figura de Jaime Guzmán por haber apoyado la intervención militar y luego haber […]

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En una carta al director publicada en El Mercurio, la Fundación Jaime Guzmán criticó al abogado y columnista del medio, Carlos Peña, por lo que califica como “su obsesión inquisidora” contra el fundador de gremialismo.

“Una vez más Carlos Peña condena la figura de Jaime Guzmán por haber apoyado la intervención militar y luego haber colaborado con el gobierno de las Fuerzas Armadas. Para el columnista, basta con ello para condenarlo moralmente. Sin embargo, desestima y confunde la justificación de las causas que originaron el gobierno militar (la grave crisis social y la sistemática infracción del orden constitucional y legal del gobierno de la UP) con el apoyo a violaciones a los DDHH”, sostiene la publicación.

La misiva asegura que “es de sentido común que la intervención militar era inevitable”, dado que a juicio de ellos “la ideología marxista había llevado al país a una crisis insostenible y a la ilegitimidad del gobierno que pretendía imponerla”.

Frente a ello, afirma que Peña “desconoce que la colaboración de Jaime Guzmán perseguía el retorno a la democracia a partir del respeto de un marco institucional, y por eso su labor fue precisamente crear las condiciones para que eso fuera posible, con el objetivo, entre otros, de evitar más atropellos a los derechos humanos”.

“Es de público conocimiento que Guzmán no solo ayudó a personas para evitar que sufriesen abusos, sino que además se declaraba -por principio- contrario a toda violación a los derechos humanos. Evitar que siguiesen ocurriendo es lo que lo llevó a preocuparse de que el régimen terminara en democracia”, añade.

“Peña pretende situar un imaginario de buenos y malos a 40 años del quiebre institucional con afanes políticos -disfrazados de moralidad- que solo vuelven a dividir a la sociedad chilena y no permiten comprender en su real dimensión lo ocurrido en el país. Lo paradójico es que en su intento utiliza a Jaime Guzmán, quien fue víctima de quienes defienden la misma ideología que llevó al país a dicho quiebre, pero que, curiosamente, el columnista no juzga”, concluye.

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