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Nacional

23 de Junio de 2014

Los William Wallace de la Roja

Son parte de los hinchas más sacrificados y aperrados de la selección chilena, Titi, Javito y Jesús han estado presentes en todos los partidos de la Roja en Chile y el extranjero. Aquí nos cuentan cómo es viajar sin ni uno, carretear por Sudamérica y dedicarse a ser un barra profesional.

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“Nosotros somos La Marea Roja por tierra. Vamos a todas partes como sea, porque no es posible que nosotros, que no hemos fallado a ningún partido en Sudamérica de este proceso eliminatorio, veamos el mundial por la tele por no tener plata ¡Américo a morir! Nos vamos sin plata, pero vamos a entrar como sea a la cancha, hueón. La confianza de uno como barra, de creerse el cuento, siempre está, y estamos terrible motivados loco, pero también estamos terrible pato, hueón. Tengo para llegar a Arica y de ahí nos vamos a machetear hasta Cuiabá. Y después para llegar a Río, la misma cumbia: “Cabros, cualquier cooperación pa, pa, pa”.

Nosotros somos los William Wallace de La Roja. Nos sacamos la chucha juntando la plata, esto es pura autogestión y a la gente a veces no tení ni que pedirle, solita te da unas monedas porque te entienden y saben que tú no andai hueviando. Pero ¿sabes qué?, pato la pasamos mejor, con 500 lucas en el bolsillo nos asustamos. El año pasado estuvimos en siete países y pregúntame cómo lo hicimos, macheteamos a todo trapo, entonces vamos a ganador. Más encima viajamos al ritmo de la cumbia, porque tenemos un grupo de cumbia villera que se llama “Entero Piante”. Incluso a Perú viajamos con la guitarra y el güiro viendo a Chile. La banda no falla.

Ahora está la moda de que todos son Marea Roja, pero los hueones son empresarios que se ponen una polerita y se creen barra. Esta hueá es paquearse la vida, hermano, entonces por eso nos entendemos entre nosotros, por eso te decimos que esos locos que viajan con plata, está bien, es lo suyo, pero nos quitan las entradas a nosotros. Aunque igual le hacemos el aguante. Podemos tener sed, pero tener frío o hambre nunca, porque nos queremos como amigos, porque ese abrazo que nos damos cuando Chile hace un gol no lo siente nadie y por eso somos felices.

Entonces, a pesar de todo, igual la hemos pasado bacán y tenemos historia para regalar, donde llegai te tomai tu copete o te probai tu droga. A veces comparamos las mejores drogas que hemos probado, si ha sido en Colombia, donde llegábamos a la recepción de un hotelucho y el loco nos ofreció el Fono Droga, jajaja. A seis dólares una bolsa de cinco gramos. O no, ha sido en Perú donde preguntai y te llevan donde “el pata” y te venden algo. Quizás en Bolivia donde nos fuimos en un taxi pal Alto, una hueá entera cuma, les pasamos plata chilena y ni un problema. Pero es en Brasil donde está la mejor, te venden unas capsuliñas como de estas de remedios y adentro está la droga, te la probai y quedai listo.

Para qué hablar de las minas. En Brasil andan todos en pelotas po´, hueón, si un carrete aquí en Chile tiene diez minas y veinte locos, allá es todo lo contrario treinta minas diez hombres. Imagínate que te vai con una mina y compadre todo pasando y ellas te piden cambiaditas. Las locas decían: “yo quiero probar lo chileno”. Perro, vo salí y las minas te agujonean. En Bolivia por ejemplo, nos pasó una hueá loca si, fuimos a un local y subimos por unas escaleras oscuras. Llegamos a unas piezas que estaban separadas por unas cortinas, algo así como en la cárcel, y un loco nos dijo que una minita valía veinte bolivianos, una luca chilena, pero si pagábamos no teníamos derecho a mirar a la mujer. Nosotros le dijimos: “¿pero cómo? preséntanos a la mujer”. Nos dijo que no, así que no nos arriesgamos, pero deberíamos haberla hecho, ¿como sabís si te sale una mina rica?

Otra de Bolivia, estábamos pato y les dije a los cabros que me pasaran su carné y me siguieran. Fuimos al consulado y les dijimos: “¿sabe qué? Nos robaron toda la plata, pero menos los carné y no tenemos cómo irnos”. Ahí nos pasaron el pasaje y plata. Adivina dónde nos fuimos después, al puterío a gastarnos las moneas.

Pero esta hueá es así. Yo lo miro igual que una empresa. ¿Cuántas veces se ha visto que un loco quiere llegar a ser lo más grande de la empresa y deja hasta su familia de lado por su pasión? Porque trabaja las 24 horas y duerme una cagá. Lo de nosotros es parecido porque viajamos por nuestra pasión que es el fútbol y eso la gente no lo entiende, menos mal que nuestras familias sí”.

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