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28 de Diciembre de 2014

Carlos Peña asegura que los miembros de la antigua Concertación “se avergüenzan de sí mismos”

"Los miembros de la vieja Concertación miran hacia atrás, observan la expansión del consumo y del crédito, las muchedumbres en los malls, las familias eligiendo colegios subvencionados, las gentes preocupadas de la moda masiva, y se avergüenzan de sí mismos. ¿En qué momento, se preguntan, la izquierda no estuvo a la izquierda?", cuestiona Peña.

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carlos peña A1

El rector de la Universidad Diego Portales, Carlos Peña, aprovechó la última columna del año para evidenciar el descontento que existe en la población y del desvío que sufrió la Concertación con el paso de los años.

Peña dice que “cuando se revisan los discursos, las acciones legislativas, las pugnas al interior de la coalición gobernante, las palabras de la Presidenta, las reacciones de la oposición y la fundamentación de los proyectos legislativos, siempre se advierte en ellas un mismo diagnóstico: existiría, latente en la sociedad chilena, un malestar que arriesga con fracturarla, una incomodidad profunda -de la que las movilizaciones del año 2011 habrían sido un síntoma inequívoco- con la modernización capitalista que Chile ha llevado adelante en las últimas décadas”, según relata su columna en El Mercurio.

Indica que hay un quiebre en la sociedad chilena, la cual califica como “un archipiélago de individualidades compitiendo entre sí, acicateadas por el ánimo de lucro” y no un “arrecife de coral, con seres humanos cohesionados, con sentido de pertenencia a su comunidad y cooperando entre sí”.

Luego, como parte de un diagnóstico, dice que “los miembros de la vieja Concertación miran hacia atrás, observan la expansión del consumo y del crédito, las muchedumbres en los malls, las familias eligiendo colegios subvencionados, las gentes preocupadas de la moda masiva, y se avergüenzan de sí mismos. ¿En qué momento, se preguntan, la izquierda no estuvo a la izquierda? ¿En qué segundo consentimos, se dicen, tamaña enajenación? ¿Cuándo fue que toleramos, agregan, esa falsa conciencia?”.

Según dice Peña, “en esa vergüenza late también una queja hacia la forma de hacer política: la medida de lo posible es una frase que este año, en los debates parlamentarios y en los diagnósticos sobre la educación y el mercado, sonó parecido a la palabra traición o a la palabra cobardía”, la que él considera un “malentendido”.

Después afirma que “las protestas del año 2011, si bien estaban nominalmente dirigidas contra la lógica del mercado, ellas también expresaban la desilusión por no poder incorporarse a él”. “Las mayorías tradicionalmente excluidas esperaban encontrar en la educación superior los bienes que proveía -rentas, prestigio, distinción- cuando ellos estaban excluidos. La racionalización de esa frustración gigantesca fue el rechazo del lucro y del mercado”, dice Peña.

“Como ya se está viendo en el trámite de los proyectos de ley, el malentendido está transitando de malentendido genuino a simple gesto retórico, de puño genuinamente agresivo a ademán para la galería. Los alegatos contra la selección escolar acabarán en sofisticadas formas de selección a contar del sexto año; la prohibición del lucro, en una regulación de los arriendos, y el fin del copago, en un horizonte sin fin. Se repetirá así el mejor estilo de la Concertación: gobernar la modernización capitalista con una retórica anticapitalista”, asevera de forma pesimista el rector.

Finaliza diciendo que “el malentendido se pondrá definitivamente de manifiesto -aquí va una predicción- cuando se observe este año de qué forma el malestar que el año 2011 sumó a jóvenes y a viejos, el año 2015 se reduce poco a poco solo a los más jóvenes, y a quienes aspiran a imitarlos o a ganarse su favor, adquiriendo de esa forma su fisonomía casi definitiva: solo la de un poderoso reclamo generacional”.

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