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Opinión

18 de Noviembre de 2015

Columna: Desde MarcaTuVoto a un Nuevo Pacto Social

Es evidente que el orden institucional de nuestra República requiere de un nuevo impulso, pues ya no basta con reformas políticas parciales y fragmentadas. La ciudadanía ya sabe que ocurre cuando los incumbentes deben ponerse límites y regular su funcionamiento, y por eso se debe parar la colusión en la economía y en la política. Ha llegado el momento, el proceso constituyente que ahora se inicia es la oportunidad.

Marca AC
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Asamblea Constituyente A1

Hace dos años, el 17 de noviembre de 2013, bajo el lema “El país que soñamos”, MarcaTuVoto logró lo que seis meses antes se había propuesto: convocar a la ciudadanía a marcar su voto con las siglas AC, como señal que exigimos un nuevo pacto social para nuestro país, de forma democrática, participativa e institucional a través de una Asamblea Constituyente.
Desde su origen, nuestra demanda no es una opción neutra, carente de sentido crítico del país en que estamos viviendo. Estamos en esta Iniciativa Ciudadana porque queremos una nueva Constitución para construir un país más razonable, equitativo y justo, porque requerimos un nuevo acuerdo de convivencia, un cambio en las reglas del juego, que permita destrabar el libre ejercicio de la política y determinar las normas de nuestra comunidad de acuerdo a la decisión mayoritaria de la población, queremos más y mejor democracia.

Transcurridos ya dos años, muchos hechos conocidos durante este tiempo por la opinión pública nos recuerdan que el país que soñamos los constituyentes y por el cual trabajamos diariamente, sigue esperando un cambio profundo, de la calidad de sus instituciones y ejercicio de sus funciones.

Hemos sido testigos del financiamiento ilegal de las campañas electorales con consecuencias en todo el espectro político; en casos más graves, hemos sabido a través de la acción de la justicia de serios conflictos de interés entre empresas privadas y congresistas como es el caso de la ley de pesca; también se han profundizado los conflictos de los mismos grupos de interés respecto de bienes comunes fundamentales como son el suelo, el aire y el agua, que constituyen nuestro patrimonio futuro; Hemos presenciado perplejos las colusiones entre las empresas que afectan productos básicos para las familias en farmacias, papel higiénico y otros servicios. Todo esto ha mermado de forma sustantiva y difícil de revertir la confianza, credibilidad y legitimidad de nuestras instituciones fundamentales llegando a los niveles más bajos de aprobación y adherencia democrática.

Es evidente que el orden institucional de nuestra República requiere de un nuevo impulso, pues ya no basta con reformas políticas parciales y fragmentadas. La ciudadanía ya sabe que ocurre cuando los incumbentes deben ponerse límites y regular su funcionamiento, y por eso se debe parar la colusión en la economía y en la política. Ha llegado el momento, el proceso constituyente que ahora se inicia es la oportunidad.

Nuestra Iniciativa Ciudadana, en el gesto de llamar a marcar el voto, nos convocó a trabajar por una Constitución que nos representen a todas y todos, y garantice y promueva la democracia, la transparencia, la participación ciudadana y todos los derechos fundamentales como ejes orientadores de nuestra convivencia, la cual se encuentra atrapada por una institucionalidad cuyo diseño “a medida” impide su transformación, pues carece de mecanismos mediante los cuales la ciudadanía pueda deliberar de modo determinante, al margen de especuladores político-empresariales que sólo buscan beneficios personales, fuera del control de la ciudadanía.

Las reivindicaciones han seguido su curso y los distintos actores sociales las encausan, de acuerdo a sus capacidades, hacia la demanda común que cuestiona al sistema político en su fundamento: Nueva Constitución a través de Asamblea Constituyente. Esa es la tarea que hemos asumido como sociedad organizada para que nuestra legalidad deje de ser una amnistía permanente firmada por quienes quieren que olvidemos.

Estamos aquí para movilizar y proponer, para deliberar democráticamente sobre los temas claves del presente y el futuro, para ganar en el proceso constituyente la idea que el nuevo pacto social y político redefina el rol del Estado, el del mercado, y el rol de la ciudadanía en la democracia chilena del futuro. Hace dos años marcamos un voto y nos colamos en el debate presidencial, pidiéndole a cada chileno un gesto de compromiso. Hoy, cuando se inicia una etapa decisiva del debate constitucional en la sociedad, en el congreso y en las instituciones de la República, los invitamos a desatar un proceso constituyente por todo Chile, en cada rincón, con todos los chilenos y chilenas sin distingo ni exclusiones, para inundarlo de las ideas de país que deseamos.

Un nuevo pacto social y político es necesario, justo y urgente para el Chile del futuro que juntos demos hacer realidad.

Con tus ideas y participación activa, ¡Marca el proceso constituyente con AC!

*Coordinación Nacional MarcaTuVoto

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