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Opinión

27 de Abril de 2019

Columna de Elena Pantoja: Bájate del pony

"Las Isapres tienen cara para decir que puedes acceder a exámenes y tratamientos con 0% de costo. ¡Te cobran todos los meses y tienen el descaro de decirte que es gratis!", dice Elena Pantoja en esta columna.

Elena Pantoja
Elena Pantoja
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De todos los dichos chilenos, uno de mis favoritos contemporáneos es “bájate del pony”. Esa instancia en que algún individuo anda fantaseando bien lejos de la realidad, galopando por praderas inexistentes,  tratando de evadirse del entorno mientras algún alma caritativa intenta aterrizarlo a nuestro planeta sin éxito por supuesto, porque la única manera de bajarse del pony es de un porrazo.

Nuestro imperfecto e injusto sistema de salud nos tiene siempre en un bando: Los Isapre, el de los que no quieren estar en el mismo saco con los que no tienen tanto como ellos –o nada-, esos que  se levantan temprano para lograr una hora, esperan meses por un especialista, o buscan un buen médico que no le haga asco a los bonos Fonasa; y los que saben que su sueldo no alcanza para optar a esta máquina discriminadora, clasista, machista y pechoña que son las isapres, con un servicio eficiente y amable hasta que quedas desempleado o te enfermas, que es justamente para lo que le pagas: para enfermarte tranquilo, sin la angustia de una deuda millonaria por un accidente o porque simplemente el paso del tiempo hace que las piezas tengan fatiga de materiales y te eches a perder.

Las Isapres tienen cara para decir que puedes acceder a exámenes y tratamientos con 0% de costo. ¡Te cobran todos los meses y tienen el descaro de decirte que es gratis!

La Isapre no quiere que te enfermes, porque sus millonarias utilidades tendría que dedicarla a tu enfermedad; cuando jubiles te escupirá del sistema inmediatamente porque significa que estás viejo y desempleado, y tu único lugar será Fonasa, esa opción que no quiere nadie pero no queda otra. Te recibirá igual, con lentitud, murallas descascaradas, pocos recursos, médicos con más pacientes que tiempo, salas de espera saturadas y semanas para optar a exámenes. Cuando la lógica indica que una salud pública y sin discriminación debería ser la prioridad en nuestra sociedad, se hace todo lo contrario. El sistema está tan maquiavélicamente bien hecho que el Presidente de Isapres se da el lujo de declarar que sus instituciones “no pueden darse el lujo de recibir gente enferma”. Su propio representante los baja del pony; pese a ello sus usuarios no quieren bajarse, aferrados a esta ilusión de seguridad y superioridad.

Lo irónico es que, si alguna vez se bajan del pony, ahí estarán las isapres para ofrecernos otro servicio, como el estacionamiento para guardar el animalito, lavarlo y cepillarlo por una módica cifra, vendernos ropita exclusiva para el caballito y toda clase de accesorios, porque el jinete de pony siempre está dispuesto a pagar para no bajarse.

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