Secciones

Más en The Clinic

The Clinic Newsletters
cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad

Opinión

30 de Julio de 2019

[Columna] COP 25: es hora de un nuevo papel para Chile

Por Juan Ignacio Latorre R. y Catalina Perez Revolución Democrática-Frente Amplio El negocio de la producción del papel comienza con la creación de La Papelera el 12 de marzo de 1920, con capitales de los hermanos Matte Larraín. En 1936 asume don Jorge Alessandri Rodríguez, quien solo dejó la administración de La Papelera para ser […]

The Clinic
The Clinic
Por

Por Juan Ignacio Latorre R. y Catalina Perez
Revolución Democrática-Frente Amplio

El negocio de la producción del papel comienza con la creación de La Papelera el 12 de marzo de 1920, con capitales de los hermanos Matte Larraín. En 1936 asume don Jorge Alessandri Rodríguez, quien solo dejó la administración de La Papelera para ser Presidente de la República apoyado por el partido Conservador.  Alessandri sabía muy bien que el negocio depende de la certeza de tener materia prima que asegure la productividad de la industria, por lo que era fundamental plantar largas extensiones con especies de crecimiento rápido.

La dictadura cívico militar potenció fuertemente este sector. Los vínculos de los empresarios con la dictadura permitieron generar una significativa expansión sobre tierras pertenecientes al pueblo-nación mapuche a través de la compra en remates de parte de las tierras expropiadas en la reforma agraria. Además, en 1974, mediante el decreto de ley 701, la dictadura permitió que sean subsidiadas las plantaciones, justo cuando Ponce Lerou era Director de Conaf.

Así, fueron dulces años para la papelera que vio crecer su capital en los árboles, pero también gracias a ayuda estatal durante la crisis de los 80’. En plena crisis económica se llegó a subsidiar el 85% de las plantaciones. Sí, con plata de todos los chilenos, y este mecanismo continuó en democracia. Entre 1974 y 1998 más del 90% del subsidio terminó en manos de grandes y medianos propietarios (Camus, 2006). Esto sin contar que los grupos Matte y Angelini contaron con recursos financieros provenientes del Sistema de Pensiones (inversiones de las AFP). Hasta el 2013, se estima que el Estado subsidió la forestación de 1.2 millón de hectáreas con un total de US$875 millones de dólares (Aylwin, 2018).

En 2019, Fernando Raga, ex director de la Corporación de la Madera (órgano gremial privado) y actual director del Instituto Forestal, afirma que en nombre del carbono neutralidad, nuevamente se deben destinar fondos públicos a las plantaciones forestales. La única evidencia es el inventario nacional de gases, que no entrega cifras que separen el aporte de las plantaciones forestales, de los bosques nativos, más aún, todavía no se descuenta el carbono emitido por causa de los incendios forestales en 2017.

En contraste, la ciencia demuestra que los bosques pueden almacenar 42 veces más carbono que las plantaciones forestales (Lewis et al., 2019). El sector forestal entrega empleos precarios no permanentes, lo que está asociado con el incremento en las tasas de emigración y pobreza rural (Andersson et al., 2016). A nivel mundial está asociado con conflictos socio ambientales (Gerber, 2011) y en Chile está asociado a la menor producción de agua (Alvarez-Garreton et al., 2019; Little et al., 2009) mayor incidencia de incendios forestales (McWethy et al., 2018), menos biodiversidad (Braun, 2015) y mayor erosión (Banfield et al., 2018). Además, del conflicto territorial con el pueblo mapuche que reivindican el despojo que han sufrido desde la mal llamada “pacificación de La Araucanía” y la contrarreforma agraria.

Existen experiencias de nuevos modelos productivos para el país que incorporan al mundo campesino y a los pueblos originarios, que devuelvan el agua a los territorios, generen trabajo decente y fortalezcan los vínculos sociales. La investigación en productos forestales no madereros avanza, la certificación de la leña también. En todo Chile hay campesinos, artesanos e innovadores que buscan darle un valor al bosque más allá de las astillas o el papel. Sin embargo, eso requiere de un compromiso decidido del Estado de Chile que privilegie el desarrollo del país y no los intereses que ya han sido subsidiados por más de 40 años.

Textos citados

– Andersson, K., Lawrence, D., Zavaleta, J., and Guariguata, M.R. (2016). More trees, more poverty? The socioeconomic effects of tree plantations in Chile, 2001–2011. Environmental Management 57, 123–136.

– Alvarez-Garreton, C., Lara, A., Boisier, J.P., and Galleguillos, M. (2019). The Impacts of Native Forests and Forest Plantations on Water Supply in Chile. Forests 10, 473.

– José Aylwin (2018). “Las forestales en la raíz de un conflicto profundo”. Le monde diplomatique, diciembre 2018.

– Banfield, C.C., Braun, A.C., Barra, R., Castillo, A., and Vogt, J. (2018). Erosion proxies in an exotic tree plantation question the appropriate land use in Central Chile. CATENA 161, 77–84.

– Braun, A.Ch. (2015). Taxonomic Diversity and Taxonomic Dominance: The Example of Forest Plantations in South Central Chile. Open Journal of Ecology 05, 199–212.

– Pablo Camus (2006). Ambiente, Bosques y Gestión Forestal en Chile: 1541-2005 (Santiago: LOM).

– Gerber, J.-F. (2011). Conflicts over industrial tree plantations in the South: Who, how and why? Global Environmental Change 21, 165–176.

– McWethy, D.B., Pauchard, A., García, R.A., Holz, A., González, M.E., Veblen, T.T., Stahl, J., and Currey, B. (2018). Landscape drivers of recent fire activity (2001-2017) in south-central Chile. PLOS ONE 13, e0201195.

– Lewis, S.L., Wheeler, C.E., Mitchard, E.T.A., and Koch, A. (2019). Restoring natural forests is the best way to remove atmospheric carbon. Nature 568, 25.

– Little, C., Lara, A., McPhee, J., and Urrutia, R. (2009). Revealing the impact of forest exotic plantations on water yield in large scale watersheds in South-Central Chile. Journal of Hydrology 374, 162–170

Temas relevantes

#Columna#COP25#latorre#Perez

Notas relacionadas