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Entrevistas

26 de Diciembre de 2019

Jonas Sanche y el hip hop como reflejo de las demandas sociales: “Los raperos hemos profetizado esta lucha contra la desigualdad”

Sebastián Flores

El rapero asegura que se ha visto incrementado el número de personas que escuchan el género, debido a que le comenzaron a poner atención a estas letras que, desde hace años, se venían cantando en contra de un sistema injusto.

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Los artistas han sido parte esencial de los movimientos ciudadanos, expresando en muchas ocasiones con sus letras las demandas que han emergido con estas. El estallido social iniciado el 18 de octubre en el país, tuvo dentro de sus consecuencias que varias de estas canciones se comenzaran a entonar como himnos de las manifestaciones.

Así, uno de los géneros no siempre considerados por todos comenzó a tener una mayor atención: el rap. Durante las masivas marchas nunca faltan las personas que llegan con sus parlantes, musicalizando con canciones de protesta las increíbles postales que dejan estas convocatorias en busca de justicia social.

Uno de estos artistas que han venido durante años hablando de la desigualdad y la marginalidad es Jonas Sanche. Nacido en Antofagasta, su carrera la ha dedicado a representar estos sentimientos nacidos desde la calle y los barrios, con letras cargadas de críticas al sistema.

Cuando se dio cuenta de las causas que estaban moviendo todo esto, dice que no dudo en salir a apoyar las manifestaciones. “Yo he estado en la calle apoyando desde las primeras tres o dos semanas. Estuvimos afuera incluso con el toque de queda”, a lo que agrega que apoya estas causas “porque es de todos y yo me siento parte de la gente”.

Jonas Sanche presentándose en el festival “Para que nunca más”. Fotografía: Sebastián Flores.

Jonas asegura que desde que iniciaron las manifestaciones ha “sentido el alza que ha tenido el rap en el último tiempo a raíz de esto y me siento contento con eso también”. Sin embargo, también existe esta contraposición de emociones al ver la dura represión que sufren las personas que luchan por sus derechos en las calles.

A pesar de esto, cuando mira el contexto en general, dice que lo bueno de esta situación es que la sociedad está teniendo conciencia de lo que hacen, sienten y piensan los demás, logrando una unidad que ha superado cualquier temor.

“Yo tengo 32 años, están los de 20 y los de 15, y ellos ya no tienen este trauma ligado de sentir miedo (instaurado en generaciones anteriores durante y post golpe de estado en Chile). Ellos son los que han impulsado el despertar de todos, de los que estaban en su zona de confort”, reflexiona.

– ¿Cómo ves esta batalla que ha dado el hip hop con letras que vienen haciendo desde hace harto tiempo ustedes?

– Pasa que la gente comenzó a prestarle de nuevo atención a lo que hemos hecho siempre, porque es un contenido real. A nosotros como raperos nos ha beneficiado, entre comillas, el movimiento social, ya que las personas han vuelto a escuchar cosas que sí les dicen algo, que los representan a ellos y a este momento. No se escuchaba tanto nuestra música antes del estallido. Todos estaban con la cabeza en cualquier parte, muy hipnotizados con la discoteca y sus sonidos. En cambio ahora es un momento en el que se le ha puesto atención a lo que ya se venía construyendo durante muchos años con el rap y el hip hop. Y esto ha pasado porque es casi como que varios raperos hemos profetizado esta lucha contra la desigualdad y otras cosas en nuestras letras.

– Y en ese sentido, ¿qué rol crees tu tiene la música urbana dentro de este estallido social?

– Primero, no sé si encasillar al rap dentro de la música urbana, porque eso hoy se asocia un poco más como al trap y al reggaetón. Aunque en verdad no tengo problema con esto, al final todo proviene de la calle, es como un pop que viene desde los barrios. Respecto a la pregunta, creo simplemente que la música que hacemos desde el hip hop, realmente está representando el momento que hoy atravesamos. Me gustaría que con todo esto la gente también se siga viendo identificada con nuestro trabajo.

Fotografía: Sebastián Flores.

– Dentro de esta representación que se ha logrado con el pueblo que lucha ¿Para ti qué significado tiene la primera línea y el encapuchado?

– Son todos nosotros. Yo he estado ahí en las calles desde las primeras semanas y la primera línea es el coraje y la ira de todos. Es gente totalmente de respeto, personas de admiración, como el pueblo Mapuche por ejemplo. Son lo que se han puesto la camiseta con todo esto y que al final, por lo mismo, son los que más sufren la represión.

– ¿Qué piensas cuando ves toda esta represión que se ha dado en contra de las personas que se manifiestan?

– Los días en que estuvieron los milicos en las calles para mi fueron terribles. Mi familia sufrió mucho para el golpe, entonces yo tengo como un trauma heredado con los uniformados. Fue súper duro ver eso, porque uno no sabía en qué momento se podía descontrolar o transformar en una situación de impunidad en el que se matará gente sólo por matar Algo que al final lo terminaron haciendo de todos modos. Ahora, cuando veo a los pacos reprimiendo, siento que ellos están cumpliendo su labor de perros no más. Ellos siguen ordenes, para eso están. Su sistema está elaborado para estar en contra de la gente.

– ¿Y el trabajo de las autoridades?

– No existe un trabajo por parte de ellos, porque no hay autoridades y tampoco hay gente que nos represente a nosotros. Por lo mismo es que se encargan de que las personas en los barrios no sean gente docta, no sean cultos. No les sirve que tengamos conocimientos de las leyes y saber que las cosas están mal hechas, que como están jugando las instituciones y los grandes entes políticos de este país está mal. No tenemos líderes en este momento que representen a nuestra gente. Líderes con educación y que tengan intenciones sociales que vengan desde el mismo pueblo, que hayan sufrido esperando una hora en el Sótero del Río y tengan empatía. Siento que todos los que tienen el poder están gobernando en base al amiguismo y no tienen esa empatía porque no son del pueblo. Además, creo que en la gente no hay quien nos represente tampoco, eso es un vacío súper importante que está quedando.

Fotografía: Sebastián Flores.

– Pero algo de lo que la gente se siente orgullosa, es que el movimiento es totalmente apolítico y ninguno de los partidos que se han intentado sumar, han sido considerados.

– Ojala que pronto salga un líder que tenga reales intenciones de hacer las cosas bien, no que le esté regalando la mitad de la cordillera a su primo y reparta los bienes que tiene Chile entre ellos mismos. Sino que emerja alguien que agarre eso y de forma equitativa puedan dar beneficios a la gente y que los privados también puedan manejar estos bienes y dar trabajo. Creo que en países organizados se puede llevar una vida digna por lo mismo, ellos tienen una equidad e igualdad real, pero acá eso no existe. La plata es lo que mueve todo, lo único que les importa es que la gente les pueda producir para que ellos tengan más dinero, lo que es horrible. Eso me hace sentir que no hay gente que nos represente y, por eso, la música tiene esa importancia de mostrar lo que en realidad está pasando.

– En ese sentido y considerando el compromiso del mundo del rap con las causas sociales ¿tú crees que estos artistas más identificados con la calle podrían emerger como una figura para liderar el movimiento?

– Sí, pero hay que tener cuidado con quién y cómo. Yo no me encuentro capaz, porque no siento ser tan grande como para que la gente me siga. Si siento el amor y respeto por el trabajo que he hecho y mi trayectoria como rapero. Me siento súper contento con mi carrera, pero no sé si en este instante mi imagen sea tan masiva para que sigan mis ideas. Ahora, si saliera alguien desde los artistas, ya sea rapero, de la cumbia o de donde sea, alguien que haya venido desde atrás haciendo obras y que tenga una buena intención, yo creo que todos lo vamos a apoyar.

– Pero algo que ha demostrado este movimiento es que cualquiera puede hacerlo…

– Por supuesto, cualquiera puede ser un líder y masificar gente, especialmente a través de la música.

– Hablando en términos más musicales, el rap es de los pocos nichos que viene trabajando más en profundidad los temas sociales ¿Cómo sientes que te han inspirado estos últimos meses de revolución?

– Yo siento que me ha inspirado demasiado todo lo que ha pasado y lo he retratado en dos temas, pero no quiero abusar con estos porque hay que tener ojo con el oportunismo. Hace dos años hice con Tiano Bless y el cubano Rxnde Akozta, una canción que se llama “One Shot” que resultó ser un mal sueño, ya que se cumplió lo que dice en su letra. Pero esta salió a la calle recién hace un par de semanas, porque hay un documentalista en Chile que se llama Fernando Liberona y el empezó a subir clips desde el día uno con una fotografía increíble. Yo vi eso y dije: “Este es el video de mi canción”, y el videoclip salió gracias a los registros que él hizo con imágenes cien por ciento verídicas de los primeros días de revuelta. Además, el fin de semana del toque de queda hice otro tema que se llama “Dictadores fuera”, con una base gringa.

– ¿Cuál es tu postura respecto a las críticas que acusan un oportunismo respecto a los artistas que han sacado material con todo esto?

– Igual ya van más de 60 días y no es tan contraproducente querer soltar algo. La gente también necesita escuchar o por último cobijarse en la misma música, creo que se puede hacer con respeto y sin jugar al azar con las temáticas. Yo al menos voy a esperar hasta febrero o marzo para soltar material nuevo, que independiente de cómo vaya el país tengo que soltar eso igual. Con respecto al oportunismo, en el último disco debo tener unas cuatro canciones que hablan derechamente de lo que está pasando ahora, entonces cada quien sabe dónde le aprieta el zapato. Por mi parte, yo estoy curado de espanto con eso porque es mi línea editorial de siempre, con mis quejas y mi molestia social.

– Y por último, ¿cuál sería tu mensaje para la gente con lo que se viene ahora?

– Yo vengo llegando de Argentina y allá, a pesar de la situación, la gente todavía aprecia el arte, se leen libros, no se siente tanto la mano del fascismo que acá es muy heavy. Aún hay un respeto hacia el artista y aquí, lo que pasó, es que se dieron cuenta que si habían artistas haciendo cosas para la gente y ahora si se sienten representados. Sin embargo, si esto no hubiera pasado la gente seguiría comprando el McDonald´s que te están vendiendo en la música. Todo esto debería servirnos de lección para apreciar las artes y el trabajo que se hace por y para la gente, ya sea rap, cumbia, reggaetón, trap o lo que sea. También deberíamos unirnos como músicos, porque podemos hacer grandes cosas. Y por último mi mensaje es que tengamos paciencia con la gente adulta que tiene estos traumas con lo que ya vivieron, no presionarlos y cuidarse harto. Ojala también que el estallido social no se duerma en una primera queja y que después volvamos todos a la zona de confort para que nos sigan tratando igual que siempre.

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