Más que un baile: La declaración de principios y el sentido del espectáculo de los Power Peralta

A pesar del fuerte golpe que ha recibido el rubro artístico debido a la pandemia, y los estragos que ha dejado en el gremio de la danza en particular, los hermanos gemelos Gabriel y Raúl Peralta (Santiago, 1982) agradecen, pues han podido trabajar. Tal vez, incluso más que antes.

Los hermanos, popularmente conocidos como Power Peralta, creen que con el confinamiento, las redes sociales se transformaron en el nuevo escenario. Y esto, sumado a la reducción de los equipos de trabajo, los ha obligado a reformular sus lógicas y empujar su creatividad para adaptarse a las posibilidades.

Hace una semana, el dúo estrenó “Rompe Talón”, canción que forma parte de un proyecto musical en el que han colaborado con Stailok, Ceaese o Sofia Hervier en las voces, pero también con bailarines nacionales, como el reconocido dúo de salsa nominado al Emmy, Karen Forcano y Ricardo Vega, o la TikToker, Tati Fernández.

Michael Jackson, North Hollywood y el wow moment

En cada videoclip de la dupla es notorio: las apariciones traspasan los géneros artísticos. “Rompe Talón”, por ejemplo, es protagonizado por la actriz, Karla Melo, y cuenta con la presencia de la modelo, Javiera Wayne, por mencionar algunas.

Aquel gusto por los cameos, viene de la infancia de los hermanos. Tanto su madre, Mónica Valenzuela, como su padre, Renato Peralta, fueron destacados bailarines de danza contemporánea, y formaron parte del Ballet Nacional Chileno. De tal manera, en casa era común ver videos musicales, películas y comedias en las que el baile era fundamental.

Gabriel recuerda que “a nosotros nos inspiraban los vídeos de Michael Jackson. Nos inspira “Remember The Time”, donde está Eddie Murphy sentado con la modelo Iman y aparece Magic Johnson. O veías “Bad” y aparece Wesley Snipes. O ves “In The Closet” y aparece la modelo Naomi Campbell“, rememora.

“Estar viendo el vídeo de un artista, pero aparece un actor, una modelo, un comediante”, continúa Gabriel. “Creo que esos cameos o invitaciones especiales le dan un sazón increíble al proyecto, porque le das algo más al público. Un wow moment, el factor sorpresa. De eso están hechos nuestros shows, nuestros vídeos y nuestras vidas. Si se celebra mi cumpleaños quiero tener un wow moment“, dice el bailarín.

Raúl coincide con su hermano y agrega que “el sentido del entretenimiento es clave para nosotros. No olvidemos que con Gabo partimos entreteniendo desde lo más simple, que eran shows en las calles de Nueva York, hasta llegar a grandes espectáculos, por lo tanto hemos dado la vuelta completa y esa siempre va a ser nuestra motivación”.

Y luego añade: “nosotros nos hacemos la pregunta previa al lanzamiento de los vídeos, ¿Qué queremos que la gente sienta? ¿Cuáles son los estímulos que queremos despertar en la gente? Yo quiero que mi vídeo se comente en una comida, en una reunión de amigos, en las escuelas de baile, que los DJs hablen del vídeo y de la canción”.

Además de tener una clara visión del impacto que quieren generar con su contenido, la dupla mira con atención lo que ocurre en Estados Unidos, específicamente al barrio North Hollywood, en Los Ángeles, sector que se podría considerar la meca del baile urbano. Allí, se crean estilos y movimientos que terminan impactando al mundo entero.

Gabriel y Raúl viajan hace 14 años a North Hollywood. Primero, lo hacían para darse a conocer, luego para asistir y dar clases, y trabajar con sus colegas norteamericanos. En 2015, posterior a su paso protagónico por el espectáculo del Cirque du Soleil “Michael Jackson: One”, vivieron en dicho barrio. De esa experiencia, los hermanos destacan que fueron bien recibidos, tanto por su estilo, como por su trayectoria.

En la zona, por ejemplo, formaron lazos con el reconocido coreógrafo y cineasta, Tim Milgram, quien grabó algunas de las clases que los hermanos dieron en destacadas academias de la zona, como Movement Lifestyle o Millenium.

“Para mí”— dice Gabriel, “lo que pasa en North Hollywood, en Los Ángeles, el proyecto de Tim Milgram, son cosas gigantes. Lo que pasa en esas cinco cuadras mueven el mundo a nivel del baile. Y nos curtimos mucho en esos años, en esas calles y esa energía. Fue ahí donde nos motivamos a empujar nuestro baile a lo que hoy es”, asegura el artista.

Proyectos audiovisuales como el de Milgram, o los mismos videoclips de Power Peralta, hoy son la tónica en el mundo de la danza urbana mundial, y los hermanos reconocen el rol protagónico de las redes sociales en el surgimiento de la nueva generación de bailarines, quienes ahora tienen la posibilidad de partir su carrera delante de las cámaras.

Sin embargo, Raúl hace la distinción entre quienes se impregnaron del baile influenciados por redes sociales como TikTok, y quienes desean convertirse en bailarines profesionales: “para llegar a ser un bailarín pro, con el sueño de terminar en escenario grandes, como bailar en un Cirque du Soleil, en un Super Bowl, en unos Grammys… es otra historia, porque te va a tocar audicionar, competir, llegar a un nivel de elite”.

Gabriel escucha a su hermano con atención y luego opina: “es increíble que al final muchas cosas importantes con las que todos los chicos sueñan, o probablemente las que desea el 90% de los chicos que se motivan por el baile, es algo que no está acá”.

Así mismo, añade que “esos escenarios con los que todos los chicos sueñan están allá, y al final la diferencia está en dónde naciste, si te toca estar más cerca o más lejos del sueño. Por eso acá hay que remar. Yo veo a los chicos y veo muchos talentos. Y creo que hemos sido un puente”, asegura.

El bailarín cree que si bien la pandemia y la imposibilidad de viajar complican el panorama, “siempre hay que ir buscando formas para tener buenos escenarios acá también. No tener que siempre ir a buscar los sueños fuera y también poder conquistarlos acá”.

Los hermanos, que han creado cinco academias de baile en Chile, bailado en North Hollywood y en el Cirque du Soleil, coreografiado el acto de apertura del Festival de Viña y el cierre de la Teletón, continúan abriéndose paso en la música. Y desean que en el Proceso Constituyente, se puedan reconocer y asegurar mayores previsiones para sus colegas, pues la carrera del bailarín es corta.

“Imagínate que nuestros padres fueron bailarines de danza contemporánea, del Ballet Nacional Chileno. Ese es otro mundo, otro tipo de danza muy diferente, con otras necesidades. Todo lo que está creciendo en la danza urbana, el espectáculo… se están abriendo más y más semilleros, pero hay que tener una gran Aldea”, cierra Gabriel.